Emilia Pérez dirigida porJacques Audiard se estrena (por desgracia) en cines españoles el próximo día 5 de diciembre de 2024. La "película" franco-mexicana obtuvo el Premio del Jurado del Festival de Cannes en un claro caso de chovinismo snob que deja al certamen como un concurso elitista, pedante y folletinesco.
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La historia: Un narco mexicano apodado "El manitas", casado y con hijos, decide que ahora quiere ser mujer y retirarse del mundo criminal. Para ello tendrá la ayuda de una abogada que le asesorará con la reasignación de sexo. A partir de ahí comienza el circo con esperpénticas canciones, amoríos de folletín y surrealistas batallas entre narcos.
La crítica: Hoy vamos a hacer amigos. Y es que el tremendo bodrio hoy reseñado no da ni para hacer comedia o sátira con la crítica marciana. Primera hora de película: el cineasta tarda 60 minutos en contar que un tipo quiere ser mujer, se opera y se retira a hacer el bien. En medio de esta simpleza reconocida y superada por la sociedad se introducen números musicales ordinarios, con canciones peor que malas y coreografías de parvulario. Esto por lo visto y el folletín posterior, ha encantado a la crítica especializada pues han visto originalidad donde solo hay mamarrachada y mal gusto en todos los sentidos.
Por mi parte daría por acabada la crítica y aconsejaría que a nadie en su sano juicio se le ocurra gastarse 10 euros en una entrada que solo valdría para perder los valiosos 130 minutos que dura el duro esperpento presenciado. Quizás en un fuerte estado etílico o con drogas muy duras se pueda superar el trance sin tener que ir al cuarto de baño a ahorcarse para acabar con el sufrimiento. El tráiler por lo menos avisa.
Emilia Pérez, nombre que se asigna el narco, tiene una segunda hora con vocación de telenovela turca de tercera categoría y desde luego que lo consigue. Resulta que Doña Emilia ahora se hace lesbiana, vuelve a creer en el amor y además quiere recuperar a sus hijos. Su ex mujer lo flipa, yo lo flipo, y el jurado de Cannes lo flipa. Además de todo este absurdo enredo a la nueva mujer le entra una bondad sobrevenida -la crítica llamará a esto redención- y abre una ONG para hallar los desaparecidos que se producen por culpa del Narco en México. Pues en esta parte la complejidad del ridículo sube de nivel. Ahora los números musicales ya pasan al terreno de lo aberrante. Como ven la mezcla de estupideces es insuperable.
Karla Sofía Gascón, la dominicana Zoe Saldaña, la estadounidense Selena Gómez y la mexicana Adriana Paz, componen este universo femenino que también se han llevado en conjunto el premio a mejor actriz en Cannes. Si bien Gascón hace un buen papel y no tiene ninguna culpa del caos narrativo, lo inexplicable es que Selena Gómez sea premiada cuando en la cinta lo único que hace es intentar hablar en español y lo que hace es balbucear una especie de idioma extraño que podría recordar al español que habló Aznar cuando estuvo en EE UU reunido con Bush. Lo mejor de la película es que no hay perro, ni gente poseída que por cierto hubiera animado aún más el inverosímil cotarro.
En la técnica me voy a reiterar de manera clara: los números musicales son una gran mierda. Esto solo puede estar pensado por gente muy puesta.
Emilia Pérez es sobre todo una pérdida de tiempo y de dinero. Hablamos de una cosa que de manera pedante han bautizado como un nuevo subgénero: el 'narcotransmusical'. Toda la absurdez relatada, además, no hará ningún bien al movimiento transgénero que aquí en Cine y críticas marcianas defendemos, comprendemos y respetamos. Pero es que la realidad cinematográfica de la que hablamos me lleva a enjuiciar que estamos ante un sarnazo vestido con una falsa pátina de originalidad. La historia se queda en un folletín inclasificable, pedante, falsario, caótico en su narrativa y tan estúpido como ordinario.
Tótem dirigida por Lila Avilés se estrena en cines españoles el próximo día 1 de marzo de 2024. La cinta fue seleccionada en la shortlist de los Premios Oscar a Mejor Película Internacional en representación de México y también ha sido reconocida en varios festivales de cine, como la Berlinale o el Festival de San Sebastián.
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La historia: Sol, una niña de siete años, se encuentra en casa de su abuelo ayudando con los preparativos de una fiesta sorpresa para su padre. A medida que avanza el día, un ambiente extraño y caótico se apodera lentamente de la situación, fracturando los cimientos que mantienen unida a la familia. Sol llegará a comprender que su mundo está a punto de experimentar un gran cambio por los avatares de la vida.
La crítica: Aunque Tótem no es una película para todo el mundo por su carácter intimista e independiente, si aborda un tema tan universal como lo es la familia como pilar central para afrontar alegrías, penas y apoyos tanto afectivos como económicos. Así es como la cineasta mexicana Lila Avilés vuelve a seducir como ya lo hacía en la hipnótica La camarista.
Tótem está narrada a través de los ojos de una niña a lo largo de una jornada. Es la del cumpleaños de su padre que padece una grave enfermedad y se encuentra recluido en una habitación intentando tomar aliento para la celebración de quizás el que sea su último aniversario. Un hombre joven al que le van a demostrar lo querido que es desde el humor y la esperanza. Avilés logra narrar la jornada con continuidad y en una especie de tiempo real logrando de manera natural dejar el metraje en 90 minutos. La cámara fluye, danza o se esconde por la casona familiar dando a conocer a los personajes: Sol, sus padres, sus primos, su abuelo, sus tías y otros pobladores de la morada que poco a poco se va llenando.
Otra dualidad que expresa Avilés gira en torno al tiempo y a la duración. El tiempo medido y nuestra percepción de su paso son muy diferentes, aunque ambos describan una secuencia idéntica de acontecimientos. Todos hemos vivido días que parecen meses y días que pasan en segundos. Nuestra experiencia del tiempo suele estar determinada por los espacios que habitamos mientras transcurre. Dado que conforman nuestro sentido del tiempo, los lugares que habitamos no son externos a nosotros. Al contrario, debemos encontrar esos lugares también dentro de nosotros, con todas nuestras imperfecciones. Y eso de manera independiente a nuestro género, religión, país, estatus, idiosincrasia. Encontrar esta verdadera morada es un proceso de sustracción, una reducción y concentración en lo esencial. Como dice Tolstoi: “La verdad, como el oro, se obtiene no por su crecimiento, sino lavando de ella todo lo que no es oro”.
