miércoles, 28 de febrero de 2018

Lady Bird: sutil retrato del desarraigo desde Sacramento en California


La nieve y la adolescencia son los únicos problemas que desaparecen si los ignoras el tiempo suficiente. -Earl Wilson. 

La historia: Christine (Saorsie Ronan) es una joven que a punto de cumplir los 18 años sueña con mudarse de Sacramento en California para cursar sus estudios universitarios. En plena crisis de identidad en el final de su adolescencia, se hace llamar Lady Bird por sus amigas y familiares. Mientras sus padres luchan contra la precariedad laboral y le proporcionan sus estudios en una escuela católica, Christine trata de encontrar su lugar en el mundo a través del despertar emocional propio de su edad. 


La crítica: Seguimos repasando las películas candidatas a los Premios Oscar de la Academia. En está ocasión nos ocupamos de Lady Bird -no confundir con Larry Bird, jugador NBA- (tela con el título), que ha sido nominada en 5 categorías, entre ellas: la de mejor película, dirección, actriz principal y un buen guión original que siempre es de agradecer ante el panorama desolador de películas adaptadas. 

La cinta es el debut en la dirección en solitario de la talentosa actriz Greta Gerwig que tan buenas sensaciones dejó en su actuación en la comedia Maggie's plan. Narrada con la delicadeza y el buen gusto que suelen acompañar a las cineastas femeninas, Lady Bird supone para Gerwig, una ópera prima que confirman su talento como mujer todoterreno en el mundo del cine. La película se siente por momentos autobiográfica en su libreto ya que la directora es nacida en Sacramento. Y es que la historia es tan personal, tan cotidiana y tan cercana en su mirada que es casi imposible no ver reflejados rasgos propios. Una producción muy sencilla e incluso austera que sorprende gratamente en la temporada de premios. Podríamos hablar de una filmación anti-Hollywood que paradójicamente es la sorpresa en la temporada de premios. 

Pero precisamente en esa austeridad y en ese minimalismo narrativo es donde también podemos encontrar algunos defectos en la cinta. Otro problema estaría en la determinación del género cinematográfico al que pertenece la producción. Supongo que lo podríamos aproximar a la comedia dramática que ya de por sí es un término contrapuesto y de difícil digestión en la mirada del espectador. En cualquier caso, estas consideraciones sobre la pausada filmación o la difícil adjudicación a un género determinado, se ven compensados con un metraje ajustado a la hora y media convencional que resulta un acierto y dota a la historia del tempo preciso. 

Si hay algo que destacar por encima de la propia temática argumental de la cinta, serían unos brillantes diálogos y unas perlas en forma de ácidas frases, que reconfortan por la inteligencia que aportan al libreto escrito por la propia cineasta.

Repasemos algunas de las que este cronista recuerda:

_Mamá cómprame esta revista que quiero leerla en la cama.

_No podemos hija, eso solo lo hacen los ricos. 

Siguiente: 

_Yo quiero ir a la Universidad de Nueva York.

_¿Y el terrorismo?

_Mamá, no seas republicana. 

Frases sueltas (está quedando una crítica más marciana de lo habitual, en fin).

Estas se producen en un pequeño romance entre Christine y un joven del instituto. 

En un baile de una función de teatro que están preparando en la escuela, los tortolitos comienzan a arrimarse peligrosamente y una monja encargada de mantener el orden suelta:

_Dejad 15 centímetros de separación para que pase el Espíritu Santo. 

Y por último, algo mítico cuando los jóvenes se están besando y él le dice:

 _No te toco las tetas, porque te respeto demasiado.

Christine se queda entre perpleja y consternada dándole la razón como a los locos. (Más tarde se sabrá el porqué de esta tetafobia)


El discurso fundamental que la cineasta quiere transmitir es la relación amor/odio entre una madre y una hija y lo hace a través de los dos personajes principales de reparto. Por un lado, está la protagonista principal interpretada con desdén, gracia y bastante acierto por Saorsie Ronan que a sus 23 años obtiene su tercera nominación al Oscar. Y por otro lado y en el papel de su madre, nos encontramos a Laurie Metcalf  en un papel duro y aparentemente seco, que también le ha valido una nominación como actriz de reparto en en los Premios de la Academia. En el trascurso de la trama y como hilo argumental, Gerwig nos habla del despertar sexual y para ello utiliza dos romances entre la joven protagonista y dos muchachos del lugar. El joven del instituto del que hablábamos con anterioridad es interpretado por Lucas Hedges (Manchester frente al mar), con más pena que gloria y posteriormente entra en acción Timothée Chalamet (Call by Me Your Name) con el que Christine tiene una experiencia más intensa. 


En conclusión, Lady Bird se presenta como un relato costumbrista, con una narrativa sencilla sobre las relaciones personales y familiares en ese difícil transito entre la adolescencia y la madurez psicológica que se va adquiriendo con el transcurso del tiempo. En cierta manera, podríamos hablar de una pequeña fábula a medio camino entre lo urbano y lo metafóricamente rural. Es por ello que me parece una eficaz crónica del desarraigo, que podría servir de referencia cultural pop para explicar a la perfección este concepto desde una manera sutil, eficaz y humanista.

Nota: 7/10. 

Nacionalidad: Estados Unidos.

Dirección y guión: Greta Gerwig.

Reparto: Saorsie Ronan, Laurie Metcalf,
Lucas Hedges, Timothée Chalamet.

Música: Jon Brin.

Fotografía: Sam Levy.

Duración: 94 minutos.

Estreno EE UU: 3/10/2017.

Estreno México: 16/02/2018.

Estreno España: 23/02/ 2018.

viernes, 23 de febrero de 2018

IV Edición de los Premios YAGO: Los Goya alternativos del cine español

Foto de portada: Santiago Alverú, actor y organizador Premios YAGO
Texto y fotos: Miguel Pina

¿En qué consisten los Premios YAGO?

