miércoles, 28 de diciembre de 2016

Premios Marcianos 2016 a lo mejor del año en el mundo del cine


La manera más amena que se me ocurre para hacer un resumen de lo mejor que he reseñado durante este año 2016 es instaurar los "Premios Marcianos". Serán similares a los que los académicos de cine otorgan en los diferentes países que se llevan a cabo: Oscars, Cesar, Goya, Ariel :-)

La dotación económica de estos galardones será de 100.000 dolares marcianos por estatuilla recibida. La ceremonia de entrega será en las oficinas de Cine y críticas marcianas, o sea en mi casa en Marte. Los pagos se efectuaran en metálico y con dinero del Monopoly. Así que ahora en serio vamos con lo mejor del cine en este primer año de blog marciano. Los premiados son los siguientes:

Mejor película: The Gift (El Regalo) de Joel Edgerton y premiada en el Festival de Sitges 2015 al mejor actor: The Gift


Mejor director: Woody Allen por Café Society


Mejor guión: Andres Duprat por : El Ciudadano Ilustre


Mejor película documental: La historia de Jan


Mejor película de animación: Zootopia


Mejor Actriz protagonista: Jeniffer Lawrence por Joy: el nombre del éxito.


Mejor actor protagonista: Óscar Martinez por El Ciudadano Ilustre (Copa Volpi Mostra de Venecia)


Mejor actriz de reparto: Kristen Stewart por Café Society


Mejor actor de reparto: Joel Edgerton por The Gift (aunque su papel sería aplicable a protagonista)


Mejor actriz revelación: Angurie Rice por Dos buenos tipos


Mejor actor revelación: Mark Rylance por Mi amigo el gigante.


Mejor director novel: David Cánovas por La Punta del iceberg


Mejor Fotografia: Vittorio Storaro por Café Society


Mejor dirección artística: Carlos Bodelón y Pedro Almódovar por Julieta


Mejor vestuario y maquillaje: Aliados



Mejor edición de sonido: La Llegada


Mejores efectos visuales: La llegada


Mejor banda sonora: Abel Korzenioswski por Animales Nocturnos


Y esto es en mi opinión lo mejor del año 2016 en el cine, teniendo en cuenta que solo están las películas que he reseñado en el blog durante este año. No obstante, se quedan fueran grandes películas que por circunstancias no tuve la oportunidad de hacer la crítica correspondiente. En los títulos que aparecen resaltados en color azul claro están los enlaces a los textos de los largometrajes. 

Dice una leyenda o no tan leyenda que el 90 por ciento de los blogs cierran durante el primer año de existencia. Por lo tanto me siento orgulloso de por lo menos haber roto esa estadística completando un ciclo de un año en este 2016 escribiendo sobre el séptimo arte. Espero y deseo que sean muchos más y poder seguir contando con la presencia de tantos amigos y lectores que me han acompañado a lo largo del primer año. 

Y ahora sí y para concluir, quiero expresar mí gratitud hacía todas las personas que han compartido un poco de su tiempo para estar cerca de mí y de estas publicaciones. Sería muy injusto nombrar a algunas personas pues seguro que me olvidaría de alguien. En todo caso, ellos y ellas saben perfectamente quienes son por la cercanía que han tenido conmigo a lo largo del año. Especialmente agradecido quedo a todos los que compartieron, comentaron y me aconsejaron en el camino. Lo mejor de este año de cine no han sido los personajes de las películas, han sido las personas tan magníficas que he podido conocer. 

Os deseo a todos un buen final de año y un próspero 2017. Muchos éxitos para todos y muchas gracias por vuestra compañía.

Os dejo un vídeo con un aire navideño en el que mi amiga y futura esposa marciana Jennifer Lawrence acompañada de Edgar Ramírez interpretan 'Something stupid' de Frank Sinatra.


jueves, 22 de diciembre de 2016

Passengers


La historia: Los recursos de La Tierra comienzan a agotarse y una empresa de alta tecnología construye una nave espacial para colonizar nuevos mundos. Después de encontrar un planeta con posibilidades de habitabilidad, reclutan a 5000 voluntarios para viajar al espacio. El viaje tiene una duración estimada de 120 años. Por ello, los pasajeros estarán en estado de hibernación durante todo el trayecto. El problema surge cuando Jim (Chris Pratt) y Aurora (Jennifer Lawrence) despiertan a medio camino del viaje espacial. 