A través de Sol, se construye un retrato íntimo sobre una familia visto a través de los ojos de esa niña interpretada de manera muy especial por Naíma Sentíes. Completan el reparto coral las actrices Montserrat Marañón, Marisol Gasé, Saori Gurza, Teresita Sánchez y el actor Mateo García Elizondo en los distintos roles familiares.
En la parte técnica destaca una sola localización -una casa con jardín- en la que apreciamos una comunión entre personas y naturaleza. Las plantas entran y salen de la casa a modo de enredadera al igual que lo hace la luz. Por supuesto, la película tiene sombras, igual que un cuadro. Para entender la luz, hay que entender la sombra. A veces, son las sombras las que hacen la vida más difícil, pero también más interesante. Otra particularidad del rodaje es el retrato a las familias en América Latina, que son muy extensas. Siempre hay primos y tíos, animales, como una fiesta. Observamos cómo hablan y se relacionan en una familia, con su jerga y códigos incluso en la misma lengua.
Tótem me ha parecido de manera principal un filme muy auténtico. Lila Avilés sigue retratando la vida cotidiana desde un punto de vista muy íntimo basado en el naturalismo. Películas que son como microcosmos buscando la esencia de las cosas como las matrioskas, las pirámides, las cosas que contienen otras cosas. El tema central es el concepto de hogar y como la familia se convierte en bastión en las venidas o en las despedidas. En definitiva, nos hallamos ante un filme que trata de convertir lo cotidiano en algo extraordinario.
Nuevo orden dirigida por Michel Franco se estrena en cines españoles el día 19 de febrero. La película fue una de las grandes triunfadoras de la pasada edición del Festival de Venecia llevándose el Gran Premio del Jurado, y recientemente ganadora del premio Forqué a la Mejor Película Latinoamericana del año.
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La historia: Ciudad de México, 2021. La ciudad vive la mayor crisis social y política de la historia. Mientras tanto, Marian (Naian González Norvind) y Alan (Darío Yazbek Bernal) son una feliz pareja de la alta sociedad que están a punto de celebrar su boda. Lo que se supone que iba a ser el mejor día de sus vidas, está a punto de convertirse en una auténtica pesadilla cuando en medio del banquete se cuelan unos intrusos rebeldes dispuesto a acabar con las ilusiones de novios e invitados. El caos se desata en la mansión y nadie está a salvo. Los asistentes tratan de esconderse y huir pero cada vez los disturbios se van apoderando de la casa, de la urbanización en la que residen y de la ciudad. En medio de toda esta marabunta, el gobierno mexicano utiliza la situación para instaurar un nuevo orden con poderes absolutos y con consecuencias imprevisibles.
La crítica:Michel Franco, director de Las hijas de Abril, da un brutal salto en su carrera con un impresionante thriller distópico que le coloca entre los más grandes directores del panorama actual. Tras cinco años reseñando películas de estreno en Cine y críticas marcianas, Noroeste Madrid o en Cinemagavia puedo aseverar que es el filme más duro que un servidor haya presenciado en una sala de cine en este lustro. El Gran Premio del Jurado del del Festival de Venecia se antoja merecido y no hubiera sido de extrañar que si el filme hubiera sido estadounidense hubiera arrasado en los Oscars de la Academia. No obstante y de México para el mundo nace un filme con sutiles reminiscencias a Salò o los 120 días de Sodoma o incluso a La naranja mecánica del maestro Kubrick.
Es cierto que el giro de Michel Franco en Nuevo orden es muy sorprendente y pocos esperábamos un puñetazo en la mesa de tales características. Un cineasta que más bien se había caracterizado por una cinematografía íntima, descarnada, dura, fría y entroncada en lo que solo el cine independiente puede ofrecer. Es decir, hablamos de un tipo de cine social más de silencios que de palabras, más de visiones que de certezas y que estaría en la antítesis de lo que una superproducción de Hollywood puede ofrecer. Pero en la brutal obra hoy reseñada consigue conjugar el cine independiente y el espectáculo que majors y público en general desean. El director mexicano se las apaña para conjugar calidad, mensaje y espectáculo en la cuadratura del círculo cinematográfico. Cabe decir o avisar que la cinta ha sido calificada con el B-15 por sus imágenes perturbadoras y por su violencia gráfica. Violencia, que por otro lado, solo hace reflejar lo que sucede en algunos entornos de la sociedad mexicana y en otros países de su entorno geográfico.
Nuevo orden presenta dos realidades sociales enfrentadas por la desigualdad en la Ciudad de México. Por un lado, vemos a la alta sociedad -mayoritariamente blanca y culta- celebrando un banquete en una lujosa casa con jardín y por otro lado, -como en Roma-, observamos como el servicio -de origen mestizo- se presenta servil, humillado y con pocas oportunidades de prosperar en la escala social. En cierta manera y de manera muy sutil, Michel Franco bebe de Los santos inocentes en la manera que Mario Camus presentó de manera descarnada la lucha de clases o más bien la disparidad de clases.
Una vez situados en el contexto social expuesto, el cineasta gira la acción hacia una brutal distopía en la que la novia -rica, guapa, blanca y culta- es secuestrada por una corrupta facción del ejercito para pedir un rescate. Otras muchachas y algunos jóvenes varones de la alta sociedad también están siendo secuestrados y reunidos en naves para ser torturados mientras esperan su rescate. Asimismo, el ejercito con ayuda del Gobierno, y ante las revueltas sociales generalizadas, se aplica un auto Golpe de Estado con toques de queda bajo amenaza de muerte, vulneración de todos los derechos civiles y sociales o ejecuciones publicas sin juicio o con coartadas preparadas por las propias autoridades.
En esta parte, la narración es durísima pero refleja con realismo el significado de los secuestros, torturas o ajustes de cuentas que se dan entre el crimen organizado mexicano. Michel Franco, afronta el tercio final de la narrativa con arrojo y en apenas 88 minutos de metraje, nos ofrece una lección magistral de tensión cinematográfica con secuencias y planos que por su sutileza se sienten aún más violentos de lo que realmente aparece en pantalla. Aunque lo que aparece o se sugiere en pantalla es despiadado por la violencia sugerida y a veces expuesta sin tapujos.
