lunes, 28 de febrero de 2022

Me cuesta hablar de mí: Charo López y el precio de la belleza


Me cuesta hablar de mí dirigida por Chema de la Peña se estrena en cines españoles el próximo día 3 de marzo. El filme documental analiza la figura de Charo López tras sus 50 años de cine, televisión y teatro, donde se pueden rastrear las huellas de su alma de actriz.

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La historia: Película documental que echa la vista atrás para redescubrir a la actriz española Charo López y su impresionante trayectoria: desde los 60 en el franquismo, pasando por la Transición, la edad de oro de las series que tanto le debe, la época Miró, su fulgurante revelación teatral, sus trabajos con Almodóvar, Gonzalo Suárez, Basilio Martín Patin y su Goya por Secretos del corazón.


La crítica: En Me cuesta hablar de mí llama la atención como Charo López reconoce que la belleza es una aliada para cualquier mujer y sin embargo puede ser la cruz para determinadas actrices. Pero comencemos por el principio. Chema de la Peña realiza un proceso de investigación en el que se despliega la fuerte personalidad de la artista con incontables contornos y matices, que configuran a una mujer apasionante con una carrera jalonada de éxitos, reinvenciones y saltos adelante. 

El filme comienza con un recorrido por las calles de Madrid y la narración en off de la propia Charo López. A continuación, Raúl Arevalo toma las riendas de la locución con una brillante modulación vocal para recorrer la vida de la actriz nacida en Salamanca en 1943. El cineasta nos presenta a la niña que había crecido jugando por las plazas de Salamanca y al tiempo a esa mujer que salía rodeada de aplausos tras inundar la pantalla con su presencia hipnótica y su voz grave y emotiva.

¿Cómo una brillante estudiante de Filología de Salamanca acabó siendo actriz y musa de toda una generación? Por pura casualidad y por su belleza. En la película se muestra como su temprano casamiento con un crítico de cine un error humano imperdonable le acercó al mundo de la cinematografía En una reunión, un cineasta quedó prendado de su belleza y le dio un papel protagonista. Lo que desconocían los directores es que contrataban a una mujer muy preparada, meticulosa en sus estudios e incluso más inteligente que bella. Este descoloque fue la consecuencia de que Charo López tuviera un camino demasiado espinoso como actriz. 


A lo largo de su vida se van sucediendo diferentes episodios: su azarosa llegada al cine en los 60, la oportunidad perdida de hacer de Virgen María con Buñuel, su paso por los spaghetti western y el cine del destape en los 70, el éxito en los 80 (“Fortunata y Jacinta”, “Los gozos y las sombras”) en la etapa de oro de la series que tanto le debe, su reconocimiento en Cannes de la mano de Gonzalo Suarez, su aventura teatral en Argentina y su consagración absoluta con su  Goya por “Secretos del Corazón”. 

Charo López, además, se reveló como el icono erótico de toda una generación e incluso se la denominó como el mito erótico de la Transición española. Pero como a casi todas las actrices les llegaba el temido momento en el que el teléfono dejaba de sonar. Y eso es duro cuando en 'Fortunata y Jacinta' 15 millones de españoles se reunían junto a sus televisores para ver uno de sus trabajos más reconocidos. En Me cuesta hablar de mí también se recoge su presencia por Estudio 1, la interpretación junto a Julio Iglesias en 'La vida sigue igual' o los años del destape. En cierta forma la actriz reconoce que se dejó cosificar y admite que es coqueta hasta la extenuación. 


Me cuesta hablar de mí es un gran viaje emocional hacia el verdadero significado de lo que es el amor hacia una profesión. Con una narración rítmica y con testimonios directos, Chema de la Peña encaja todas las piezas que permiten descifrar el misterio que rodea a esta actriz que ha ganado la batalla al tiempo hasta que el tiempo se lo permita. 

Nota: 7'5.


