La historia: Amal, una profesora francesa de un instituto de Bruselas, anima a sus alumnos a cultivar la pasión por la lectura, defender la libertad de expresión y promover la tolerancia. Sin embargo, sus ideas molestan a algunos alumnos y compañeros vinculados con el extremismo islámico, totalmente opuesto a sus métodos de enseñanza. Aun así, Amal se mantiene firme, especialmente cuando tiene que ayudar a Monia, una de sus estudiantes, una chica reservada a la que han atacado, acosado y amenazado por las sospechas sobre su homosexualidad (Festival Films).
Amal está dirigida por un buen cineasta belgomarroquí que firma una implacable obra marcada por el compromiso. Hablamos claramente de cine social que no está reñido con el entretenimiento. Es la conmovedora e impactante historia de una profesora, Amal, que reivindica su libertad de pensamiento y enseñanza, oponiéndose con fuerza al oscurantismo, a la censura, a los extremismos religiosos y a la homofobia, que empiezan a abrirse camino en su clase y en el instituto donde trabaja.
Sin embargo, sus ideas molestan a aquellos que tienen afinidad con el extremismo. Aún así, la profesora mantiene su firmeza y defensa de la libertad sexual cuando Monia se declara homosexual. A partir de ahí el acoso contra la chica es incesante. No solo en clase, sino a través del teléfono y redes sociales. La quieren llevar al suicidio solo porque le gusten las mujeres. A veces pienso que si en la conservadora religión católica se ha avanzado y al menos medio respetado las opciones sexuales, con educación, estudio y comprensión la religión musulmana podría ser más flexible. Quizás sea utópico.
Gran interpretación de Lubna Azabal como la profesora que quiere comprometer al alumnado con unas ideas que no quieren escuchar. Un personaje con valores muy valientes y firmes. Igualmente y con los mismos valores se siente Monia, pero no la van a dejar vivir su vida. Kenza Benbouchta la interpreta de manera sólida y emocional. Una actriz con potencial y a la que creo veremos más al menos en el cine europeo. El ogro o villano es el profesor de religión -un islamista radical de carácter tranquilo- bien interpretado también por el actor Fabrizio Rongione.
En la parte técnica es un filme plano sin nada que destacar o criticar. Está bien filmado, el montaje es correcto y dirección de arte o música no desentonan. Si que cabe decir que el cineasta ha tenido que llevar escolta en el Festival de Toronto y por tanto hablamos de otro valiente que se la juega con el fuego incendiario del radicalismo. Tuve oportunidad de entrevistarlo, pero por otras cuestiones de agenda no pude. Si viene a Madrid en otra ocasión haré lo posible. Por cierto, enhorabuena al Instituto Francés de Madrid por el gran trabajo que realiza por la cinematografía. Tienen un cine cerca de la embajada que muy poca gente conoce y que es una preciosidad. Abierto al público en algunos horarios por si visitan Madrid. Ciudad a la que aún le quedan tres o cuatro cines de los de toda la vida y también se agradece que estén abriendo cines muy cuidados incluso en el centro de la ciudad. Me fui del tema, je, je.
Amal es una pequeña joya que pone en evidencia el problema que existe en Bélgica, en sus escuelas y en algunos guetos con el radicalismo islámico. Desconozco incluso si los críticos y periodistas de allí han podido hablar con plena libertad de esta película. Una cinta que con un reparto bien equilibrado nos muestra como la homosexualidad, el velo en las escuelas, la intransigencia o el miedo van ganando terreno en una tierra que durante el siglo XX fue un ejemplo de libertad.
Nota: 7'5.