El reparto, sin estar mal, es la parte más flojita de la producción. Un filme de esta categoría hubiera merecido interpretes más curtidos en grandes producciones internacionales. Aún así cumplen de manera aseada con sus papeles. Nuevo orden está protagonizada por algunos de los actores jóvenes mexicanos de moda: Diego Boneta (“Luis Miguel: La serie”, “Terminator: Destino Oscuro”), Dario Yazbek Bernal (la serie “La casa de las flores”) y Naian González Norvind que es la que más destaca en su papel de la chica de clase bien que es ultrajada por unos salvajes animales humanos. Un personaje que es el círculo concéntrico en el que se unifican las narrativas expuestas y que asemejamos a la tragedia griega.
El diseño de producción es elegante cuando trata de reproducir el lado luminoso de la vida y siniestro cuando nos transporta hasta los túneles de la maldad. Así es como nos encontramos con una radiante fotografía en la fiesta inicial del filme para ir evolucionando hacia un lado más turbio cuando el caos se apodera de la ciudad. Asimismo, nos encontramos ante un preciosista diseño de vestuario en la presentación de personajes que se van desnudando emocionalmente y literalmente en consonancia a la evolución narrativa propuesta por el brillante libreto de Michel Franco.
En conclusión, Nuevo orden me ha parecido un monumental ejercicio de buen cine sobre una sociedad distópica que no se aleja demasiado de la realidad social actual. La debilidad del reparto impide que hablemos de una obra maestra. En cualquier caso, podemos afirmar que el brutal filme mexicano dejará huella por sus grandísimos elementos cinematográficos. En definitiva, nos hallamos ante un filme profundo y a la vez visceral que nos habla ante todo de las emociones humanas. Sí, de aquello que nos mueve y nos conmueve, de la cobardía y de la valentía, de la bondad y de la maldad. Pero sobre todo, nos habla de venganza, de resentimiento, de odio y de unas sociedades rotas por la desigualdad social.
Sin señas particulares dirigida por Fernanda Valadez se estrena en cines españoles el día 27 de noviembre. La cinta mexicana llega avalada por el Premio del Público del Festival de Sundance y por el Premio Horizontes a la Mejor Película del Festival de San Sebastián.
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La historia: Magdalena (Mercedes Hernández) emprende un viaje en busca de su hijo, desaparecido cuando iba camino a la frontera con Estados Unidos. El recorrido de la mujer entre pueblos y paisajes desolados del México actual le lleva a conocer a Miguel (David Illescas), un joven recién deportado por EE UU que viaja de vuelta a casa. Así se acompañan, Magdalena buscando a su hijo, y Miguel esperando ver a su madre de nuevo, en un territorio donde deambulan víctimas y agresores.
La crítica: Ningún muro, ningún océano, ni ninguna barrera artificial podrá detener jamás las ansias del ser humano en buscar una vida mejor. Pero en el caso de la frontera entre México y Estados Unidos nos hallamos ante un doble muro. El muro real y el muro de la deportación. Sin señas particulares se centra en reflejar el drama de los deportados cuando vuelven fracasados en su intento de conquistar el sueño americano. Especialmente, Fernanda Valadez, retrata con crudeza como muchos de los emigrantes son asaltados, torturados o asesinados cuando vuelven a pie a sus lugares de origen. Compatriotas, como buitres carroñeros, robando las pocas pertenencias de sus propios hermanos mexicanos
La búsqueda de una vida mejor, o de simplemente una vida, marcan las aspiraciones de estas personas y las de cualquier inmigrante. Como ya comenté a raíz de la película también mexicana Desierto, tampoco podemos provocar confusión y generalizar al pueblo mexicano con una sola voz. Hay muchísimos millones de mexicanos que viven felices en su país y no desean emigrar a ningún lugar. Esto afecta a un porcentaje de la población en situación de desesperación y necesidad.
No obstante, la historia de Magdalena es la de muchas madres en el norte de México. Una mujer que va en busca de su hijo desaparecido cuando se dirigía hacia la frontera con EE UU. La película explora los horrores y contradicciones del México actual, el torbellino de violencia que parece no tener fin y el desafortunado camino de la emigración. Pero también es una historia de resistencia, de nuestra capacidad para dar sentido a una existencia fracturada, aunque ese sentido sea la misma resiliencia.
Sin señas particulares está encarada por la cineasta como una road movie en la que acompañamos a una de esas tantas madres interpretada a la perfección por Mercedes Hernández. La búsqueda del hijo ausente, ¿quizás asesinado, quizás ya en Estados Unidos?, marca la trama y marca su vida. También aparece Miguel como trasunto del hijo ausente. Interpretado con corrección por David Illescas es el reflejo de los jóvenes que buscan una vida mejor y se encuentran con el mismo infierno.
Fernanda Valadez juega con el concepto del infierno aunque opta más por el lirismo que por el naturalismo. Busca la sensación de thriller, pero el ritmo pausado del filme lo deja en un drama con sabores añejos al western crepuscular. Se plantean preguntas en torno a los ciclos de la violencia y se muestra capaz para transitar por los límites que separan a las víctimas de los agresores. Esa delgada línea encuentra la conexión en la resolución final. En cierta manera, la historia acaba por donde comienza.
En conclusión, Sin señas particulares me ha parecido una propuesta que refleja de manera precisa la cara b del sueño americano. Unos fenómenos que expresan una profunda crisis social y humana con las desapariciones silenciosas de los inmigrantes. Este es el pan nuestro de cada día en esa frontera infernal. En definitiva, el filme retrata con crudeza y a la vez con cierto lirismo la violencia ejercida sin límites contra emigrantes, mujeres u otras minorías étnicas. A pesar de ello, lo seguirán intentando.
Hoy tenemos el placer de recibir en Cine y críticas marcianas a la directora española Laura Herrero Garvín. En la entrada anterior se publicó la crítica de La mami que ha tenido su premier española durante el D'A Film Festival Barcelona. Este, se está celebrando de manera online desde el día 1 de mayo de 2020 y llegará hasta el 10 de mayo con la gala de clausura.
Debido a la crisis del Covid-19, el citado festival ha encontrado en Filmin un excelente escaparate para ser exhibido. Así mismo, esta entrevista ha tenido que realizarse por medios telemáticos debido al Estado de Alarma por el que atraviesa España.