En primer lugar y si le damos la vuelta al juego de palabras YA-GO (GO-YA), ya nos podemos hacer una idea de la irreverencia y del modo alternativo en su nomenclatura. Los premios nacieron en el año 2015 en una iniciativa de su creador, Santiago Alverú, para homenajear y premiar a aquellos profesionales del mundo del cine español que fueron olvidados o no reconocidos por la Academia del cine español organizadora de los Premios Goya. Por lo tanto, se trata de unos premios alternativos que tratan de poner de relieve a películas y profesionales que son sometidos a las injusticias habituales que todos los premios cinematográficos (y literarios) conllevan. El jurado en esta ocasión estuvo compuesto por Alejando Calvo (Sensacine), Andres Bermejo (Cinemanía), Pepa Blanes (Cadena Ser), Carmen Lobo (La Razón), Gregorio Belinchón (El País), o José Fernandez (TVE), entre otros profesionales destacados. 

En lo personal, agradecer al actor Santiago Alverú que fue nominado a un Goya este año por su gran actuación en la película Selfie (a la que dedicamos dos entradas) y a Eva Calleja de Prisma Ideas la invitación para que Cine y críticas marcianas pudiera estar en la gala y elaborar este reportaje conviviendo con los actores y directores que veréis a continuación. 


La entrega de premios fue patrocinada por Hendrick's Gin y se celebró el pasado miércoles 21 de febrero en el mítico Palacio de la Prensa de la ciudad de Madrid.


Antes de conocer a los galardonados, quisiera hacer un inciso ante la abrumadora desaparición de cines clásicos en la Gran vía madrileña y que aparte del mencionado, apenas quedan los Cines Callao y el Cine Capitol, siendo necesario ponerlos en valor porque al ritmo que llevamos nos quedamos sin cines en el centro de esta y otras ciudades a nivel mundial.



El YAGO de honor y que además sirvió como homenaje a toda una carrera dedicada al mundo de la canción e interpretación fue para Javier Gurruchuga al que siempre recordaremos por sus interpretaciones en: El Rey pasmado, Tirano Banderas, ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Cuarteto de la habana, o por poner su voz en las películas Disney, Tiana y el sapo o en la obra maestra Buscando a Nemo. Todos le recordarán por su grupo musical La orquesta Mondragón. Ha sido nominado dos veces a los Goya sin obtener finalmente el premio que sin duda se merecía. 

Texto y fotos: Miguel Pina


El Premio a la mejor no nominada se lo ha llevado la actriz Marian Álvarez por su excelente actuación en la película de Fernando Franco: Morir. La talentosa actriz española ya cuenta en su haber con un Premio Goya y la Concha de Plata por su papel en la película La herida. Otras actuaciones destacables en su carrera son en las cintas: A golpes, Felices 140, o en la reciente estrenada El cuaderno de Sara.



Marian Álvarez posando para Cine y críticas marcianas

El Premio a los no reconocidos es un acierto con carácter general ya de por sí. Recoge a ciertos gremios del cine que ni siquiera tienen la opción de optar a ninguna nominación. Suelo poner el ejemplo de los dobladores de cine, o el de los narradores en off que son ninguneados. En la entrevista que concedió a Cine y críticas marcianas el locutor y narrador de la película Cantábrico Luis Ignacio González, hablamos en parte de esta situación. En esta ocasión, el jurado a querido poner en valor el trabajo de coaching en el mundo del cine, premiando al equipo de la película Verano 1993 que se encargó de encauzar a los niños que salen en el reparto del largometraje.




El Premio Impepinable al nominado no ganador fue para el cineasta Paco Plaza y su tremendo éxito con la película de terror Verónica.



De las siete categorías en las que estaba nominada, solo obtuvo un premio de consolación al mejor sonido. Sin duda mereció mejor suerte y recibir algún que otro galardón. Especialmente injusto me pareció que la talentosa joven actriz española Sandra Escacena, se quedara sin el Goya a la mejor actriz revelación en un papel que sin duda bien lo merecía.

Paco Plaza y Sandra Escacena

Sandra Escacena                       Foto: Miguel Pina

El Premio Yago al éxito menos comercial fue para Elena Martín y su película independiente Julia Ist, que nos habla de la vida de los estudiantes Erasmus, en este caso en la ciudad de Berlín en Alemania.



Por último, el Premio Especial del Jurado ha sido para la película Selfie que nos habla desde una ácida comedia de la corrupción política en España y de la división política que existe en nuestro país. Una película especialmente importante para mí, ya que de hecho le dedique dos entradas al blog de cine. A continuación explicaré el porqué.


Santiagó Alverú es el actor principal de Selfie y precisamente es el organizador de la Gala de los YAGO, desde sus inicios. Pues bien, en esta película se produjo su debut cinematográfico y ha obtenido una muy valiosa nominación al Goya a mejor actor novel.  Finalmente se ha quedado sin Goya y sin YAGO al ser el organizador del evento. Desde luego se lo toma con humor y lo demostró a lo largo de toda la gala.

El 23 de junio del año pasado publique mi crítica sobre el largometraje y escribí lo siguiente sobre el actor y cómico español: "En el reparto hay que destacar el brillante debut de Santiago Alverú (Bosco), que además de actor, es cómico y periodista. Carga con todo el peso del cuerpo actoral en la pelicula y sería de justicia una nominación al mejor actor revelación en los próximos Premios Goya". Así que me alegré mucho cuando meses después, se comunicaron las nominaciones y Santiago Alverú estaba entre los candidatos. Hoy he tenido la suerte de poder conocerlo en persona y le agradezco una vez más su amabilidad conmigo.

Pero mi historia con Selfie, no acaba aquí. En la crítica también hice una pequeña referencia a la actriz Macarena Sanz en su papel como invidente que decía lo siguiente: "Le acompaña con buena nota, - muy buena nota-, Macarena Sanz (Las Furias), en el papel tragicómico de Macarena que es la chica ciega que es perversamente enamorada por el "pieza" de Bosco". Pues bien, este pequeño comentario dio pie a aumentar mi relación con Selfie. De hecho, a raíz de esto surgió la posibilidad de entrevistar a la actriz Macarena Sanz (enlace), que fue posicionada por Google y así sigue, en la primera o segunda posición originando un enorme tráfico de visitas a Cine y críticas marcianas. Una vez más gracias a Macarena.