La crítica: El año 2016 en el cine se podrá recordar, entre otras cosas, por un nuevo renacer del género cinematográfico de la ciencia-ficción que definitivamente ha vuelto para quedarse. 'Passengers' firma una correcta rúbrica con vocación de espectáculo visual para el público mayoritario. 

'La quinta ola', 'Rogue One, una historia de Star Wars', la nominación a mejor película de 'Marte' en los Oscars y la excelente 'La llegada' han sido las responsables de esta buena noticia para los amantes del género. Otros intentos por recuperar cinematografías como el western no han salido tan bien parados. Aun así, es de aplaudir cualquier intento por dar variedad al mundo del cine. Pero hablemos mas en profundidad de 'Passenggers' que es lo que toca hoy.

El talentoso director noruego Morten Tyldum ('The imitación game') ha sido reclutado por Hollywood para llevar a cabo esta superproducción intergaláctica. Es un trabajo de encargo ya que el cerebro y guionista de la producción es el especialista Jon Spaights (Prometheus, Dr. Extraño). El libreto es muy bueno de salida pero que se edulcora en su parte final. Desde esta perspectiva la propuesta se salda con un moderado acierto y nos puede servir de perfecta excusa para salir a la carrera al cine si vemos que alguna comida navideña se complica con alguna atribulada discusión.


Dos jóvenes atractivos, inteligentes y con una nave espacial entera para ellos solos... 

Mientras, casi 5000 almas durmientes esperan su despertar. El universo como fondo de pantalla. ¿Se dedicarán a jugar a los "médicos" o se enredaran en interminables discusiones? Tiempo tendrán para todo esto y mucho más. El regreso a La Tierra es matemáticamente imposible y los años que quedan para llegar al nuevo planeta son numerosos. Partiendo de esta insólita situación surgirán todo tipo de sentimientos encontrados entre los protagonistas.

La soledad como concepto universal es el aspecto más destacable del mensaje a transmitir. Y de como el miedo a estar solos en el universo nos puede llevar a cometer actos que en la cotidianeidad de nuestra vidas no nos llegaríamos a plantear. En todo caso, no es una película intelectual o cerebral. Más que un mensaje a transmitir, la cinta se limita a divertirnos y a desconectar de nuestra rutina habitual. En esto, la propuesta es honesta. Por lo tanto en su sinceridad esta su mayor virtud.

Técnicamente es donde encontramos los mayores aciertos de la producción. Los efectos especiales son lógicamente impresionantes incluyendo la edición de sonido.

Las butacas de la sala retumban cuando la aeronave espacial navega ante una gigante roja o cuando recibe una lluvia de meteoritos bien sincronizada. Musicalmente también disfrutaremos de la banda sonora de Thomas Newman y de la dirección artística que en cuanto a decorados y presentación de la nave.


En el reparto Chris Pratt interpreta con asepsia al personaje de Jim. Él es un joven mecánico en busca de una nueva vida en el planeta de destino. Quizás destila algo de frialdad destila en escena. También es cierto que que es opacado en cuanto Jennifer Lawrence aparece en pantalla. Un mito viviente del cine que a sus 26 años acumula ya cuatro nominaciones y un Oscar de la Academia de Hollywood. Sin apenas despeinarse vuelve a brillar en pantalla una vez más. En esta ocasión, interpreta a Aurora que una joven escritora con el sueño de visitar otro planeta para contar la historia de un nuevo comienzo. Laurence Fishburne interpreta con buen criterio a un personaje secundario en la trama que despierta por momentos. De dar vida a un entrañable androide se encarga Michael Sheen y lo hace muy bien.