Laura estudió el Máster en Documental de Creación en La Universidad Pompeu Fabra en Barcelona. Como socia fundadora de La Sandía Digital ha realizado más de una veintena de cortos. Ha trabajado como directora y fotógrafa durante los últimos 10 años. Su ópera prima, El remolino, se estrenó en el Festival de Cine de Locarno y fue seleccionada en más de 70 festivales. Su corto documental “¿Me vas a gritar?” formó parte de la selección oficial de Clermont Ferrand, Málaga y Palm Spring. Su más reciente filme documental "La mami" tuvo su premier mundial en la Competición Principal de IDFA y forma parte de la Selección Oficial de MoMA Doc Fortnight, SXSW y Guadalajara entre mucho otros.
Hola, Laura. Los primeros lectores de Cine y críticas marcianas recordarán con mucho cariño, especialmente los de México, las publicaciones dedicadas a tu ópera prima El remolino. Ahora estrenas tu segundo largometraje documental titulado “La mami”. ¿Qué se va encontrar el espectador cuando vea la película? Se va a encontrar con un baño: una especie de burbuja, lleno de mujeres que se transforman, que se conectan, que transfieren sabiduría, que aman y odian, mujeres con claroscuros que de repente bajan a la pista a bailar… y a partir de ahí el espectador descubrirá mucho más a fondo la historia narrada. ¿Cómo surge la idea de llevar la historia de “La mami” al cine? Una noche de celebración con amigos, en enero de 2015, conocí a La Mami. En una visita al baño del Cabaret Barba Azul, escuché a una chica que ahí trabaja decirle a la señora que cuida los baños: “Mami, él me pidió la mano, no sé qué hacer, estoy muy emocionada...”. La señora le contestó muy serenamente: “Hija, tranquila, ya sabes cómo es, ya te lo ha dicho muchas veces, quédate acá un poquito y ahora bajas...”. Me sorprendió esa relación tan familiar, tan maternal en un lugar tan oscuro para las mujeres. Me quedé un rato observando lo que ahí sucedía y me dí cuenta que las chicas no paraban de entrar: “Mami me puedes colocar el vestido”, “Mami necesito un consejo”, “Mami me tiene harta...”. En medio de este lugar frenético y hostil para las mujeres, La Mami para mí significaba el abrazo, la alianza femenina, la resistencia. Es la madre postiza que todos necesitamos cuando no tenemos o estamos lejos de la nuestra. Por eso me atreví a acercarme y a proponerle realizar este documental junto a ella. Ella es dura con las chicas de fuera, pero no sé porque conmigo fue diferente, le dije que me dedicaba a contar historias y quería contar la suya, con mucho respeto y cercanía. Me citó para el siguiente martes a las 9 de la noche en el baño. Ese martes de finales de enero en 2015 empezó todo.
¿Cuánto tiempo has empleado en llevar el proyecto a cabo?¿Cuántos días a la semana rodabas en el Cabaret Barba Azul de la Ciudad de México? El trabajo de investigación, para lograr poner una cámara en este baño, fue de casi tres años. Tenía claro que iba a tener que dedicar tiempo, pero no era consciente de que tanto. Sabía que quería hacer una película íntima, cercana y que no folclorizara o supusiera. Una película que no fuera de blancos y negros sino que respetara los tonos grises de las personajes y sus realidades. Empecé muchos meses, incluso años, solo estando, compartiendo conversaciones y conociendo sus dinámicas mucho más. Un trabajo largo de escucha y observación. Y poco a poco fui contándole a cada una de ellas sobre el proyecto, a veces fuera en un café, otras en la pista de baile con una cerveza, a otras en el baño mientras se cambiaban. La exposición de la identidad fue un tema, algunas accedían a participar solo con su voz, otras con voz y de espalda, otras pocas con todo, o sea mostrando toda su identidad. Cuando a los 3 años logramos empezar a grabar la mayoría me fueron diciendo que participaban con todo. Al final todas se sentían parte del proyecto. El rodaje final fue bastante corto, como de 24 días, expandidos en 8 meses. Había estado mucho tiempo investigando entonces tenía los sentidos bastante entrenados para el rodaje y al hacer la cámara yo misma todo se agilizó.
A las mujeres que trabajan en el cabaret, este u otros, se las conoce popularmente por el nombre de “ficheras”. ¿Qué función realizan las ficheras o las chicas de compañía del cabaret? “Fichera” que viene del verbo -“fichar”- se refiere al intercambio de fichas entre las mujeres que trabajan en el cabaret y los clientes, por bailar una canción o darles compañía durante una bebida. Estas fichas antiguamente se intercambian por dinero. En la actualidad el trato entre las ficheras y los clientes es más directo, no existen tales fichas. Ellas pactan sus propias tarifas y el cabaret les da el espacio para trabajar sin cobrarles nada. Ellas atraen a los principales clientes del local.
Se tiende a relacionarlas con la prostitución pero tengo entendido que solo “alquilan” su cuerpo para para bailar con los clientes. ¿Pudiera haber chicas que solo bailan y otras que sin embargo acudan a los domicilios con los clientes? Dentro del cabaret ellas solo se alquilan para bailar y dar compañía a los hombres. Ellas son buenas platicadoras, mujeres divertidas y con perspicacia. Además tienen gracia para bailar. Lo que hagan fuera del Cabaret Barba Azul no está dentro de esta historia. Ellas son dueñas de su cuerpo y pueden hacer lo que necesiten o deseen. Durante el rodaje de “El remolino” me contaste que entablaste amistad con Esther y con su familia que eran los protagonistas de aquella película. En esta ocasión, observamos como “La mami” y Priscila, que son las dos principales protagonistas, se van abriendo tras mostrar un lógico hermetismo inicial. ¿Sigues en contacto con ellas? Si, sigo en contacto con La Mami y Priscila. Por supuesto se han vuelto grandes amigas. Con La Mami ya tengo una relación de más de 5 años de mucha cercanía, con Priscila de dos años, imagínate. Al final creo que este avance en la intimidad de las personajes en la película va de la mano del avance de nuestra amistad, de mi proceso de acercamiento hacia ellas. Creo en los documentales que surge de ese lugar intermedio que separa a la persona que filma y la filmada, de la relación que se crea entre directora y personajes.
