domingo, 10 de enero de 2021

23 paseos: envejecer y ligar, todo es empezar


 La presentación: ¡Bienvenidos un año más a Cine y críticas marcianas! 2021 se presenta como un año de transición para el cine. Todo parece indicar que el primer semestre del año estará marcado por las oleadas de la Covid-19 que afectarán también al calendario de los estrenos cinematográficos. Con la industria estadounidense parada y con los diversos confinamientos en distintas partes del mundo, solo la vacunación a gran escala podría aventurar unas carteleras más o menos normalizadas en el segundo semestre del año. Veremos qué sucede. En España, o en buena parte del país, los cines permanecen abiertos desde el pasado mes de junio. Así que arrancamos con todas las reservas e improvisando sobre la marcha sin saber cuántas publicaciones realizaré a lo largo del año. Salud y suerte

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La historia de 23 paseos: El filme británico dirigido por el nominado al Oscar, Paul Morrison, nos presenta a Dave (Dave Johns) que es un enfermero jubilado que pasea a su pastor alemán Tillie por un parque del norte de Londres. Allí se cruza con la divorciada Fern (Alison Steadman) y su perro: un Yorkshire terrier llamado Henry. El perrillo y su dueña se quedan muy desconcertados ante un amenazador perro de gran tamaño. Los perros se ladran uno a otro y la mujer regaña a Dave por no llevar al suyo con correa. Este será el primero de los 23 paseos o el comienzo de una gran amistad como diría Humphrey Bogart en Casablanca. De estreno en cines españoles el próximo día 15 de enero

La crítica: Tener un chucho está de moda. Durante el confinamiento vivido en España en 2020 el dicho de que el mejor amigo del hombre es el perro cobró todo su sentido. Incluso se llegaron a alquilar perros como salvoconducto para salir a la calle sin ser multado. Yo como no tengo perro sacaba a pasear mi carro de la compra. Pero es que además, parece ser que con un chucho de la mano se liga más que en Tinder. Así lo demuestran los cientos de romances nacidos al calor del perro. 23 paseos parte de esta premisa y lo hace mirando al amor adulto o mejor dicho al amor viejuno -con perdón-. Perdón a los perros, digo. 

Paul Morrison, que además de dirigir, escribe el guion, acierta al presentar en 23 capítulos la sencilla trama que no obstante cobra fuerza narrativa cuando se adentra en las contradicciones de los personajes. De manera principal, lo hace con el personaje masculino que comienza mintiendo como casi todos los hombres. Lo curioso es que este humano no lo hace para conseguir sexo. Así que hablamos ya de una patología masculina tan arraigada que perdura en la tercera edad. Y en la cuarta. También en el purgatorio, en el cielo, en el infierno, en las redes sociales y en el cine.  

La cosa es que el "bueno" de Dave tiene esposa, pero como a la pobre mujer se le ha ido la olla y está internada, para él eso no cuenta. Así que se presenta como viudo ante Fern y la pobre mujer se lo traga. Y venga pasear perros por el parque. De esta, que se enamoran -esto es un decir- y el tipo confiesa toda su historia. La dama del perro canijo se pira a Canarias (esto debió ser antes de la nueva variante del coronavirus) a echar unos bailes y a reflexionar sobre la actitud del señor del perro grande. Así pues volvemos a la eterna premisa romántica de: chico (viejo en este caso) conquista a chica, chico mete la pata y pierde a chica, y chico hace lo imposible para recuperar a la chica (y al perro se entiende). Y vuelta a pasear perros por el parque. Así hasta 23 paseos para, ¿llegar a la cama? No digo más para no hacer spoiler. Eso sí, los perros parece que no se casan. Tampoco pueden follar porque la perra es enorme y el macho un enano que no llega ni aún queriendo. Cosas de perros. 

Para interpretar a Fern, la prudente divorciada de clase media y dueña del terrier Yorkshire llamado Henry, Morrison eligió a Alison Steadman, la actriz ganadora del premio Olivier. Cumple con su papel sin despeinarse al igual que Dave Johns actor que alcanzó notoriedad en Yo, Daniel Blake. El reparto canino también cumple con efectividad en pantalla. Sheila, un pastor alemán hembra de cinco años, fue quien interpretó a Tillie. En cuanto a Henry, el perro de Fern, Morrison buscaba lo opuesto a Tillie tanto en tamaño como en temperamento: pequeño, ladrador, plasta y un poco rebelde. No pensaba yo que iba a comenzar el año analizando un reparto perruno y la verdad es que los chuchos están más contenidos y menos sobre-actuados que los humanos en pantalla. 

