martes, 2 de diciembre de 2025

La voz de Hind: emotivo retrato de la barbarie en Gaza


La voz de Hind dirigida por Kaouther Ben Hania se ha estrenado en cines españoles el día 28 de noviembre de 2025. La propuesta presentada en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) es la película elegida por Túnez para representar al país en la carrera por el Oscar.

🎬🎬🎬🎬🎬

La historia: 29 de enero de 2024. Los voluntarios de la Media Luna Roja reciben una llamada de emergencia. Una niña de 6 años está atrapada en un coche bajo fuego en Gaza, suplicando ser rescatada. Mientras intentan mantenerla en la línea, hacen todo lo posible por enviarle una ambulancia. Su nombre, Hind Rajab (Caramel Films).

La crítica: Al igual que en The Guilty y en Víctima imperfecta la acción se sitúa en una centralita de emergencias. Allí observamos a los operadores, casi en tiempo real, en su lucha desesperada por tratar de hacer llegar una ambulancia hacia una niña. Ésta solicita ayuda desde un teléfono móvil mientras está atrapada en un coche masacrado por el ejercito israelí con más de 300 impactos de bala. En el automovil viajaba con su familia intentando sortear las bombas, pero cómo es bien sabido las fuerzas armadas de Israel no respetan las mínimas reglas de la guerra. Han bombardeado ambulancias, hospitales, edificios residenciales y en el caso que relata la cinta incluso disparaban sin complejos a familias de civiles que solo trataban de escapar del horror. Ojalá que estos criminales de guerra ardan en el infierno o al menos el genocida de Netanyahu acabe en prisión para el resto de su miserable vida. 

La voz de hind no necesita inventar horrores: le basta con reproducir la grabación real de la niña aterrorizada hablando con la operadora de la Media Luna Roja mientras los tanques israelíes se acercaban. Esa grabación, que recorrió el mundo en febrero de 2024, generó rabia durante unos días y luego fue sustituida por otras imágenes. El cine la rescata, la amplía, le pone rostros, nombres, madres que gritan, y la convierte en algo que no se puede deslizar tan fácilmente con un scroll. El espectador sale de la sala con la voz de Hind resonando en la cabeza, y esa resonancia es brutal: es la prueba de que alguien intentó borrarla y no lo consiguió.

El cine de denuncia no sustituye a la justicia internacional ni a la acción política, pero sí cumple una función que ningún informe de la ONU, por detallado que sea, logra: humaniza a las víctimas hasta el punto de hacerlas imborrables. Cuando imagines a Hind escondida en un coche rodeado de cadáveres, ya no podrás reducir su muerte a una baja colateral ni a un daño inevitable en zona de guerra. La convertirás, quieras o no, en alguien cuyo nombre merece ser recordado. Y eso es exactamente lo que más temen los aparatos de propaganda que justifican limpiezas étnicas, bombardeos indiscriminados y asedios totales: que recordemos nombres. Que Hind Rajab, o los cientos de periodistas y médicos asesinados dejen de ser estadísticas y se conviertan en fantasmas que les persigan.

Por eso películas como La voz de Hind son urgentes y necesarias. Porque mientras los tanques se retiran y las cámaras de televisión se van, el cine se queda. Se proyecta en festivales, en aulas, en salas pequeñas de barrios humildes, en cines grandes y en plataformas. Y cada vez que alguien la ve, el intento de borrar Gaza fracasa un poco más.

El elenco, compuesto íntegramente por actores palestinos, incluye a Saja Kilani en el rol de Rana Hassan Faqih, la operadora que mantuvo la conversación con Hind, transmitiendo empatía y urgencia.  Clara Khoury da vida a Nisreen Jeries Qawas, otra figura clave en la coordinación, aportando profundidad emocional al equipo.  Finalmente, Amer Hlehel encarna a Mahdi M. Aljamal, destacando el compromiso humanitario en medio del caos. Estos personajes, inspirados en personas reales, humanizan la denuncia contra los crímenes de guerra, haciendo del film un testimonio inolvidable.

En la técnica de rodaje destaca su enfoque híbrido entre el documental y la ficción, ya que integra grabaciones reales de audio con escenas dramatizadas para recrear la tragedia de Hind Rajab. La fotografía y el manejo de cámara brilla al utilizar encuadres en pantalla ancha y tomas a mano alzada que generan una sensación real en el centro de llamadas de la Media Luna Roja, serpenteando entre escritorios y mapas digitales de Gaza en ruinas, lo que intensifica la urgencia y el realismo. La música es utilizada de manera muy escasa (yo la hubiera dejado sin ella) y el metraje de 90 minutos es totalmente acertado. 

La voz de Hind funciona bien como vehículo cinematográfico, pero sobre todo es útil en lo que ya empieza a suceder: en un mundo saturado de imágenes efímeras y titulares que duran apenas unas horas, el cine sigue siendo uno de los pocos instrumentos capaces de fijar el dolor en la memoria colectiva. Porque el olvido ya está ocurriendo. A medida que pasan los días desde los acuerdos de alto el fuego y los anuncios de “planes de paz” (por frágiles y parciales que sean), la atención global se desplaza con una velocidad aterradora. Las cadenas de noticias rotan sus portadas, los algoritmos premian otros conflictos, otros escándalos, otras tragedias más recientes. Gaza, que durante meses concentró la indignación mundial, comienza a desvanecerse del relato colectivo como si sus muertos, amputados, heridos y sus barrios arrasados solo fueran una fase más de un ciclo interminable que ya se solucionará. No se solucionará si se olvida. Es por eso que la posibilidad de ser nominada al Oscar pudiera ayudar a mantener viva la esperanza de hacer justicia universal.

Nota: 7'5/10


Nacionalidad: Túnez

Género: Drama

Dirección: Kaouther Ben Hania

Guion: Kaouther Ben Hania

Fotografía: Juan Sarmiento G.

Música: Amin Bouhafa

Duración: 90 minutos

Reparto: Motaz Malhees, Saja Kilani,
Amer Hlehel, Clara Khoury