¿El Barba Azul seguía funcionando antes de la llegada del Covid-19 o había cerrado sus puertas? El Barba Azul, en estos momento se encuentra en un receso. Está clausurado por unos papeles que no estaban actualizados, pero esperemos que cuando todo el estado del Covid acabe podamos volver a disfrutar de su pista de baile. ¿Qué mensaje social tratas de transmitir con “La mami”? ¿Es una película femenina, feminista o ambas cosas? Bueno creo que la película tiene grietas que pueden transmitir muchos mensajes. Me gustan las pelis que dan pie a diferentes lecturas, y espero esta lo sea. Yo lo que tengo claro es en cuanto a esta historia es que cada mujer tiene su propia agencia para decidir lo que hace con su vida y con su cuerpo. Y por eso decidí hacer una pelí íntima, atmosférica y transparente que las mostrara a ellas. La película no las revictimiza y respeta su forma de surfear esta vida que les ha tocado vivir. ¿Qué ha significado en lo personal llevar a buen puerto el proyecto de “La mami? Al final acabar una película ya es todo un logro. Es largo el camino de investigación, de búsqueda de fondos, de rodaje, de montaje y llegar a estrenarla en festivales que la valoren y la cuiden. Compartirla con la audiencia en salas repletas de gente conectada con la historia...para mi eso es un buen puerto, varios buenos puertos. Esperemos que siga así, de forma online, pero que también la podamos compartir en España y en muchos países, a los que nos han faltado viajar, en las salas de cine para colectivizarla, para emocionarnos y reírnos juntos, y después, al salir, comentarla y celebrarla.
Aunque La mami tiene aún un largo recorrido por festivales, cinetecas, y ya está en Filmin, ¿nos puedes adelantar cuáles son tus futuros proyectos? ¡Sí! Nada súper definido aún. Pero estoy trabajando un proyecto documental con adolescentes junto con dos grandes amigas cineastas: Maider Fernández y Aldemar Matías. Y estoy empezando a explorar un nuevo proyecto, que está germinándose, pero no puedo contar mucho más, ni yo tengo claro hacia dónde va. Tenía el año con muchos viajes programados para la difusión de La Mami en festivales. Ese era el proyecto principal, pero ahora nada se sabe.
Texto: Miguel Pina Fotos: Laura Herrero Garvín
TEST PERSONAL Tu película preferida de todos los tiempos Puf, cambia con las épocas y las voladas de cabeza. En el último año elegiría las películas de mi amigo Lemohang Jeremiah Mosese y en especial “Mother I am suffocated, this is my last film about you”. Una película para tiempos de crisis En esta época de confinamiento he disfrutado mucho los Diarios de Perlov. ¿Qué película del cine clásico te hubiera gustado dirigir? Me hubiera gustado tener los ojos de Ermanno Olmi y la pasión rebelde de Chantal Akerman. Tu festival de cine predilecto La gira de documentales del Ambulante en México es maravillosa. La sala de cine más bonita que hayas conocido Ha habido varias salas de cine, donde se ha proyectado mis trabajos en festivales, muy impresionantes, técnica y arquitectónicamente. Pero hay algo en la Cineteca Nacional en la Ciudad de México que me cautiva: tan solo cruzar una de las puertas exteriores y correr a mirar la programación, relaja y emociona. Cine, teatro o series de televisión Me encanta la compañía de teatro documental mexicano: “Las lagartijas tiradas al sol”. Un libro que te gustaría recomendar Cartas a un joven poeta, de Rilke. Tu plato de comida preferido Chilaquiles verdes. Tu deporte preferido Mmmmm, bailar. Tu canción favorita Puf… va por épocas, ahora con la primavera y la necesidad de animarme: "Ojalá que llueva café en el campo" (risas) Una ciudad para vivir Barcelona. Una ciudad por conocer Cali, Colombia. Una ilusión por cumplir Seguir contando historias y que sus procesos me remuevan, me den perspectiva del mundo, que trascienda.
Muchas gracias por esta entrevista Laura, enhorabuena por "La mami" y mucha suerte en todos los proyectos que te depare la vida.
La mami dirigida por la cineasta española Laura Herrero Garvín ha tenido su estreno en el D'A Film Festival Barcelona este 1 de mayo de 2020. El certamen cinematográfico no ha podido celebrarse de manera presencial debido al Covid-19 y ha optado por transformase en un festival de cine virtual que podrá seguirse desde su web y desde la plataforma Filmin.
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La historia: Doña Olga ha trabajado en el mundo del cabaret durante 45 años y allí todos la conocen como La Mami. Ahora es la encargada del baño de mujeres del mítico Cabaret Barba Azul de la Ciudad de México. Cada noche ofrece cuidado a las chicas que ahí trabajan bailando con los clientes. Para ellas, el baño es una burbuja de confianza dentro de la sala de baile. Cuando Priscila llega de nuevas al local, le cuenta que tiene un hijo enfermo y que necesita trabajar allí para poder pagar su tratamiento. De esta manera es como vamos conociendo el incierto mundo de las ficheras mexicanas y los porqués de cómo han llegado hasta allí.
La crítica: La directora española Laura Herrero Garvín transita desde la naturaleza salvaje de Chiapas que nos mostró en El remolino, hasta la noche más canalla de la capital mexicana que nos muestra de manera conmovedora con La mami. Aquella película era un magnífico retrato de la lucha del hombre contra las adversidades del clima. En esta ocasión hablamos de un filme documental que se centra en la lucha de unas mujeres contra las circunstancias sociales en el ambiente de una gran urbe. Hablamos, por tanto, de un viaje de lo rural a lo urbano pero manteniendo la misma visión humanista que se percibía en El remolino.
Para poner en el contexto adecuado al lector o al espectador tenemos que viajar hasta principios del siglo XX con la creación de la Colonia Obrera que es un humilde barrio de Ciudad de México. En la citada colonia los ciudadanos han convivido con cabarets, bares, cines, cantinas y centros de entretenimiento en un entorno con altas tasas de criminalidad. Esto nunca fue un impedimento para que sus habitantes se pudieran divertir o ganar la vida en algunos de estos locales. Así es como llegamos al mítico Cabaret Barba Azul donde se sitúa la narración.
