Más o menos cada 6 meses la NASA o la ESA anuncian que han descubierto que bajo la superficie de Marte hubo o incluso hay agua liquida o helada. Como marciano militante lo confirmo. Además, para este verano de 2018 hemos importado desde La Tierra la suficiente cantidad de tequila, cervezas y demás bebidas refrescantes para pasar un mes de agosto la mar de entretenidos. Por lo tanto, regreso por un tiempo a mi capsula marciana, desconecto de las redes sociales y vuelvo con fuerzas renovadas en septiembre para seguir divagando sobre el maravilloso mundo del cine y sus circunstancias. Antes de marchar os dejo con diez citas del gran Groucho Marx que aunque parezca mentira es de la misma especie que ese ser tan entrañable, curioso y delicado llamado Donald Trump.
Imagen de Edukame.com sobre la app Vacaciones en Marte
La televisión es muy educativa. Siempre que alguien la enciende, voy a la habitación y leo un buen libro.
Fíjate en mí. Me he esforzado para llegar de la nada a la pobreza extrema.
Debo confesar que nací a una edad muy temprana.
Estos son mis principios y si no les gustan tengo otros.
Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente.
Detrás de cada hombre hay una gran mujer. Detrás de ella, está su esposa.
He pasado una noche estupenda. Pero no ha sido esta.
Recuerdo perfectamente la primera vez que disfrute de sexo. Todavía conservo el recibo.
Mi madre adoraba a los niños. Hubiera dado cualquier cosa porque yo lo fuera.
El matrimonio es la principal causa de divorcio.
Una noche en Casablanca (1946)
¡Muchas gracias a todos y que paséis un mes de agosto estupendo!
Os dejo ya la con la musiquita prometida y para este verano he elegido el tema "Verano con lima" de Sofia Ellar, grabado desde los cielos de Madrid en la terraza del Hotel Vinnci Capitol Gran Vía.
Un alojamiento perfecto para quien no conozca aún la capital de España y que precisamente se halla junto al Cine Capitol que es uno de los últimos templos del Séptimo Arte que aún se conservan en la ciudad de Madrid.
¡Hasta la vuelta!
Luna llena de agosto tendida, y llega septiembre a nuestra isla....-Sofia Ellar.
Flight, año 2012. Nacionalidad: Estados Unidos Director: Robert Zemeckis
Basta un instante para hacer un héroe y una vida entera para hacer un hombre de bien. -Paul Brulat.
La sección de ¡Qué maravilloso es el cine! contiene spoilers.
Un arrollador, espectacular y orgiástico comienzo del film hacen que en menos de cinco minutos podamos decir lo maravilloso que es el cine cuando se hace bien y con coraje. Y es que la presentación es puro vicio políticamente incorrecto. Nos introducimos con los personajes en el amanecer de una habitación de un moderno hotel. Allí vemos como tras una noche de frenesí, alcohol, sexo y drogas (todo esto lo suponemos por lo que deja ver la cámara), despiertan el comandante Whip Whitaker (Denzel Whasington) y la azafata de vuelo Katerina Marquez (Nadine Velázquez). Hasta aquí nada fuera de lo corriente; bueno supongo que para las almas más puritanas esto debe ser escandaloso, pero con un par de padres nuestros se puede superar. Pero lo curioso de la situación y volviendo al filme, es que en menos de dos horas el vuelo de los tripulantes está preparado para despegar. El problema es que el comandante Whip está tan colocado que casi no puede coger ni el teléfono. ¿La solución? Un chute de cocaína para desayunar, intentar despertarse y dirigirse junto a su compañera para el aeropuerto. Personajes y trama perfectamente retratados en un opening magistral que Robert Zemeckis nunca ha logrado igualar o superar.
La historia de El vuelo comienza su transición dramática cuando el avión pilotado por Whip empieza a desarrollar problemas de carácter técnico y a caer en picado en una tragedia que parecía irremediable. Pero es precisamente en ese momento cuando el comandante reacciona, y tras una virtuosa maniobra volando invertido (avión al revés en pleno vuelo), consigue aterrizar el vuelo en campo abierto salvando decenas de vidas con ello. El problema surge cuando tras caer herido y pasar el test de drogas, da positivo. Es entonces, cuando las autoridades aeronáuticas deciden abrir una investigación criminal contra él. Todo esto sucede en una vertiginosa y emocionante media hora inicial que queda para los anales del cine en cuanto a ritmo y diversión en pantalla. Aunque luego la trama baja el ritmo, su director Robert Zemeckis (Forrest Gump), consigue que los 132 minutos de metraje pasen en suspiro en la sala de cine. El vuelo fue en cierta manera, una mirada de reojo al alma del maestro Frank Capra en versión mayores de 18 años.