23 paseos ha sido filmada en su totalidad en el norte de Londres con Dave y Fern y sus perros recorriendo: King George's Field en High Barnet, Hadley Common, Hadley Woods y Hadley Green, así como en North Mymms Park en Hertfordshire. Destacan las localizaciones al aire libre y los numerosos parques recorridos. La finalidad de los espacios escenográficos parece consistir en disponer de la mayor variedad visual y además asegurarse de que la conversación no se volviera repetitiva o aburrida. Por momentos casi lo logran. Incluso hay una secuencia bastante divertida en la que Dave invita a Fern a cenar. Ella le cuenta que era bailarina en el London Palladium. Dave pone música y la pareja baila. Mientras friegan los platos, Dave le pide que se quede "para hacerle compañía”. Ella no acepta, pero después le dice por FaceTime que se lo ha pasado muy bien. Digamos que esta secuencia sería la serie B o Z de Los puentes de Madison. Y con perro. 

En conclusión y a pesar de las pegas marcianas que he puesto, 23 paseos me ha parecido una historia entrañable y entretenida en su conjunto. Hablamos de una comedia dramática tierna y conmovedora sobre cómo encontrar el amor en la vejez. También podríamos concluir que el perro es el mejor amigo del hombre. O como dijo Groucho Marx: "Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre, y dentro del perro probablemente está demasiado oscuro para leer". Fin.

Nota: 6/10.


Nacionalidad: Reino Unido

Dirección: Paul Morrison

Guion: Paul Morrison

Música: Gary Yershon

Fotografía: David Katznelson

Duración: 102 minutos

Reparto: Alison Steadman,
Dave Johns, Rakhee Thakrar,
Natalie Simpson, Oliver Powell,
Vivienne Soan, Bob Goody,

viernes, 14 de septiembre de 2018

Carmen y Lola: La película del escándalo


La intolerancia puede ser definida aproximadamente como la indignación de los hombres que no tienen opiniones. -Gilbert Keith Chesterton.

La historia: Lola es una joven gitana que reside en una humilde barriada periférica de Madrid junto a sus padres y a su hermano pequeño. Ella está a punto de cumplir los 17 años y su orientación sexual comienza a decantarse por las personas de su mismo sexo. Es entonces, cuando conoce a otra joven gitana llamada Carmen de su misma edad que está prometida y a punto de casarse con su novio. Pero antes de llevarse a cabo el enlace matrimonial de está ultima, surge una fuerte amistad entre las dos chicas en lo que será la semilla de un romance que revolucionará la vida de sus familias. ¿Triunfará el amor?


La crítica: Tras su luminoso paso por la emblemática Quincena de Realizadores del Festival Internacional de Cine de Cannes, la estupenda ópera prima de la cineasta Arantxa Echevarría se ha convertido en la película del escándalo en parte de la comunidad gitana en España. Carmen y Lola ha llegado a ser acusada de mostrar una imagen estereotipada de la misma en un artículo realizado por la Asociación de Gitanas Feministas por la Diversidad en la que afirmaban haber sido vetadas por la directora.


De hecho, llegó a suspenderse el pase de la cinta en La Muestra de Cine y Mujeres de Pamplona con una fuerte polémica entre la directora y parte de este colectivo en cuanto a dicha estereotipación racial. Pero aparte de polémicas estériles que sin duda se ven amplificadas por el rechazo homófobo de otros sectores hacia el amor lésbico, lo que encontramos en Carmen y Lola es un tipo de cine independiente y con coraje que hace algo tan sencillo como narrar una buena historia. Además, está guionizada a través de un excelente libreto redactado por la propia directora del film que llega ahora a los cines españoles con una expectación siempre bienvenida.

La cinta hay que analizarla desde dos prismas distintos, y a la vez complementarios. Por un lado habría que fijar la mirada en el retrato que Echevarría nos trata de trasladar como mensaje de fondo y por otro lado, tendríamos que fijarnos en el virtuosismo técnico en el manejo de la cámara que es absolutamente poético.

La historia en sí misma afronta el tema de la homosexualidad y la búsqueda de la orientación sexual en el despertar de la vida, como ya lo hicieron en este año 2018 las estupendas Call Me by Your Name y Disobedience. Pero en este caso se sube la apuesta a máximos, y además de introducir el lesbianismo que aún causa estupor en los sectores ultra-conservadores, hay que sumar el tabú que este tema produce en la comunidad gitana según nos hace ver la cineasta. Todo en la historia y desde una perspectiva valiente, gira en como dicha comunidad se debate entre no querer dejar morir lo viejo para dar paso a lo nuevo en forma de libertades individuales.