En conclusión, nos vamos a encontrar con un espectáculo para un amplio espectro de público y que funciona bien como entretenimiento. Lejos de las últimas propuestas más profundas que está generado la ciencia-ficción, Passengers me ha parecido una cinta divertida para evadirnos de nuestras rutinas. Desde luego no busquemos aquí un producto "Kubrick o Ridley" porque ni lo es, ni pretende serlo. En cualquier caso, de vez en cuando cine & palomitas también son una buena opción.

Nota: 7/10.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Director:  Morten Tyldum.

Reparto: Jennifer Lawrence, Chris Pratt, 
Laurence Fishburne, Michael Sheen.

Guión: Jon Spaights.

Música: Thomas Newman.

Fotografía: Rodrigo Prieto.

Duración: 116 minutos.

Estreno EEUU: 21 de diciembre de 2016.

Estreno Colombia: 22 de diciembre de 2016.

Estreno México: 25 de diciembre de 2016.

Estreno Chile: 29 de diciembre de 2016.

Estreno España y Venezuela: 30 de diciembre de 2016.

Estreno Argentina y Perú: 5 de enero de 2017.


domingo, 18 de diciembre de 2016

El Faro de las Orcas


La historia: Beto (Joaquín Furriel) es el guardafauna de la reserva marina de la Península Valdés en la Patagonia argentina. Allí ha forjado su vida como un meticuloso observador de la vida y costumbres de las orcas. Un día llega hasta el remoto lugar una mujer (Maribel Verdú), acompañada de su hijo Tristán que padece autismo. Su objetivo es acercar al niño a la naturaleza y al contacto con los animales para tratar de ayudarle con su trastorno. Para ello, se presenta en casa del naturalista para tratar de que este les ayude en el loable empeño. 

La crítica: La película está inspirada en la historia real de Roberto Bubas. Él fue uno de los especialistas en el estudio de las orcas más importantes del planeta. También escribió el libro 'Agustín corazón abierto', que es un relato basado en su experiencia vital como conservacionista. Gerardo Olivares (Entrelobos), director español especializado en el cine naturalista, hace un retrato preciosista de esta aventura marina. No obstante, la cinta llega a ser por momentos tan dulce que parece irreal, siendo paradójicamente una historia verdadera y de gran calado emocional.

En reseñas anteriores comentábamos la importancia de la presentación de un largometraje. De hecho 'El Faro de las Orcas' consigue una excelente entrada con los paisajes patagónicos y una buena música que predispone al espectador a favor de la propuesta presentada. Esto no asegura que la cinta vaya a ser buena de por sí pues hay grandes presentaciones que después se convirtieron en películas mediocres.

En cualquier caso, este es un buen ejemplo a seguir por cualquier cineasta. El filme cuenta con un logrado cuidado técnico que cumple con los requisitos mínimos de salida que cualquier película debe tener. Y no estoy hablando de preciosismo visual como es el caso. Se puede presentar perfectamente una película con imágenes oscuras e incluso estéticamente amargas pero con fuerza narrativa y visual para implicar al receptor del argumento de lo que va a suceder en pantalla.


Como comentaba anteriormente, el film es realmente bonito pero esto no implica que necesariamente sea bueno. Son dos conceptos distintos y quizás fáciles de confundir. Si la película hubiera sido un documental sería sobresaliente en su mirada. El problema surge cuando se trata de una película ficcionada sin apenas mordiente. Esto le resta algunos puntos en su fuerza expresiva. En todo caso, un dulce almíbar no amargará a nadie.

El autismo, su difusión y sus posibles soluciones son las temáticas tratadas en la historia. Para ello, vemos como la madre de Tristán, acompañada de Beto, hacen todo lo posible por ayudar al niño a contactar con la naturaleza salvaje y el mundo animal. Desde luego el mensaje es extraordinario y digno de encomio. Pero en el aspecto estrictamente artístico las situaciones no acaban de conseguir la conectividad emocional necesaria. Quizás el determinismo poético del director le lleve a restar crudeza a la historia. Se mezcla el incipiente romance de los protagonistas con el problema médico del niño. Esto resta fuerza a la historia. 

