martes, 18 de marzo de 2025

Wilding, el regreso de la naturaleza: del desierto biológico al hábitat silvestre


Wilding, el regreso de la naturaleza dirigida por David Allen se estrena en cines españoles el próximo día 21 de marzo de 2025. La película documental está basada en el libro best seller de Isabella Tree: "Asilvestrados".

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La historia: Una pareja apuesta por la naturaleza para el futuro de su fallida finca de cuatrocientos años. Los jóvenes luchan contra las tradiciones y se atreven a poner el destino de su granja en manos de la naturaleza. Derribando las vallas, devuelven la tierra a la naturaleza y confían su recuperación a una mezcla heterogénea de animales tanto mansos como salvajes. Es el comienzo de una gran apuesta que se convertirá en uno de los experimentos de reconstrucción más importantes de Europa.

La crítica: Tras nueve años escribiendo crítica de cine tengo claro que el cine documental es el que mayor pureza cinematográfica ha conservado con el paso de los años. Un cine con cuestiones reales para reflexionar, meditar y hacer de este mundo algo mejor si esto es aún posible. En el caso de la película hoy reseñada tiene el valor añadido de que es apolítica, no pretende ser panfletaria y se dedica a mostrar un experimento para recuperar la diversidad en los suelos dañados por la agricultura intensiva. 

Wilding, el regreso de la naturaleza cuenta la historia de, Isabella y Charlie Tree, que en los años 80 heredan Knepp, una finca abandonada de 400 años de antigüedad en el sur de Inglaterra. Oponiéndose a la arraigada tradición, se arriesgan a dejar que la naturaleza decida el destino de su granja, con un ambicioso proyecto de recuperación de la naturaleza inspirado en el pensamiento de ecologistas europeos como Frans Vera. Es el inicio de un gran experimento que llegará a convertirse en uno de los más importantes de Europa. Hablamos de una cinta inspiradora que nos muestra el camino para que la naturaleza vuelva a entrar en nosotros.

Sin embargo, a finales de los 90, la pareja tienen que afrontar la realidad: las tierras no dan frutos y acumulan una deuda de 1,5 millones de libras. Tras derribar las cercas, y con la esperanza de regenerar el crecimiento de los hongos micorricicos en lo más profundo del suelo, devuelven la tierra a la naturaleza y confían su recuperación a una variopinta mezcla de animales para que vivan en libertad. Y el conjunto comienza a funcionar: abonos naturales, nada de pesticidas, mucha paciencia y todo superando la intolerancia de vecinos y a la lenta burocracia inglesa. 

Con el paso del tiempo, algo de ayuda de unos encantadores cerdos y el milagroso regreso de especies raras como la mariposa tornasolada, la cigüeña blanca y la tórtola turca que tienen su hogar en Knepp, la tierra se va regenerando por si sola. Se trata de una transformación que excede con creces todo lo que alguien pudiera imaginar, capturada al detalle por David Allen, documentalista ganador de cinco premios Emmy, y Tim Cragg y Simon de Glanville, directores de fotografía galardonados con varios premios BAFTA. La técnica, por tanto, es muy sólida. 

Los proyectos de resilvestración hechos en Europa influyeron mucho en la mente de los protagonistas. Nunca hubieran imaginado que castores e incluso cigüeñas habitaran su finca de 1400 hectáreas que en su día estuvieron dedicados a la agricultura intensiva y producción de lácteos. Uno de los aspectos clave era hacer que los animales de gran tamaño en libertad fueran los que controlaran el sistema. Imaginémonos las grandes manadas de uros, sábalos, alces, jabalíes, castores, etc., que había en Europa mucho antes del ser humano, y pensemos en cómo crearon una matriz de hábitats mucho más abierta, diversa y dinámica, que es combustible para la vida salvaje y para la vida natural. 

Wilding, el regreso de la naturaleza me ha parecido una cinta precisa y preciosa. El metraje de apenas 75 minutos otorga un buen ritmo narrativo para no caer en la reiteración. Si queremos recuperar la naturaleza, una de las formas de conseguirlo es recurrir a estos grandes animales en libertad, o a sus descendientes modernos, si no se los ha cazado hasta extinguirlos. Se puede utilizar a sus descendientes domesticados para recrear el hábitat. En 20 años, la tierra ha dejado de ser un ecosistema empobrecido y agotado y se ha convertido en uno de los focos de biodiversidad más ricos de Gran Bretaña, en el que se encuentran algunas de las especies más raras. Así que en definitiva hablamos de una gran historia de esperanza basada en la perseverancia de algunas personas.

Nota: 7'5/10.


Nacionalidad: Reino Unido 

Dirección: David Allen

Guion: Isabella Tree

Fotografía: Tom Beldam

Duración: 75 minutos

Reparto: Documental (Rhiannon Neads, Matthew Collyer, Isabella Tree).

martes, 11 de marzo de 2025

Presence: Steven Soderbergh subvierte de manera brillante el cine sobrenatural

Presence dirigida por Steven Soderbergh se ha estrenado en cines españoles el día 7 de marzo de 2025. La cinta fue presentada en los festivales de Toronto y Sitges con una gran recepción por público y crítica. 

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La historia: Rebekah (Lucy Liu), su marido (Chris Sullivan) y sus hijos comienzan a experimentar fenómenos inexplicables tras mudarse a su nueva casa. Las extrañas presencias que se manifiestan a su alrededor les harán cruzar la delgada línea entre la realidad y la percepción. 


La crítica: Creo que las críticas más duras realizadas por este servidor -ya sean en tono sarcástico o en tono más serio- han estado dedicadas al cine de terror por la repetición de argumentos, clichés y demás aberraciones narrativas. Sin embargo, es un género que me gusta y en el que hay miles de opciones para innovar. Aunque estrictamente, Presence se decanta más por ser una película de suspense con leves elementos del cine de horror. Hablamos más bien de cine experimental, pero dirigido por un cineasta muy curtido que sabe dónde se mete y lo más importante sabe como resolver la premisa planteada. 