Dirección: Chema de la Peña

Producción ejecutiva: Sergio Muñoz

Dirección producción: Carmen Huray

Fotografía: Sandra Formatger

Montaje imagen: Martina Seminara

Sonido directo: Sergio Muñoz

Documentalista: Oscar de Julián

Duración: 72 minutos

Formato: 1:1,85

lunes, 21 de febrero de 2022

Great Freedom (Gran libertad): presos marcados por el 175


Great Freedom dirigida por Sebastian Meise se estrena en cines españoles el próximo día 25 de febrero. Ganadora del Festival de Cine Europeo de Sevilla, la película también llegará a los cines de Estados Unidos en las próximas semanas. 

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La historia: En la Alemania de la posguerra, Hans es encarcelado una y otra vez por ser homosexual. Debido a la ley 175, su deseo de libertad es destruido de manera constante. La única relación estable en su vida es su compañero de celda, Viktor, un asesino convicto que le desprecia por su condición, pero que aprenderá a respetarle con el paso del tiempo.


La crítica: Rodada en tres lineas temporales pero con los mismos personajes, Great Freedom narra la historia de un destino trágico en una época en la que el amor y la libertad sexual eran tratados como un crimen. Los años de la narración son 1945, 1957 y 1968, donde Hans entabla una estrecha relación con el homófobo Viktor, que cumple condena por asesinato pero cuyos anhelos sexuales son las mujeres, no los hombres.

La amistad que entablan, desde posiciones contrapuestas, se hace cada más emotiva en un desarrollo evolutivo muy bien diseñado por Sebastian MeisePero antes, Meise juega con el tema de la sexualidad tanto por ser una liberación física, como también por ser una necesidad emocional en una parte fundamental del relato. El sexo en el sistema carcelario siempre fue motivo de conflicto siendo aliviado hoy en día con los vis a vis sin importar el sexo, la religión o la ideología política de los reclusos. 

Great Freedom es también una habilidosa mirada sobre el artículo 175 del código penal alemán. El citado párrafo permitía al Estado perseguir a los homosexuales, lo que hacía con gran esfuerzo y meticulosidad. Este importante hecho histórico sustenta una narración apoyada en informes sobre cómo hombres homosexuales fueron liberados de los campos de concentración por los aliados, pero que fueron trasladados directamente a la cárcel para cumplir el resto de sus condenas. Su persecución no terminaría hasta la derogación del citado artículo.

Arrestado por refugiarse en unos sórdidos baños públicos para mantener relaciones sexuales, Hans pasará el resto de la película entrando y saliendo de prisión rodeado de delincuentes, antes de que la homosexualidad fuera despenalizada en Alemania en 1969. Pero la libertad también puede resultar dolorosa cuando alguien ha pasado muchos años en prisión. El cierre de la película, con un giro maestro, entronca con grandes películas ambientadas en prisiones y narra como algunos reos encuentran un lugar más cálido dentro de la prisión que en la ansiada gran libertad que da título a la cinta germano-austriaca. El filme engarza de manera indirecta con la muy interesante Pájaros enjaulados.


Nuestro personaje principal, Hans, ejemplifica los muchos destinos de los hombres que acabaron en prisión una y otra vez, cuyas vidas y relaciones fueron destruidas, y cuyas historias desaparecieron en los archivos de la burocracia. La historia de Hans se cuenta a partir de sus años en prisión. Los muros y los barrotes se convierten en una constante recurrente que se convierte en un bucle temporal interminable. Hans no puede dejar de ser quien es. Necesita continuar porque el amor es la esencia de la naturaleza humana. Su propia existencia es una rebelión contra el sistema penitenciario alemán. Importante interpretación de Franz Rogowski que perdió doce kilos entre el primer y el segundo bloque del rodaje.

El otro personaje importante en la producción es Viktor. No sabremos hasta el final de la película por qué ingresó en prisión e incluso Hans duda si este hombre quiere realmente salir de la cárcel. Enganchado a las drogas, Viktor, se deja ayudar por Hans a pesar de su repulsión inicial. Hablamos de un tímido acercamiento entre dos hombres, que no podrían ser más diferentes, pero que aprenden a respetarse y acaban convirtiéndose en confidentes. Con el paso de las décadas, crece entre ellos una inesperada intimidad, y al final se encuentran en una relación que se escapa a toda definición. Muy buena la interpretación de George Friedrich

En la parte técnica destacaría la notable dirección de arte dando vida a una antigua prisión abandonada en el este de Alemania. Asimismo observamos como el filme se desarrolla en varios niveles temporales y cada episodio refleja el estado emocional de los personajes. El invierno es lento como metáfora de que los personajes ya eran veteranos y estaban asentados. Luego, el verano, en el que eran más jóvenes y todavía estaban llenos de empuje. El sonido de la prisión es sobrecogedor estando bien recogido en la mezcla del mismo. En el debe de la película podría citar la poca utilización de la música en un cierto complejo del cineasta en no usar el melodrama como medio narrativo. 


