Pájaros enjaulados: notable retrato del misterioso rey de las fugas

Pájaros enjaulados dirigida por Oliver Rihs se estrena en cines españoles el día 14 de enero. La película es una coproducción entre Suiza y Alemania rodada en localizaciones de estos dos países y en España. Cinta basada en la historia real y memorias de Walter Stürm. 

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La historia: Suiza, 1980. Historia de dos inconformistas que luchan, desde motivaciones radicalmente opuestas, por un mismo concepto: la libertad. En el contexto de las revueltas y la represión estatal suiza de la década de los ochenta, nos hallamos ante una abogada idealista y un delincuente impredecible. Ambos convergen en un momento de sus vidas y se convierten en aliados inesperados. Son Barbara Hug y Walter Stürm, conocido como el “rey de las fugas” por su habilidad en eludir las prisiones.

La crítica: Aunque Suiza es un país tranquilo y neutral también tuvo sus revueltas con centenares de intrahistorias que pocas veces han sido llevadas al cine o han pasado desapercibidas. Pájaros enjaulados recoge con vigor narrativo la tremenda historia de Walter Stürm.

Un personaje que quizá no suene en estas coordenadas geográficas, pero en Suiza, ese espejo en el que se gustan mirar los países de Europa por su integridad y estabilidad social, se llegó a convertir, en la revuelta década de los 80, en una suerte de Robin Hood. Y no precisamente por repartir entre los pobres los sobrantes de los ricos, ni liderar una revolución. No. Walter Stürm fue un tipo carismático e irónico ante todo, que luchó, a su modo, por la libertad: entre 1974 y 1995 se escapó hasta en ocho ocasiones de la cárcel, ganándose a pulso el apodo de "el rey de las fugas".

En una de esas "salidas" tuvo la suerte de cruzarse con la abogada Barbara Hug, que llevaba años también luchando, de otro modo, por la libertad. El aquel contexto histórico, la capital suiza distaba mucho de ser el referente cultural y social que ahora es. Los jóvenes que se manifestaban por restaurar su arrebatada cultura por las calles de Zurich eran brutalmente represaliados por las fuerzas de seguridad, y dentro de las cárceles el respeto por los derechos humanos dejaba mucho que desear. Pero ahí estaba Barbara Hug, para defender el idealismo, dar la vuelta a la situación social y de paso, al sistema penitenciario suizo. 

Hug encuentra en Stürm un icono inesperado y gracias a una defensa firme, apasionada y también mediática, consigue conquistar su objetivo. Convierte a este simpático y honrado delincuente en un símbolo de la contracultura. Es cierto que los delincuentes de este tipo suelen causar empatía con el espectador, pero no hay que olvidar que muchos de ellos dejan víctimas detrás por sus delitos. En cualquier caso, el cineasta Oliver Rihs sabe jugar muy bien con los conceptos de bondad y maldad para implicar al espectador en una narración con un metraje algo excesivo. 

El rey de las fugas es interpretado con acierto por Joel Basman. Actor que recibió el premio del cine alemán como mejor interprete de reparto masculino en el drama neonazi "Wir sind Jung". Basman como Stürm acierta en sus miradas y gestos siempre fugaces a la vez que contenidos. Stürm ve a través de nosotros y nos lleva de una forma emocional a tocar la estructura trágica de la personalidad. Interioriza muy bien la criatura encantadora y poco fiable que es Stürm. En el lado femenino del reparto e interpretado a la abogada del delincuente, nos hallamos con una  interpretación fiable y segura de Marie Leuenberger. A diferencia de Stürm, que es todo impulso emocional, Hug es retratada por el cineasta de manera más racional. Leuenberger es muy convincente en su papel.

Destacar en el filme la recreación de cuando cerca de 300 personas se reunieron frente a la Teatro de la Ópera para protestar contra una reforma cultural. La policía actuó con fuerza y con material antidisturbios agravando la situación de manera notable. Este incidente fue el inicio de dos años de disturbios en Zúrich y caracterizaría toda una década de lucha juvenil inspirada en los movimientos sociales de otros países. 

En conclusión, nos hallamos ante una buena película independiente en la que el cineasta suizo Oliver Rihs explora con sus Pájaros Enjaulados una etapa oscura de la historia de Suiza. Una época marcada por intensas protestas y levantamientos sociales en Zúrich. Con el tiempo, algunos de estos movimientos han demostrado ser impulsores necesarios de la libertad que hoy damos por sentada. Conocida por ser la cuna de los derechos humanos y elogiada por su estabilidad e integridad, la Confederación Suiza también oculta algunos momentos oscuros de su pasado. Ahora los vemos retratados en el cine cumpliendo con la máxima de informar, formar y entretener como nos decía el cineasta español Manolo Munguía.

Nota: 8/10.

Nacionalidad: Suiza - Alemania

Título original: Bis wir tot sind oder frei 

Dirección: Oliver Rihs

Guion: Oliver Rihs, Dave Tucker

Música: Beat Solèr

Fotografía: Felix von Muralt

Duración: 118 minutos

Reparto: Marie Leuenberger,

Joel Basman, Jella Haase, 

Anatole Taubman, Pascal Ulli, 

Beat Marti, Michael Schertenleib