El Barba Azul, cabaret mítico de los años cincuenta, está dividido en dos ambientes: en la planta baja está el salón de baile y en la planta alta está la zona de descanso y los baños. La cineasta centra su mirada de manera hipnótica en lo que sucede en la planta superior. En el baño de mujeres de manera principal. Allí está La mami que es como el ángel de la guarda de las mujeres que alquilan su cuerpo para bailar. Doña Olga, ese es su nombre, pasa la mayoría de su tiempo en los baños. Ella, ha trabajado en el mundo del cabaret por más de 45 años: como chica de compañía, mesera y vendedora de canciones. Ahora que su cuerpo envejeció, se encarga del baño del cabaret que también sirve como ropero para las ficheras. La mami es una figura de protección para las chicas que ahora trabajan ahí. Doña Olga las aconseja, las acompaña y en ocasiones hasta reza por ellas.
Garvín no juzga en ningún momento a estas mujeres. Más bien comprende su realidad social a través de la lentes de la cámara. Y lo transmite de manera perfecta al espectador. Si en La camarista quedé hipnotizado ante el abnegado trabajo de la servidumbre de un hotel, aquí me ha sucedido lo mismo ante la sincronización perfecta de los rituales de un cabaret. Aquella era una ficción que parecía un documental y este es un documental que parece una ficción. Los submundos de Fellini que ya aparecían retratados en la cinta mexicana Los caifanes, son ahora recreados de una manera lúcida e hiper-realista por la directora española.
Cabría acotar el porqué en México se llama ficheras a las chicas de alterne. No se deben confundir con las prostitutas aunque algunas puedan ejercer está función de manera alternativa. El nombre viene porque a las chicas que frecuentaban los cabarets para trabajar en ellos, se les pagaba por parte de los clientes con una ficha canjeable por dinero a la hora del cierre. Esta ficha valía como moneda de cambio para que las muchachas bailaran con los hombres que acudían al local. Es decir, una ficha por un baile. En la cinta, se muestra como estas chicas ocultan a su familia su trabajo. Incluso aunque no haya sexo de por medio, en el ambiente queda claro que lo que pasa en el Barba Azul se queda en el Barba Azul.
En conclusión, La mami es un potente documento que coloca a Laura Herrero Garvín como una de las mejores documentalistas del panorama actual. Una película que demuestra como la alianza entre las mujeres es el mejor medio para defender sus derechos. Con un metraje perfecto que no llega a los 90 minutos, la cinta consigue el tempo preciso para que su narrativa sea absorbente, delicada e incluso elegante ante el complejo universo femenino retratado en el Barba Azul.
La camarista dirigida por la cineasta mexicana Lila Avilés se ha estrenado en España el día 6 de marzo. La cinta galardonada en los premios Ariel y en el Festival de Morelia fue la apuesta de México para competir en los Premios Oscar de este año 2020.
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La historia: Eve (Gabriela Cartol) trabaja en un lujoso hotel de la Ciudad de México ejerciendo las funciones de abnegada camarista. Ella, confronta la monotonía de los largos días de trabajo con exámenes silenciosos de las pertenencias olvidadas de los huéspedes más adinerados. Con el objetivo en mente de ascender en su puesto de trabajo, acepta apuntarse a un programa de escolarización que ofrece la dirección del establecimiento. Así mismo, comienza a forjar nuevas amistades con los demás empleados.
La crítica: La reivindicación de los derechos laborales pueden encontrar diversas formas de expresión. El cine, desde el arte, tiene a veces mayor poder de concienciación que cualquier manifestación callejera. Estas a veces solo ocupan segundos en un noticiero. En España, a las camaristas se las conoce como camareras de pisos. Dicho sin eufemismos, son las personas que limpian las habitaciones de los hoteles para los huéspedes. Curiosamente en el país ibérico estas se han asociado con un nuevo apodo siendo conocidas como "Las Kellys".
Ellas, -aunque también trabajan hombres de forma minoritaria- optaron por unirse sin importarles sus preferencias políticas para dar visibilidad a su profesión. A inicios de 2016 con el fin de hacer oficial su existencia, optaron por constituirse como asociación. Sus reivindicaciones abarcan desde el derecho a la jubilación anticipada hasta la vinculación de la categoría de los hoteles a la calidad del trabajo que realizan.
En La camarista observamos de una manera sutil y cadenciosa como es la vida -a través de Eve- de estas personas que no pocas veces cumplen las funciones de ángel de la guarda. Y es que las situaciones imprevisibles que se pueden producir en la habitación de un hotel son muy peculiares.
La cinta rodada de una manera muy delicada se podría calificar como cine de arte en México o arte y ensayo en España. Además de a la protagonista, también vemos la manera meticulosa de como funciona la maquinaria de un gran hotel. Con Eve como vehículo narrativo, el espectador se convierte en voyeur observando las funciones de la ascensorista, de la ama de llaves, de los limpia-cristales, de las cocineras o del profesor de la escuela para empleados. Como metáfora narrativa la gerencia es como un fantasma que solo aparece denegando ascensos vía telefónica.
El hotel es como una pequeña ciudad con sus conflictos. También tiene su lado divertido e incluso es un lugar donde puede aparecer el amor. Asi se sugiere con la relación de Eve y el empleado que se encarga de limpiar los cristales del hotel. Incluso hay una escena erótica entre ambos con un cristal de por medio y la inmensidad de la Ciudad de México ante ellos. El espectador permanece embelesado a pesar de ser una historia narrada de manera muy pausada.
Eve, en definitiva, nos recuerda mucho a la Cleo de Roma por las semejanzas que se establecen entre las empleadas domésticas de la película de Cuarón con las camaristas del filme de Avilés. La excepcional fotografía también es un elemento común entre ambas filmaciones. A destacar la gama de blancos que también son metáfora de la cinta.
En el reparto, la actriz mexicana Gabriela Cartol (La tirisia) da una lección en su interpretación cargando con todo el peso de la película. Y esto no es un decir. La actriz está presente en cada plano de las 120 secuencias de la filmación. Maravillosa actuación.
Como anécdota personal tengo que decir que Gabriela me impresionó con su clarividencia en la respuesta que dio a un periodista. Al leer lo que decía una lágrima de emoción recorrió mi mejilla. Ante la pregunta de si prefería ver cine en el cine o una película en Netflix expresó literalmente lo siguiente:
"Cine mil veces. Las películas son experiencias que se tienen que ver en pantalla grande y con las luces apagadas. Es una inmersión y suspensión en el tiempo". Eso, exactamente, es el cine para el que escribe estas letras.