Great Freedom me ha parecido un buen drama carcelario que cuenta con una narrativa inmersiva, inteligente e incluso emotiva por momentos. Hablamos de la representación de un mundo en el que el amor estaba prohibido por la ley y se castigaba con la cárcel. Lo que pudiera parecer una distopía en el futuro, era la cruda realidad para unos hombres que se vieron excluidos de la sociedad por los caprichos de unas leyes arbitrarias e injustas. En definitiva, Sebastian Meise consigue un relato eficaz en una original e innovadora vuelta de tuerca al género carcelario.

Nota: 7/10.


Nacionalidad: Austria - Alemania

Dirección: Sebastian Meise

Guion: Sebastian Meise

Música:  Peter Brötzmann

Fotografía: Crystel Fournier

Duración: 116 minutos.

Reparto: Franz Rogowski,
Georg Friedrich, Anton von Lucke,
Joachim Schoenfeld, Thomas Prenn

martes, 15 de febrero de 2022

La hija oscura: retorcida ópera prima de Maggie Gyllenhaal


La hija oscura dirigida por Maggie Gyllenhaal se estrena en cines españoles el próximo día 18 de febrero.  La cinta, basada en el best-seller homónimo de la escritora Elena Ferrante, está protagonizada por la oscarizada actriz británica Olivia Colman, junto a Dakota Johnson, Peter Sarsgaad y Ed Harris, entre otros.

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La historia: Leda (Olivia Colman), profesora de literatura, decide tomarse unos días de vacaciones en una isla de Grecia. Allí conoce a una joven y misteriosa mujer (Dakota Johnson) que anda absorbida por los cuidados de su pequeña hija. Los mundos de las dos mujeres se cruzan con consecuencias imprevisibles debido a la obsesión que Leda comienza a sentir por la joven madre en un entorno que además es amenazante.  


La crítica: La actriz estadounidense Maggie Gyllenhaal, cuya galardonada carrera está llena de interpretaciones inolvidables (‘Secretary’, ‘Adaptation’, ‘Corazón rebelde’, ‘La sonrisa de Mona Lisa’) debuta como directora con una historia retorcida, siniestra y en algunos momentos brillante. 

La hija oscura es un poderoso retrato sobre la maternidad pero centrado en algo de lo que no se habla. De esta manera, Gyllenhaal pone las cartas sobre la mesa sobre las malas madres o sin llegar tan lejos, nos habla de aquellas madres que se sienten sobrepasadas perdiendo el rumbo sobre su propio lugar en el mundo. La cineasta presenta un lúcido retrato de una parte casi secreta de las experiencias de algunas madres que a su vez son hijas, esposas, trabajadoras, hermanas y que se ven sobrepasadas por su rol en la sociedad y lo muchísimo que esta espera de ellas. 

La cinta se expresa a través de dos lineas temporales que unen pasado y presente mediante los personajes de Leda, una madre madura, y Nina madre primeriza. Ambas convergen con sus propios demonios interiores y con el deseo implícito de vivir sus vidas en completa libertad sin asumir el rol que como madres les ha tocado vivir. A través de estudiados flashbacks conocemos el pasado de Leda y cómo abandonó el cuidado de sus hijas pequeñas para largarse con su amante. En cierta forma, Leda ve en Nina esos deseos o lo que ella cree que son esos deseos. Esta parte de la película solo puede estar basada en propias experiencias articuladas a través de la aberración, la disyuntiva o los deseos frustrados. 