El vuelo paradójicamente no es un filme puramente de aviación, aunque esta esté presente en pantalla. Los aviones, el incidente y la ulterior investigación parecen más una excusa para presentar al personaje principal que un modo de expresión cinematográfico. La cinta nos habla de un padre de familia abandonado por su esposa e hijo, que cae en el infierno del alcohol y las drogas al no poder en principio superar esta ruptura. Pero sobre todo es una historia donde la redención está presente en su aura de expresión como forma totalizadora del mensaje a transmitir. Hay que decir en su debe que este mensaje redentorista no cuadra con las actitudes del comandante Whip y es ahí, donde Robert Zemeckis pierde pulso y fuelle en parte final. En todo caso, la película es un estupendo viaje interior y también en cierta manera iniciático hacia la condición del alma humana. Este viaje metafórico del comandante Whip es acompañado de uno real hasta la granja de sus padres que ya no están para recibirle. Hasta allí se lleva a Nicole. Ella es una especie de alma gemela en forma de mujer a la que conoce en el hospital donde se cura de sus heridas físicas y morales. Esta subtrama, que es preciosista en algunos momentos, nos recuerda por la rotura de sus personajes al binomio entre Forrest Gump y su amada Jennifer que ya sacó a relucir el cineasta en la aclamada cinta que le dio la celebridad.
Denzel Whasington (Fences) realiza un trabajo extraordinario por el que fue nominado al Oscar de la Academia y que finalmente se llevó Daniel Day Lewis por Lincoln. Pero decir que es un trabajo extraordinario el de este poderoso actor sabe a poco. Realmente borda la excelencia en cada papel que interpreta en el cine. Un actor de actores. Del resto del reparto, cabe destacar a un genial John Goddman (Calle Cloverfield 10) que hace de "camello" del piloto y a una muy interesante actriz británica llamada Kelly Reilly (True Detective) que interpreta a la chica que Whip conoce en el hospital y que representa con acierto la autodestrucción humana.
Cabe decir que el argumento de la película está construido parcialmente por dos historias reales. En primer lugar, hay que retrotraernos al año 2000 cuando un avión de la compañía Alaska Airlines sufrió una avería semejante a la que se relata en la cinta reseñada hoy. Fue entonces cuando el piloto de aquel vuelo intentó salvar la situación volando al revés. Por desgracia no lo consiguió y el avión se derrumbó en el océano. Por otra parte, la cuestión de tomar tierra fuera de un aeródromo se basó en el aterrizaje de emergencia que realizo el comandante canadiense Robert Piche en el que logró salvar la vida de 306 personas. Hay que recordar también, que el maestro Clint Eastwood, abordó en el año 2016 el conocido como "milagro en el Hudson" a través de la película (Sully), que en cierta manera bebe de la narrativa que Robert Zemeckis utilizó en El vuelo y que pudo servirle de inspiración.
En conclusión, El vuelo es gran retrato sobre el heroísmo y la responsabilidad final que recae en algunos profesionales a lo largo del mundo. Una cinta que en cierta manera cuenta con un metraje invertido -como el mismo vuelo- y que comienza donde otras acaban. Pero sobre todo lo que tratar de hacer Robert Zemeckis con la historia es lograr una semblanza sobre la redención, como en parte ya acostumbra este cineasta. A él, se le espera con urgencia para que pueda retomar el pulso inicial que tuvo y así pueda poner aún un broche de oro a su carrera artística.
