lunes, 5 de febrero de 2024

Ferrari: retratando a un visionario


Ferrari dirigida por Michael Mann se estrena en cines españoles el próximo día 9 de febrero de 2024. La película trata la vida del piloto y fundador de la Scuderia Ferrari y la famosa marca de automóviles, Enzo Ferrari, y está protagonizada por el nominado al Oscar® Adam Driver y la ganadora del Oscar® Penélope Cruz. 

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La historia: Verano de 1957. Detrás del espectáculo y el peligro de la Fórmula 1, el ex piloto Enzo Ferrari está en crisis. La quiebra acecha a la empresa que él y su esposa, Laura, construyeron de la nada hace diez años. Su inestable matrimonio se ve aún más fracturado por el dolor de la muerte de su único hijo. Ferrari lucha contra el reconocimiento de su otro hijo con Lina Lardi. La pasión de sus pilotos por ganar los lleva al límite. Todos sus destinos convergen en una carrera, la que atraviesa 1.000 millas a lo largo de toda Italia, la icónica Mille Miglia.


La crítica: El ínclito, Michael Mann dirige con más pasión que gloria esta película biográfica basada en el libro de Brock Yates: ‘Enzo Ferrari: El hombre y la máquina’. El deslavazado guion está firmado por Troy Kennedy Martin (The italian job) y el propio Mann, que lleva tratando de realizar este proyecto desde hace más de veinte años.

Ferrari es un nuevo biopic en esta desenfrenada carrera de los cineastas por encontrar personajes con algún interés histórico. Y lo cierto es que el magnetismo que despertaba a su paso Enzo Ferrari justifica esta parcial mirada sobre su vida y obra. Un hombre hecho a sí mismo y un visionario sobre el mundo del motor. En la cinta hoy reseñada su personaje consigue atracción e interés. De hecho todo el relato se basa más en la forma que en el trasfondo del piloto y constructor italiano. 

La parte más emotiva del filme sucede cuando la narración se centra en la atribulada vida íntima de Ferrari y de su esposa, Laura. Sin embargo, el tono melodramático de la relación con cierto aire a telefilme no engrana bien con la parte deportiva de la película. Podríamos decir que la cinta está partida en dos mitades que no acaban encontrar un nexo de unión. Otro de los problemas con los que cuenta el relato es su metraje. Y es que de manera paradójica -al menos en mi visión del cine que conlleva metrajes ajustados- los 130 minutos no son suficientes para narrar una biografía tan intensa y extensa. El libreto va dando saltos abruptos que impiden la cadencia narrativa que una biografía necesita.


Adam Driver realiza una fantástica interpretación de Enzo Ferrari. Llena la pantalla con una mirada severa mientras observa sus creaciones pasar a velocidades de relámpago. Por mucho que sea una “alegría terrible la victoria” (afirma Ferrari en una secuencia), ya que hay consecuencias destructivas, cómo accidentes en la pista o pérdidas económicas, para él su mundo es la competición. Por otro lado, hallamos una buena interpretación de Penélope Cruz (grita poco), dejando una actuación fantástica como Laura, la esposa de Ferrari. Lleva una carga insoportable en su vida ya que además de perder a su hijo le martirizan las infidelidades de Enzo. Y es que Ferrari llevaba una vida paralela con su amante con la que tuvo otro hijo. Papel interpretado con sutileza por Shailene Woodley

En la técnica de rodaje destacan las localizaciones reales en Módena y la Emilia-Romagna. En lo que a la fotografía se refiere, se utiliza una iluminación que evoca a las pinturas de Caravaggio: la luz proveniente de una sola fuente. De esta manera el filme es luminoso y preciosista. Respecto a los coches algunos de los Ferrari originales están en pantalla y otros se han reconstruido para la ocasión. 

Ferrari es una película intensa, inconexa por momentos y a pesar de las objeciones que he expuesto resulta un filme entretenido y palomitero. Con unas buenas interpretaciones y un diseño de producción notable, me quedo más con la forma que con el fondo de la historia. Una historia que en definitiva nos habla sobre un hombre magnético, ambicioso y poderoso que consiguió que su apellido se convirtiera en una de las marcas más prestigiosas del planeta. 

Nota: 6/10.