Olivia Colman nos regala una sólida interpretación de un personaje que es un regalo para cualquier actriz. Su personaje es un reto, porque hace algo realmente aborrecible y transgresor. Comete una de las mayores huidas hacia adelante que una madre podría cometer y, sin embargo, nos identificamos con ella. En su yo presente, y durante las vacaciones, vuelve a cometer un acto "vandálico" al robar la muñeca de la hija de su nueva amiga. Esta situación nos lleva a los terrenos pantanosos de la oscuridad y de la locura. Más que de La hija oscura, la película parece un tratado sobre la oscuridad de la maternidad y todos los desencadenantes que conllevan un puerperio disfuncional o demasiado prolongado en el tiempo

Para sorpresa de un servidor Dakota Johnson hace un buen papel. Correcto digamos. Nina, su personaje, es guapa, joven y lleva una vida feliz junto a su marido y familia. Pero al igual que Leda no acepta su papel como madre y esto le lleva a buscar aventuras amorosas ante la presión de su desconcertante clan familiar. Siempre aparece desafiante. También es muy gratificante la presencia de Ed Harris en un papel secundario como amante pasajero de la profesora llegada a su isla. Me alegro de que siga vivo aunque acepte papeles por debajo de su rango. Por último, cabe destacar a Jessie Buckley en el papel de la joven Leda por la que ha sido nominada al Oscar como mejor actriz de reparto. Colman también está nominada como mejor actriz y Gyllenhaal por la adaptación del guión. 

Me gustaría mencionar la soberbia elección de la música por la cineasta debutante. Las canciones de fondo puede cambiar completamente una película y la sensación que transmiten las imágenes. ¿Quién no recuerda la selección musical que hizo Tarantino en Pulp Fiction? En La hija oscura incluso las tenues notas de piano otorgan peso a la narrativa. 


La hija oscura me ha parecido una notable ópera prima sustentada en tres grandes aciertos. El primero es que la cinta siempre va de menos a más incluso en lo retorcido de su narrativa. Lo segundo es que consigue una atmósfera opresiva e inquietante que mantiene en vilo al espectador. Y por último, hablamos de un final bien elaborado y muy alejado de los deplorables finales felices que tanto gustan en Hollywood. 

Nota: 8/10. 


Nacionalidad: Estados Unidos

Título original: The Lost Daughter

Dirección: Maggie Gyllenhaal

Guion: Maggie Gyllenhaal

Música: Dickon Hinchliffe

Fotografía: Hélène Louvart

Duración: 120 minutos

Reparto: Olivia Colman, 
Jessie Buckley, Ed Harris,
Dakota Johnson, Peter Sarsgaard

miércoles, 9 de febrero de 2022

Un polvo desafortunado o porno loco: la sátira pandémica


Un polvo desafortunado o porno loco dirigida por Radu Jude se estrena en Filmin el próximo día 11 de febrero. El hilarante film, cuyo estreno fue censurado en Rusia por “promocionar la pornografía”, es el vigente Oso de Oro a la Mejor Película en el Festival de Berlín.

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La historia: Bucarest, 2021. Emi es una profesora de secundaria que ve amenazada su carrera y su reputación cuando un vídeo suyo con contenido pornográfico es publicado en Internet. Obligada a hacer frente a la ira de los padres de sus alumnos, que exigen su despido, Emi se niega a renunciar ante la violación de la privacidad a la que ha sido expuesta. 


La crítica: Dividida en tres episodios y mezclando géneros, la película incluye una parte central independiente a modo de diccionario de conceptos leídos desde una corrosiva mirada externa. Un polvo desafortunado o porno loco se ambienta en la Rumanía contemporánea pero podría haber sido rodada en cualquier parte del mundo pandémico actual. No obstante, la mirada sobre la propia Rumanía que parece anclada en los ochenta es demoledora. Se presenta a una sociedad ultra machista, a una iglesia desbordada o a los propios ciudadanos desquiciados por las mascarillas y los encierros decretados. 

Con un arranque propio de una película porno, y un segmento central independiente a nivel narrativo, la última película del rumano Radu Jude es culpable de cualquier cosa menos de provocar indiferencia. Las mascarillas que utilizan los personajes, reflejo del momento que nos ha tocado vivir, son solo un detalle más de la contemporaneidad de una obra que entronca con los bocetos del litógrafo y pintor Eugène Delacroix.