Lo realmente destacable de la producción es descubrir un territorio tan bello como es la Patagonia y sus costas. Además, lo haremos acompañados de unos extraordinarios mamíferos marinos como son las orcas. Su capacidad para empatizar con el ser humano entroncan esta especie con los afamados y queridos delfines que surcan nuestros océanos.

La fotografía de la cinta es sobresaliente sin ningún pero. Se encarga de ella Óscar Duran al que ya vimos este año fotografiando Un verano en Brooklyn. En está ocasión, se decanta por unos tonos pastel de una enorme plasticidad. Un privilegio visual a la altura de lo más grandes. La excelente banda sonora del compositor francés Pascal Gaigne, interpretada por la orquesta filarmónica de Bratislava, es otro de los puntos fuertes de la producción. Técnicamente la cinta es impecable.


El reparto está encabezado por el atractivo actor argentino Joaquín Furriel (Cien años de perdón) dejando algunas dudas en su interpretación. Maribel Verdú (La punta del iceberg), que en mí opinión es la mejor actriz española de la actualidad, nos deja una actuación muy profesional pero algo desangelada por la falta de química en pantalla con su compañero de reparto. El niño es interpretado con excelencia por el debutante Joaquín Rapallini Olivella. Sin duda, los infantes por su naturalidad son unos excelentes actores con carácter general.

Recapitulando ya, nos encontramos ante una interesante propuesta que a pesar de su tendencia a quedarse más en un marco estético que en un buen marco narrativo, se deja ver sobre todo para acariciarnos la mirada con la belleza patagónica. El faro donde habita el guardafauna Beto no alumbra con la suficiente intensidad para deslumbrarnos con la historia. Sin embargo, parece demasiado injusto que no haya recibido más calor por parte de los académicos en las recientes nominaciones a los Premios Goya.

Nota: 7/10.

Nacionalidad: España, Argentina.

Director: Gerardo Olivares.

Reparto: Joaquín Furriel, Maribel Verdú, 
Joaquín Rapallini Olivella, Ana Celentano.

Guión: Gerardo Olivares, Lucia Puenzo.  

Fotografía: Óscar Duran.

Música: Pascal Gaigne. 

Duración: 110 minutos.

Estreno España: 16 de diciembre de 2016.     
                                          
Estreno Argentina: febrero de 2017.



domingo, 11 de diciembre de 2016

¡Qué maravilloso es el cine! Gran Torino


¡Magisterio de cine sin contemplaciones!

El maestro dando una lección de cinematografía que deslumbra en cada secuencia. Dos horas de virtuosismo que vuelan reduciendo el concepto de tiempo a una simple anécdota. Los relojes pierden su valor real para encontrarnos ante un espacio hipnótico de cine donde lo nuevo se hace viejo y lo viejo se hace nuevo. Deslumbrante en lo sencillo.

Walt Kowalski (Clint Eastwood) es un veterano de la guerra de Corea y ya jubilado de su trabajo en la cadena de montaje de la empresa automovilística Ford. Recién enviudado, y con un carácter duro, hosco e impredecible se dedica a cuidar su casa y a su amado Ford Torino del año 1972. Un símbolo de lo que fue su vida. Su lugar de residencia es una deprimida zona a la que llegan multitud de inmigrantes asiáticos en un entorno de cambio. Él se siente a contracorriente y desplazado. Sus ideas racistas se irán moldeando cuando conoce a varios miembros de una familia asiática. En especial a un joven con el que actúa de mentor enseñándole a desenvolverse en su nuevo país y aprendiendo también con él y su familia. Los sucesos que acontecerán marcarán las vidas de Walt con sus nuevos vecinos.

Cine cocinado a fuego lento para paladares exquisitos. Dar importancia y seriedad a una película es el primer paso para tomarse y que te tomen en serio. Ahí la mano del cineasta es la clave al contar una historia.

