Crónica de una tormenta dirigida por la cineasta argentina Mariana Barassi se estrenará en España el próximo día 30 de abril. La película se presentó en la 23 edición del Festival de Cine de Málaga y en el XIX Festival de Cine de Almería, donde Ernesto Alterio ganó el premio al mejor actor.
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La historia: Antonio (Ernesto Alterio) dirige con mano de hierro un importante periódico de tirada nacional. Cuando cae enfermo, llega el momento de elegir a su sucesor. La partida de la sucesión se la jugarán entre Maca (Clara Lago), una joven periodista en pleno ascenso y Vargas (Quique Fernández) que es el subdirector dispuesto a utilizar todas sus malas artes para hacerse con el puesto y desbancar a su oponente.
La crítica: Crónica de una tormenta está basada en la obra de teatro 'Testosterona' de Sabina Berman. De hecho, hablamos de un filme rodado en espacios interiores y con solo tres actores por lo que se puede decir que es una representación teatral llevada al cine. De esta manera es como en la cinta se observan referencias a "Secretos de un matrimonio" de Bergman, a "Un dios salvaje de Polanski" o mirando más de cerca al cine moderno, hallamos parámetros parecidos a la estupenda cinta española "El método" dirigida por el cineasta argentino Marcelo Piñeyro.
Los personajes principales de esta historia, Antonio y Maca, juegan los roles de mentor y discípula en el entretenido juego que nos propone la cineasta argentina. La tormenta que da título al filme es la causante de que los protagonistas se queden encerrados durante toda la noche en las oficinas del periódico. A partir de ahí, los roles de poder se intercambian y comienzan a caer las barreras con confesiones personales y una cierta tensión sexual que se acrecienta cuando los protagonistas comienzan a compartir unas copas de whisky que les desinhiben de la tensión laboral.
Crónica de una tormenta, cuyo libreto también está adaptado por Mariana Barassi, busca explorar los límites de las personas en una situación improvisada. La cinta trata de responder hasta dónde somos capaces de llegar para alcanzar el poder y dónde queda la ética en ese camino. Asistimos a infinitos diálogos, un tanto impostados, entre jefe y subalterna que van desarrollando entre confesiones sobre aspectos de sus respectivas vidas personales que nunca compartieron a lo largo de veinte años de trabajo. Uno de los temas principales que se abordan en el filme es el del poder masculino sobre el femenino en los entornos laborales, principalmente en los periódicos (a nivel mundial, hoy en día el porcentaje de que una mujer ocupe la dirección de un medio de comunicación es inferior al 5%).
En cualquier caso, Barassi también pone en la picota al género femenino cuando las mujeres, como es el caso de la protagonista, utilizan sus encantos para tratar de ascender en el poder. Por tanto, nos hallamos ante un mensaje contradictorio en la que la cineasta parece arremeter contra todo todo lo que se mueve en un circunloquio consigo misma y que probablemente solo le interese a ella misma.
En el reparto nos encontramos con la habitual solvencia de Ernesto Alterio aunque tengo la sensación personal de que no se encuentra cómodo con un papel demasiado teatralizado. Su personaje, Antonio, adora el poder y se divierte explorando los límites de la gente a la hora de tener que lidiar con él. Con los años se ha vuelto un manipulador aunque envuelto en una fachada de persona comprensiva y progresista. No quiere dejar de moverse en las esferas de influencia pero ahora debe enfrentarse a la tragedia de saber quién es más allá del trabajo.
Su contraparte femenina, está interpretada por la actriz Clara Lago en un papel en la que se la siente desbordada y tan incomoda como a Alterio. Maca, su personaje, es joven, libre y tiene un futuro que forjarse. Conoció a Antonio cuando comenzaba su carrera de periodismo, y le admiraba por su ímpetu, desparpajo y ganas de cambiar el mundo. Es leal y se preocupa por la enfermedad recién diagnosticada a su jefe. Pero una vez llegado el momento de la toma del poder en la empresa, está dispuesta a utilizar todas las armas que tiene a su alcance.
El tercer personaje en discordia le corresponde a un buen Quique Fernández que se encarga de interpretar al subdirector del periódico. Ha compartido con Antonio sus viejos y gloriosos días de corresponsal en el extranjero. Comparten carácter, se mueven en los mismos círculos, y son cómplices de algunas decisiones muy poco éticas profesionalmente.
En conclusión, Crónica de una tormenta me ha parecido un filme con una interesante premisa de salida pero con un desarrollo y una resolución muy deshilvanada que resta credibilidad al conjunto de la obra. Y si de obras hablamos, quizás la historia cunda más en teatro que en la sala de cine. No obstante, la intensidad dramática de los conflictos planteados y la complejidad de los personajes son las bases donde descansa la construcción de una trama que no enamora pero mantiene la tensión.
Nota: 6/10.
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