La premisa de la película es sencilla, pero sólida. La protagonista y su marido se graban un vídeo mientras mantienen relaciones sexuales. El testimonio visual queda alojado en un ordenador personal. Cuando llevan la computadora a reparar alguien del servicio técnico se percata del vídeo sexual y lo sube a la red. A partir de ahí, y en un caso que recuerda al de la concejala socialista Olvido Hormigos, comienza la caza de brujas de la maestra. Las situaciones que se dan a partir de ese momento mitad kafkianas, mitad berlangianas son hilarantes y desembocan en un "juicio sumarísimo" hacia la profesora. Los padres de los alumnos tendrán que decidir a mano alzada si nuestra protagonista debe ser despedida del colegio por su "conducta lasciva". Antes de la votación, y en una insólita humillación a la maestra, el vídeo será exhibido ante los padres y demás profesores en mitad de improperios, descalificaciones e incluso llamadas a la unidad de la patria. Nos hallamos pues ante el reflejo perfecto de una sociedad partida en dos mitades y ante una gran sátira del cineasta. 


El reparto coral está sustentado en la gran interpretación de Katia Pascariu que da vida a la maestra humillada y puesta en boga por todos. Una actriz que solo había actuado anteriormente en Beyond the Hills (2012). Los demás actores realizan unas correctas actuaciones aunque lo mejor son los personajes retratados que siempre rozan la hipérbole: curas, un miembro del ejército, un piloto de aviación radicalizado, madres histéricas o intelectuales de izquierdas componen un grupo de padres que hubiera firmado el maestro Berlanga y que reflejan a una sociedad desquiciada. 

En la parte técnica destaca la manera de presentar el filme. Para ello Radu Jude dibuja un tríptico cáustico que desafía la narrativa convencional. Los tres actos son “Calle de un solo sentido” (presentación), “Diccionario de breves anécdotas, signos y maravillas” (se concentra en un collage de imágenes satíricas de la Rumanía de hoy y de la de Ceausescu) y “Praxis e insinuaciones (el "juicio sumario" a la maestra)”.

A través de estos actos el director nos enfrenta a nosotros mismos en una especie de espejo cinematográfico sobre la hipocresía y la doble moral. 

Un polvo desafortunado o porno loco me ha parecido un filme divertido, irreverente y provocador. La cinta aborda de forma original los temas más candentes de la actualidad: el puritanismo, lo políticamente correcto, los nuevos inmigrantes e incluso a la locura a la que nos hemos enfrentado de manera colectiva a raíz de la pandemia. De esta forma, nos hallamos ante un mosaico de sucesos que evidencian la insensatez y la absurdidad de la sociedad que parece guiada por el odio y los prejuicios. Juzgar es uno de los mayores placeres conscientes e inconscientes para el ser humano y si es sobre la vida sexual de los demás el orgasmo parece asegurado. 

Nota: 7'5/10.


Nacionalidad: Rumania

Título original: Babardeală
cu buclucsau porno balamuc 

Dirección: Radu Jude

Guion: Radu Jude

Música: Jura Ferina

Fotografía: Marius Panduru

Duración: 106 minutos

Reparto: Katia Pascariu,
Claudia Ieremia, Olimpia Malai, 
Nicodim Ungureanu, Alexandru P. 

miércoles, 2 de febrero de 2022

Drive My Car: el tamaño si importa


Drive My Car dirigida por Ryûsuke Hamaguchi se estrena en cines españoles el próximo día 4 de febrero. La cinta japonesa fue la ganadora del Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa y es uno de los quince títulos preseleccionados al Oscar a la mejor película internacional. También está nominada en los premios Independent Spirit Awards, los galardones más prestigiosos de la escena independiente norteamericana.

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La historia: Yusuke Kafuku, actor y director de teatro, aún incapaz de lidiar con su pasado, acepta dirigir la obra teatral 'Tío Vania' en un festival en la ciudad de Hiroshima. Allí conoce a Misaki, una joven introvertida que será su chófer. En sus idas y venidas comienzan a surgir las confesiones y a desvelarse de manera mutua los secretos de sus misteriosas vidas.