Nacionalidad: Estados Unidos

Título original: Ferrari

Género: Drama, Biografías 

Dirección: Michael Mann

Guion: Troy Kennedy-Martin, Michael Mann

Basado en la novela de: Brock Yates

Duración: 130 minutos

Música: Daniel Pemberton

Reparto: Adam Driver, 
Penélope Cruz, Shailene Woodley, 
Sarah Gadon, Patrick Dempsey.

miércoles, 6 de octubre de 2021

Madres paralelas: Almodóvar gira de lo urbano a lo rural en un intenso melodrama


Madres paralelas dirigida por Pedro Almodóvar se estrena en cines españoles el próximo día 8 de octubre. La cinta, presentada en el Festival de Venecia, cuenta en el reparto con Penélope Cruz, Milena Smit y con Aitana Sánchez-Gijón como las tres estrellas femeninas del reparto. 

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La historia: Madrid, 2021. Janis (Penélope Cruz) y Ana (Milena Smit), ambas a punto de dar a luz, coinciden en la habitación del hospital mientras llega el momento del parto. Tras el nacimiento de sus bebés intercambian los teléfonos y comienzan una amistad que cambiará sus vidas para siempre. Algo insólito ocurrido en la clínica se desvelará a lo largo de la trama. 


La crítica: Tras la biográfica Dolor y Gloria, Pedro Almodóvar vuelve a sus clásicos melodramas en los que se desenvuelve como pez en el agua. Al igual que en la brillante Julieta, en Madres paralelas vuelve a explorar el universo femenino a través del significado de la maternidad. La película comienza con una sesión de fotos. Janis (Penélope Cruz) es fotógrafa y le está haciendo un retrato a Arturo Buendía (Israel Elejalde), un antropólogo forense, miembro de una fundación navarra que ya ha intervenido en la exhumación de una fosa. Arturo será el que dirija la apertura de la fosa del bisabuelo de Janis, pero eso ocurrirá unos años después. Almodóvar pausa esta subtrama y centra la narrativa en la venida al mundo de dos niñas. 

Dos madres, diferentes edades y la misma incertidumbre antes del parto. Los embarazos serán llevados a término aunque no fueron planificados. En los primeros cuarenta minutos de la película, cadenciosos en exceso, el cineasta manchego nos pone en antecedentes del personaje de Janis. Conocemos su relación con Arturo -el padre del bebé-, su lucha por recuperar los restos de su bisabuelo asesinado en la Guerra Civil y su mirada ante el nuevo mundo que se le viene encima. Penélope Cruz, en el papel de Janis, realiza el mejor trabajo de su carrera dirigida con mano de hierro por Almodóvar. El Premio Goya sería muy merecido. 

La historia de la madre paralela, es decir de Ana, es revelada más tarde. La película sobrepasa las dos horas de metraje y el conflicto narrativo tarda en estallar. Con este personaje, interpretado de manera sensacional por la joven Milena Smit, nos adentramos en un triangulo amoroso en el que convergen Janis, Ana y Arturo. La madre de Ana, Aitana Sánchez-Gijón, representa la figura de la madre ausente y de los problemas que esto causa en la formación de la joven.


Con Madres paralelas asistimos a un giro metafórico de Pedro Almodóvar.

En sus primeros años de carrera, el cineasta manchego realizó un viaje de lo rural a lo urbano a través de los personajes representados en sus películas. Con ello, de manera autorreferencial, alude a su propia biografía y a lo que supuso su llegada a la capital desde un lugar de La Mancha. En la cinta hoy reseñada el viaje es de lo urbano a rural y esto se aprecia en el último tercio de la filmación. 

Observemos dos imágenes cedidas por la productora El Deseo para comprobar ese viaje de lo urbano a lo rural al que hago referencia. 


Exquisita dirección de arte en interiores


En cualquier caso, Almodóvar no se olvida de Madrid. Su ciudad de las estrellas. La urbe se ha convertido en eje vertebral de una cinematografía que no se puede entender sin su presencia. En Madres paralelas, aún se aprecia un recorrido específico por las viviendas, los lugares de ocio y comercio, los espacios públicos o los sitios donde el propio director se divirtió y lloró en la ciudad de Madrid. Para un servidor, nacido y criado en la ciudad es muy especial observar a través de su cine el retrato de los espacios urbanos, residencias, bares, comercios y edificios emblemáticos de la capital en los que el director manchego se ha recreado.

Las localizaciones en el cine sobrepasan el concepto de meros escenarios para participar en la trama como un personaje más. Se integran en los argumentos. Otorgan el punto de modernidad y hablan de sentimientos. Son el espejo donde se reflejan y proyectan las diferencias sociales, culturales, ideológicas o personales de los protagonistas. 