El resto del reparto está al servicio de los avatares de Eve en las estancias del hotel. Son papeles muy pequeños entre los que cabría destacar a Teresa Sánchez como compañera de fatigas de nuestra protagonista. Otro "actor" a mencionar es el propio hotel que como explicaba anteriormente es como una pequeña ciudad en miniatura.
La camarista me ha parecido una reconciliación con el buen cine de autor. Aunque por momentos puede pecar de ser demasiado pausada en su ritmo narrativo, Lila Avilés logra realizar una esplendorosa ópera prima sobre la servidumbre y sobre la posición social que cada individuo ocupa en la vida. El cine, una vez más, aparece como un lienzo pintado.
Lo que el cine necesita es belleza, la belleza del viento moviéndose entre las hojas de los árboles. -David W. Griffith.
La historia: Ciudad de México, año 1970. Cleo (Yalitza Aparicio) es una empleada doméstica que presta sus servicios a un matrimonio de clase media/alta con cuatro hijos en la colonia Roma de la capital azteca. Pero lo que parece una vida tranquila y feliz tanto para Cleo como para el resto de la familia se ve alterada por un viaje del padre de familia que demora en exceso su regreso. Además, un acontecimiento amoroso vivido por la muchacha cambiará su vida para siempre.
La crítica: El ser humano no compra cosas, compra experiencias. El ser humano anhela ante todo sentir y busca en las otras personas, en sus aficiones o en el arte cosas o sensaciones que le hagan sentir, llorar, amar, rabiar, gozar, o si hablamos estrictamente en términos cinematográficos, deleitarse ante la potencia deslumbrante de una película, que como es el caso de Roma, desde la sencillez consigue convertir una historia muy personal e íntima en una gran fábula universal sobre los valores humanos.
Tras obtener el León de Oro a la Mejor Película del Festival de Venecia 2018 llega de manera muy restringida a las salas de cine (Netflix tiene los derechos y la estrena el 14 de diciembre) la nueva producción de Alfonso Cuarón. Roma se convierte en una carta de amor a su infancia, a la mujer en general y al cine clásico en particular. El preciosista blanco y negro utilizado deslumbra tanto o más que los brillantes colores del cien convencional de nuestra época.
El filme está cocinado a fuego lento y nos habla de una manera cadenciosa de la familia utilizando el prisma óptico de la niñez para enfocar de manera indirecta como veíamos a nuestros padres, y de que manera nos veían ellos a nosotros. Pero sobre todo el filme nos habla de la pérdida de la inocencia en los distintos ámbitos del transcurrir vital. En Roma el descreimiento se va apoderando de los distintos personajes que se mueven entre la ofuscación, la incredulidad, las distintas frustraciones vividas o las ilusiones que un nuevo comienzo siempre pudiera tener. Es por todo ello, -y aunque la película está situada en un momento muy concreto de la historia de México-, que la narración se siente completamente universal. En cierto modo hablamos de un cuento neorrealista. Es decir,Romanace ya siendo un clásico del cine que podrá ser vista de dentro de 50 años con los mismos efectos sentimentales que en la actualidad.
Toda la historia la vemos a través de los ojos de la joven Cleo interpretada más que notablemente por Yalitza Aparicio que es de origen mixteco y que apabulla en su debut en la interpretación. Su personaje es la fuente y el origen de la película y de la propia vida de Alfonso Cuarón. Con ella, el cineasta mexicano refleja como fue su niñez y el papel que desempeñó su niñera. Estas segundas madres que hoy en día siguen cumpliendo una función impagable y que posibilitan paradójicamente la independencia de la mujer profesional (mientras ellas se ven relegadas), son utilizadas narrativamente por el cineasta para hablarnos de la emigración de las poblaciones rurales hacia las grandes urbes como modo de ganarse la vida.
Un fenómeno que lógicamente no se dio solo en el México en los años 70. De hecho, el éxodo rural hacia las grandes ciudades fue de alguna manera similar en Italia o en España cuando decenas de miles de mujeres salían desde Galicia, Andalucía o ambas Castillas a "servir" en las casas más acomodadas de Madrid o Barcelona. Es por eso quizás, y por las coincidencias que encontramos también en la agitación política y en los desarrollos urbanísticos desmesurados de aquella época, por lo que Roma está conectando con la crítica europea y lo va a hacer con el público en general. Hablamos de situaciones universales que engarzan también con los movimientos migratorios que se siguen desarrollando a lo largo y ancho del planeta.
En segundo plano aparece en el reparto una estupenda Marina de Tavira (La zona). Este personaje representa a la mujer "blanca", burguesa y profesional que tiene que lidiar con su papel de madre de cuatro niños, esposa y colocar además en este cuadro sus aspiraciones en el desarrollo personal. Y además de la abuela y los niños notablemente interpretados con carácter general, hay dos personajes masculinos que son devastadores para la propia condición del hombre. En ambos se representa la figura del padre ausente. Por un lado está el propio padre de familia (Fernando Grediega) y por otro lado, el joven "enamorado" de Cleo (Jorge Antonio Guerrero). Ellos representan en cierta forma y desde distintas clases sociales, la misma posición. Es decir, la huida cuando son incapaces de asumir sus responsabilidades o las consecuencias de sus actos.
La parte técnica de la película se funde con el arte de una manera muy especial. Alfonso Cuarón además de la dirección y el guión, asume las funciones en la dirección de fotografía y solo hay que ver las imágenes para recrearnos en un sobresaliente trabajo filmado en blanco y negro. Otro aspecto a destacar es la impresionante mezcla de sonido en Dolby 7.1. Esta experiencia sonora vivida en la sala de cine es algo que un servidor jamás había presenciado en pantalla. Es de tal magnitud la vanguardia en el uso del sonido, que por momentos no sabes si los campanilleos sonoros son de la propia sala de cine o si son ruidos provenientes de la calle. Pero el verdadero festival de la película se produce en los maravillosos encuadres de cámara, en la propia y magistral cadencia en los movimientos de las mismas o en unos inmensos planos secuencia apoyados en unos travellings de auténtico ensueño para los más cinéfilos. Y por si faltara algo para rematar la obra, nos encontramos ante una dirección de arte comandada por Eugenio Caballero que no solo nos lleva a los años 70 de la Ciudad de México, sino que la película parece rodada en los propios años setenta del siglo pasado. Un detalle cinematográfico inolvidable es la secuencia que transcurre en el Cine-Teatro Metropólitan que además nos da la clave del desarrollo de la propia historia del largometraje.
