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La historia: Hannah (Cailee Spaeny) es la chica nueva del instituto y con ello se ha convertido en el centro de todas las miradas. Pero uno de los chicos populares de la clase se burla de ella de manera cruel. Sin embargo, tres muchachas la invitan a unirse a su grupo sin que ella conozca que ellas son unas jóvenes brujas que la iniciarán en el mundo de la magia negra. Al principio, todo es una especie de juego para vengarse de los chicos del instituto. Pero, poco a poco, las chicas comienzan a realizar hechizos sin control con consecuencias imprevisibles.
La crítica: Pues sí. Se ve con la llegada de Halloween los estrenos con temáticas relacionadas con la brujería, con los fantasmas o con el horror en general, han proliferado como las setas en otoño. Así que desde Cine y críticas marcianas seguimos dando cobertura a la cartelera como ya hicimos con Akelarre o con la reciente She Dies Tomorrow que también publiqué en el diario Noroeste Madrid. Con esto quiero decir que yo no elijo los estrenos, sino más bien me limito a ser un humilde notario de lo que se cuece en las salas de cine. Ya me gustaría a mi hacer críticas a obras de Billy Wilder o de Federico Fellini pero estamos en la época que estamos y toca lo que toca. O sea brujas. Y bueno, mal que bien, son Jóvenes y brujas, porque si además hubieran sido viejas y brujas la cosa sería ya un poco fuerte. En fin, voy a ver si escribo algo de la cosa esta.
La película captura ese empoderamiento de la mujer que fue tan importante en la versión de 1996 y lo traslada a este estupendo año 2020 que estamos teniendo. Y aún falta el plato fuerte: ¿ganará Trump otra vez? Sigo. La cinta trata sobre las mujeres y el sentimiento de comunidad, sobre el apoyo mutuo o sobre aceptar las diferencias y encontrar fuerza en ellas. Pero también en la importancia de la comunidad por encima de individualismo y el poder que estos personajes adquieren cuando encuentran su akelarre. El entorno en el que se desarrolla la acción lo calificaría como terror hormonal. Las brujitas y sus compis de instituto van tan excitados que no saben muy bien si atender a sus poderes mágicos o dedicarse a tareas más mundanas como besarse, toquetearse o a perder la virginidad entre otras cosas. Yo optaría por lo segundo pero aquí la cosa va de brujería. Así que la cosa sexual se queda en unas masturbaciones.
La película tiene su punto de inflexión cuando bajan los hormonas y aparece un crimen real en escena. Si hubiere o hubiese algo de narrativa interesante, esto sucede a partir de ese momento. La inocencia de las muchachas muere cuando la muerte real aparece en sus vidas. A partir de esta situación la cineasta trata y en parte consigue, un cierto interés hasta la parte final con una sorprendente resolución.
En el reparto destaca Cailee Spaeny (la chica del pelo corto) que es una actriz de 22 años que hizo su debut en un largometraje en 2018 junto a John Boyega en Pacific Rim: Insurrección, de Legendary, después de ganar un concurso de talento nacional a los 18 años. Spaeny es de un pequeño pueblo de Missouri y llamó la atención en Hollywood en otoño de 2018 en las películas Malos Tiempos en El Royale de Fox y el biopic de Ruth Bader Ginsberg Una Cuestión de Género de Focus Features. Atención porque la joven demuestra talento y no es fácil hacerlo con un papel tan típico y tan tópico como la chica que llega de nuevas a un centro escolar. El resto de las brujas pasan sin pena ni gloria por pantalla. Dos pequeños papeles para David Duchovny y Neve Campbell completan el reparto.
En los aspectos adicionales cabe destacar el vestuario diseñado por Avery Plewes que puede dar algunas ideas para la NO celebración de este Hallowen. Se simboliza cómo Lily pasa a convertirse en joven mujer a través de su vestuario, donde explora tanto su lado masculino como femenino. A veces le vemos con rosas suaves, y otras con azul, tonos multicolor y colores aperlados. Lily también evoluciona su estilo. Pasa de llevar vaqueros y cuellos vueltos o camisetas a un estilo más experimental a medida que se empodera a través de su relación con el akelarre.
En conclusión, Jóvenes y brujas me ha parecido una película perfecta siempre que la consideremos una perversidad sexual. En el caso de que alguien vaya muy colocado al cine también la disfrutará de lo lindo. Por lo demás, espero que sigáis disfrutando de un año tan lindo como este. Fin.
Nota: 5/10