Madres paralelas es un intenso melodrama con dos tramas que convergen en su cierre final. La parte política, con un cierto parcheado en el tema de las diabólicas fosas del franquismo, no acaba de integrarse bien en la trama principal. La película es mucho mejor cuando se adentra en la historia de los personajes. En sus relaciones, miedos, anhelos, desafíos y recuerdos. En definitiva, con una narración de luces y sombras, Almodóvar firma una cinta irregular aunque muy reconocible por su autoría tan delicada y personal. 

Nota: 7/10.


Nacionalidad: España

Dirección: Pedro Almodóvar

Guion: Pedro Almodóvar

Música: Alberto Iglesias

Fotografía: José Luis Alcaine

Duración: 123 minutos

Reparto: Penélope Cruz,
Milena Smit, Israel Elejalde,
Aitana Sánchez-Gijón, Inma Ochoa
Rossy de Palma, Julieta Serrano

martes, 26 de marzo de 2019

Dolor y Gloria: Pedro Almodóvar se hace un autorretrato plano, seco, y doloroso


Usa el dolor como una piedra en tu camino, no como una zona para acampar. -Alan Cohen.

La historia: Salvador Mallo (Antonio Banderas) es un aclamado director de cine español que debido a su delicado estado de salud no se siente con fuerzas para iniciar un nuevo proyecto en forma de película. Es entonces, cuando se reencuentra con Alberto (Asier Etxeandia), que es un actor con el que rodó una exitosa película 30 años atrás y que le introduce en el mundo de las drogas. A partir de ese instante, Salvador Mallo, cree haber encontrado la solución para sus doloridas articulaciones e incluso vuelve a reactivar su capacidad creativa que permanecía estancada desde su último rodaje. Son momentos de intimidad y recogimiento donde el cineasta recordará a través de distintos pasajes de su vida, su transcurrir vital desde su infancia en la población de Paterna, hasta llegar a los días de actualidad donde vive aislado en un lujoso piso de la ciudad de Madrid.


La crítica: Tres años después del estreno del bellísimo melodrama Julieta, Pedro Almodóvar vuelve a la gran pantalla con su cinta más personal, más introspectiva, pero también más grisácea a pesar de estar rodada con el colorido tradicional que siempre ha acompañado su filmografía.

Dolor y Gloria es un proyecto que nace para narrar la historia de un director de cine ficticio pero que claramente tanto en su guión, como en en el desarrollo del rodaje (que en los interiores transcurre en la propia casa actual de Almodóvar) va tomando forma de su propia biografía personal. Por lo tanto, nos encontramos con un biopic atípico en el que se mezclan recuerdos personales con elementos ficticios agregados que no consiguen añadir las dosis de emocionalidad necesarias para que el espectador empatice con su alter ego en la pantalla.

La cinta gana claramente cuando el libreto recurre a los flashbacks para llevarnos a la infancia de Salvador Mallo. Aquí la trama es rural, natural, y pura. En mi opinión, esta es la parte más interesante del largometraje, y donde apreciamos los primeros deseos e impulsos sexuales del personaje principal.

En esta parte se describe la relación con su madre y su formación como estudiante que marcan para siempre su trayectoria personal. Sin embargo, la cinta pierde intensidad y sobre todo emoción, cuando transita ese camino de lo rural a lo urbano, y de la niñez a la madurez. Ahí esdonde los traumas personales o de salud de Salvador Mallo, dejan de interesar al volverse una trama mundana, espesa y medicalizada.

En esos momentos, la narrativa se convierte en mecánica y academicista girando en torno a los diversos problemas de salud del cineasta que parece querer transmitir de forma metáforica y/o hipocondríaca, el dolor que lleva el propio Almodóvar por las críticas personales recibidas en los últimos años. Quizás de ahí el título de la película que define a la perfección su última etapa como cineasta.


Lo mejor de la película pasa por un reparto dirigido con mano de hierro por Almodóvar que desde luego, en este aspecto, sigue en plena forma y demuestra que además de escribir (si es que el cineasta de turno es también el guionista), la principal función de un director de cine es precisamente la dirección de actores. Solo por el hecho de conseguir que Penélope Cruz no grite, parezca una actriz de verdad, se contenga y haga un buen papel como es en el caso de hoy, ya comprobamos la destreza y la maestría del cineasta español en dicha dirección de actores.

En este caso, Penélope Cruz interpreta a la que fue la madre de Salvador Mallo en la parte de la trama que nos transporta al mundo rural. Después, en la parte urbana, la madre para a ser interpretada por Julieta Serrano (Mujeres al borde de un ataque de nervios) donde pronuncia una frase para el recuerdo en la que textualmente le dice a Salvador: "no has sido un buen hijo". No sabemos si este es un elemento puramente ficcionado o un reconocimiento de culpa del propio director.