Roma es en definitiva el sueño del cine hecho realidad y un clásico ya imperecedero en la historia de la cinematografía universal. Y lo meritorio de esta obra es que consigue ser grande desde una historia pequeña, sencilla, armónica, sin estridencias y buscando en las raíces del cine independiente -se podría hablar casi de cine de arte y ensayo- la pureza narrativa que convierte a una película en lo que un día fue denominado Séptimo Arte. En lo personal, esta mágica filmación supone para mí lo que busco en la cinematografía.Es decir, un vehículo sentimental en el que podemos ver reflejados nuestros deseos, nuestras carencias, nuestros anhelos, nuestras vivencias o nuestros sueños reflejados en esa pantalla de cine que atesora nuestra propia biografía en forma de películas.
Nota/calificación: Fuera de categoría, sencillamente una obra de arte.
Nacionalidad: México.
Dirección y guión: Alfonso Cuarón.
Reparto: Yalitza Aparicio, Marina de
Tavira, Jorge Guerrero, F. Grediaga.
Ningún estado es tan similar a la locura, por un lado, y a lo divino, por el otro, como el estar embarazada. -Erica Jong.
La historia: Valeria es una joven de 17 años que vive junto a su hermana mayor Clara en la localidad costera mexicana de Puerto Vallarta. Tras un breve romance con su novio Mateo, queda embarazada y no sabe a quien acudir. Ante las dificultades económicas y el porvenir incierto es Clara quien decide avisar a la madre de ambas. Ésta vive liberada de sus hijas en España. Es entonces, cuando vuela hacia México para intentar ayudar. Pero lejos de ser una solución, la llegada de Abril (Emma Suárez), hace estallar los conflictos familiares y complican la llegada al mundo del bebé de Valeria.
La crítica: Las hijas de Abril es una película mexicana íntima, descarnada, dura, fría y entroncada en lo que solo el cine independiente puede y debe ofrecer. Es decir, hablamos de un tipo de cine social más de silencios que de palabras, más de visiones que de certezas y que estaría en la antítesis de lo que una superproducción de Hollywood puede ofrecer. Pero una vez dicho esto y reconociendo la calidad del cineasta mexicano Michel Franco (Chronic, 600 millas), la filmación vuelve a pecar de demasiada frialdad y desapego emocional como comentaba en la anterior película reseñada en este espacio de cine.
Nos encontramos ante una película para minorías que viene avalada con el Premio del Jurado de la sección Certain Regards del Festival Internacional de Cannes. La intención del cineasta en esta ocasión es hablarnos sin tapujos de las familias desestructuradas y en especial del drama social que se está viviendo en México con los embarazos no deseados en la población juvenil. La tasa de embarazos entre las jóvenes menores de edad solo puede deberse a una mala política educativa y, como nos hace ver Franco en su historia, al descontrol de los impulsos sexuales en las clases menos favorecidas. Pero es también, del instinto sexual humano en general y de sus consecuencias de lo que trata esta historia y como modifica y cuestiona las vidas entrelazadas de los distintos personajes que son reflejo de una realidad en la sociedad actual. El sexo y la sexualidad ejercen en la película como una forma primitiva de instinto, que cambia, doblega y gira la vida de las personas. De forma no retórica, podríamos concluir que el deseo sexual y un mal o buen polvo provoca enormes consecuencias y cambia una vida de una manera radical.
La filmación en sí misma, viene marcada por el ensimismamiento del director con un ritmo pausado y unos larguísimos planos que en la primera parte de la obra pueden encantar o por el contrario, pueden ejercer de placentero somnífero para el espectador que espere algo parecido a lo que se llama ritmo en el cine. Y es que en la primera parte de la obra no pasan demasiadas cosas. Todo sucede de manera minuciosa con la llegada de la madre a la casa de sus hijas. El conflicto narrativo acontece en la segunda parte y a partir del nacimiento del bebé de Valeria. El filme nos habla de maternidad en niñas que no están preparadas para serlo. Pero lo más llamativo es el papel de la recién y joven abuela que queda completamente descolocada al no asumir su nueva condición.
La traición, la venganza, y la infidelidad se entremezclan en una historia que resulta aún más cruda por la decisión del cineasta de dejar a la película sin música. No es la primera vez, ni la última, que este recurso es utilizado por un director de cine para dramatizar aún más la situación o sencillamente para enmarcarla en un tipo de cine social que huye del adorno con un tono casi documentalista. Por otra parte, resulta contradictorio el porqué llevar la localización de la cinta a un lugar turístico y ciertamente bello como es Puerto Vallarta para apenas sacarle partido a excepción de algún plano secuencia realmente bello.
En el reparto destaca la aparición de la actriz española Emma Suárez (Julieta) en el papel de la madre ausente en un trabajo complicado y que resuelve con su buen hacer habitual. Por otro lado, muy sorprendente y satisfactorio debut cinematográfico de la joven actriz mexicana Ana Valeria Becerril que soporta con estoicismo un desnudo integral, hace de hija, de madre, de novia y de hermana. Resuelve más que notablemente su complejo personaje. Joanna Larequi y Enrique Arrizon completan el reparto con papeles mas desvaídos, interpretando respectivamente a la hermana y novio de Valeria. La película también es seca en cuanto al número de actores.
Las hijas de Abril es en definitiva la historia cotidiana de lo que en una familia supone el embarazo no deseado, pero si llevado a término de la niña de la casa. El sorprendente giro que acontece en la segunda parte de la historia no es suficiente para levantar una película, que aunque interesante, se siente plomiza en su conjunto. No obstante, Michel Franco transmite sensaciones de una cinematografía intimista y de calidad. Quizás una historia más para cortometraje, que para largo, y paradójicamente a destacar, una historia narrada por un hombre con un punto de vista muy femenino sobre el universo de la mujer. Mi conclusión final es que nos encontramos ante una propuesta que esta sustentada bajo la reflexión de que los impulsos sexuales cambian y para siempre la vida de las personas. Cine de autor.
Nota: 6/10.
Nacionalidad: México.
Dirección: Michel Franco.
Reparto: Emma Suárez, Joanna Larequi,
Ana Valeria Becerril, Enrique Arrizon.