Y es que en la cinta reseñada se opta por algo tan sencillo y a su vez innovador como cambiar la perspectiva de la narración. Es decir, aquí todo lo vivido se narra a través del punto de vista de un fantasma que habita una casa vacía. En realidad es como si los nuevos moradores fueran los invasores de su tranquilidad. Poco a poco intuiremos el porqué de esa presencia, fantasma o espíritu a la vez que conoceremos a los cuatro miembros de la familia que compra la casa. Por supuesto, Soderbergh huye de todos los clichés: no hay gente poseída, no hay perros endemoniados, tampoco niños siniestros, no hay sustos gratuitos y sí hay un asesino en serie que justifica una trama atractiva. 

Uno de los placeres de Presence está en la elaboración del libreto escrito por David Koepp. Él es un experto en realizar thrillers en entornos restringidos. Y la cinta se desarrolla en el interior de una mansión, sin apenas exteriores lo que conlleva un cierto aire de obra teatral. En cualquier caso y debido a la pericia en el manejo de la cámara todo parece novedoso sin encontrar demasiadas referencias -aunque las hay- en la historia del género. Todo se lleva a cabo en un solo lugar. Ocurren cosas raras y la familia comienza a desmoronarse ante los misteriosos hechos que se van sucediendo. Como espectador quedas enganchado. 

Otro punto fuerte son los 85 minutos de metraje que dan el ritmo adecuado a la historia. De hecho, la realización se toma su tiempo para presentar personajes y peculiaridades de la familia. Con ello se demuestra que el cine de más de 150 minutos en la actualidad está desfasado. Menos es más y lo bueno si breve dos veces bueno como diría Baltasar Gracián. 


El reparto con carácter general resuelve bien su trabajo: Callina Liang, Lucy Liu, Chris Sullivan, Eddy Maday o Julia Fox se sienten muy bien dirigidos por el cineasta. El personaje central es la hija adolescente de la familia. Ha perdido a su mejor amiga por una sobredosis de drogas y lidia con el duelo de manera principal en su habitación y sin mucho apoyo familiar a excepción del padre. Padres y hermano se sienten estupefactos ya que también son testigos de que hay una presencia en la casa por ruidos o cambios de objetos de sitio. En cualquier lugar todo es muy sutil. El único debe que pondría a la película es la poca profundidad de los personajes. Aunque no están desarrollados del todo en la parte final nos haremos una idea general de todo el entramado familiar. 

La técnica es sobresaliente. Abundan excelentes planos secuenciales, tenues toques de música y un espacio escenográfico ideal. La casa es preciosa, se rueda de día, la fotografía es luminosa y la cámara principal hace de los ojos del fantasma. Es decir, lo que comentaba de manera anterior de cambiar la perspectiva visual y narrativa de la historia. 

Presence es original, innovadora y potente ya desde los primeros planos. Un filme que parece ser una enmienda a la totalidad de los patrones utilizados por el género de terror en los últimos años. De esta manera, Soderbergh subvierte, trastoca y revoluciona un género que vuelve a los orígenes del buen suspense y del que seguro el maestro Hitchcock se sentiría muy orgulloso. En definitiva hablamos de una película intensa, sólida y que no dejará indiferente al espectador. 

Nota: 8/10.


Nacionalidad: EE UU

Género: Terror, Suspense

Duración: 1h 25m

Dirección: Steven Soderbergh

Guion: David Koepp

Fotografía: Steven Soderbergh

Montaje: Steven Soderbergh

Música: Zack Ryan

Reparto: Callina Liang, Lucy Liu,
Chris Sullivan, Eddy Maday, Julia Fox.

martes, 4 de marzo de 2025

Lee Miller: el valor de la fotografía


Lee Miller dirigida por Ellen Kuras se estrena en cines españoles el próximo día 7 de marzo de 2025. Tras su premiere mundial en el Festival de Cine de Toronto, en julio de 2024, el Festival de Cine de Munich, acogió la premiere europea del filme británico y Kate Winslet recibió el Premio a toda una vida.

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La historia: La película gira en torno a la corresponsal de guerra Lee Miller (Kate Winslet) en su viaje a las primeras filas de la Segunda Guerra Mundial para embarcarse en la misión de destapar las verdades ocultas del Tercer Reich. Pero a consecuencia de la traición, llegará un ajuste de cuentas sobre las verdades de su propio pasado (Vértice Cine).


La crítica: La fotografía, como antes fue la pintura, es testigo del paso de los acontecimientos con un valor incalculable. Pero de manera lógica sin los fotógrafos -en este caso de guerra- y sus particulares miradas no se entendería cualquier conflicto armado y las atrocidades cometidas en ellos. Es por ello que el filme británico trata de buscar el valor añadido que aún hoy en día aportan los retratos de guerra. 

Lee Miller sigue, durante la Segunda Guerra Mundial, a la célebre y prestigiosa corresponsal de guerra, figura crucial del siglo pasado, quien con su talento y tenacidad nos brindó algunas de las imágenes más indelebles del siglo XX. Tras abandonar una glamurosa carrera como modelo de portada en Vogue con artistas como Man Ray (artista surrealista francés que la lanzó al estrellato como modelo de alta costura) coge una cámara de fotos e inicia una peligrosa cruzada como corresponsal de guerra para las ediciones británica y estadounidense de Vogue. Quería plasmar la lucha en el frente aliado, dar a conocer las atrocidades que la Alemania nazi de Hitler perpetró contra los judíos en los campos de concentración y dar a conocer los oscuros secretos del Tercer Reich. Suyas son algunas de las primeras imágenes de los campos de concentración  poco tiempo después de que los nazis huyeran de ellos. 