Pero en mi opinión y fuera de debates estériles y obsoletos, lo mejor de la película pasa por una sinfonía en el manejo de la cámara que nos regala unos encuadres con una composición de escenas que se asemejan a lienzos en movimiento. Sencillamente y sin adjetivarla más en este aspecto, podemos hablar de una obra de arte que conseguirá emocionar a todo aquel que esté interesado en el arte visual y en la forma pictórica de componer una obra cinematográfica. Todo ello además, supone un fuerte contraste pues el lenguaje utilizado por los personajes tiende a la vulgarización del mismo. Por ello,  habrá que saber distinguir entre la locución puesta en boca de los personajes y el propio prisma óptico desde el que se enfoca a dichos personajes. De hecho, la mezcla de ternura con los exabruptos presenciados en pantalla, conllevan rasgos de parte del cine del Buñuel más polémico. También podemos encontrar semejanzas con el cine de Berlanga e incluso visualmente aspectos que el mismísimo Fellini hubiera firmado en una especie de nuevo y afortunado neorrelismo mágico español. Con ello, Arantxa Echevarría, deja el listón muy alto para su siguiente proyecto que va a ser mirado y examinado con lupa.

Ejemplar y emocionante composición artística

Respecto al reparto de la película está compuesto por actores y actrices no profesionales que lejos de menoscabar la producción, otorgan una mayor fuerza narrativa a pesar de contar con alguna carencia técnica propias de esta circunstancia. Básicamente hay que citar en el reparto a las dos protagonistas del romance que son Rosy Rodriguez y Zaira Morales que ofrecen una actuación compacta, fresca y con una sensualidad desbordante. Pero no quisiera olvidarme del papel del padre de la joven Lola, interpretado por un debutante Moreno Borja que está absolutamente impresionante y en estado de gracia. Atención a este actor porque si no está nominado a mejor actor revelación del año en los próximos Premios Goya es para que cierren la Academía por unos cuantos años. De hecho, este trabajo le ha valido al actor malagueño para que Paco León le haya otorgado un papel en la serie 'Arde Madrid' que se estrenará próximamente en la plataforma Movistar Plus.

Moreno Borja en su escena cumbre

La dirección artística de Carmen y Lola actúa como sujeto narrativo en la historia con localizaciones exteriores en la ya deteriorada UVA de Hortaleza, el horripilante edificio de viviendas conocido como "La carcel" en Moratalaz o sobrevolando con vistas cenitales la carretera de circunvalación M-30 de Madrid. Con ello, nos sumergimos en zonas muy deprimidas con un recurso muy almodovariano para acercar el contexto social mediante imágenes que hablan por sí mismas. Una vez más, los espacios en el cine son utilizados como medio para expresar en este caso la desolación de los personajes representados. Respecto a la fotografía dirigida por Pilar Sánchez Díaz es un festival de luminosidad con una densidad cromática espectacular. Con ello, sitúa en mi opinión, al cine digital muy por delante ya del celuloide tradicional que debería quedar para las películas de época o para las cintas que sitúen la acción en el siglo pasado. También a destacar en la producción el festival de planos cinematográficos con una composición geométrica de bellísima factura. En especial, quisiera hacer hincapié en algunos planos picados y dorsales que harán las delicias de los más cinéfilos siendo un gran ejemplo para las escuelas de cine.

Arantxa Echevarría componiendo un plano/lienzo de museo

Reacapitulando ya, la cinta trata de reflejar como el amor y el deseo sexual actúan como movimientos rupturistas en sociedades cerradas y patriarcales como la reflejada en la historia. Me gustaría recordar antes de concluir la crítica, una secuencia en la que una de las protagonistas dice textualmente que las gitanas por no tener, no tienen ni sueños, en una frase lapidaria y demoledora ante la situación por la que que está transitando en un camino sin retorno.

Carmen y Lola es en definitiva una filmación poética en su mirada visual y profunda en sus texturas narrativas. Arancha Echevarría hace del cine un vehículo perfecto para transmitir emociones a través de los afectos universales.

Nota: 9/10.

Nacionalidad: España.

Dirección y guión: Arancha Echevarría.

Reparto: Rosy Rodriguez, Zaira Morales,
Moreno Borja, Carolina Yuste.

Fotografía: Pilar Sánchez Díaz.

Música: Nino Aranda.

Duración: 103 minutos.