Pero el verdadero protagonista en cuanto al elenco actoral es Antonio Banderas que realiza en mi opinión el mejor papel de su carrera. Tanto en su caracterización, como en su manera de hablar, o de moverse nos hace ver que su personaje no es Salvador Mallo, sino el propio trasunto de Pedro Almodóvar. Destacar así mismo a Asier Etxeandia, en el papel de Alberto, que interpreta a un actor en decadencia que vuelve por casualidad a la vida de Salvador Mallo y que le introduce en el mundo de las drogas como comentaba al principio del texto. Otro pequeño papel, pero importante por su significado sentimental, es para el argentino Leonardo Sbaraglia que representa el significado de un reencuentro sentimental y geográfico.


En la parte técnica cabe destacar la siempre impoluta dirección de arte con la que cuentan las películas del cineasta manchego. En esta ocasión además, destaca la dirección de fotografía del maestro José Luis Alcaine que maximiza la luz cuando la acción transcurre en los exteriores coincidiendo con la niñez del protagonista. Sin embargo, gira las lentes hacia a tonos oscuros coincidiendo con las secuencias de los espacios interiores que representan el ocaso de Salvador Mallo. Destacar así mismo que Almodóvar deja de lado o no considera necesario mostrar en esta ocasión las plazas, calles, o algún espacio escénico relevante de la ciudad de Madrid y apenas muestra algún retazo de la capital española.

La música del compositor Alberto Iglesias vuelve a acompañar con éxito el nuevo film de Almodóvar con la sorpresa añadida de un breve cameo de Rosalía que interpreta 'A tu vera' junto a Penélope Cruz.

Esta secuencia/lienzo, donde se interpreta la canción, se produce cuando un grupo de mujeres lava la ropa en la orilla del río y nos transporta a la España rural de mediados del siglo pasado.


Dolor y Gloria es en definitiva una película autobiográfica que nos muestra cómo Almodóvar se ve a sí mismo en la actualidad partiendo desde los recuerdos de su infancia. Todo es proyectado en un personaje imaginario como es el de Salvador Mallo que acaba por ser moldeado y encajado en su propia figura. Esto que puede ser muy interesante para él, su familia, amigos o seguidores, me da la sensación de que puede provocar cierta distancia con aquel espectador que solo busque ver una película o una buena historia sin más. Además, la nula emocionalidad de la cinta, convierten a Dolor y Gloria en una película fría y distante sin menoscabar la perfección en la técnica cinematográfica de rodaje. Pero el cine es ante todo emoción, y precisamente sin este elemento del que adolece la cinta reseñada hoy, la experiencia pierde muchos enteros con respecto a su anterior obra Julieta que era ante todo pura belleza emocional.

Nota: 6/10.

Nacionalidad: España.

Dirección y guión: Pedro Almodóvar.

Reparto: Antonio Banderas,
Asier Etxeandia, Nora Navas,
Penélope Cruz, Julieta Serrano,
Leonardo Sbaraglia, Asier Flores.

Fotografía: José Luis Alcaine.

Música: Alberto Iglesias.

Duración: 108 minutos.

Estreno España: 22/03/2019.


viernes, 21 de septiembre de 2018

Todos lo saben: La España profunda en la versión copia/pega de un irreconocible y desbordado Asghar Farhadi


El paisaje sostiene las huellas del pasado, reconstruye recuerdos y proyecta en las miradas las sombras de otro tiempo. -Julio Llamazares.

La historia: Laura (Penélope Cruz) regresa desde su Buenos Aires de adopcion a un pequeño pueblo del interior de España para asistir a la boda de su hermana. Esta última decidió quedarse en el medio rural, y no emigrar a Argentina por su apego a la tierra natal. Una vez allí, y tras un feliz reencuentro con sus familiares, la hija adolescente de Laura desaparece sin dejar rastro alguno. Es entonces, cuando la recién llegada al pueblo y desesperada por resolver la situación, pide ayuda a Paco (Javier Bardem) con el mantuvo un romance años atrás. A su vez, Alejandro (Ricardo Darín), que es el marido de Laura y que se había quedado en Argentina por motivos laborales, viaja de urgencia a España para tratar de dar con el culpable de dicha situación. A partir de ese momento, se inicia una intensa búsqueda de la joven entre las sospechas de que cualquier miembro del clan familiar pudiera estar involucrado en esta extraña desaparición.