Otro de los aspectos destacados de la narración es la evolución de los personajes y de la propia Europa. Observamos el color de Francia antes de la guerra y su bohemia. Después el horror del paso de las tropas alemanas. También vemos la evolución de Londres antes, durante y después de la guerra. Poca gente quedó indemne, pero la victoria de los aliados volvió a poner las cosas en su sitio. Y por supuesto la evolución de Lee Miller

Lee siente una profunda comprensión y empatía por las mujeres y por las víctimas sin voz de crímenes atroces; sus imágenes muestran tanto la fragilidad como la ferocidad de la capacidad humana para sobrevivir, existir, defenderse y vivir. A diferencia de los muchos fotógrafos masculinos que pueden moverse libremente, a Miller le deniegan el permiso. Finalmente, tras agotar todas las vías británicas, Lee obtiene una acreditación de guerra estadounidense y, sola, viaja a Europa.


Gran trabajo de Kate Winslet merecedora de algo más que una nominación al Globo de Oro. Se deja la piel. La podemos ver de todas formas posibles: en su juventud bella y glamourosa, en el frente muy desgastada e incluso convertida ya en una mujer mayor en la entrevista ficticia que vehiculiza la narrativa. Tras enfrentarse al asedio de Saint-Malo (Francia) y fotografiar uno de los primeros usos del napalm, Lee une fuerzas con su amigo y compañero fotógrafo David Scherman interpretado de manera correcta por Andy Samberg. Lee y Scherman inmortalizan la liberación de París, se cuelan en la casa abandonada de Hitler en Múnich, donde Scherman hace la icónica foto de Miller en la bañera del Führer. Otros papeles destacados son para el compañero sentimental de Lee, papel de Alexander Skarsgård y a Marion Cotillard como confidente de nuestra protagonista. 

En la técnica destaca un montaje muy inmersivo para el espectador. El vestuario, la luz, la música, el aspecto y la sensación de los espacios por los que se mueven los personajes se sienten muy reales. Alexandre Desplat es el compositor de la música de la película. Las localizaciones nos llevan a Croacia o Budapest, pasando por los escenarios como los de Dachau, el apartamento de Hitler en Múnich, las oficinas de Vogue en Londres, la villa en el sur de Francia, París o un hospital de campaña en Normandía.

Lee Miller es una cinta imprescindible para conocer a una fotógrafa icónica, valiente y tenaz. A través de su mirada vemos los horrores de la guerra, pero sobre todo observamos como éstas cambian la vida y la felicidad de las personas. También de las ciudades o países. Con una brillante interpretación de Kate Winslet y un diseño de producción magnífico, asistimos a una nueva vuelta de tuerca en lo sucedido en la Segunda Guerra Mundial. El enfoque y la perspectiva cambian con respecto a otras películas de la misma temática y eso hace del filme un producto sólido con el añadido del interés histórico. 

Nota: 7/10. 


Nacionalidad: Reino Unido

Dirección: Ellen Kuras

Guion: Liz Hannah

Música: Alexandre Desplat

Fotografía: Pawel Edelman

Duración: 116 minutos

Reparto: Kate Winslet, 
Alexander Skarsgård, Josh O’Connor,
Andy Samberg, Marion Cotillard. 

martes, 25 de febrero de 2025

Amenaza en el aire (Flight Risk): aventuras en Alaska


Amenaza en el aire dirigida por Mel Gibson se estrena en cines españoles el próximo día 28 de febrero de 2025. Tras ocho años sin dirigir una película, el aclamado director y actor de Hollywood, vuelve a la gran pantalla con una película protagonizada por el ganador del Oscar, Mark Wahlberg acompañado de la cuatro veces nominada al Emmy, Michelle Dockery.

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La historia: En este claustrofóbico thriller, un piloto (Mark Wahlberg) transporta en su avioneta a una teniente general (Michelle Dockery) que custodia a un testigo (Topher Grace) que va a testificar en un juicio contra la mafia. A medida que atraviesan las montañas de Alaska, las tensiones se disparan, ya que no todo el mundo a bordo es quien parece ser. Y a 3000 metros de altura no hay escapatoria posible (Diamond Films). 


La crítica: La parte buena de la cinta es que tiene el don de un moderado entretenimiento a base de un cierto humor negro. Sin embargo, la parte mala es que hablamos de una producción dirigida por Mel Gibson, pero que podría haber estado dirigida por cualquier debutante. No hay rastro del director en las secuencias, no hay narrativa de profundidad y los ocurrentes diálogos están escritos por el guionista Jared Rosenberg. En definitiva, Gibson solo ha puesto el nombre al servicio de la producción que ha funcionado bien en la taquilla estadounidense doblando su presupuesto. El filme, una vez exhibido en los cines, tiene todos los tintes de emitirse en las sobremesas de Antena 3 varios millones de veces en los próximos años. También vale para los noches de insomnio

Amenaza en el aire cuenta de salida con una premisa sencilla. Tres desconocidos encerrados en un pequeño avión en el que surge un conflicto al destaparse las intenciones del piloto. La cinta intenta conseguir una mezcla excitante de acción trepidante y una guerra psicológica en el aeroplano que sobrevuela las majestuosas vistas del terreno alaskeño. La historia nos recuerda a aquella peli noventera de Con Air (Convictos en el aire), pero en versión reducida. Por cierto, los 90 minutos de metraje son un acierto. Cuando ves que tu peli se aproxima al churro, corta pronto. 

La película juega con el miedo a volar a grandes alturas, a la caída y a estrellarse. Nada muy nuevo, pero que contiene ciertas dosis de adrenalina y en cierta manera evade al espectador del panorama mundial que cada vez se parece más al circo de los horrores. Para mantener la tensión del espectador, Madolyn debe dominar a un asesino maníaco, tomar el control del avión, y aterrizar sin peligro. Pero no tiene experiencia alguna pilotando por lo que debe fiarse de su instinto y su entrenamiento como militar.


Buen papel de Michelle Dockery en el personaje de Madolyn. Antes de que surja la impactante y mortal amenaza, la tarea principal de la mujer es tomar el control del contable fugitivo quien ha huido a Alaska, pelear con él a bordo de un pequeño avión, y eventualmente hacerle llegar al juicio. Al principio, las constantes quejas y el sentido del humor fuera de lugar de Winston molestan a Madolyn, pero cuando sus vidas se encuentran en peligro a más de 3.000 metros en el aire, en medio del campo de batalla claustrofóbico definitivo, forman una incómoda alianza. Una alianza contra el piloto cuyo personaje está encargado de interpretar un irregular Mark Wahlberg. Hablamos de un personaje con todos los tópicos del mundo y un poco más allá hasta llegar al infinito. 