Estreno España: 7 de septiembre de 2018.

viernes, 15 de junio de 2018

La estación violenta: un íntimo poema sobre la pérdida tatuado sobre la espalda de Nerea Barros


Fue el año del enamoramiento encarnizado. Ni el uno ni el otro tenían vida para nada distinto de pensar el uno en el otro, para soñar con el otro, para esperar las cartas con tanta ansiedad como las contestaban. -Gabriel García Márquez.

La historia: Claudia (Nerea Barros) y David (Xosé Barato) son un matrimonio que regresan a sus orígenes en Santiago de Compostela. Ellos han pasado varios años en París y han perdido el contacto con sus amigos de juventud. En su vuelta, se reencuentran con su amigo común Manoel (Alberto Rolan), que está aislado del mundo. Lucha entre su pasión por la escritura y su adicción a las drogas. Cuando se ponen al día de sus vidas y de sus recuerdos en común comienzan a convivir de nuevo con Nerea como objeto de deseo físico e intelectual. Pero ella es consciente de que su regreso a Galicia es por su complicado estado de salud y solo quiere disfrutar de sus recuerdos el máximo tiempo posible.


La crítica: El mapa cromático, sensual y sentimental de la filmación comienza en la presentación con un precioso plano dorsal tatuado en la espalda de Nerea Barros. Poco después se abre el angulo de visión hacia un baño en el mar en el que encontramos con la celebración de la vida de un grupo de amigos. Años después, y en una especie de metáfora de amor y muerte, algunos de estos amigos volverán a sumergir sus cuerpos desnudos en la misma playa. Sin embargo la oscuridad de la noche es la que simboliza ahora un ciclo vital que ha llegado a su final.

La estación violenta está basada en la novela homónima del escritor Manuel Jabois. Nos encontramos ante la íntima ópera prima de la joven cineasta gallega Anxos Fazáns. La joven debuta a sus 26 años con una visión muy especial para dibujar texturas narrativas a través de un lenguaje visual plagado de silencios y sin embargo repleto de significados. La directora, no conforme con una presentación muy especial del filme, insiste en los primeros momentos de la película en narrar a través de planos cinematográficos dorsales para presentar así a los personajes. En contraposición a esto y según avanza el metraje, la directora gira esa pretendida timidez inicial y ya muestra sin pudor y con naturalidad o con naturismo según queramos entender, planos frontales con desnudos masculinos integrales que son rara ávis en el cine. Estos son acompañados de desnudos femeninos parciales cambiando los papeles habituales en la cinematografía. Con ello y de manera siempre introspectiva Fazáns intenta y consigue acercarnos a la psicología de unos personajes a los que presenta perdidos en un mundo que se derrumba para ellos.

La cineasta en un adaptación muy libre de La estación violenta conversa consigo misma y con el espectador sobre la vuelta de unos personajes al mapa de sus orígenes geográficos y sentimentales. También conversa y discute sobre la muerte planteando a mi manera de entender un discurso firme sobre la pérdida y con ello un canto a la vida misma cuando aún estamos en disposición de disfrutar de ella. Y es que incluso parece plantear que un sentimiento tan nefasto como los celos parece ser disipado cuando la muerte acecha al ser amado. ¿Es en ese momento cuando el pleno amor aparece en toda su intensidad? Hablamos de algo tan poético como es el amor verdadero pero visto desde una crudeza narrativa que solo puede ser reflejado desde el cine independiente. Con A estación violentaAnxos Fazáns, se sitúa en una posición muy relevante en la nueva corriente del cine gallego que vive unos momentos muy dulces aunque no es muy conocido en el resto de España.


Tras ganar el Premio Goya por su actuación en La isla mínima, Nerea Barros vuelve a dejar una actuación deslumbrante enamorando a la cámara en cada encuadre que protagoniza. Nunca sabremos como hubiera sido A estación violenta sin ella, pero lo que si sabemos es que la película ya le pertenece. Sería un ejercicio estéril imaginar a otra actriz mejor para meterse en el papel de Claudia. Sobre ella gira toda la narrativa moviendo los corazones de los espectadores y de los demás personajes representados. De personalidad enigmática, Claudia se enfrenta a una enfermedad recién diagnosticada. La afronta desde el descaro y con una vitalidad que sirve como contrapunto para volver a reunir en torno a su figura a parte del grupo de amigos de cuando la felicidad era una estación más del año.