La crítica: Drive my car está basada en el relato homónimo del escritor Haruki Murakami, incluido en la novela "Hombres sin mujeres" editada por Tusquets Editores, un conjunto de siete relatos que giran en torno al aislamiento y la soledad que preceden o siguen a la relación amorosa. 

Lo primero que llama la atención en la filmación japonesa es la desproporción que existe entre el relato corto de Murakami y la hiperbólica narración de Hamaguchi que se va a los 180 inexplicables minutos de metraje para trasladar una historia sencilla e incluso simplista. El tamaño si importa en la vida sexual (lo dice la ciencia), pero en el cine es inversamente proporcional si el cineasta de turno desea imprimir un ritmo adecuado al relato. Más si cabe cuando hablamos de una historia en la que suceden muy pocas cosas y las que suceden ocurrieron en el pasado. 

Tras 45 minutos de prólogo, y para sorpresa de un servidor, comienzan los títulos de crédito. Es lo que se dice parsimonia a la japonesa para abrir un filme. De hecho, yo pensaba que la película se había acabado y ya tenía la impresión de que era larga. Pero tras esta falsa desilusión me esperaban dos horas y cuarto más de harakiri cinematográfico. Como en la película sucedían pocas cosas, comencé a hacer un repaso por mi vida y me quedé dormido. Lo cual dice poco de mi vida. Total que al despertar seguía la cosa más o menos igual. Es decir, un señor japonés que es director teatral pegándole unas chapas tremendas a su chófer mientras va y viene de los ensayos teatrales que prepara en Hiroshima. Sí, donde la bomba. 

La choferesa, cuando toma confianza, se contagia y comienza también a narrar su penosa vida al dramaturgo: que si solo sabe conducir, que si su madre tenía doble personalidad, que si su casa fue destruida. O sea, lo que se dice una vida alegre y frugal. El dramaturgo responde: que si su mujer le era infiel a menudo, que se siente culpable por su muerte, que no encuentra placer en su trabajo, etc. En las tres horas de conversaciones cruzadas no hay ni una sola sonrisa, ni un beso y de follar ni hablamos. Un asco de viaje, vamos. La imagen inferior lo dice todo.

Drive my car también tiene cosas buenas. El reparto por ejemplo. En el papel del dramaturgo hallamos a Hidetoshi Nishijima al que ya vimos brillar en la buena película nipona Mientras ellas duermen. La chófer está interpretada con acierto por Tôko Miura. Del resto del reparto solo cabe destacar a la esposa del dramaturgo, Reika Kirishima, pero como la palma a las primeras de cambio nos quedamos con las ganas de más. Tampoco demos ideas no vaya a ser que al cineasta le de por regalarnos una precuela de unos 326 minutejos sobre como se conocieron los tortolitos.  

El otro protagonista del filme es el coche. Hablamos de un precioso Saab Aero coupe de carácter clásico que en parte entronca con ese amor declarado por el maestro Eastwood hacia su Gran Torino. Otra cosa buena es la delicadeza de rodaje tanto en interiores como en las panorámicas. Asimismo destacar la fotografía y el efecto melatonina del filme. 

En conclusión, Drive my car -favorita para el Oscar a mejor filme extranjero- me ha aburrido de manera soberana y siento, además, que es una película hecha para la crítica y no para el público. El cine no va de esto. La gente va a las salas a divertirse, a emocionarse y en casos raros a dormir. Si este último caso fuera el suyo entonces mi recomendación es la máxima y además se ahorrará un dinerillo en Diazepam, Valeriana o en cualquier cosa que le recomiende su abuela, su suegra o su cuñado. 

Nota: 💤


Nacionalidad: Japón

Título original: Doraibu mai kâ

Dirección: Ryûsuke Hamaguchi 

Guion: Ryûsuke Hamaguchi 

Música: Eiko Ishibashi

Fotografía: Hidetoshi Shinomiya

Duración: 180 minutos

Reparto: Hidetoshi Nishijima,
Tôko Miura, Reika Kirishima, 
Sonia Yuan, Satoko Abe