Una vez más repito, que tú no eres el que eliges a las películas, sino que son ellas las que te eligen a ti. Así que muy de acuerdo lógicamente con esta Mención Especial del Jurado para Selfie. Y en lo personal muy sorprendido de que algunas críticas marcianas estén llegando tan lejos y siendo leídas por los propios actores o directores de las películas. Así que viva el cine español, el cine en general y las historias que nos conmueven, divierten y emocionan de las películas. ¡Enhorabuena a todos los premiados!

Como hoy no hay tráiler de la película, me gustaría cerrar la crónica con la canción 'La llamada' de Leiva, que en esta ocasión, si obtuvo el merecido el galardón a la mejor canción original en los Premios Goya.

lunes, 19 de febrero de 2018

La forma del agua: de poesía, criaturas marinas y los extraños designios del amor


Independientemente de la forma que tenga aquello en lo que depositamos nuestro amor, éste se adapta, ya sea a una mujer, a un hombre o a una criatura.
-Guillermo del Toro.

La historia: Estados Unidos, año 1962. En un laboratorio secreto del gobierno trabaja como limpiadora Elisa (Sally Hawkins), que a pesar de ser muda logra comunicarse a la perfección con su compañera Zelda (Olivia Spencer). Una noche descubre que han introducido en las instalaciones un extraño monstruo marino que se asemeja a un hombre-pez para experimentar con él. Es entonces cuando ella comienza a empatizar con el extraño ser. Esta empatía parece ser la semilla de un romance entre dos mundos distintos y a la vez iguales. Mientras, las autoridades sobrepasadas no saben como reaccionar ante el poder de la criatura paranormal.


La crítica: Es inevitable, aunque no siempre sucede, que una obra tan aclamada y ganadora del Festival de Venecia genere unas expectativas tan altas, que un mínimo de decepción tienda a producirse casi como respuesta refleja tanto en la visión crítica, como en la sencilla mirada como un aficionado al cine. Si además, nos encontramos con que La forma del agua ha sido nominada a 13 Oscars de la Academia, quedándose a una sola nominación de batir el récord histórico de Eva al desnudo o La La Land, uno se sienta más marciano de lo habitual, al sentir que la película siendo por momentos una obra de arte, no llegue a generar una experiencia absolutamente completa en lo que respecta a mi visión de la cinematografía.

Analicemos pues, sus defectos y virtudes.


The Shape of Water es una fábula romántica entre dos mundos imposibles en la que el cineasta mexicano vuelve a expresar su fascinación por los monstruos que le han marcado desde que era un niño. En está ocasión y con este cuento de hadas (sin hadas), según lo define el mismo, explora su lado más poético y sensible con un guión ORIGINAL, que ya de por sí es una satisfacción en el cine de actualidad. Y es que si analizamos el panorama comercial cinematográfico, parece solo estar basado en adaptaciones literarias tipo 50 basuras de Grey, remakes, precuelas, secuelas, hechos reales, super héroes y otros millones de mierdas parecidas que solo parecen llevar al cine a ser un espectáculo banal y hecho para consumir, tirar, y jamás recordar. 

Solo por esa originalidad que representa Gullermo del Toro, su cine merece la pena. Dicho lo cual y aunque resulte contradictorio, lo que parece hacer el director es subvertir los principios de la película de serie B del año 1954, La mujer y el monstruo (Creature from the Black Lagoon), en la que un ser anfibio también era protagonista. En cualquier caso, sería una inspiración y repito que probablemente lo mejor de la producción descanse sobre su libreto original.

En mí opinión, la cinta cuenta con dos problemas que parten del habitual defecto del cine de actualidad. En primer lugar el exceso de metraje que daña a lo que es una fábula o un cuento fantástico moderno. Y el segundo problema deviene del primero. ¿Era necesaria incluir una subtrama que por momentos se convierte en trama principal, con el espionaje ruso-americano de por medio? ¿Aporta algo esto a algo tan sencillo como es una historia de amor por extraña que sea la naturaleza de la misma? Y es que probablemente sin estos elementos que cortan el ritmo de la narración romántica, estaríamos hablando de una rotunda obra maestra y no de una película que por momentos, se siente incluso algo plomiza en los vericuetos de la investigación policial.

En el haber y que es mucho en la propuesta, nos encontramos con secuencias que quedaran para el recuerdo en la historia del cine. Hablamos por ejemplo de un número musical en el que es difícil que no broten las lágrimas en el espectador ante la belleza del mismo. Otra escena mítica es cuando vemos al ser anfibio descubriendo lo que es una sala de cine. Y sin olvidar secuencias sensuales que aúnan romanticismo y sexualidad de una forma tan natural que rozan la perfección.


En el reparto se luce Sally Hawkins (Blue Jasmine), interpretando a la limpiadora muda y enamoradiza con tal destreza que pareciera haber nacido con esa deficiencia. Un papel muy del gusto de los académicos, ya sea por los problemas mentales o los físicos en este caso. Parte como favorita para llevarse el Oscar, aunque la competencia es brutal con una maravillosa Frances McDormand en Tres anuncios en las afueras.  Por otro lado, se enfunda el traje de hombre-pez el actor especializado en mímica Doug Jones (El laberinto del fauno), pero con la fuerte caracterización se hace complicado valorar su interpretación. Estos dos personajes son la cara de la misma moneda y es a través de su historia de amor donde esta la principal motivación y belleza de la película. Y es que Guillermo del Toro, con ellos, nos presenta una hermosa metáfora de la soledad y de la incomprensión del distinto.

En el rol de personajes secundarios aparece una siempre eficaz Octavia Spencer (Figuras ocultas) encarnando la amistad y la bondad. Su contraparte en la historia es el jefe de seguridad del laboratorio en un papel para el gran Michael Shannon (Animales nocturnos) que representa toda la maldad y el egoísmo humano. Un personaje con rasgos además machistas, sexistas, racistas y clasistas. Un despojo humano.

La parte técnica de la película es sobresaliente en aspectos como el maquillaje, los efectos especiales, y un diseño de producción ambientado en la década de los 60 en Estados Unidos. Pero si hay algo que destacar y me atrevería a decir que está por encima de la propia película, es una banda sonora realizada por el compositor francés Alexandre Desplat, que se convierte de inmediato en edición para coleccionistas. Toda la película es un río que fluye a través de la música y las magníficas canciones seleccionadas. Sin la música, La forma del agua sería una película distinta, o sencillamente no sería.