Si el espectador ya sea más o menos cinéfilo. percibe que le están tratando con respeto este es el primer paso para conseguir la complicidad con la acción desarrollada. Pero lo fundamental en un largometraje es su poder de seducción y de enganche con el receptor del mensaje. Eastwood en eso es el mejor. En su otoño cinematográfico ha logrado ser un gran seductor del lenguaje fílmico y visual. Maestro de maestros. Es decir, todo un catedrático del cine.


¿Pero de que nos habla 'Gran Torino' en realidad? Supongo que de adaptación a lo nuevo sin acabar de morir lo viejo. Esa en mi opinión es la idea principal a transmitir. Entrando más a fondo, el entorno de cambio a nivel mundial con los flujos migratorios, y la incomprensión del fenómeno por parte de la sociedad es lo que retrata la cinta. En su primera parte y con un cierto tono de humor sarcástico el cineasta realiza un ejercicio irónico y autoparódico que no muchos comprendieron.

El filme nos habla de un amor hacía la juventud que ya no volverá. En el fondo, el personaje de Walt, que es un tipo literalmente gruñón y desencantado, lo que echa de menos es el comienzo del despertar a la vida. Para ello, se pone manos a la obra y ayudará a dos jóvenes hermanos asiáticos a luchar por un futuro mejor respetando los valores universales del trabajo, el esfuerzo y el respeto por los mayores. La sorpresa acontecerá cuando sea el propio Walt el que sea depositario de alguna que otra lección por parte de sus jóvenes nuevos amigos. Encontrará en la tolerancia su expiación personal.

La parte redentorista y más emblemática de la cinta llega de mitad del metraje en adelante. Es ahí cuando la comprensión de su propio yo explota en una reacción en cadena emocional en la que sacrificio y purga de su propio interior se expondrá en todo su ser. Estos matices son los que en la cinta 'Sin Perdón' ya explotó. En esta ocasión, utiliza la forma inversa de acción final para conseguir una venganza más pausada pero igual de efectiva que en aquella cinta. 


'Gran Torino' de manera injusta no estuvo en la carrera de los premios Oscars en el año 2008 y esto causó estupor entre crítica y público. Si bien es cierto que la productora no apostó lo suficiente por su propia película. Cabe decir, que los citados premios tienen un fuerte carácter de promoción interna, y los académicos con derecho a voto han de ser seducidos por las productoras, que no comprados. El reparto secundario, un tanto débil tampoco ayudó a estos efectos.

Aun así obtuvo los siguientes galardones: Premio César de la Academia francesa a mejor película extranjera, Premio David di Donatello en la misma categoría citada anteriormente y Clint Eastwood obtuvo el premio al mejor actor en los Critics Choice Awards. El American Film Institute la consideró entre las diez mejores cintas de 2008.

Música y cine: Eastwood tan polifacético como siempre, también ha demostrado su versatilidad atreviéndose a componer parte de los soundtracks de sus películas. En esta ocasión, deja en manos de su hijo Kyle y de Michael Stevens la composición de la banda sonora. Él se reserva un pequeño cameo con su voz rasgada en una de las canciones del film. Sin pasar a la historia del cine esta banda sonora deja momentos muy bellos sobre todo en el tema que cierra la película.

Os dejo con un enlace donde el cantante y pianista Jamie Collum interpreta el tema musical de cierre de la película. En mi opinión, Gran Torino es una de las mejores películas del director en su carrera.

Año: 2008.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Dirección: Clint Eastwood.

Reparto: Clint Eastwood, Christopher Carley,
Bee Vang, Ahney Her, Jhon Carroll Lynch.

Fotagrafía: Tom Stern.

Música: Kyle Eastwood, Michael Stevens.

Duración: 119 minutos. 

martes, 6 de diciembre de 2016

Animales Nocturnos (Nocturnal Animals)


La historia: Susan (Amy Adams) ha recompuesto su vida tras divorciase hace años de un joven escritor llamado Edward (Jake Gyllenhaal). Ahora es una galerista de arte moderno y lleva una vida colmada de éxito profesional pero con dudas respecto a su segundo matrimonio. Una mañana, recibe un paquete de su exmarido con el manuscrito de su primera novela. El escritor le pide que la lea y le de su opinión pues ella nunca acabó de confiar en su talento. Susan, al encontrar muchos matices de su vida en pareja con Edward en el libro, se sumerge de tal manera en él, que comienza a replantearse su vida. 