El otro personaje clave de la historia está interpretado con contención y buen estilo por Alberto Rolán (María y los demás). Con su papel de Manoel y a través de él, conocemos a un tipo que ha perdido la ilusión por la vida y busca en las drogas un escape para la soledad en la que ha elegido vivir. La llegada de su antigua amiga Claudia y un romance con la hermana pequeña del marido de esta parecen servir de punto de fuga a su infeliz vida. Esta joven llamada Daniela está interpretada con bastante acierto y descaro por la cantante y actriz debutante Laura Lamontagne. Para concluir con el reparto el marido de Claudia esta interpretado por Xosé Barato (El secreto de Puente Viejo). Un papel muy complejo en el que tiene que lidiar con la enfermedad de su amada y con unos celos que parecen ser ahogados cuando la muerte le mira de frente por persona interpuesta.


El aspecto adicional más importante de la producción es la misma Galicia que va asomando de tres formas distintas y todas ellas fundamentales para el significado sentimental de la historia. El mar en primer lugar siempre está presente aunque no siempre aparezca en pantalla. En segundo lugar, la propia música alternativa gallega actúa como contrapunto emocional. En tercer lugar, cabe destacar que la película se ha rodado en lengua gallega en una decisión audaz de la cineasta. Parece que que no va a permitir el doblaje para no desvirtuar así el clima que se respira en un proyecto muy personal.

Otro aspecto que llama la atención y en el que personalmente vengo haciendo hincapié en los últimos meses es cuando la duración excesiva de las películas lejos de favorecer a estas, suponen un obstáculo para la propia narrativa de las mismas. Pues bien, en esta ocasión, Anxos Fazáns decide dejar el metraje en apenas 73 minutos con lo que vuelve a demostrar su audacia en esta cuestión también. Quizás en el debe de la película, y aunque resulte paradójico con mi manera de entender la cinematografía, cabría apuntar que esta duración tan ajustada no es suficiente para el desarrollo completo de los personajes. En mi opinión, se echan en falta más diálogos para además de profundizar en los personajes, llegar de esa manera hasta el entorno de los 90 minutos clásicos.

En cualquier caso, la valentía de esta joven cineasta la colocan con muchas posibilidades de situarse a la vanguardia del cine gallego y con ello obtener una posición privilegiada para estar en disposición de dar el salto a rodar con mayores presupuestos.


A estación violenta es un íntimo y duro poema visual sobre la pérdida que transcurre en el presente pero que respira por los poros del pasado de sus personajes principales. Es también una crónica del dolor donde los silencios siempre se sienten por encima de los discursos que no llevan a ninguna parte. En definitiva, la filmación trata de indagar en un mundo de unos sueños rotos a través de la desnudez de sus protagonistas. Ellos buscan en la felicidad del pasado una esperanza y un resorte al que agarrarse para afrontar un futuro incierto.

Nota: 8/10.

Dirección: Anxos Fazáns.

Reparto: Nerea Barros, Alberto Rolán,
Xosé Barato,  Laura Lamontagne.

Guión: Anxos Fazáns, Ángel Santos,
Daniel Froiz, Xacobe Casas.

Novela: Manuel Jabois.

Música: Charles Rapante.

Fotografía: Alberte Branco.

Duración: 73 minutos.

Estreno España: 15 de junio de 2018.

lunes, 14 de mayo de 2018

Lucky: un cascarrabias con encanto


Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida. -Pablo Picasso.

La historia: Lucky (Harry Dean Stanton) es un hombre de 90 años con un fuerte carácter y que vive solo en un pequeño pueblo estadounidense en una zona desértica fronteriza con México. Es ateo, cascarrabias, pero destila cierta ternura. Por ello, es querido por los pocos habitantes que aún quedan en el municipio. Nunca ha tenido suerte en el amor, si entendemos por suerte en el amor, el haber estado casado. Por lo demás, sigue una férrea rutina y solo se alimenta de leche, café y fuma 20 cigarrillos al día. Tras una pequeña caída en casa sin mayores consecuencias, comienza un debate existencialista consigo mismo y con sus conciudadanos.


La crítica: Lucky es una pequeña película independiente que viene a recordarnos que el cine es algo tan sencillo como contar una pequeña o una gran historia. Hacerlo, además, de una manera comprensible y no tener que recurrir a ninguna explosión, efecto visual o a algo más que a la propia narrativa expuesta. Y es que la vida cotidiana tiene pequeños momentos que la hacen extraordinaria. Así al menos, parece entender la vida Lucky. Él, se considera un hombre afortunado desde que sirvió en la Armada estadounidense y tuvo la fortuna de estar destinado en el puesto menos peligroso del ejercito. Es decir, la cocina. De ahí, tomó su apodo de Lucky.