En conclusión, La forma del agua es una fábula romántica envuelta en un poema sobre la diferencia y la exclusión. La película gana cuando se centra en la historia de amor y pierde cuando introduce elementos policiales, políticos y roles insustanciales (villanos/espías). Es por ello que la cinta deja unas sensaciones agridulces en cuanto a su denso desarrollo. Es cierto que se ven compensadas por secuencias realmente emocionantes y por un final conmovedor en el que el agua toma su verdadera forma.

Nota: 8/10.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Dirección: Guillermo del Toro.

Reparto: Sally Hawkins, Doug Jones,
Octavia Spencer, Michael Shannon,
Richard Jenkins, Michael Stuhlbarg.

Guión: Guillermo del Toro y
Vanessa Taylor.

Música: Alexandre Desplat.

Fotografía: Dan Lausten.

Duración: 120 minutos.

Estreno EE UU: 1/12/2017.

Estreno México: 12/01/2018.

Estreno España: 16/02/2018.


jueves, 15 de febrero de 2018

The Florida Project: Las uvas de la ira en las puertas de Disneylandia


Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos. - John Fitzgerald Kennedy.

La historia: Moonee es una niña de 6 años que vive junto a su joven madre Halley. La misma y con apenas 22 años y sin trabajo estable tan solo puede pagar la habitación de un motel de carretera en los alrededores de Disneylandia en Florida. Es verano y la niña se pasa el día jugando con otros niños en parecidas circunstancias. Con el don de la paciencia, Bobby (William Dafoe), el gerente del motel, trata de poner orden en el caos de niños, padres e inquilinos habituales que han sido arrastrados hasta allí por la crisis económica e hipotecaria. Mientras los niños sueñan con Disney, y están en situación de semiabandono, los padres ya solo sueñan con poder alimentarlos.


La crítica: Érase una vez un mundo feliz en los Estados Unidos de América en el cual los niños disfrutaban de sus días de vacaciones en Disneyworld. Mientras los padres subían orgullosos sus fotos a las redes sociales e incluso los billetes de avión eran pagados por los puntos extras de las aerolíneas más importantes. Las niñas se disfrazaban de princesas y los niños de piratas. Todo aparentaba ser un mar de felicidad. Pero no todos fueron felices y comieron perdices. Un buen día, mejor dicho, un mal día, y en mitad de este cuento de hadas, apareció un ogro en forma de capitalismo salvaje conocido en la zona con el extraño nombre del "Señor Subprime". Y fue entonces cuando el sueño americano se hizo trizas de nuevo, y como en la película Las uvas de la ira, dejó una nueva generación de indigentes invisibles. Las niñas ya no soñaban con ser princesas, los maridos ahora se iban con putas baratas, las madres se emborrachaban para olvidar y mientras tanto los políticos y banqueros brindaban con champán. Tristemente esto no es cuento de hadas, ni es una leyenda inventada. Es ni más ni menos, la realidad social que existe en una parte de los Estados Unidos del señor Donald Trump que mira hacia otro lado ante las lamentables bolsas de pobreza que existen en su país. Y colorín, colorado, este cuento solo ha comenzado.

El cineasta Sean Baker (Tangerine), curtido en festivales como Sundance, es uno de los mejores narradores del cine independiente estadounidense y lo vuelve a demostrar en esta producción de fuerte cine social, envuelto en una estética visualmente pop y deslumbrante en colorido. Con ello, parece hacer un un guiño envenenado hacia los jovenes millennials que absortos en lo visualmente atractivo no parecen prestar atención a lo que sucede a su alrededor.

La acción se sitúa en una nueva carretera de los desahuciados conocida en Florida con la denominación de US Highway 192. En ella se acumulan moteles baratos de 35 dolares la noche que son la última salida (antes que la calle), para centenares de personas. Ellos, paradójicamente, pueden ver desde sus ventanas los fuegos artificiales del parque de atracciones más famoso de mundo, pero ni siquiera pueden soñar con entrar en él. La narración está realizada a través de la mirada de la infancia de unos niños que corren sin parar, ya que para ellos la vida es tan solo un juego. Pero los niños imitan, y lo que están observando en mitad de esta desestructuración social, sin duda, les está afectando en su desarrollo personal. Pero ante todo, y por encima de niños o mayores, la historia nos habla a través de la afilada mirada del cineasta de personas, de vidas rotas o de vidas por recomponer.


En el reparto y a través de tres generaciones de actores, conocemos a sus protagonistas. El hilo conductor de la narración es Moonee, interpretada por la niña Brooklynn Prince que nos deja una actuación dulce y con una efectiva transmisión de la inocencia por su parte. Con ella, sus travesuras y sus juegos, vamos conociendo los variopintos pobladores que habitan en los alrededores del motel.

Su madre es la joven Halley, interpretada por la debutante Bria Vinaite, que irrumpe en la gran pantalla con una actuación absolutamente sobresaliente. Actriz revelación del año. Lo tiene todo para convertirse en un referente de una nueva generación de actores. Es talentosa, le acompaña el físico y un descaro ante la cámara que nos recuerda a Scarlett Johansson o a Jennifer Lawrence en sus comienzos. Con este personaje, el cineasta nos habla en profundidad de una realidad social en el cuarto oscuro de América. A través de su mirada, se produce un hilo discursivo en torno al fracaso escolar, la maternidad temprana, la precariedad laboral, la protección de los menores, las ayudas sociales, o los coqueteos con la prostitución, las drogas y el alcohol.

Por último, pero no menos importante, aparece en el reparto William Dafoe (El paciente inglés), que se ha prestado para actuar en esta película independiente. Una apuesta valiente y arriesgada que se ha saldado con la agradable sorpresa de su nominación al Oscar por su brillante papel. Él interpreta a Bobby que es el encargado del motel y con ello, se convierte en una especie de padre protector de niños, madres y de los demás huéspedes del recinto. En algunos momentos, su personaje presenta ciertos rasgos alegóricos a medio camino entre un ángel guardián, y la representación paternal de un cierto orden en un mundo que se viene abajo por momentos. Quizás uno de los pocos errores de la producción consiste en que nos quedamos con las ganas de ver la vida personal de Bobby. Merecería un Spin-off aparte de la película. Y es que es personaje que pareciera ideado por el mismísimo Frank Capra, pero que se queda parcialmente sin desarrollar.