La crítica: Algo distinto, algo especial y una atmósfera única es lo que propone Tom Ford en su segundo largometraje. Cine de autor en el más amplio concepto de esta denominación. Cuando un director consigue implantar un sello propio a sus películas, diferenciándose del resto, solo nos cabe felicitarle porque con sus principios consigue lo más difícil en el cine. Es decir, innovar y ser vanguardista.

A partir de esta consideración su cine gustará más o gustará menos, pero lo que no cabe duda es que lo hace desde una óptima calidad narrativa. Por más que yo me empeñara en destripar la película, cosa que no pretendo, sería imposible hacerlo pues los terrenos por donde nos lleva Ford son para sentirlos. Tienen tantos ángulos y prismas distintos que solo visionando su propuesta se pueden entender las múltiples preguntas que plantea.

La cinta está basada en la novela 'Tony and Susan' del escritor neoyorquino Austin Wright y es el mismo Tom Ford el que se encarga de adaptar el guión de la misma de una manera muy particular. Aunque en principio se podría hablar de cine y literatura de nuevo unidos, en realidad nos encontramos ante un thriller de suspense dramático.


La novela que recibe Susan trata de un hombre que viaja por una oscura carretera junto a su mujer y a su hija adolescente. En mitad del vasto territorio de Texas son abordados por otro vehículo que los echa fuera de la carretera. Tras el accidente, los tres delincuentes que provocan el mismo secuestran a la familia con consecuencias insospechadas para todos los miembros del suceso. Esta subtrama pasa a ser la trama principal de la película, reflejando el escritor de la novela, rasgos de sí mismo y de su exmujer en la pareja secuestrada. Susan, al ir leyendo la novela, se está dando cuenta del talento de su exmarido y volviendo en cierta manera a enamorarse de él otra vez. Lo que ella desconoce son las pretensiones de Edward al remitirle su manuscrito...

Estamos hablando de dos historias paralelas dentro de la misma cinta o mejor dicho hablamos de dos películas en una sola. Por otra parte y como no podía ser de otro modo convergen en su parte final cerrando el circulo de una manera emotiva y sutil. Hacer de algo en principio tan complicado, algo natural y sencillo solo está en manos de algunos privilegiados y Ford en este caso lo consigue de una manera eficaz.

La cinta cuenta con un hándicap de salida y es la muy desafortunada presentación en sus primeras imágenes que resultan incomprensiblemente grotescas. Nos encontramos en una exposición en una galería de arte creada por Susan y ante unos cuerpos desnudos que hacen las veces de esculturas humanas. A pesar de ser un hecho anecdótico siempre he pensado que la presentación de una película es muy importante para predisponer al espectador a favor de obra. Esto contrasta mucho con la sutileza visual de la película. De hecho es sobresaliente en su fotografía y en su mirada. Los tonos rojos, negros y blancos deslumbran por su belleza.

Una vez superada esta anécdota, nos encontramos ante un cine de alto calado artístico. Un cine profundo y a la vez visceral que nos habla ante todo de las emociones humanas. Sí, de aquello que nos mueve y nos conmueve, de la cobardía y de la valentía, del amor y del desamor. Pero sobre todo nos habla de venganza, de resentimiento, de odio y a la vez de comprensión. Y nos habla y nos sigue hablando hasta que conseguimos escuchar y no solo oír. Un ejercicio de estilo de alta vanguardia cinéfila.


Jack Gyllenhall (Brokeback Mountain) tiene un doble papel en la cinta. El primero como el escritor y el segundo como protagonista de la narrativa de su novela. Un trabajo que le emparenta en cierta manera con su personaje en la estupenda película Demolition y que ya le confirmó como un actor en plena madurez. Sería de justicia que obtuviera la nominación al Oscar en 2017. Un actor con un alto grado de compromiso con su profesión eligiendo normalmente papeles muy complicados e incluso fuera de las grandes superproducciones que le reportarían mayores ingresos económicos.

