El amor, al no entender de geografía, no conoce fronteras. -Truman Capote.
La historia: Corre el verano de 1983 en la Lombardia italiana. Elio, es un joven de 17 años que pasa sus vacaciones en la villa familiar sin más preocupaciones que practicar su afición por el piano, leer y escuchar música. Sus primeros escarceos sexuales y amorosos llegan junto a una guapa joven francesa llamada Marzia. Pero todo cambia cuando llega a la casa familiar, Oliver, un joven y apuesto posgraduado que viene a realizar su trabajo como becario del padre de Elio. Es entonces, cuando las dudas sobre su identidad sexual se van disipando al enamorarse del hombre recién llegado. Sin duda, Elio, Oliver y Marzia no olvidarán este largo y cálido verano.
La crítica: Basada en la exitosa novela homónima del año 2007 escrita por el egipcio de nacimiento y estadounidense de adopción André Aciman, la cinta es adaptada con un excelente guión por el maestro James Ivory. Nos hallamos ante un preciosista lienzo dirigido por un poético y lúcido Luca Guadagnino. El cineasta italiano se recrea en una obra casi perfecta en la que retrata de una manera sutil y hábil, el nacimiento del primer amor. También nos habla sobre la búsqueda de la identidad sexual a través de las relaciones homosexuales, bisexuales o heterosexuales mediante un triangulo amoroso descompensado por el encuentro del amor verdadero del joven protagonista.
Aunque la película tiene sello de autor propio y es la cuota del cine independiente europeo a la temporada de premios, cabe decir que es un cine marcado claramente por las influencias de Jean Renoir, Érich Rohmer, o el mismísimo Bernardo Bertolucci. Y por supuesto, no lo expongo como crítica. El fijarse, que no copiarse de grandes maestros para escribir o hacer cine, no solo es lícito, sino que es claramente inteligente y de buen gusto en este caso en lo que a la cinematografía se refiere.
La película es una continua conversación y reflexión sobre como el amor cambia de repente la perspectiva vital de las personas. Pero también, nos habla con fuerza de la frustración y de saber sentir el dolor, de como no matarlo y saber digerirlo para fortalecer al individuo. Es decir, nos habla y nos inquiere sobre los tiempos del amor y del desamor, del duelo y del gozo, del quebranto y a la vez del optimismo.
Y todo lo hace de una manera bella, sensual, abstracta y a la vez concreta, aunque quizás el propio ensimismamiento del cineasta con su obra le lleve a reiterar escenas insustanciales. Quizás el recurso de las elipsis narrativas hubieran hecho la historia más fuerte y a la vez más ágil, pero Luca Guadagnino renuncia a ellas pensando exclusivamente en su autoría y en su sello personal pausado.
Atención al reparto ya que va a dar que hablar. El joven Elio es interpretado por Timothée Chalamet (Homeland) que se convierte en actor revelación de la temporada de premios. Se lleva una nominación al Oscar de la Academia como mejor actor principal. Su personaje es sobre el que gira la trama y en la que se concentra el foco de atención. Por otro lado, aparece Armie Hammer (La red social) interpretando de manera estupenda a a Oliver. Él es el joven americano llegado a Italia y que representa el arquetipo del rompecorazones. Ha sido nominado por este papel en los Globos de Oro y en los Independent Spirit. El contrapunto femenino lo pone la actriz francesa Esther Garrel (17 girls) con una sobria y a la vez sensual interpretación representando a la mujer que sirve como probatura para definir la sexualidad del joven protagonista.
La filmación ha sido rodada con celuloide tradicional y con una sola lente de 35 milímetros. Con ello nos transportamos al verano de 1983 y a la belleza de la Lombardia italiana. La gama inmensa de colores en tonos pastel hacen de la película una postal de belleza deslumbrante. La dirección de arte brilla en la decoración de la villa familiar y los exteriores elegidos son de autentico ensueño. En realidad, este conjunto visual es un personaje más de la película. Desde luego en este entorno bucólico de naturaleza, agua y paseos en bicicleta los personajes son más propensos a relacionarse, conocerse, amarse, desearse o simplemente a disfrutar de la vida en una alegoría del verano versus invierno.
Call Me by Your Name (Llámame por tu nombre), es en definitiva un drama romántico sobre el primer amor que utiliza el descubrimiento juvenil de la homosexualidad como discurso narrativo. La belleza de las imágenes consiguen un conjunto notable de cine de autor muy necesario tal y como está el panorama actual en el cine comercial. En su debe, la cinta nos deja un metraje de 130 minutos que se siente innecesario. Lo que quedará para los anales del cine y por encima de la estética del film, es una conversación con ciertos aromas edípicos, entre Elio y su padre, sobre la vida, las oportunidades perdidas o ganadas en la misma y con el profundo amor como referencia en las relaciones padre e hijo.
Nota: 8/10.
Nacionalidad: Italia.
Dirección: Luca Guadagnino.
Reparto: Timothée Chalamet, Armie Hammer,
Esther Garrel, Michael Stuhlbarg.
Guión: James Ivory.
Fotografía: Sayombhu Mukdeeprom.
Música: Sufjan Stevens.
Duración: 130 minutos.
Estreno mundial Sundance Festival: 22/01/2017.
Estreno EE UU: 24/11/2017.
Estreno España: 26/01/2018.