P.D. Durante muchos años de mi vida, mi actividad profesional se desarrolló en la aerolínea de aviación española Iberia. Por ello quiero narrar una anécdota personal que ocupó muy pequeño espacio en las páginas de los periódicos y que en parte tiene que ver con lo sucedido en la película reseñada hoy. Vamos a ello: una noche indeterminada pero aproximadamente en la fecha de estreno de El vuelo, un compañero y yo estábamos a pie de pista del Aeropuerto de Barajas en Madrid inspeccionando una aeronave de KLM que estaba a punto para el despegue. Pues bien, en esos momentos nos sorprendió una fuerte explosión proveniente de las alturas. El motor de un avión Boeing 757 de Iberia en fase de despegue había sufrido un estallido y estaba incendiado. Fue entonces cuando el aparato comenzó a perder altura de una manera alarmante y a caer casi en picado. Realmente tanto mi compañero, como yo, veíamos ya la tragedia como irremediable. Estábamos a punto de ver como iban a perder la vida cientos de personas y el horror que sentimos creo que nunca lo olvidaremos. Pero entonces, vimos una maravillosa maniobra del comandante del aquel avión que consistió en el apagado de las llamas de manera automatizada mediante extintores activados desde cabina. Tras ello, ese motor quedó inutilizado y el avión perdió más altura aún. Pero prodigiosamente el piloto puso máxima potencia en el otro motor y cuando la aeronave estaba aproximadamente a 300 metros del suelo consiguió levantar la nave, estabilizarla y lograr un aterrizaje de emergencia que salvó a decenas de personas de una muerte segura pues los tanques iban llenos de queroseno y el impacto hubiera sido mortal de necesidad. Es por ello, que historias como la de la película recordada hoy cobran sentido y dan al cine un plus que va más allá del puro espectáculo. Por último y como esta reseña quedará posicionada en Google en el área de cine de aviación, si por casualidades del destino la llegara a leer el comandante de aquel Boeing 757 (creo recordar era una vuelo Madrid-Lisboa), queda invitado a relatar como vivió esa experiencia y a explicar los detalles técnicos en una entrevista que sería publicada aquí y en Noroeste Madrid.
Los amores de verano tienen un lado malo: que los vuelvas a encontrar en invierno. -Megan Fox.
La historia: Curro (Leo Harlem) es un desastroso padre de familia en proceso de separación que intenta ganarse la vida como comercial de robots de cocina con más pena que gloria. Para motivar a su hijo Nico (Alejandro Serrano), le promete unas vacaciones de ensueño si logra sacar todas las asignaturas del colegio con sobresaliente. La sorpresa para toda la familia llega cuando el niño logra el objetivo propuesto y el padre se encuentra sin blanca para poder afrontar el viaje prometido. Pero tras intentar de un modo surrealista que la profesora del pequeño le baje las notas para no tener que cumplir su promesa y fracasar en el empeño; Curro tendrá que ingeniárselas para ofrecer a su hijo unas vacaciones inolvidables que comenzarán con "turismo rural" de andar por casa, para acabar y por golpes del destino con el mejor viaje de sus vidas.
La crítica: El verano también ha llegado a los cines y como en Semana Santa o Navidad comienzan a llegar las producciones dedicadas a este periodo tan especial del año. Desde luego es una época muy extraña para el mundo del cine donde tienen cabida todo tipo de producciones que entran en cartelera por la puerta de atrás o por la puerta grande publicitaria al menos en España, como es en el caso de la película reseñada hoy. En cualquier caso, no siempre el verano boreal se limita al cine de animación o a las socorridas comedias de situación al uso. Cabe recordar que en los últimos veranos también se produjeron grandes sorpresas como fueron Café Society de Woody Allen, Baby Driver o la argentina Todo sobre el asado.
En esta ocasión con El mejor verano de mi vida el cineasta español Dani de la Orden (Barcelona, noche de verano), consigue al menos convertir una comedia en principio insustancial en algo que funciona con cierta gracia y con ternura. Se implican a los personajes infantiles en la trama de una manera efectiva que funciona como un reloj sincronizado. Por lo tanto, es una cinta sincera, sin pretensiones y de la que no se puede realizar una crítica en profundidad pues sería equivocar los términos propuestos.
De temática muy local española, y quizás por eso no llegue a los cines de Hispanoamérica, la propuesta se desarrolla en formato de road-movie recorriendo diversos puntos de la geografía ibérica como son Toledo, poblaciones de Cádiz como Sotogrande y Algeciras y diversas localizaciones en pueblos del interior de España, Madrid o Tenerife. Todo ello aporta un colorido muy especial a través de una luminosa fotografía de Valentín Álvarez puesta al servicio de este juguete veraniego.