En conclusión, The Florida Project se presenta como una una propuesta innovadora y descarada en su mirada. Conlleva un fuerte mensaje social que arrolla por momentos al sueño americano dejándolo completamente desnudo. La alucinante y exótica estética visual empleada por Sean Baker lleva implícita también una crítica y a la vez una cierta llamada de atención para que la generación Instagram -que está por encima de edades- tome nota de la realidad social que habita en las entrañas del sistema político. Para finalizar, me quedo con una frase del guión puesta en los labios de una niña de 6 años, Esta frase significa la ruptura de la inocencia en la infancia. Y es que cuando nuestra delicada y traviesa Moonee dice: "Siempre sé cuando los adultos están a punto de llorar", está con ello hablando de una fractura social de dimensiones incalculables. Y esto no es un cuento. Es cine, que además de contar historias, las denuncia. Por ello, sigo y seguiré buscando películas que hagan del cine, además de un espectáculo, un medio de expresión que puedan generar críticas cinematográficas (marcianas), que vayan más allá del mero hecho de decir si nos ha gustado o no nos ha gustado una película. Seguimos.

Nota: 9/10.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Dirección Sean Baker.

Reparto: Brooklynn Prince,
Bria Vinaite, William Dafoe,
Valeria Cotto, Mela Murder.

Guión: Sean Baker y Chris Bergoch.

Fotografía: Alexis Zabé.

Duración: 115 minutos.

Estreno EE UU: 6/10/2017.

Estreno España: 9/02/2018.

Estreno México: marzo 2018.


domingo, 11 de febrero de 2018

15:17 tren a París: ¿De verdad ha dirigido esto el maestro Clint Eastwood?


La mejor estructura no garantizará los resultados ni el rendimiento. Pero la estuctura equivocada es una garantía de fracaso. -Peter Drucker.

La historia: Spencer, Anthony y Alek se conocen en el colegio y entablan amistad tras numerosas visitas al despacho del director. Desde entonces, sus vidas transcurren en común hasta superar la adolescencia. Dos de ellos se alistan en el ejercito y otro decide trabajar en otros ámbitos. Es entonces cuando en el verano de 2015 deciden irse de vacaciones juntos a recorrer la vieja Europa. El 21 de agosto toman un tren desde Amsterdam y con destino final en París. Lo que no sospechan, ni ellos, ni el resto de pasajeros, es que en el tren va un terrorista fuertemente armado y dispuesto a acabar con el mayor número de vidas posibles.


La crítica: Dice el refrán que "El mejor escribano echa un borrón". Y en esta ocasión, mi director de cine favorito, con obras maestras como Los puentes de Madison o Gran Torino, hace descarrilar esta especie de tren en forma de docudrama de una manera absolutamente impropia e irreconocible. De hecho, si hubiera visto la película al azar sin ver los títulos de crédito y alguien me hubiera preguntado que de quien creía que era la película; entre las 50 primeras respuestas no hubiera pronunciado ninguna que comenzara por Clint. Repito, algo absolutamente irreconocible a excepción de un tufillo patriótico, que por otra parte no indica mucho, pues es seña de identidad de buena parte del cine estadounidense.

Pero hagamos una breve parada en la estación para explicar la génesis de esta flojita producción. La historia está basada en un suceso real que ocurrió el 21 de agosto de 2015, y que saltó rápidamente a las agencias de noticias a nivel mundial. Un terrorista había sido reducido por un grupo de pasajeros cuando se disponía a perpetrar una auténtica masacre a bordo de en tren con destino a París. Después se escribió un libro sobre lo sucedido y finalmente Clint Eastwood al conocer a los protagonistas del acto heroico decidió llevar el suceso a la gran pantalla.

El problema principal de la producción radica en que más de la primera hora de la misma se dedica a la presentación de los personajes y a su desarrollo vital, siendo un relleno innecesario para comprender como van a actuar luego en el suceso clave en el tren. Sinceramente en diez minutos se podría haber hecho comprender los rasgos ciertamente heroicos de los tres chicos. Pero ciertamente Eastwood, se recrea en un viaje por Europa con paradas en Venecia, Roma, Berlin, y Amsterdam en una especie de turismo cinematográfico que recuerda más a lo que hizo Woody Allen en Barcelona o Roma, que a la propia narrativa del cineasta californiano. Y es que hay escenas como una parada en una heladería o un paseo en barquito por Venecia que son incompatibles en una supuesta película de intriga.


En el reparto, además, nos encontramos con otro de los problemas de la película y no es otro que un supuesto ataque de genialidad del bueno de Clint Eastwood, se le ocurrió rodar la película con tres actores no profesionales como son Anthony Sadler, Alek Skarlatos y Spencen Stone. Ellos son los tres muchachos que en la vida real estuvieron involucrados y fueron protagonistas del frustrado atentado de París, pero no son actores y se les nota a la legua. La profesión de actor o de actriz es mucho más que interpretarse a sí mismo. Otra cosa es que la la cinta hubiera sido un documental y entonces si hubieran tenido cabida. Pero esto es cine ficcionado aunque sea sobre un hecho real y para ello durante años se preparan los actores y actrices profesionales con miles de horas sobre las tablas o las escuelas superiores de interpretación.

La parte positiva de 15:17 tren a París es que nos habla con cariño de valores como la amistad, el valor o el arrojo para afrontar situaciones comprometidas. Pero lo mejor, sin duda, es que con esta historia parece que Clint Eastwood pone final a una trilogía que nos habla del heroísmo estadounidense y que comenzó con El francotirador (American Sniper), continuó con Sully y el conocido como "milagro del rió Hudson", y acaba con este descarrilamiento de su tren en París. En mí opinión, estamos ante el mayor fracaso artístico del cineasta en los últimos 20 años. La buena noticia es que Eastwood ya tiene entre sus planes un nuevo proyecto llamado "The Mule". En el mismo parece que a sus 87 años parece decidido a volver a explorar su mejor cine (también volverá a la interpretación), y a buscar las historias de la América profunda. Su carrera se merece un broche de oro, ya que esta vez, no podremos decir aquello de : "Siempre nos quedará París".