En la técnica de rodaje y para proporcionar las impresionantes imágenes del avión volando por encima de la naturaleza de Alaska y las montañas cubiertas de nieve, utilizaron un escenario sonoro inmersivo conocido como Volume en el que se utilizan paneles LED como fondo para un escenario en el que se proyectan vídeos o imágenes generados por ordenador que pueden proyectarse en tiempo real. La mayor parte de la película se rodó en un escenario de Las Vegas, donde se instaló The Volume, por lo que la mayor parte de la acción se desarrolla dentro de los límites de este avión Cessna Grand Caravan. 


Amenaza en el aire es una chaladura, pero hace pasar un buen rato de evasión en el cine. En su extravagancia está su punto fuerte y en su poco peso su punto débil. Con un reparto desigual y una técnica bien conseguida, hablamos de un producto divertido aunque inane. Esperemos que Mel Gibson cuando vuelva a dirigir se planteé realizar algo acorde a su prestigio y a su talento. Hoy le aprobamos por los pelos. 

Nota: 5/10. 


Título Original: Flight Risk

Nacionalidad: EE UU

Género: Acción, Thriller

Duración: 1h 31m

Dirección: Mel Gibson

Guion: Jared Rosenberg

Fotografía: Johnny Derango

Reparto: Mark Wahlberg,
Michelle Dockery, Topher Grace.

martes, 18 de febrero de 2025

La última reina (Firebrand): la mujer que plantó cara a Enrique VIII

La última reina dirigida por Karim Aïnouz se estrena en cines españoles el próximo día 21 de febrero de 2025. Protagonizada por Alicia Vikander en el papel de Catalina y Jude Law como el tiránico Enrique VIII, es el primer filme en inglés del director brasileño Karim Aïnouz.

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La historia: En un ambiente de suspense psicológico y ambientada en la sangrienta corte Tudor del infame rey Enrique VIII de Inglaterra (Jude Law), nos cuentan sus vidas desde el punto de vista de la reina Catalina Parr (Alicia Vikander), la sexta y última esposa de Enrique y la única que evitó el destierro o la muerte (Vértice Cine). 


La crítica: El cineasta nos lleva de viaje a la Edad Media en un filme que trata de aportar algo nuevo sobre la vida de Enrique VIII y su pasión por acabar con la vida de sus esposas. La muerte mejor que el divorcio diría él. Hablamos de una historia que va de menos a más, pero que adolece de la épica necesaria para implicar del todo al espectador. Sin embargo, para los amantes del cine histórico podemos encontrar miradas interesantes. 

La última reina se presenta como una reinvención de la película de época y narra los hechos desde el punto de vista de un personaje muy subrepresentado en la historia de Inglaterra, Catalina Parr, la última esposa de Enrique VIII, reina consorte de Inglaterra e Irlanda y responsable de la reconciliación entre Enrique y su hija María, quien más tarde sería la primera soberana de Inglaterra por derecho propio, María I.

El guion, a cargo de las hermanas Henrietta y Jessica Ashworth (Tell It To The Bees, Night Bus), está basado en la novela histórica ’Queen's Gambit’ de Elizabeth Fremantle, primera novela de la autora y entrega inicial de la Trilogía Tudor, en la que, a través de los ojos de Catalina y su joven doncella, cuenta la historia de dos mujeres muy diferentes en una época muy turbulenta.

La narrativa se sostiene sobre las intrigas de palacio haciendo hincapié en la forma de llevar el catolicismo de Enrique VIII. Un rey, y la jefatura de su Iglesia, que se negaban a que La Biblia fuera traducida del latín para mantener a la población en la ignorancia. La reina Catalina hizo lo que pudo para dar al pueblo lo que deseaba y eso estuvo a punto de costarle morir en la hoguera. Se libró por los pelos. 

Alicia Vikander hace un buen papel representando a la reina Catalina. La reina es nombrada regente mientras el tirano Enrique lucha en ultramar. Horrorizada y afligida, cuando regresa el rey enfermo y paranoico, Catalina luchará por su propia supervivencia. La conspiración resuena por todo el palacio. Todos esperan que la reina cometa un desliz, y que Enrique le corte la cabeza como a sus anteriores esposas. Lo mejor de la cinta pasa por la gran interpretación de Jude Law que aparece irreconocible en el papel de Enrique. El rey ya no tiene la fuerza física de antaño, a lo que se suma su vulnerabilidad mental. Un personaje que ya no era aquel joven príncipe, en otro tiempo en apariencia perfecto, ese músico y deportista bello, vibrante, viril y romántico, terminara siendo este anciano obeso, enfermizo, desgraciado y decadente de poco más de cincuenta años. Creó un mundo en el que nadie podía decirle que se estaba muriendo. Entre los personajes clave de la última parte del reinado de Enrique figuran el obispo conservador Stephen Gardiner, interpretado por Simon Russell, y la predicadora protestante Anne Askew, interpretada por Erin Doherty. La propia Catalina participó en el movimiento reformista, pero, debido a su proximidad al Rey, tuvo que moderar su activismo.

La parte técnica es muy notable en cuanto a diseño de interiores, vestuario y diseño de producción en general. Rodada en Haddon Hall, el guion se reescribió de nuevo para incorporar la narración de la Corte Real escapando de la plaga de Londres. Al ser Haddon Hall la única localización de la película, también se convirtió en un personaje por derecho propio.

La última reina es una película eficaz, preciosista en lo visual aunque monótona en su narrativa. Con unas buenas interpretaciones, y un sólido diseño de los espacios escenográficos, gustará a los amantes del género histórico, y quizás, cause cierta indiferencia al espectador que busque épica o acción. Hablamos más bien del clásico filme que narra unas intrigas palaciegas en las que el mínimo error te llevaba a la hoguera. 