John Carroll Lynch, actor de Fargo, Zodiac o Gran Torino, debuta en la dirección con una propuesta firme, pausada, y sin mayores pretensiones que buscar un retrato de la vejez a través de un personaje sarcástico, cómico casi sin quererlo e inmensamente tierno sin apenas pretenderlo. En cierta manera, podríamos hablar de una comedia de corte filosófico. Lucky de una manera un tanto repetitiva nos habla del descreimiento como método para afrontar la etapa final de la vida. O cómo viene a expresar nuestro viejo gruñón protagonista: total si ya no se me levanta, tampoco me voy a preocupar ya del cambio climático (esto no es literal).

La historia está impregnada en todo momento por un cine transfronterizo, polvoriento e inhóspito que tan bien se reflejan en esas pequeñas poblaciones que aún persisten en el desierto de Sonora. Podemos encontrar muchas referencias cinematográficas en la película, pero siempre desde la sencillez. Desde el Giro al infierno de Oliver Stone y sus extraños habitantes, hasta referencias al cine argentino como en los también extraños vecinos del pueblo de El ciudadano ilustre. Incluso en cierta manera, nos encontramos con un minimalista y "contra" Relato Salvaje, apoyado en las Historias Mínimas del cineasta bonaerense Carlos Sorín. Ahora bien, también cabe decir que quizás Lucky hubiera cabido en un cortometraje o un relato corto si de literatura estuviéramos hablando. Y es que a pesar de su ajustado metraje, por momentos su ritmo monótono nos lleva a repetir rutinas innecesarias como espectadores. Lo lógico y honesto, hubiera sido que el cineasta hubiera usado las elipsis narrativas aunque el metraje se hubiera quedado en 70 minutos.


El reparto está encabezado por un extraordinario Harry Dean Stanton (Paris Texas, Corazón salvaje, Twin Peaks) que nos dejó este enorme legado en Lucky y que lastimosamente es su obra póstuma como actor. De todas maneras no hubiera asistido a la premiere, ni a ningún estreno posterior de la película ya que él solía comentar que eso solo lo hacían las estrellas y algunos actores. Como pueden comprobar, esta manera de pensar se funde en cierta manera con su personaje de Lucky. Descanse en paz, y gracias por una vida dedicada al mundo del cine. En el resto del reparto, cabe destacar la aparición del director de cine David Lynch en un papel como amigo del bar del pueblo en que el que se reúnen los pocos habitantes del lugar. Es tanto en el bar, como en la típica cafetería americana, donde encontramos los mejores diálogos entre los personajes. En estas secuencias, la película recuerda ya de una manera muy directa a la famosa serie estadounidense Cheers aunque en modo rural.

En los aspectos adicionales cabría destacar el color dorado del desierto y esos amaneceres bien recogidos por la dirección de fotografía. También la música country y los sonidos de las armónicas que nos sitúan en el contexto geográfico de una manera perfecta. Mención especial a una canción popular mexicana, con mariachi incluido, interpretada en un aceptable español por nuestro joven protagonista.

Lucky es un conclusión, un pequeño tratado sobre como se ve la vida desde el vértigo de los 90 años. O dicho de otra manera, como se ve la muerte desde esa posición y si esta causa miedo, curiosidad o incluso risa. Quizás sea una película más curiosa, que buena, pero desde luego es un testimonio inequívocamente distinto a la juventud y belleza que siempre ha reinado y reinará en el cine. Es por ello y además en plena orgía super-heróica, que parece incluso un súper-milagro que una pequeña película independiente llegue a estrenarse en las salas de cine.

Nota: 7/10.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Dirección: John Carroll Lynch.

Reparto: Harry Dean Stanton,
David Lynch, Ed Begley Jr.

Fotografía: Tim Shurstedt.

Música: Elvis Kuehn.

Duración: 90 minutos.

Estreno EE UU: 29/09/2017.

Estreno España: 4/05/2018.

miércoles, 9 de mayo de 2018

Entrevista al director de cine Adrián Orr que nos presenta el estreno de su película: Niñato


El 11 de mayo se estrena en cines de España la ópera prima de Adrián Orr con el sorprendente y llamativo título de Niñato, que consigue de inmediato captar la atención del espectador. Ambientada en un barrio popular madrileño, la historia narra el día a día de David, alias Niñato, que es un joven padre desempleado, músico de hip-hop por vocación y que tiene bajo su cargo a tres niños pequeños. Pese a las numerosas dificultades que debe afrontar, el joven lucha por inculcar a los más pequeños los valores del esfuerzo en un mundo cada vez más complicado.