La crítica: En su anterior película traducida en España con el título de El viajante, el cineasta iraní Asghar Farhadi, trataba y conseguía de una manera brillante explorar el sentimiento de culpa a través de una fábula urbana intimista situada en la ciudad de Teherán. En esta ocasión, sitúa el foco de atención en la España rural y profunda explorando de una manera muy irregular las relaciones humanas en una producción costumbrista que se queda a mitad de camino entre el thriller de suspense y el melodrama en una mezcla que no acaba de funcionar en su discurso narrativo.

Una de las cosas que más llama la atención de Todos lo saben es cómo un cineasta de Irán ha conseguido captar o copiar la idiosincrasia del cine español. Pero lo que alguien puede considerar como una virtud, pasa a ser un defecto cuando fija su modelo en el universo almodovariano despersonalizando con ello su autoría. Con ello, nos encontramos con una imitación del cine de Pedro Almodóvar que se podría entender como un "homenaje" o como una descarado copia/pega de su filmografía. De hecho, se podría haber hecho el experimento de proyectar esta filmación a un grupo de personas que desconocieran quien ha dirigido la película y estoy convencido que nueve de cada diez de estos individuos hubieran afirmado que la película estaba escrita por el cineasta manchego en una "mala noche" y no por Asghar Farhadi. En cualquier caso, además de una osadía por intentar igualar un cine tan pasional, personal y tan grande como es el de Almodóvar, escribiría exactamente lo mismo si Almodóvar se fuera a Irán e intentará reflejar la sociedad iraní como solo en ese caso Asghar Farhadi sabe hacerlo.

Volviendo a la historia, y tras una presentación de Todos lo saben profundamente estúpida, larga e insustancial, por fin llegamos al nudo narrativo que vuelve a incidir en esta ocasión de manera acertada, en la oleada de secuestros, asesinatos, o desapariciones que vienen asolando a la sociedad española. Y es que casos como el de Marta del Castillo, el de Diana Quer o el de la chica violada en Pamplona por cinco bestias humanas con nocturnidad, superioridad y alevosía (la justicia española llama ahora a las violaciones abusos sexuales, retorciendo el lenguaje de una manera perversa) están encontrado reflejo en el cine con películas como 'La isla mínima', 'Cuando los ángeles duermen' o la reseñada hoy en la que Asghar Farhadi toca este tema inspirado en un recorte de periódico que leyó durante un viaje a España en el que se trataba un suceso criminal semejante a los citados.

Pero el principal problema de la producción reside en que el cineasta aparca de alguna manera el suceso que marca la acción, y lo que debería haber sido un thriller de suspense, lo convierte en un mal melodrama lleno de clichés, y con una mirada muy desenfocada hacia una España negra que ya no existe y que resulta incluso ofensiva para los habitantes del medio rural. Durante la trama se intercalan secuencias como la de un bar donde retrata a unos personajes arquetípicos y frustrados, mientras que por otra parte, y en las secuencias interiores del hogar familiar, dibuja una especie de casa lorquiana de Bernarda Alba como si los habitantes del mundo rural no hubiesen evolucionado desde aquel año 1936.


Con respecto al reparto, el circo que monta Penélope Cruz es tan inaudito como la nominación que seguramente vaya a recibir en los Premios Goya por un papel sobreactuadisimo, lleno de sus habituales grititos chirriantes y mezclando en la misma película??, un suave acento argentino y un español neutro en un hecho sin precedentes. ¿Cómo es posible que el director, cuya función principal es dirigir actores, no se haya percatado de este cambio en el acento? Pues muy sencillo, porque no sabe español y ha tenido que dirigir la película con un interprete. ¿Por qué entonces meterse en el berenjenal de argentinizar el personaje de Pé? Inexplicable.

Para que nadie me tome por loco o más marciano aún de lo habitual, veamos en este pequeño clip de vídeo de menos un minuto, como en el segundo 39 la actriz española pronuncia la frase: "un besito" con un acento extraterrestre, en el segundo 42 la palabra "hermosa" con acento argentino, y remata la escena en el segundo 48 con la frase: "¿y quién te ha dicho a ti que es de Alejandro?" con acento castellano neutro. Después y a lo largo de la película entra en modo Pé, es decir en modo niña del exorcista 3.0, cambiando de acento de manera histérica con el añadido de un registro vocal alucinante pasando de los graves a los agudos a su antojo.


Javier Bardem por otra parte, siendo en mi opinión, el mejor actor español de la historia con tremendas actuaciones en 'Días contados', 'Mar adentro', o 'No es un país para viejos', parece no estar atravesando su mejor mejor momento, y probablemente sea debido a una mala selección de papeles con personajes apagados.