Nota: 7/10.


Nacionalidad: Reino Unido

Género: Histórico

Dirección: Karim Aïnouz

Guion: Henrietta Ashworth

Música: Dickon Hinchliffe

Fotografía: Hélène Louvart

Duración: 120 minutos

Reparto: Alicia Vikander, 
Jude Law, Eddie Marsan,
Ruby Bentall.

martes, 11 de febrero de 2025

La red fantasma: cuando la venganza libera el alma

La red fantasma dirigida por Jonathan Millet se ha estrenado el 7 de febrero de 2025 en cines españoles. El thriller de Millet abrió la Semana de la Crítica de Cannes y ha competido en la sección Punto de Encuentro de la Seminci.

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La historia: Hamid, un profesor sirio en el exilio, forma parte de un grupo secreto que persigue a los dirigentes fugitivos del régimen. Su misión le lleva a Francia tras la pista de su antiguo torturador. La venganza con la que lleva años obsesionado está a un solo paso (La Zona Cine).

La crítica: Por su posición geo estratégica, Siria se ha convertido en las últimas décadas en un país infernal y por lo cual se ha producido un éxodo de refugiados. El filme se ha rodado, por supuesto, antes del derrocamiento del tirano Bashar Háfez al-Ásad. Un hombre al se quiso ver como un renovador y sin embargo por mantenerse en el poder convirtió al país en un paria en el que se han librado guerras, experimentos con armas militares, pruebas de las mismas o violaciones de los derechos fundamentales. Es por eso que la historia aunque ambientada fuera del país, cobra un gran interés histórico y además funciona de manera moderada como thriller cinematográfico. 

La red fantasma sigue los pasos de Hamid, integrado en una red de espías no profesionales, en busca de uno de los torturadores del régimen sirio. Un tipo capaz de idear torturas con electricidad y probar todo tipo de químicos contra las personas detenidas. Como ya decía, Siria, ha sido un campo de pruebas que incluso dejan a Iraq o a Afganistán como segundones en estas malas artes. Hasta para nacer en un país o en una región determinada hay que tener suerte. La serendipia. 

El realizador francés Jonathan Millet se ha basado en una situación real, que ha seguido muy de cerca, para rodar su primer largometraje de ficción. Su lente está puesta en la situación de los refugiados sirios víctimas del régimen de Bashar al Asad, de su suerte dentro y fuera de las fronteras de su país, y especialmente en una lucha casi clandestina que pocos conocen: la de una célula de espías instalados en Europa que se encarga de localizar a sus propios torturadores.

La red fantasma está inspirada a partir la publicación de dos artículos en abril de 2019, en Libération, sobre la célula de Yaqaza y la caza del «Químico» en Alemania. A partir de ese momento, el cineasta quiso seguir esa pista. La narrativa es deliberadamente tranquila y no hay escenas violentas. Más bien hablamos del juego del ratón y el gato aunque se echa algo de menos más acción. Tampoco existen flasbacks rememorando las torturas y me parece inteligente. No es necesario mostrar para saber lo que se había producido con los detenidos en Siria. 


Protagonizada por el actor franco tunecino Adam Bessa (Premio del Festival de Cannes por Harka), se las apaña para sostener la cinta ya que sale en casi la totalidad de los planos del filme. Se le podría achacar algo de frialdad o de contención en su papel. En el papel del torturador -que nunca sabemos a ciencia cierta si lo es- aparece un buen Tawfeek Barhom que es el personaje que da suspense a la cinta. Muy breve aparición de la actriz Julia Richter como compañera de la red de espionaje. 

La técnica de la película es plana sin poder destacar ningún elemento. Si acaso una fotografía correcta y un metraje bastante digerible. Las localizaciones se realizan en Europa.

La red fantasma es una cinta correcta que sabe manejar bien los elementos del suspense tradicional. Todo se centra en la narrativa por lo que adolece de espectáculo o secuencias evasivas. El cineasta tampoco lo busca. Hablamos más bien de un grito de auxilio sobre lo que sucedió y probablemente siga sucediendo con los torturadores sirios. Como sucedió con los nazis huidos, el mundo no debería descansar en paz hasta que el último de estos malnacidos sea detenido, juzgado y encarcelado.

Nota: 6/10.


Nacionalidad: Francia

Título original: Les fantômes

Dirigida por Jonathan Millet

Guion de Jonathan Millet

Director de fotografía: Olivier Boonjinj

Música original de Yuksek

Duración: 106 minutos

Reparto: Adam Bessa,
Tawfeek Barhom, Julia
Franz Richter, Hala Rajab.

martes, 4 de febrero de 2025

María Callas: Angelina Jolie y la tristeza


María Callas dirigida por Pablo Larraín se estrena en cines españoles el próximo día 7 de febrero de 2025. Su nominación al Globo de Oro reafirma el lugar de Angelina Jolie como una de las actrices más destacadas de este año.

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La historia: Asistimos a  los últimos días de vida de la legendaria soprano en el París de los años 70. La diva, recluida en su apartamento de la capital francesa, lucha en privado con sus inseguridades y las relaciones tormentosas, como la que tuvo con el magnate griego Aristóteles Onassis, mientras que el planeta entero la adora por su prodigiosa voz. 


La crítica: Asisto con ilusión a una nueva vuelta de tuerca en la filmografía sobre la Callas y me encuentro con una de las películas más tristes que he visto en mi vida. No sé en que momento se encuentran Larraín y Jolie, pero desde luego consiguen transmitir la pesadumbre de manera óptima. Y no es que tenga nada en contra de la tristeza. De hecho, en Inside Out decíamos que la tristeza es un instrumento reparador que, en muchas ocasiones, actúa como 'alarma de auxilio'. Pero en este caso lo que hace es que salgamos del cine peor de lo que hemos entrado. Y justo debería ser al revés. El cine es ilusión, alegría sin estar exento de profundidad. 