La película es un drama de no ficción, donde documental y ficción mantienen un estrecho diálogo. En su periplo por los festivales de cine, la cinta ha sido galardonada con el Premio a la mejor película en el Festival Internacional de Buenos Aires (BAFICI), el Premio Nuevas Olas del Festival de Cine Europeo de Sevilla, o la nominación al mejor documental en los Premios Feroz. 

Adrían Orr es nacido en Madrid en 1981 y es Licenciado en Comunicación audiovisual por la UCM. Completó sus estudios en la Escuela de cine de Lisboa (ESCT) y ha realizado varios cortometrajes. Desde Cine y críticas marcianas y NoroesteMadrid le agradecemos muy especialmente su amabilidad en la concesión de esta entrevista y le deseamos mucha suerte en el debut con su primer largometraje. 

"He posicionado al espectador como testigo a tiempo real de como "Niñato" aprende a enseñar, a estimular a los niños, a seguir trabajando, a crecer en autonomía y a tener sueños, incluso cuando sabe que los suyos propios, probablemente, ya no se harán realidad". -Adrián Orr.

Texto y fotos: Miguel Pina

Hola Adrián, ¿qué se va encontrar el espectador en la sala de cine cuando Niñato se estrene el próximo 11 de mayo?

Va a presenciar una película que cuenta nuestro presente a través de una familia de clase obrera, en la cual un padre joven cuida de tres niños, pero que aún mantiene su sueño adolescente de hacer música a través del hip-hop. Entonces nos encontramos con la dicotomía de un padre que está aprendiendo a ser padre, y unos niños que están aprendiendo a ser niños a través de un padre joven.

¿Cómo explicarías que desde el intimismo y lo cotidiano se consiga enganchar al espectador?

Es una película que trabaja mucho el vivir cotidiano desde el documental, pero que se acerca mucho al cine de ficción, en la que lo cotidiano a través del cine consigue ser algo extraordinario. De hecho, los pequeños momentos de nuestros días cuentan mucho de quienes somos. Además se van a encontrar a una familia muy excepcional, que dentro de esa excepción, transmiten mucha normalidad. Es muy fácil identificarse con ellos en los conflictos que hemos tenido o que todos los niños hemos vivido. Es decir, en esos procesos cotidianos como ir al colegio, hacer los deberes, se determina mucho de quienes somos.

¿Por qué has escogido un título tan llamativo como Niñato?

En primer lugar porque es el nombre artístico del protagonista y ya de antes en el barrio, todo el mundo le llamábamos niño o niñato, desde que tenía 16 años aproximadamente. Después, porque la película está centrada en él y en su historia. Y además, es que niñato va a llamar la atención porque rompe los estereotipos. Quizás de un rapero te esperas otras cosas y David representa la bondad, el cuidado de los niños..... su tono de voz siempre es calmado y didáctico. También queríamos jugar con este término ya que uno de los niños, Oro, está pasando de una cierta manera de niño a niñato por su rebeldía, y en cambio David que ya es adulto, conserva su parte de niño en una dicotomía muy especial.

¿En qué género cinematográfico enmarcarías la película? ¿Cine documental, no ficción o mezcla de géneros?

Yo la película no la enmarcaría en ningún tipo de género. La película se puede ver como una ficción, pero con toda la verdad que tiene un documental. La puesta en escena es real, nunca actuada. Los enfados de David, de los niños, se rodaron cuando sucedieron y nunca fueron provocados. Lo que hace diferente a esta película, es que trabaja desde lo real, desde lo documental, pero lo acerca todo a una puesta en escena que la relacionamos más cercana a la ficción.



La película ha ganado en los festivales internacionales de Buenos Aires (BAFICI) y Sevilla. ¿Qué sensaciones tuviste en lo personal tras más de cincos años de trabajo con Niñato?

Los premios fueron una gran sorpresa y se juntaron en apenas dos días el de Argentina y el de Suiza. Hay que saber medir los premios y en este caso ayudaron mucho a dar visibilidad a una película que a priori no podía tenerla, ya que es cine independiente y sin grandes compañías que nos apoyen. Los medios se están haciendo eco de ella y puedes continuar girando por festivales hasta llegar a estrenar comercialmente en salas.

¿El mejor premio en todo caso es el estreno en cines con la competencia que hay con las grandes compañías y estudios cinematográficos?