Sin embargo, el que se roba la película como dicen en México y con un papel secundario es un inconmensurable Ricardo Darín que se come en pantalla a los actores españoles mencionados antes. Sencillamente magistral, al igual que la actriz española Elvira Minguez en un pequeño pero importante papel secundario.

Si hablamos de la significación de los personajes en la historia, habría que señalar que forman un extraño triangulo amoroso en dos tiempos narrativos en la que las necesidades económicas, afectivas y emocionales juegan un papel muy importante para la resolución del conflicto planteado. Esta parte de libreto puede gustar más o menos pero al menos mantiene cierta tensión en un guión que quizás ambientado de otra manera hubiera funcionado mejor y de forma mucho más natural.

Respecto a los aspectos técnicos de la película cabe decir que son absolutamente sobresalientes pero quedando dilapidados, escupidos y ninguneados por la narrativa expuesta anteriormente. Cabe destacar un excelente sonido directo, una magnífica dirección de arte y una fotografía de ensueño dirigida por el maestro José Luis Alcaine y acompañada eso sí, de una bellísima composición de planos de Asghar Farhadi al que hay que reconocer un estilo visual de gran factura estética. Todo ello le valdrá a la película para obtener al menos 10 nominaciones a los Goya que si estarían justificadas en los aspectos mencionados con anterioridad.

En conclusión, Todos lo saben viene envuelta en un espectacular marco estético que no sirve para adentrarnos en una historia que se siente impostada, artificial y por supuesto nada creíble. Es por ello que las sensaciones durante la proyección son como las de estar presenciado una obra de teatro, sin olvidar en ningún momento, ese aire peliculero que paradójicamente una película nunca debe contener. Así que al menos en mi visión crítica, subjetiva, e irrelevante considero que la cinta es una propuesta fallida que deforma la realidad de una manera considerable con el añadido de ver a un cineasta irreconocible y desbordado.

Nota: 4/10.

Nacionalidad: España.

Dirección y guion: Asghar Farhadi.

Reparto: Javier Bardem, Penélope Cruz,
Ricardo Darín, Elvira Minguez, Eduard
Fernández, Bárbara Lennie, Elvira Minguez.

Música: Alberto Iglesias.

Fotografía: José Luis Alcaine.

Duración: 130 minutos.

Estreno Argentina: 6/09/2018.

Estreno España: 14/09/2018.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Loving Pablo: Llegó la hora de dar por sepultado el "género narco-escobariano"


Mantén cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos. - Mario Puzo (adoptada por Pablo Escobar Gaviria).

La historia: A finales de la década de los 70 del siglo pasado, Pablo Escobar (Javier Bardem) está en un ascenso imparable en el mundo del narcotráfico en Colombia. Él es el fundador y líder del Cartel de Medellín. Casado y con dos hijos, conoce a la periodista Virginia Vallejo (Penélope Cruz) con la que comienza a mantener una tormentosa relación extramarital. Mientras Escobar coquetea con la política en su país para evitar ser extraditado a Estados Unidos, las calles en Colombia se convierten en un auténtico infierno de violencia provocada por él mismo. A partir de ese momento se convierte en el enemigo numero uno para la administración estadounidense.


La crítica: Cuando el cine, las series de televisión o la literatura le toman "cariño" a un personaje, ese amor se vuelve inversamente proporcional para el espectador que hastiado, aburrido y extenuado dice basta ya, y es cuando el cine, la televisión y la literatura ponen su mirada en el próximo objetivo de la carnaza comercial.

De la guerra civil española en el cine patrio ni hablamos y de la de Vietnam en el estadounidense, pues que decir ya con la paliza que nos han pegado. Después de estos años con Narcos, Benicio del Toro, Javier Bardem y de refilón Tom Cruise con Barry Seal: El tráficante/American made (que por cierto es la mejor), más las series o docudramas colombianos al respecto de Pablo Escobar, creo que conozco mejor la vida de este tipo, que la de mi propio padre o incluso que mi propia vida. Como dicen en Andalucía: ¡Qué jartá!

Pero lo más raro de todo esto es por qué un director con la categoría intelectual de Fernando León de Aranoa se ha metido en este extraño subproducto, que atención, es una coproducción hispano-búlgara y que además ha sido rodada en inglés como si fuera la lengua materna de Escobar. Realmente la cosa es muy loca. La producción, además, tiene un cierto aire hollywoodiense que la convierten en un cocktail absurdo.