La película comienza con los servicios funerarios recogiendo el cuerpo inerte de María Callas. Tras dos horas de la narrativa de la penuria, volvemos al punto inicial en un final circular. Es cierto que hay algún flasback que nos recuerda la sonrisa de la diva, pero son momentos menores. La narración se centra en los últimos días de una artista que se presenta falsamente como altiva, sin media sonrisa y eso sí completamente adicta a las drogas medicamentosas. Y me da rabia porque como estudioso de la Callas siempre fue una mujer alegre y con la sonrisa en los labios incluso antes de morir. No entiendo este retrato tan sombrío de una mujer que disfrutó de la vida y de su profesión. 

Ana María Cecilia Sofía Kaloyerópulos, conocida mundialmente como Maria Callas, nació un 2 de diciembre de 1923 en Nueva York y murió a la temprana edad de 53 años el 16 de septiembre de 1977 en París. Existe una película documental francesa, donde se recogen testimonios, entrevistas y actuaciones de la celebre soprano que revolucionó el mundo de la ópera y del bel canto a mediados del pasado siglo XX. Una cinta preciosa y con un gusto soberbio: Maria by Callas. 

Recojo algo de lo que escribí entonces sobre el documental: "María by Callas es un perfecto retrato histórico y una bella crónica periodística sobre una figura icónica de la cultura contemporánea. También es un viaje junto a la artista por las ciudades de Lisboa, Mallorca, Nueva York, con paradas en el bucólico Lago de Garda italiano o en el impresionante Festival de Cine de Cannes. Pero ante todo, la cinta lo que trata de recoger es la dicotomía que sostuvo la soprano entre la mujer y el mito, entre la persona y la estrella, o entre María y la Callas. Esa es la esencia del film y probablemente la esencia en la vida de la artista".


Angelina Jolie frente al espejo. No creo que sea casualidad que la actriz haya elegido este papel. Y sobre todo esa parte casi macabra a la que está dedicada la película. Como voy teniendo unos años recuerdo a la Jolie en sus primeros papeles cuando nadie la conocía. Una actriz salvaje y con ganas de comerse el mundo. Bella sigue siendo, pero algunos de los planos de la cinta parecen impostados. Seria, queriendo resaltar su belleza y ensimismada en sí misma. Vuelve, Angelina, Vuelve. 

El resto de personajes es casi inexistente: un periodista que la hace el último reportaje, su personal de servicio y Onassis que le pone un poco de picante al plato servido. El movimiento del piano por la casa de la diva es lo mejor del filme. Un puntito de humor negro. 

Salvamos la técnica de rodaje que es monumental. La fotografía de Edward Lachman, nominada al Oscar, es un recital. Música, vestuario y diseño de producción si están a la altura. Ahí todo es bonito. 

María Callas me ha perecido una película prescindible, grisácea y muy triste. Los propios títulos de crédito con imágenes reales dan fe de una mujer alegre, simpática e incluso sonriente en la piscina de su casa antes de morir. Hablamos de una biografía fúnebre que recoge el final de una vida y el final de su voz que fue en definitiva lo que le amargó sus últimos días. He querido realizar una crítica de un tirón, sincera y sin entrar en las motivaciones de productores y demás. De momento me voy a ver una comedia de Fernado Esteso y Pajares que al menos con sus payasadas levantaran mi ánimo tras el visionado de la cinta hoy reseñada. 

Nota: 4/10.


Nacionalidad: Italia

Título Original: Maria

Género: Drama

Duración: 2h 03m

Dirección: Pablo Larraín

Guion: Steven Knight

Fotografía: Edward Lachman

Montaje: Sofía Subercaseaux

Reparto: Angelina Jolie, 
Pierfrancesco Favino, 
Alba Rohrwacher, Haluk Bilginer.

martes, 28 de enero de 2025

El brutalista: Cine con Mayúsculas


El brutalista dirigida por Brady Corbert se ha estrenado el 24 de enero de 2024 en cines españoles. Con Adrien Brody de protagonista la cinta es una de las favoritas para los Premios Oscar. 

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La historia: Huyendo de la Europa de la posguerra, el visionario arquitecto László Toth llega a Estados Unidos para reconstruir su vida, su obra y su matrimonio con su esposa Erzsébet tras verse obligados a separarse durante la guerra a causa de los cambios de fronteras y regímenes. Solo y en un nuevo país totalmente desconocido para él, László se establece en Pensilvania, donde el adinerado y prominente empresario industrial Harrison Lee Van Buren reconoce su talento para la arquitectura. Pero amasar poder y forjarse un legado tiene su precio...(A24).


La crítica: Overture. Así comienza esta grandiosa película. Nominada a 10 Oscars de la Academia en competencia con la ridícula Emilia Pérez (13 nominaciones), veremos si se opta por un premio político o por premiar al Cine. Voy a aclarar varias cosas que no todo el mundo tiene porque conocer. El movimiento brutalista surgió en la década de 1950. Liderado por el arquitecto franco-suizo, Le Corbusier, sus principios básicos eran el uso del hormigón, materiales industriales inacabados, elementos estructurales fuertes, formas rígidas y colores monocromáticos. (El nombre derivaba del término francés para el hormigón en bruto: béton brut). Los edificios brutalistas pretendían proyectar una imagen utilitaria, con ejemplos famosos como el ahora Frick Madison de Nueva York, el Barbican de Londres y la Catedral de Santa María de la Asunción de San Francisco. Nuestro protagonista, que es ficticio, se inspira en este modelo para desarrollar su carrera. 

El brutalista, sin embargo, no es una película sobre arquitectura aunque esté muy presente. Es un filme que nos habla de inmigración, de las paradojas del sueño americano y del derecho a la dignidad. Sus tres horas y media de duración con descanso incluido, sería la parte más polémica del planteamiento. En parte, hablamos de un hueso duro de roer y a su vez de cine para paladares exquisitos -y muy pacientes-. 

