La crítica: Una de las funciones que tiene la crítica de cine es el poder de influencia para intentar controlar los desmanes de cineastas. Y es que a pesar de ganar el Oscar por Drive my Car a Hamaguchi se le criticó por llevar la citada película a los 180 minutos. Y como es de sabios rectificar solo cabe felicitar al director por dejar la cinta hoy reseñada en 109 minutos que es un metraje mucho más lógico para otorgar el ritmo narrativo adecuado al relato. Es de sentido común y mucho más cuando hablamos de cine de autor.
Aún así hay cosas que no tienen cura y para muestra un botón: los primeros 8 o 9 minutos de metraje consisten en un plano en movimiento sobre árboles de un bosque por lo que el "efecto melatonina" no tarda en llegar. Superada esa fase inicial, comienza El mal no existe. Título, por cierto, que corresponde a una supuesta genialidad y que es en tono irónico. Porque el mal claro que existe y en cine se podría traducir cuando una película es lenta, soporifera e impostada en su mensaje. Como esta.
El mal no existe se asienta sobre un conflicto narrativo menor que el cineasta trata de convertir en algo universal o grandioso sin conseguirlo. Asistimos a un mero dilema municipal sobre la instalación de un camping con 50 plazas turísticas. El debate consiste en mover del plano una fosa séptica y dar vigilancia al camping como medida contra incendios. El empresario se muestra reacio y algo tan sencillo como sería denegar una licencia municipal, Hamaguchi lo trata de convertir en el fin del mundo natural. El mensaje ultra ecologista del filme está vacío y perjudica por ende a los que amamos a la Naturaleza. La cuestión principal es la siguiente: el pequeño camping podría vertir aguas residuales y contaminar el río que llega hasta el pueblo. Pero como decía antes con unas leves modificaciones en el proyecto esos vertidos no se producirían. El mensaje ecologista se hubiera entendido mucho mejor si habláramos de un macro-camping de 5000 personas que si alteraría el medio natural o de la construcción de un macro complejo hotelero. Es por eso que equiparar la construcción de un pequeño camping a los grandes proyectos urbanísticos en el medio natural es además de una exageración una premisa con una construcción narrativa muy débil.
Nada que achacar, ni alabar en las interpretaciones así que repasemos a los personajes. Takumi es el protagonista y principal opositor a la construcción del camping. Es por tanto un amante de la Naturaleza, le encantan los animales salvajes y sin embargo olvida a menudo que tiene que recoger a su hija menor del colegio. Tanto es así que la obliga a que vuelva sola por bosques peligrosos y al final como es natural la niña se pierde. Eso sí, lo importante es que el micro-camping no se haga porque romperá el mundo natural. A la niña ya si eso que la cuide la madre. Bueno en realidad la madre no existe y tampoco se explica. ¿Murió, dejó a Takumi y a su hija, o simplemente el cineasta no quiso escribir al personaje? Ya saben, cosas de los genios. Los demás personajes son Ryuji y Ayaka que son los comerciales del camping y que se van contagiando del espíritu naturalista de los vecinos del pueblo. Dos personajes sin aristas.
Lo mejor de la película pasa por las localizaciones del rodaje: se rueda en las montañas de Nagano. Hablamos de una reserva natural cercana a Tokio. Las bellas imágenes se complementan con la bonita música de la compositora Eiko Ishibashi. La fotografía en tonos azulados hacen que la experiencia visual y sensorial sea óptima. Lástima que guion en forma de eco parábola y personajes aparezcan en pantalla.
El mal no existe es una película lenta, engañosa y aburrida. Dicho lo cual, a la crítica generalista le ha parecido una obra magna. Magna para dormir digo yo. Además, la película cuenta con un hándicap que va a molestar a muchos espectadores. Hablamos de un final mal explicado y peor resuelto en un giro de guion cuando la niña se pierde en el bosque. En definitiva, la nueva cinta de Hamaguchi es positiva como un inductor del sueño por eso que dicen que hay que quedarse con las cosas positivas de la vida.
Nota: 3/10.
P.D. ALERTA SPOILER.
Final explicado de El mal no existe:
Si has llegado desde la búsqueda de Google tratando de encontrar una explicación al final de la película voy a tratar de aclarar lo que pueda. Tras perderse Hana (la niña) esta aparece sola, sin daños y frente a un ciervo que la mira de manera desafiante. El padre ve la escena y está acompañado por el comercial del proyecto. El comercial trata de reaccionar, pero el padre trata de hacerlo callar para no asustar al ciervo y que éste alterado pudiera atacar a la niña. En el forcejeo mata al hombre. La niña, no obstante, parece ser atacada por el ciervo y se ve una imagen suya con algo de sangre saliendo por la boca. No sabemos si está muerta o inconsciente. Se escucha a una persona corriendo que pudiera ser el padre cargando a la niña y tratando de pedir ayuda. También pudiera estar huyendo por el delito cometido. Al ser un final abierto e inconcluso otras resoluciones podrían estar sobre las mesa. El cineasta juega a qué cada espectador elabore su final.