La trama está tratada tan linealmente que no consigue enganchar con las situaciones narradas aún tirando de sexo y violencia. De hecho es tan gris, e incluso tan correcta en su forma narrativa que lo único que provoca es frecuentes miradas al reloj. Sinceramente para ver esto, prefiero sufrir incluso el último trabajo del ínclito Aronofsky y su querida Madre! 

Es por ello que el film se convierte en un simple producto correcto en sus formas, pero que sinceramente no aporta nada nuevo a unos hechos muy manidos ya. Volviendo a la génesis de la historia, nos encontramos con un biopic al uso, basado en la novela autobiográfica Amando a Pablo, odiando a Escobar, que escribió la afamada periodista colombiana Virginia Vallejo sobre su relación con el narco entre 1983 y 1987. Como comentaba anteriormente, lo desconcertante de todo este asunto es la presencia en la dirección de Fernando León de Aranoa que es un excelente cineasta pero que parece haber perdido el rumbo cinematográfico. Y es que León de Aranoa firmó entre los años 1995 y 2010 cinco magníficas películas de cine independiente español, retratando la marginalidad social de que existe en España con la crisis económica de por medio, tocando temas, además, como fueron la soledad, la prostitución, la inmigración o la precariedad laboral entre otros muchos.

Estas películas fueron: Familia, Barrio, Princesas, Amador y la magistral Los Lunes al sol, con precisamente Javier Bardém, Luis Tosar y Fernando Tejero en el reparto. A partir de ahí, se produce un parón en su filmografía y cuando vuelve en 2015 lo hace con un extraño producto rodado en inglés (A perfect day) y con las estrellas Tim Robbins, Benicio del Toro y la estrellita Olga Kurylenko. Es ahora, con Loving Pablo, cuando comete el mayor error de su carrera. Esto debería servirle como punto de inflexión para que volviera a hacer cine de verdad, con valores y en la linea de sus comienzos. La pregunta es si será tarde ya y seguirá el ridículo camino que ha emprendido Jose Antonio Bayona, -otro cineasta español que apuntaba muy alto- y que ahora se dedica a dirigir la enésima secuela de Jurasic Park.


Lo mejor de la película pasa por un Javier Bardem inconmensurable en una verdadera transfiguración (con gran barriga incluida), en la figura del narco colombiano. Irreprochable actuación del que en mi opinión es el mejor actor español en la actualidad. Realmente está de premio, pero es una isla en la película que no consigue salvar. De hecho, no hay actor o actriz que consiga salvar una mala película o incluso una mediocre producción como es el caso. A su lado aparece Penélope Cruz interpretando, por decir algo, a la periodista colombiana Virginia Vallejo. Y es que realmente "Pe" se dedica a lucir su belleza en pantalla, poner sus mejores poses y a cobrar su caché. En el resto del reparto y entre lo más reseñable, estaría Peter Sarsgaard en el papel de un agente americano. También en un muy buen papel secundario aparece la actriz colombiana Julieth Restrepo que interpreta a la esposa de Escobar.

Para concluir ya, pues realmente poco más se puede decir de una producción tan plana y horizontal, Loving Pablo, debería suponer el cierre a este nuevo género cinematográfico al que he bautizado como "narco-escobariano". En definitiva, una película que sin ser pésima, genera más indiferencia que polémica, si es que alguna vez lo hubo pretendido. Cine de fabrica y lineal que ni disgusta, ni embelesa; o sea más o menos, como la relación que mantengo con el microondas de mi casa: buenos días y buenas noches.

Nota: 5/10.

Nacionalidad: España, Bulgaria.

Dirección: Fernando León de Aranoa.

Reparto: Javier Bardem, Penélope Cruz,
Peter Sarsgaard, Julieth Restrepo.

Guión: Fernando León de Aranoa.

Música: Federico Jusid.

Fotografía: Alex Catalán.

Estreno España: 9/03/2018.


martes, 29 de noviembre de 2016

La Reina de España


La historia: Macarena Granada (Penélope Cruz) es un actriz española que en la década de los 50 se ha convertido en una estrella de Hollywood. Regresa a su país para interpretar a la reina Isabel la Católica en una superproducción que ruedan los americanos en España. Los entresijos de la dictadura franquista y el reencuentro con el director de cine Blas Fontiveros (Antonio Resines) marcarán el rodaje de la película con situaciones de lo más estrambóticas en tono cómico.