Nota: 4/10.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Dirección: Clint Eastwood.

Reparto: Anthony Sadler, Alek Skarlatos
Spencen Stone, Judy Greer, Tony Hale.
Guión: Dorothy Blyskal.

Fotografía: Tom Stern.

Música: Christian Jacob.

Duración: 94 minutos.

Estreno mundial: 9/02/2018.

martes, 6 de febrero de 2018

El hilo invisible: cine clásico de alta costura


El amor se compone de una sola alma que habita en dos cuerpos. -Aristóteles.

La historia: En el Londres de los años 50, Reynolds Woodcock (Daniel Day-Lewis) encabeza junto a su hermana, una firma de alta costura que viste a la realeza, a estrellas de cine y en general a la alta sociedad británica. Centrado absolutamente en su trabajo de una manera casi obsesiva, Reynolds no tiene tiempo para el amor. Pero todo cambia en su vida cuando conoce a una joven camarera llamada Alma (Vicky Krieps), que revoluciona su mundo interior y altera su planteamiento vital en cuanto a las relaciones amorosas. El conflicto entre su vocación y su amor está servido.


La crítica: La delicadeza, el buen gusto y la exquisitez con la que está rodada la filmación hacen del cine una experiencia visualmente deslumbrante. Incluso los diálogos se sienten innecesarios, pues todo se podría narrar a través de las miradas de sus protagonistas, de las costuras de sus telas y de una forma de entender la cinematografía que conecta de inmediato con algo tan sencillo y a la vez tan riguroso, como es volver al cine clásico. Y es que a través de películas como esta, es cuando podemos comprender y sentir que este medio de expresión artístico es algo más que un mero entretenimiento. De hecho, el cine nace siendo no sonoro como el mejor medio de transmitir el arte mediante fotogramas en movimiento. Es entonces, cuando nos reencontramos en este hilo invisible con un sueño visual y musical que otorga sentido a que la cinematografía siga existiendo dentro de las salas de cine.

Con el aval de 6 nominaciones a los Premios Oscar de la Academia, entre ellos el de mejor película, mejor actor principal, y mejor director para Paul Thomas Anderson (Pozos de ambición), llega a las carteleras de España y a las del resto del mundo, probablemente la mejor película que se haya hecho en la historia para comprender el oficio de diseñador de moda de alta costura. La historia parece estar inspirada en el modista español Cristóbal Balenciaga, pero con un guión original del propio cineasta. En dicho libreto se implicó el propio actor protagonista Daniel Day-Lewis. Lógicamente el diseño de vestuario de la producción parece contar con todas las posibilidades de llevarse el Oscar. Es sencillamente prodigioso. Telas, bordados, encajes, botones, hilos y sedas, desembocan en un unos vestidos femeninos de autentico ensueño. Por lo tanto, película de culto para este gremio del cine que desde la sombra da luz a las estrellas.

La historia en sí nos habla de polos opuestos unidos por la necesidad de amar. Aunque ese amor como en otras tantas ocasiones, se perciba desbalanceado en una de sus dos partes. Quizás el nexo de unión en esta pareja, sea una especie de interrelación masoquista y ciertamente tóxica pero en la que paradójicamente, ambos miembros se sienten integrados en una extraña conjunción.

Para Alma, él es su primer amor, para Reynolds probablemente su último y único amor. Ella es su musa, su diosa, la ama y la odia a partes iguales, la quiere y la detesta, no puede vivir con ella, pero sin ella tampoco. Y es en ese punto, donde el cineasta Paul Thomas Anderson se detiene y fija el punto de mirada en sus personajes. Toda la narración es detallista, minuciosa y me atrevería a decir que delicadamente lenta. Quizás un tempo demasiado pausado para los espectadores más inquietos, pero no siempre lo lento es sinónimo de aburrido. Los susurros, las caricias, y los besos, cuanto más lentos, mejor sabor dejan. Por eso, cada filmación, cada historia, cada espacio, tienen su momento, y siempre es ella, -la película-, la que debe elegirte a ti. Es en mí opinión, algo tan sencillo como esto, lo que hace que la percepción del arte sea diferente para cada persona. Y precisamente ahí, radica lo maravilloso del cine.


En 1989, siendo aún un niño -que lejos suena-, fue cuando descubrí a Daniel Day-Lewis en una desaparecida sala de cine de la ciudad de Madrid (curiosamente ahora es una tienda de moda), con una portentosa actuación en el excelente film de Jim Sheridan, Mi píe izquierdo. Pues bien, casi 20 años después y con el rostro ya marcado por el paso del tiempo, la actuación del actor británico es sencillamente magistral. Consigue que ames y odies a su personaje a partes iguales. Lo amas y admiras por la pasión, devoción y empeño que pone en su trabajo de modisto y sastre de altos vuelos. Y lo odias por su impertencia, rareza y una egolatría que llega a irritar por momentos. Pero aunque a simple vista, sea el personaje más complejo del largometraje, posiblemente Alma, su amor, sea de una complejidad aún mayor.

De nuevo, y aunque parezca increíble en lo que va de año, nos encontramos a una nueva versión de la diosa Circe vestida de seda. Utiliza el veneno como medio para conseguir sus propósitos amatorios. Se encarga de meterse en este papel la actriz luxemburguesa Vicky Krieps (Antes del frío invierno), con una sorprendente y comedida actuación. Y para acabar con el reparto, en el papel de la estricta y autoritaria hermana del modisto, tiene una excelente aparición la británica Lesley Manville (El secreto de Vera Drake). Esta interpretación le ha valido la nominación al Oscar como actriz de reparto en este 2018.

En conclusión y con una maravillosa música como hilo conductor compuesta por el gran Jonny Greenwood de Radiohead, El hilo invisible (Phantom Thread), es el proyecto y la obra más personal de Paul Thomas Anderson. En ella se ha implicado tanto, que incluso se ha encargado de la dirección de una fotografía tan exquisita como su cine. Aunque la película no tiene aparentemente defectos formales, llama la atención que la sexualidad aparezca reprimida en la filmación. De hecho, deja una tensión sexual no resuelta, al menos en la mente del espectador. Por lo demás, es una película que podrá gustar más o gustar menos, pero lo que no cabe duda es que hay seducción y calidad en cada fotograma exhibido. Cine clásico de alta costura.