Parecido es el caso de Amy Adams (La llegada). Una actriz que está despegando a base de seleccionar muy bien sus trabajo. Aquí de nuevo luce con soltura y emotividad. El tercer papel destacado de la cinta lo encarna Michael Shannon (Revolutionary Road). Él interpreta al policía encargado de investigar el caso del incidente y secuestro de la familia de la novela. Sin duda, un papel espectacular que también le debería llevar a obtener su segunda nominación al Oscar como mejor actor de reparto. En el papel de villano se desenvuelve con acierto Aaron Taylor-Johnson (Savages).

En conclusión, nos encontramos ante una propuesta atrevida y seductora, que nos hace olvidar ciertos rasgos de pretenciosidad que a veces destila el cineasta. De hecho, Ford encuentra los mejores caminos del cine noir de los últimos años. Extremadamente dura en lo sentimental, sin embargo, Animales nocturnos nos depara un ejercicio de una sutileza narrativa perturbadora y exquisita. Acompañados de un excelente música, entraremos si estamos dispuestos a ello, en un proceso de deconstrucción de unas personalidades magnéticas, contradictoras e imperfectamente humanas.

Animales Nocturnos obtuvo el gran premio del jurado de la Mostra de Venecia de 2016.

Nota: 8/10.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Dirección y guión: Tom Ford.

Reparto: Amy Adams, Jake Gyllenhaal,
Michael Shannon, Aaron Taylor-Johnson,
 Isla Fischer, Laura Linney.

Fotografía: Seamus McGarvey.

Música: Abel Korzenioswski.

Duración: 115 minutos.

Estreno EEUU: 23 de noviembre de 2016.

Estreno España: 2 de diciembre de 2016.


viernes, 2 de diciembre de 2016

Vaiana (Moana)


La historia: Los sucesos se desarrollan hace 2000 años. Vaiana (Moana) es una joven de 16 años aventurera, decidida y compasiva. Vive en una remota isla en el Pacífico sur y su deseo es explorar el mundo navegando. El problema surge cuando el padre, que es el jefe de la tribu, no comprende su actitud. A pesar de todos los inconvenientes, la intrépida aventurera se embarca en un viaje a lo desconocido por mar abierto...

La crítica: En primer lugar habría que explicar el porqué en España y en parte de Europa se ha traducido el título original de Moana por el de Vaiana. Lo primero que pensamos es que es una nueva vuelta de tuerca de los "ingeniosos traductores", pero en esta ocasión, no son los perpetradores habituales de dichos dislates. Según indica Disney en una nota de prensa, el nombre de Moana está ya registrado por una firma de perfumería europea y no ha sido posible utilizar el nombre original del personaje.

Teniendo en cuenta que Europa es un mercado fundamental para Disney se podría haber tenido en cuenta antes para unificar el nombre en uno solo. Se que alguien pensará que el título o la traducción tampoco es tan importante para una película. Solo diré dos cosas, la primera es que busquen el título original de la cinta de Jim Carrey que en España se tradujo por 'Olvidate de mí'. La segunda, si es usted un hombre y tiene una novia o una esposa llamada Laura, pruebe a llamarla por dos veces Paula. Veremos entonces si el nombre es importante o no...

Ahora hablemos de la película. Aunque siendo sinceros tampoco es que haya mucho de lo que hablar. Desde luego si el genio de la animación Walt Disney despierta algún día de su supuesta criogenización (¿leyenda urbana?) y se encuentra con semejante propuesta pide de inmediato que lo vuelvan a congelar.

Y es que la carta de presentación de la película y sus primeros cinco minutos te dejan estupefacto. ¿Se propone Disney acojonar a los niños? No lo creo, pero no recuerdo una presentación más desagradable en la casa del ratón Mickey. Si a esto le añadimos que los primeros 40 minutos transcurren entre onirísmos imposibles, canciones oscuras y referencias mitológicas, la primera parte de la cinta roza la pesadilla intelectual.