Cine en definitiva para ver en pantalla grande y más teniendo en cuenta que está rodada en celuloide. Su director con 36 años da un recital de planos, narra parte de la historia de Estados Unidos y se convierte por derecho propio en un maestro del cine. Incluso a aquellos que la cinta no pueda convencer del todo, reconocerán las grandiosas formas y miradas de un cineasta con muy largo recorrido. 

La película es para verla y menos para leer sobre ella por lo que no me extenderé demasiado. Las claves están dadas: la inmigración, arquitectura, sueño americano a veces invertido y una historia que también nos habla de la familia, de las raíces y de los sueños por lograr. También del miedo, el desdén hacia el que viene de fuera o los apátridas cuyas voces que en el caso judío llegan hasta nuestros días.


Brody da un recital interpretando a László Toth. Un personaje que está basado en una persona que no existió con lo que la cinta gana alejándose del biopic al uso. Lo que encuentra el personaje a su llegada al mundo occidental es una América muy diferente a la que esperaba. La promesa del sueño americano demuestra ser una mera ilusión y su reputación como arquitecto de éxito en Budapest no parecen resonar en el aristocrático entorno de Pensilvania. Su esposa está muy bien interpretada por Felicity Jones. Su personaje Erzsébet, está atrapada en la Europa oriental de posguerra y su mayor deseo es volver a estar con su marido. El otro personaje importante lo hace el genial Guy Pearce interpretado a Lee Van Buren que da trabajo a Tóth para construir un monumento conmemorativo a la difunta madre de este en la enorme propiedad del oligarca, en el estado de Pensilvania. En el transcurso de la película, ese monumento se convierte en todo un símbolo de la genialidad de Tóth, de todo el sufrimiento que le acarrea la guerra y de la épica batalla en la que se enzarza con el capitalista para poder construirlo.

La parte técnica es sobresaliente. La fenomenal banda sonora se acopla al montaje o viceversa. Fotografía, diseño de vestuario y espacios brutalistas son igualmente perfectos. Se recrea con destreza la vida urbana y rural de Estados Unidos en la Pensilvania de mitad de siglo, lo que requiere un diseño de producción específico en cuanto a la época y el enclave. También fue necesario crear la imponente visión arquitectónica del proyecto que László va construyendo en diferentes fases y que comienza sobre una colina de Pensilvania para para luego ir desarrollándolo en el transcurso de muchos años.


El brutalista me ha parecido un film grandioso aunque algo excesivo en el metraje. Hablamos de cine hecho a fuego lento y que quedará en la memoria colectiva de los espectadores. Con unas grandes interpretaciones y una imágenes conmovedoras hablamos de cine de otro tiempo. De cine clásico. Del cine que me habló mi padre y de un arte que aún merece la pena. Un arte con presente y futuro. Un arte que nos enseña, nos emociona, nos cabrea, nos duele y nos hace sentir también mucho más humanos. La cinta, en definitiva, es la celebración del séptimo arte. 

Nota: 9/10.


Nacionalidad: EE UU

Género: Drama

Director: Brady Corbet

Guion: Brady Corbet

Música: Daniel Blumberg

Fotografía: Daniel Blumberg

Duración: 215 minutos

Reparto: Adrien Brody, Felicity Jones, 
Guy Pearce, Joe Alwyn.

martes, 21 de enero de 2025

Babygirl: Nicole Kidman brilla en una mediocre cinta sobre el impulso sexual


Babygirl dirigida por Halina Reijn se ha estrenado en cines españoles el día 17 de enero de 2025. Nikole Kidman ganó la Copa Volpi en Venecia a la Mejor Actriz por su arriesgado y valiente papel. 

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La historia: Sensual thriller erótico que narra la historia de Romy (Nicole Kidman), una alta ejecutiva que inicia una ardiente aventura de sexo extremo con su joven becario, Samuel (Harris Dickinson) a espaldas de su marido Jacob (Antonio Banderas). Romy invertirá su rol habitual en el trabajo, pasando de ser quien da las órdenes a disfrutar siendo sometida en la cama. Esta tórrida relación le permitirá encontrar el camino hacia su libertad sexual, a pesar del riesgo y los prejuicios.


La critica: Sin mucha novedad que cualquier adulto ya no sepa en lo erótico, quizás lo mejor del filme es que refleja los tabúes a los que se ha de enfrentar una mujer, sus deseos sexuales y, sobre todo, la jerarquía de poder en el mundo de los negocios. En realidad, con algo más de fetichismo, nos hallamos ante un intercambio de papeles en los que miles de jefes hacían con sus secretarias lo que no se atrevían a pedirles a sus esposas. Sin la gran Nicole Kidman esto se hubiera caído. Derrumbado. 

Babygirl trata de manera episódica como el deseo es capaz de llevar a una persona con una vida feliz a ir traspasando límites sin valorar los efectos laborales, familiares o personales. Entendemos la frustración del personaje cuando le espeta a su marido que en toda una vida de convivencia jamás ha tenido un orgasmo con él. Pobre hombre. Puntería cero. Pero digo yo, ¿le podría haber dicho algo, no?

Total, que cuando en el trabajo de la señora Romy entra un becario buenorro (¿se dice así?), comienza un tórrido romance con consecuencias inesperadas muy esperadas y de las que poco puedo contar más. La narrativa es tan lineal -dentro de la supuesta transgresión- que se vuelve monótona por momentos y sobre todo muy previsible en su conjunto. 


En Babygirl, Romy, interpretada de manera genial por Nicole Kidman, es el resultado de indagar en la cuestión de las mujeres poderosas. Como una CEO educada, madre y esposa que vive en la ciudad de Nueva York, habita en un mundo de control extremo, agendas estrictas y una aguda conciencia de cómo es percibida en un campo dominado por hombres. En su propio matrimonio tampoco ha encontrado placer con su dulce y cariñoso marido artista, Jacob en un papel plano de Antonio Banderas. Mientras Romy intenta mantener su fachada, se derrumba tras conocer a Samuel (Harris Dickinson). Él percibe su deseo de perder el control, y comienza a penetrar más allá del armazón que ella ha construido con tanto cuidado. Ella se desata y supongo que el espectador empatiza con la situación que vive la mujer. 