Nota: 8/10.

Título original: Phantom Thread.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Dirección, guión y fotografía:
Paul Thomas Anderson.

Reparto: Daniel Day-Lewis,
Vicky Krieps, Lesley Manville.

Música: Paul Thomas Anderson.

Duración: 130 minutos.

Estreno EE UU: 25/12/2017.

Estreno España: 2/02/2018.

Estreno México: 16/02/2018.


jueves, 1 de febrero de 2018

Entrevista al profesor de Historia del Arte y escritor Eduardo Blázquez Mateos, que nos presenta su libro sobre cine: Cielos de Virginia Woolf, lágrimas de Dafne


Hoy tenemos el privilegio de recibir en Cine y críticas marcianas al Doctor en Historia del Arte por la Universidad Autónoma de Madrid y profesor titular de la Universidad Rey Juan Carlos: Eduardo Blázquez Mateos. Además de su labor docente como investigador en escenografía paisajística y estética cinematográfica, ha escrito varios libros sobre cine, como por ejemplo: Mansiones en el cine, El sueño de Leonardo-Arcadias en el cine o el que nos presenta en el día de hoy.

En lo personal, tuve la oportunidad de conocer a Eduardo Blázquez Mateos a través de las injustamente denostadas redes sociales y gracias a las cuales se han podido realizar ya varias entrevistas en este espacio de cine. Teníamos la entrevista pactada desde hacia algún tiempo ya para hablar de literatura y cine, pero la hemos acelerado por estar su libro de plena actualidad. Y es que Cielos de Virginia Woolf, lágrimas de Dafne, une en su temática cine y homosexualidad, cine y pintura, y es además un bellísimo homenaje a la escritora británica Virginia Woolf.

Y digo que está de plena actualidad por tres razones: la primera es por qué este pasado 25 de enero se han cumplido 136 años del nacimiento de la autora londinense. La segunda razón viene a colación tras el éxito de la película reseñada en la anterior entrada Call Me by Your Name que ha obtenido cuatro nominaciones a los Premios Oscar de la Academia. El cine con temática homosexual vuelve a estar de actualidad. Y la tercera es que tras el estreno y nominación al Oscar en categoría de cine de animación, para Loving Vincent, la pintura y el cine vuelven con fuerza a resurgir entre la opinión pública y publicada. En este caso las narraciones del autor son muy pictóricas e incluyen pinturas propias en el ensayo. 

Y es que el libro del que hablamos hoy tiene como eje los tres motivos citados anteriormente. Pero sobre todo, nos habla de películas que sin duda emocionaron al autor por su temática, por su relación con la naturaleza y por la simbología representadas en ellas. Eduardo Blázquez escribe sobre cine de una manera poética, bella y buscando el significado mitológico de las películas y sus relaciones con el arte escénico. Les dejo ya con la entrevista sobre estos Cielos de Wirginia Woolf, lágrimas de Dafne que ha sido editado por Museo de Diosas y Ninfas. Un libro con casi 80 paginas de literatura cinematográfica, fotografías de las películas y pinturas del autor. Cabe decir que es un libro relativamente breve, sobre todo si lo comparamos con esos enormes tochos de 800 o 1000 páginas que se hacen interminables. Si hiciéramos un símil, sería como un mediometraje en el cine. En cualquier caso, a un autor no se le puede juzgar por el número de páginas, sino por la calidad de las mismas. Y en eso este libro, es como los grandes perfumes que se guardan en frascos pequeños. Sin miedo a exagerar, Eduardo escribe recordando unas veces a la esencia del Renacimiento, otras a Leonardo pintando, y siempre con un sello inconfundible de calidad. En el libro se analizan las siguientes películas: Las horas de Stephen Daldry, Brokeback Mountain de Ang Lee, Maurice de James Ivory, Orlando de Sally Potter, y Manjar de amor y Amigo/amado de Ventura Pons. Para concluir, se ofrecen unas acuarelas del autor tituladas: Galerías de cielos de Virginia Woolf.

Texto y fotos: Miguel Pina

El LIBRO

Hola Eduardo, ¿qué se van a encontrar los lectores en en este libro?

Los lectores pueden encontrarse con un viaje de libertad construido desde las relaciones entre las artes.

El título del libro es bellísimo: Cielos de Virginia Woolf, lágrimas de Dafne.
¿Por qué has optado por ese título y qué significado conlleva?

El título se centra en una lectura parcial de los símbolos de la escritora: cielos y lágrimas. Dafne está representada en sus libros y ha sido poco valorada como emblema feminista.

El texto se inicia hablando sobre la película Las horas de Stephen Daldry del año 2002, en la que Nicole Kidman fue galardonada con el Oscar de la Academia. ¿De qué nos habla la película y de que nos hablas tú en referencia a la misma?

Las Horas es una obra maestra que revela temores íntimos y reservados. El agua, inicio y fin, muestra el itinerario desde el útero-gruta como representación del eterno retorno.

Extracto del libro: "Las tres protagonistas están unidas, desde el inicio de la película Las Horas, por las flores simbólicas y los espejos acuáticos, construyendo un bodegón, representando en alguna medida, el paso del Tiempo, la fugacidad de la vida, las efímeras Horas florales. Las damas, en horizontal, en la cama, despiertas, escuchan el despertador, están flotando, un vocablo esencial en la historia. Se trata de flotar como las flores sobre las aguas, como en las representaciones pictóricas-poéticas de Ofelia".

¿Es en tu opinión la mejor película en cuanto a iconografía lésbica? ¿Destacarías alguna otra que te haya llamado la atención?

La iconografía lésbica de Las Horas es muy rica, teje libros y flores para encumbrar la diversificación y la belleza elevada de las relaciones entre mujeres.

La película Carol es otra obra modélica sobre lealtad, sobre la belleza de los gestos y sobre matices-miradas.