Suponiendo que nos queramos interesar en el mensaje de El mejor verano de mi vida este trata de hablarnos de los nuevos modelos de familia con el "virus" de las separaciones y divorcios en plena ebullición. Se integran en la narrativa los problemas de inserción laboral una vez pasados los 40 años o en la teoría del doble error que básicamente consiste en empecinarse en no rectificar errores del pasado y volver a cometerlos una y otra vez.
En el reparto, todo el peso de la producción recae en el monologuista, cómico y actor español Leo Harlem (Torrente 5) que con su verborrea y velocidad verbal en los diálogos da un recital que salvando las distancias, le entroncaría de alguna manera con los discursos trepidantes que el bueno de Mario Moreno Cantinflas nos regalaba en sus películas mexicanas. A destacar las buenas interpretaciones de los niños Alejandro Serrano y Stephanie Gil que representan con sus papeles la amistad en la infancia y la superación de los problemas propios de su edad. El resto de personajes que orbitan alrededor de los anteriores protagonistas mencionados cumplen con su papel a la perfección destacando a los televisivos Jordi Sánchez, Maggie Civantos, Toni Acosta, Berto Romero o Arturo Valls. Pero el mejor papel y atención a los créditos finales, recae en la abuela del niño interpretada por una inmensa Gracia Olayo a la que ya vimos brillar en la exitosa película musical 'La llamada'.
En conclusión, El mejor verano de mi vida siendo cinematográficamente insustancial consigue lo que se propone y que no es otra cosa que buscar la evasión, la sonrisa e incluso sacar alguna carcajada que tal como está el mundo es un regalo nada despreciable. En su contra, cabe destacar que es una cinta demasiado enfocada al público nacional y especialmente al espectador más televisivo. De hecho, para disfrutar de ella y para quien no conozca a Leo Harlem, tendría que ver primero sus monólogos en Youtube para hacerse una idea de la vis cómica del citado actor. En definitiva, 90 minutitos de cine que sirven como excusa perfecta para quitarse de en medio de una comida dominguera con esos seres tan entrañables y adorables que comienzan hablando de "El tiempo" a las dos de las tarde para a eso de las nueve de la noche haber arreglado ya la política nacional e incluso la internacional. Fin.
Nota: 6/10.
Nacionalidad: España.
Dirección: Daniel de la Orden.
Reparto: Leo Harlem, Maggie Civantos,
Alejandro Serrano, Stephanie Gil.
A veces pienso que la prueba mas fehaciente de que existe vida inteligente en el universo es que nadie ha intentado contactar con nosotros. -Will Watterson.
La historia: Luis es un niño que está a punto de cumplir 12 años y los servicios sociales amenazan con separarle de su padre viudo que es un desastroso ufólogo en busca de vida extraterrestre. Pero la suerte para el muchacho puede cambiar tras la llegada a La Tierra de tres alienígenas dispuestos a ayudarle. A cambio de ello, será el chico el que primero les eche una mano a ellos a conseguir el propósito por el que están visitando nuestro planeta y que no será nada aterrador.
La crítica: Desde Alemania y dirigida por los cineastas Wolfang y Christoph Lauenstein, ganadores del Oscar por el cortometraje de animación Balance, llega a las carteleras de cine Luis y los alienígenas o también conocida como Luis y los marcianos. La cinta es una simpática producción sin mayores pretensiones que entretener a los más pequeños de la casa que aún no estén en la playa o en la montaña de vacaciones. Tratándose además de marcianos, esta reseña era ineludible en Cine y críticas marcianas en este comienzo de verano boreal.
La cinta parte de un narrativa clásica en el cine de animación en la que encontramos a un niño con ciertos problemas de integración escolar para girar a un mundo fantástico en los que unos alienígenas ejercen como sujeto narrativo. Ellos intentan cubrir las carencias tanto afectivas como vitales del joven protagonista. Para ello, los cineastas optan por un humor resolutivo, ágil y de fácil comprensión para los más pequeños. De hecho, el target de edades a los que va dirigida la producción lo podríamos situar entre los 3 y 12 años, aunque en ningún momento disgustará a padres o abuelos a pesar de ser una producción menor pero efectiva en sus objetivos.