La crítica: ¿Merece la pena el inmenso trabajo que cuesta levantar una producción cinematográfica para encontrarnos con esta mamarrachada? Definitivamente NO. Desde luego, ni el oscarizado director de cine Fernando Trueba por 'Belle Èpoque', ni el cine español se merecían esta pseudosecuela de la cinta 'La niña de tus ojos'. Yo admiro tanto personalmente, como cinematográficamente a Trueba, pero si fuera un político habría que pedir su dimisión inmediata por este fiasco que estoy seguro que él mismo reconocerá algún día que nunca debió de realizar.

Habrá críticos profesionales que se anden con paños calientes y tratando de salvar la situación pero yo me niego a defender lo indefendible. Incluso no me extrañaría que por las fechas del estreno estén buscando un ramillete de nominaciones a los Premios Goya. Nada de esto, valdrá para rescatar la cinta de la naderí. Nos encontramos con un puro espectáculo de cartón piedra y nunca mejor dicho, pues de lo que hablamos es de cine dentro del cine, cosa que por otra parte no suele obtener buenos resultados. Soy consciente de la dureza de mis palabras, pero esto es una tomadura de pelo de marca mayor. Pero argumentemos el porqué esta cinta nunca se tendría que haber llevado a cabo.


Pues sencillamente porque cuando el guión, la historia o el argumento de la propuesta no consigue la fluidez narrativa necesaria, o bien se reescribe el libreto, o se queda en el cajón de los sueños. Por otra parte, rara vez segundas partes salen bien. Sí, ya sabemos que la segunda parte de 'El Padrino' es una obra maestra, pero esto es una comedia insustancial que parte de la película citada anteriormente.

La cinta es la historia de un rodaje en la políticamente oscura España de 1956. Pero si nos olvidamos por un momento de las connotaciones históricas, básicamente nos narra como se realiza una película. Para ello, nos enseña los "trucos" que se utilizan para la puesta en escena y sobre todo la lucha de egos de los actores que se han convertido en estrellas y no saben administrar su popularidad. Lo más destacable de la producción es como Penélope Cruz se parodia a si misma, pues su historia en la actualidad es parecida a lo que cuenta la película.

Una actriz española triunfadora en la meca del cine que vuelve a España a rodar un largometraje. La idea de Trueba es buena de por sí. El problema es que no le sale bien y las situaciones cómicas rara vez toman la fuerza necesaria para enganchar al espectador. Lo mejor es uno de los gags en que la protagonista se encuentra con Franco y tienen algunas palabras subidas de tono. El resto para olvidar.


El reparto coral está a una buen nivel. Esto vuelve a demostrar que unos excelentes actores no pueden salvar casi nunca a una cinta de su mediocridad. Penélope Cruz es la protagonista central de la cinta. Ella se pasea a sus anchas por el set de rodaje. Cumple con su papel con corrección y a otra cosa mariposa. Cabe destacar su enorme fotogenia y una belleza que la coloca a la altura de las antiguas divas de Hollywood como Sofia Loren, Ava Gardner o Claudia Cardinale.

Antonio Resines con su buen hacer habitual interpreta al antiguo amante de Macarena Granada. Ahora es un director venido a menos y que es represaliado por las autoridades del régimen. Carlos Areces hace el papel del infausto dictador Francisco Franco con soltura y con ese hilillo de voz que caracterizaba al susodicho caudillo. Una grata sorpresa es la actuación de Chino Darín como el maquinista jefe del rodaje y que mantiene un affaire con la protagonista. El resto del reparto es muy extenso con un buen trabajo de Jorge Sanz, Javier Cámara y Loles León.

No me voy a extender más porque no es necesario. Propuesta muy floja a pesar de sus buenas intenciones. Lo que lamento profundamente es que de alguna manera esta cinta ensucie el estupendo trabajo que se esta haciendo en el cine español en los últimos tiempos. Quiero recordar expresamente excelentes propuestas de este año como: 'La punta del Iceberg', 'Julieta', 'Kiki', 'Tarde para la ira', 'Toro' u otra excelente cinta que no pude reseñar y que se titula 'Que dios nos perdone'. En fin, una cinta en exclusiva para los amantes de Penélope Cruz y poco más. 

Nota: 2/10.

Nacionalidad: España.

Dirección y Guión: Fernando Trueba.

Reparto: Penélope Cruz, Antonio Resines,
Javier Cámara, Jorge Sanz,
Loles León, Santiago Segura,
Neus Asensí, Anabel Alonso, Ana Belen.

Fotografía: José Luis Alcaine.

Música: Zbigniew Preisner.

Duración: 128 minutos.

Estreno España: 25 de Noviembre.