La técnica de la película es impecable: fotografía, música, dirección de arte, vestuario o espacios escenográficos hacen que la digestión de la cinta sea óptima. En el debe toca señalar a un guion muy plano. 

Babygirl es un filme entretenido, rítmico, pero muy presumible en su desarrollo. Hablamos de un juego del gato y el ratón, en el que el eje del poder se desplaza de manera constante, y que a primera vista recuerda la época dorada de los thrillers eróticos de los años 90. A "segunda vista" la historia se cae aunque nos deja una gran actuación de Kidman

Nota: 6/10. 


Nacionalidad: Estados Unidos

Género: Thriller erótico 

Dirección: Halina Reijn

Guion: Halina Reijn

Fotografía: Jasper Wolf

Música: Cristobal Tapia 

Duración: 114 minutos

Reparto: Nicole Kidman, 
Antonio Banderas, Sophie Wilde,
Harris Dickinson.

martes, 14 de enero de 2025

Desmontando un elefante: diario de una adicta

 
Desmontando un elefante dirigida por Aitor Echevarría se ha estrenado en cines españoles el 10 de enero de 2025. La cinta ha sido la ganadora del Premio AC/E a la Mejor Dirección de película española en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. 

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La historia: Marga (Emma Suárez), una arquitecta de éxito, regresa a casa tras haber pasado dos meses internada en un centro de rehabilitación por un problema de adicción con el que su familia convivió en silencio durante años. Tras su llegada, Marga intentará rehacer su vida anterior mientras su hija menor Blanca (Natalia de Molina), verá cómo la atención que vuelca sobre su madre afecta tanto a sus relaciones como a su sueño de ser bailarina profesional. Un año después, "el elefante" sigue tan enorme como siempre. Aunque por lo menos, ahora, todos pueden verlo (Filmax).


La crítica: ¿Puede un adicto dejar de serlo? ¿Es la familia el mejor núcleo para olvidar una adicción? ¿Son los amigos los culpables? ¿Las malas compañías? ¿La soledad o la rutina? ¿Cuando empieza y cuando acaba una adicción? ¿Cómo la mentira influye en las relaciones familiares? ¿Existe el perdón o es la pena hacia el enfermo lo que nos insta a actuar? ¿Por qué no se actúa hasta que el 'elefante' ya no cabe en la habitación? Todas estas preguntas y algunas más son las que trata de responder Aitor Echevarría en su aséptica ópera prima. 

Desmontando un elefante nos habla de la adicción al alcohol, como en La sustancia nos hablaban de la adicción a la belleza. Cualquier elemento es susceptible de crear adicción: belleza, moda, drogas, sexo, alcohol, poder, dinero, juego. El ser humano siempre ha creído en su capacidad para dominar las sustancias externas. Sin embargo, son las internas como la dopamina las que dominan nuestros actos, actitudes, impulsos e ilusiones. Los demonios internos están en nuestros cerebros. 

Echevarría realiza un retrato casi perfecto, pero distante y frío sobre una madre adicta al alcohol. Hablamos de una familia de clase alta en la que el marido se presenta como el padre ausente y observamos como una hija lucha hasta la extenuación por sacar a su madre del descenso a los infiernos en los que ha incurrido. Ingresos en una clínica de desintoxicación, relaciones paterno filiales y la soledad en toda su dimensión marcan la narrativa. Una narrativa intachable, pero a la que se echa de menos más riesgo, algo de humor negro y sobre todo esperanza. 

El cineasta propone una película que habla de la adicción en una familia. De la madre al alcohol y de la hija a su madre. Un enganche que impide a las dos avanzar, que las limita y las sume en una cotidianidad llena de fidelidades silenciosas. También realiza una reflexión sobre la familia y los vínculos que nos unen con nuestros seres queridos.  A pesar de la crudeza de las situaciones, sostiene la idea de que afrontar los problemas no es fácil pero es siempre mucho mejor que evitarlos.


Correcto papel de Emma Suárez interpretando a Marga. No sabemos de manera completa por qué ha caído en las redes del alcohol, pero intuimos que la rutina familiar y laboral la ha superado. Lo tiene todo en lo material y sin embargo se ve impedida para dejar de beber. Le da réplica una gran Natalia de Molina con una interpretación más visceral poniendo el fuego que le falta a la película para prender la mecha de la emoción colectiva. Su personaje no se da tregua en la lucha invertida de hija a madre. Por otro lado y en el papel del padre tenemos a un buen Darío Grandinetti que sin embargo no sabe o no quiere afrontar lo que sucede con su esposa. Completa el reparto Alba Guilera que por razones geográficas y de maternidad no se implica en la dinámica familiar. 

La parte técnica es plana. No se utiliza música acorde a las emociones, la fotografía es plúmbea y de manera muy curiosa el metraje de poco más de 80 minutos se siente de discurrir lento. Si destacan los buenos primeros planos y la dirección de arte en interiores. De hecho, no hay apenas exteriores en un mal que se va extendiendo como la pólvora. 

Desmontando un elefante es un filme honesto, necesario y a su vez frío como un tempano de hielo. Cuesta entrar en la historia y la parte positiva es que la narrativa transcurre de menos a más dejando el conflicto entre personajes para la parte final. El elefante estalla cuando los personajes ya no caben en la habitación. En definitiva, hablamos de un correcto debut cinematográfico a la espera de que Echevarría se suelte las cuerdas y estalle en su próximo largometraje o siga una línea en la que la cadencia narrativa sea su modo de expresión preferido. 

Nota: 6/10. 


Nacionalidad: España

Género: Drama

Director: Aitor Echevarría 

Guion: Aitor Echevarría 

Fotografía: Pau Castejón

Dirección de arte: Nina Caussa

Duración: 85 minutos

Reparto: Natalia de Molina,
Emma Suárez, Darío Grandinetti, 
Alba Guilera.