A destacar en la historia es la divertida premisa de salida en la que los marcianos se interesan en La Tierra por un anuncio que consiguen captar de la clásica teletienda televisiva y de un producto milagroso que prometen en ella. A partir de esta situación se producen algunas secuencias muy irónicas en relación a los famosos círculos de las cosechas, a marcianos que comen mucho para combatir la ansiedad o sobre ciertas élites estadounidenses y sus perfectas vidas en sus villas unifamiliares.
Vamos con el capítulo de hoy dedicado a las traducciones cinematográficas que en esta ocasión dejan un momento que era imposible que personalmente dejara pasar por alto como marciano militante.
Alemania y título original: Luis und die Aliens.
Título internacional oficial: Luis and the Aliens y alternativamente: Luis and His Friends from Outer Space.
Titulo España: Luis y los alienígenas.
Título Paraguay: Luis y sus amigos del espacio.
Y por fin llega México, país en el que el filme será estrenado en agosto, y sus ocurrencias infinitas e insuperables a través de sus maestros traductores. En esta ocasión, y sin que sirva como precedente, me encanta el título propuesto por razones obvias: Luis y los marcianos.
Aunque parece evidente que la película solo busca servir como un entretenimiento estival, intenta dejar algunos mensajes en forma de moraleja en torno a la paternidad, la amistad o sobre el bien y el mal a través de una clásica villana empeñada en llevarse al niño a un orfanato.
En los aspectos técnicos el diseño de animación está bien conseguido y la cinta resulta colorida sin estridencias. Parece claro que el cine de animación ya no está solo en manos de Disney/Pixar.
En conclusión, Luis y los marcianos, siendo una propuesta blandita y algo tontuela, deja momentos muy reconfortantes de buen humor y alguna referencia al clásico E.T el Extraterrestre de Steven Spielberg. Lo mejor de la producción pasa por un buen epílogo final sobre la paternidad; otorgando con ello valor a los títulos de créditos finales que no hay que olvidar forman parte del metraje de una película. ¡Saludos marcianos!
Nota: 6/10.
Nacionalidad: Alemania.
Dirección y guión: WolfangLauenstein,
Christoph Lauenstein.
La decepción es solo la acción de tu cerebro al reajustarse a la realidad después de descubrir que las cosas no son como creías que eran. -Brad Warner.
La historia: Annie (Toni Collete) es una galerista casada y con dos hijos que acaba de perder a su madre. Esta mujer era la matriarca de toda la familia y ejercía un extraño poder sobre todos sus miembros. Al poco tiempo de su muerte, una serie de extraños sucesos paranormales comienzan a sucederse en la residencia familiar. A partir de este momento su pequeña hija Charly (Milly Shapiro), aumenta más si cabe su extravagante comportamiento al detectar presencias inexplicables e incompatibles con la normalidad de un hogar. El terror está a punto de estallar....o no.
La introducción: Aunque en principio no tenía la intención de reseñar esta película por cuestiones varias, vista la polémica generada por la misma y ante el insólito hecho de que un buen número de personas me han pedido mi insignificante opinión marciana sobre la misma, guardo la entrada que tenía preparada para otra ocasión. Solo quiero aclarar una última cosa. La mitad de las personas me comentaban que destrozara sin piedad a la película y la otra mitad la consideraban casi una obra maestra. Esto es solo un reflejo de lo que esta pasando a nivel general con los amores y odios que está levantando Hereditary entre el público. En cambio, la borreguil y adormilada crítica profesional parece estar encantada con la cinta y se siguen unos a otros sin que nadie se atreva a levantar la voz o al menos discrepar en algunos puntos cuanto menos dudosos. Sin ánimo de molestar a ningún "bando" cinéfilo vamos ya con la disección marciana de este Exorcista 2.0.
La crítica: El primer error, y de muy mal gusto cinematográfico de Hereditary parte ya desde los créditos iniciales de presentación. Allí mismo y sin el menor pudor el cineasta debutante Ari Aster, inserta un cartel en forma de texto literario en el que se explica la muerte de la matriarca familiar y de donde viene o hacia donde va la historia. Si una película tiene que recurrir a explicarse con apéndices escritos y no es capaz de desarrollarse visualmente por sí misma solo puede deberse o bien a la incapacidad manifiesta de su cineasta o bien a querer recurrir al camino más corto para lo que no se ha sabido resolver mediante las imágenes o mediante el guión articulado en las voces de los protagonistas.