En el libro, nos hablas también sobre la película Brokeback Mountain de Ang Lee. Esta cinta supuso en mí opinión un antes y un después en el cine con temática gay. ¿Qué destacas en tu libro y cual es  tu opinión general sobre la película y lo que significó?

La obra de Ang Lee pone de relieve la necesidad del amor ultramundano, amor eterno elaborado en unión con las fábulas clásicas y a la naturaleza.

Extracto del libro: "El relato de la escritora Annie Proux se centra en una historia iniciada en Signal, Ennis del Mar (Heath Ledger) y Jack Twist (Jake Gyllenhaal), definen el desdoblamiento de los protagonistas, una duplicidad que se traduce en los colores y en los tonos. El blanco, la claridad y el tono tierra empastado, como los ocres mates, definen a Ennis del Mar. Los tonos oscuros se definen para Jack, dominado por azules y por negros; al tiempo resulta revelador la significación de los sombreros, oscuro para Jack o claro para Ennis. El paraíso en la montaña está purificado por los vientos del Edén y por las tempestades, un choque de fuerzas para conocer la romántica historia".

Además de otras películas, destacas en tu ensayo parte de la filmografía del cineasta español Ventura Pons. ¿Qué nos podrías decir de él y de su cine, en relación a lo expuesto en el libro?

Ventura Pons es un genio, destacaría sus elaborados desnudos narrativos, a la altura de los lienzos del Museo del Prado.

En el libro hablas de la floresta y de la creación de un espacio gay positivo en el cine. ¿Podrías definir el significado de estos conceptos?

Las flores y el paisaje son bálsamos y aliados de las historias de amor entre hombres, entre mujeres, La Naturaleza es la gran aliada, como en Orlando.

En la última parte del libro aparecen fotografías sobre las acuarelas que tu mismo realizas. ¿Desde cuándo pintas, qué significa esto para ti y que sientes cuando expones estos trabajos al público?

Las acuarelas son paisajes pintados desde las lecturas de los textos mencionados en el libro, desde las vivencias en el jardín de mi madre, el motor de este libro-jardín de nubes.


CARRERA COMO AUTOR

Además de tu desempeño como profesor en la universidad, has escrito varios libros de temática relacionada con el cine. ¿Qué reflejas en tu libro Mansiones en el cine?

Mansiones en el cine es un trabajo sobre las representaciones simbólicas de las moradas en la pantalla, uniendo literatura y cine, partiendo del Expresionismo alemán.

Otro de tus libros se llama Ofelias en el cine. ¿Qué nos cuentas es esta ocasión?

Ofelias en el cine es un viaje sobre el mito, un tablero de imágenes acuáticas rememorando a Aby Warburg y a Peter Greenaway.

Parte de tu trabajo docente está dedicado a la escenografía y al arte. ¿Por qué es tan importante la dirección de arte en el cine y que se puede expresar a través de ella?

Los espacios tienen gran capacidad narrativa, la escenografía habla y enfatiza los sentimientos de los personajes. Julieta es superior a Romeo por su relación y vínculos con el jardín, la escalera, el pórtico, la ventana...

¿Cuántas tesis doctorales has defendido y sobre que han girado las mismas? ¿Cuántos libros tienes publicados?

Quince tesis doctorales sobre Artes Escénicas y Artes Visuales. Aún no he defendido tesis sobre iconografía gay.

Publicados tengo 26 libros y escribiendo el numero 27. 

Diriges el Micromuseo de Ninfas y Diosas en la localidad de Guisando en Ávila. ¿Cuál es su temática y qué significa en lo personal para ti?

El Micromuseo de diosas y ninfas es un espacio, dividido en tres escenarios, en los que se relacionan la pintura mitológica con el arte popular. La génesis y el alma del museo son mi abuela Felisa y mi madre.


TEST PERSONAL SOBRE CINE Y CURIOSIDADES

Tu película preferida de todos los tiempos.

Las Horas, con el permiso de las obras de Orson Welles.

Tu película española favorita.

La edad de oro de Luis Buñuel.

Tu director de cine español preferido.

Luis Buñuel.

Tu director de cine internacional preferido.

Orson Welles.

Tu actor preferido.

Charles Chaplin.

Tu actriz favorita.

Glenn Close y Jessica Lange.

Tu festival de cine predilecto.

El Festival de Venecia.

La sala de cine más bonita que conozcas o que hayas conocido.

Los cines de pueblo.

El último libro que hayas leído y que recomendarías.

Este libro es de mi madre, de Erich Hackl.

Tu plato de comida preferido.

Huevos fritos.

Una ciudad para vivir.

Ávila.

Una ciudad por conocer.

Nápoles.

Una ilusión por cumplir.

Cuidar de mi madre.

Para concluir, te gustaría decir algo para los asiduos a Cine y críticas marcianas y para los amigos de las redes sociales de referencia.

Por supuesto, amad el cine y amad el cine de mujeres. 

Para concluir. me gustaría dar las gracias a Eduardo públicamente por la concesión de la entrevista, por las facilidades puestas para la misma y por su calidad humana. También agradecer a la librería Berkana en Madrid la cesión de las instalaciones para realizar la entrevista y las fotografías. Los residentes en la capital de España o los que pasen por la ciudad, pueden adquirir el libro en sus instalaciones. A pie de pagina, incluyo los datos de la edición y un enlace de compra para recibirlo por correo. En cualquier caso, el motivo de la entrevista del día de hoy más que comercial, es de divulgación de una trayectoria profesional intachable y de una forma de escribir sobre cine y otras artes única, especial y con un sello inconfundible. En su columna dominical en el diario Tribuna de Ávila pueden disfrutar de manera gratuita de su blog El jardín de Hércules en el que nos habla de cine y de muchas cosas más.


Esta entrevista tiene todos los derechos reservados y se cederá, adaptará y publicará próximamente en el diario online Noroeste Madrid donde desarrollo mi labor como redactor y crítico cinematográfico.

Saludos para todos los marcianos y marcianas del planeta Tierra. 

Datos del Libro y link de adquisición en este enlace.

Título: Cielos de Virginia Woolf, lágrimas de Dafne.

Autor: Eduardo Blázquez Mateos.

Edita: Museo de Ninfas y Diosas.

Paginas: 78.

ISBN: 978-84-934656-9-8