En la segunda parte, al menos entramos en algo más clásico en el mundo Disney. Aquí es cuando la princesa Moana/Vaiana/Hawaiana (y digo princesa por ser la hija del jefe de la tribu del que heredará el trono), sale de la isla a correr intrépidas aventuras. Su propósito es encontrar al semidiós Maui para que devuelva un objeto con poderes mágicos. Este individuo había robado a otro ser mitológico con la intención de dar paz a la isla donde vivía Moana/Vaiana (a partir de ahora Moana).

Como veis un argumento de máximo interés mundial (ironía). La cinta está inspirada en la mitología y las leyendas de las islas polinesias en Oceanía y están bien documentadas. Pero esto, ¿es emocionante?¿es divertido? A mí desde luego no me lo pareció y hablar de semidioses hoy en día, la verdad, y en este ámbito no resulta muy atractivo.

Por otra parte, nunca me gusto la afección de semidios, ni nada con este prefijo. Ya puestos a ser dioses que lo sean del todo y quien se lo quiera creer pues perfecto. Yo respeto y conozco parte la mitología romana, griega y demás, pero cada cosa en su lugar y en su sitio. Es como si invitamos a nuestra pareja a una cena romántica y le proponemos como tema de conversación el funcionamiento técnico del motor de la lavadora.

Marcianada: entrevista de trabajo. El empleador le pregunta al candidato: ¿y usted que oficio ha tenido o tiene? El empleado le dice - Pues soy semi-carpintero y he trabajado de semi-oficinista. Entonces el tipo de recursos humanos le dirá: "Pues ahora mismo no contamos con ningún semitrabajo, así que vuelva usted otro día".


Supongo que algún crítico de cine escribirá que nos encontramos ante un trascendental viaje de descubrimiento interior en el cual una joven adolescente encuentra su verdadero yo. Váyanse a su interior y hagánselo mirar. Ni mensaje, ni hostias (perdón que es una peli para niños) quería decir, ni mensaje, ni leches. Un aburrimiento en toda regla. En mí opinión y ojo que solo es la mía, la peor cinta de Disney en los últimos 20 años. Todos estos años no he faltado ni uno solo a mi cita anual con la casa de los sueños. He disfrutado, he reído, y he llorado con sus defectos y con sus muchas virtudes, pero esta vez la decepción es grandísima.

Esto no es óbice para destacar las fantásticas imágenes generadas por ordenador y los maravillosos colores en el mar abierto. También el diseño de Moana pues es una de las princesas más bellas de Disney. Pero hasta aquí lo bueno, sinceramente no hay más a excepción de que esta vez no hay príncipe azul y aquí se encuentra un cierto mensaje feminista.

En fin, y para recapitular ya, una película de Disney en la que en los primeros minutos aparecen las palabras fauces, inevitable y muerte desde luego no es lo más sugerente. Si a esto le añadimos que la temática de la mitología, los ancestros, las deidades y los sueños oníricos no son precisamente de lo que debatan los niños en el recreo, pues sobra añadir mucho más. ¿Podríamos buscar un termino medio entre las aspiraciones de los críos a ser cazadores de Pokemon profesionales y la intención de algunos de que sean filósofos con 7 años? ¿Cinco guionistas para esto?

Nota: 2/10.

Os dejo el enlace de Inside Out (Del Reves) una obra maestra de Disney-Pixar. 

También de otra película agradable de Disney que reseñé este verano: Buscando a Dory

Nacionalidad: Estados Unidos.

Dirección: John Musker.

Guión: Jared Bush, Ron Clements, Jhon Musker, 
Pamela Ribon, Taika Waititi.

Fotografía: Rob Dressel, Adolph Lusinsky.

Duración: 113 minutos.

Estreno EEUU: 23 de noviembre.

Estreno en Perú, México y España: 2 de diciembre.

Estreno Argentina: 26 de diciembre.