El segundo error lo encontramos cuando observamos que la película está partida en dos mitades que no parecen pertenecer al mismo género cinematográfico. La primera hora de Hereditary además de insustancial es de una lentitud mal entendida. Apuntando que algo va a suceder, pero sin que nada suceda. Este tostón inicial se podría haber resuelto con una sencilla elipsis narrativa de al menos 45 minutos sin que la historia se viera afectada en ningún término.
El tercer error y este deviene del segundo, es que nos encontramos con una duración de 126 minutos en los que los rellenos se sienten sobrantes y solo intentan aportar un cierto aire de intelectualidad impostada.
El cuarto error parte de la excesiva preponderancia de la música que actúa como sujeto omnipresente narrativo tratando de tapar con esto muchas de las carencias de la propia historia. Hagan la prueba y vean Hereditarysin música y comprobarán que se cae como un castillo de naipes.
El quinto error lo encontramos en un guión deslavazado y cobarde. Cuando no sabe resolver las situaciones que plantea y sus propias trampas, tira de los socorridos sueños, alucinaciones o supuestas apariciones para así justificar lo que no tiene justificación a pesar de tratarse de una película del género fantástico.
El sexto error y uno de los más importantes es prescindir de la presencia de la niña Milly Shapiro y situarla como un personaje secundario. Era ella y solo ella la que podría haber convertido a Hereditary en una obra que no hubiera generado ninguna controversia. Inexplicable por lo tanto el rol otorgado a la cría y la sobreponderación que sin embargo se le presta a su hermano el fumeta.
El séptimo error deviene del sexto, ya que todo el protagonismo recae en una madre mal interpretada por Toni Collete en una actuación realmente sobreactuada y por momentos incluso desagradable.
El octavo error, y esto es una deshonra muy grande para cualquier cineasta es que en la segunda parte y cuando ya entramos en la zona de sustos y despropósitos varios, algunas situaciones provocan la comedia involuntaria haciendo reír a parte del público cuando en realidad pretendía asustarlo.
El noveno error parte de una especie de gorgoteo extraño que emite la niña cuando la dejan salir en escena y que recuerda más a un partido de tenis o de ping- pong que a algo que realmente pueda asustar o lo que es peor tener alguna credibilidad.
Y el décimo error y más importante es un final epifánico/religioso que realmente provoca vergüenza ajena resultando increíble, demencial y delirante.
Poniendo morritos para Instagram
Por otro lado, es innegable que la cinta tienen también sus virtudes y la primera de ellas es que no trata de abusar de los sustos gratuitos y busca concienzudamente encontrar un terror mucho más profundo y por momentos lo consigue. Los aspectos adicionales como dirección de arte, iluminación nocturna de su fotografía y los efectos visuales están realmente bien conseguidos. Lo mejor de estos aspectos complementarios pasan por un gran diseño de sonido y para ello se construyó el escenario de la casa en el interior de un estudio de sonido de grandes dimensiones. De hecho, y aunque el estreno está muy lejos de la temporada de premios, podría contar con algunas posibilidades de entrar en la carrera para obtener al menos alguna nominación a los Oscars como pasó con Get Out.
En conclusión, Hereditary me ha parecido una oportunidad desaprovechada sobre todo porque deja escapar a una de las niñas más terroríficas y sádicas que he visto en el cine. Además, tiene una transición narrativa partida en dos mitades muy desiguales y para colmo tiene una parte final que desemboca en un mal melodrama rozando el ridículo en unas secuencias finales que desbaratan lo que poco arreglo pudiera tener ya. En definitiva, un producto del marketing y de la industria cinematográfica que han sabido vender como nadie, y que nos recuerda a lo que ahora llaman alta gastronomía. Es decir, algo por lo que fácilmente te pueden clavar 20 euros si pides un postre que se llame: "Mousse de yogurt con esferificación de mango al aroma de humo francés"; que traducido, viene a ser un yogurt de melocotón del Carrefour pero servido con mucho glamour. En definitiva, eso es Hereditary: humo, mucho humo...
Nota: 3/10.
Nacionalidad: Estados Unidos.
Dirección y guión: Ari Aster.
Reparto: Toni Collete, Grabriel Byrne,
Milly Shapiro, AlexWolff.