Me parece estupendo el estreno en cines, sobre todo porque es una película fácil de ver, y que yo he hecho desde el corazón y con la sensación de que emocione y genere empatía con la gente que lo este viendo. Los padres jóvenes, y los que hayan sido estudiantes, se vincularán emotivamente con la película.

¿Qué presupuesto ha tenido la producción y por qué has dejado la película con una duración de 72 minutos?

La duración de una película llega a través del proceso de montaje y nunca hemos tenido una limitación de tiempo. Era la duración justa para contar lo que se quería contar. El presupuesto total está en torno a los 100.000 euros.

¿Lugar de rodaje?

En Madrid, en el Barrio del Pilar que es el barrio de nuestro protagonista David y el mio propio.

¿Va a llegar la película a Hispanoamérica?

Se ha estrenado ya en Argentina y Urugay, y próximamente estará en la Cineteca Nacional de México.

¿Cómo es rodar con niños y durante tanto tiempo?

Es conseguir estar dentro de su cotidianidad y en su día a día, llevando la cámara aunque no se filmara. Compartir tiempo con ellos y cuando se diera la ocasión y dentro de su espontaneidad, aprovechar para filmar. Tener confianza mutua es la base.

En la película se tratan temas sociales como la precariedad laboral, las dificultades económicas de algunos padres para poder llevar a sus hijos al comedor o el esfuerzo de los alumnos en sus tareas escolares. ¿Cómo ves desde el prisma social retratado en la película, el presunto favoritismo con el que algunos políticos en España obtienen Masters o directamente falsean sus currículums?

La clase dirigente más cercana al Partido Popular y que lleva mucho tiempo en el poder y en lo referente por ejemplo al caso del Master de Cifuentes, faltan por esclarecer muchas cosas que huelen mal. Y por encima de que tenga el título o no, lo interesante es saber si ha tenido un trato de favor para conseguirlo por ser quien es. Eso nos frustra a todos, ya sea a Niñato como represente de la clase trabajadora, o desde otros ámbitos sociales.



TEST PERSONAL SOBRE CINE Y CURIOSIDADES


Tu película preferida de todos los tiempos.

Accattone de Pier Paolo Pasolini.

Tu película española favorita.

El espíritu de la colmena de Víctor Erice.

Tu director de cine español preferido.

Luis Buñuel.

Tu director de cine internacional preferido

Yasujiro Ozu.

Tu actor preferido.

No tengo actor favorito.

Tu actriz favorita.

Hay muchas, pero depende del momento.

Tu festival de cine predilecto.

La Biennale de Venecia.

La sala de cine más bonita que conozcas o que hayas conocido.

La sala central del Festival Popoli de Florencia. 

El último libro que hayas leído y que recomendarías.

Cassavetes on Cassavetes de Ray Carney y John Cassavetes.

Tu plato de comida preferido.

Pescado a la plancha.

Una ciudad para vivir.

Lisboa.

Una ciudad por conocer.

Roma.

Una ilusión por cumplir.

Seguir haciendo películas y poder vivir del cine.

P.D. La entrevista se ha publicado conjuntamente, con más fotos e información adicional sobre el preestreno y un posterior coloquio con el cineasta, en la sección de cine del diario online NoroesteMadrid (enlace).

El vídeo que sigue es una pequeña entrevista con alguna imagen de la película y pertenece al canal de Youtube: TheBizarrovision.


jueves, 15 de febrero de 2018

The Florida Project: Las uvas de la ira en las puertas de Disneylandia


Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos. - John Fitzgerald Kennedy.

La historia: Moonee es una niña de 6 años que vive junto a su joven madre Halley. La misma y con apenas 22 años y sin trabajo estable tan solo puede pagar la habitación de un motel de carretera en los alrededores de Disneylandia en Florida. Es verano y la niña se pasa el día jugando con otros niños en parecidas circunstancias. Con el don de la paciencia, Bobby (William Dafoe), el gerente del motel, trata de poner orden en el caos de niños, padres e inquilinos habituales que han sido arrastrados hasta allí por la crisis económica e hipotecaria. Mientras los niños sueñan con Disney, y están en situación de semiabandono, los padres ya solo sueñan con poder alimentarlos.


La crítica: Érase una vez un mundo feliz en los Estados Unidos de América en el cual los niños disfrutaban de sus días de vacaciones en Disneyworld. Mientras los padres subían orgullosos sus fotos a las redes sociales e incluso los billetes de avión eran pagados por los puntos extras de las aerolíneas más importantes. Las niñas se disfrazaban de princesas y los niños de piratas. Todo aparentaba ser un mar de felicidad. Pero no todos fueron felices y comieron perdices. Un buen día, mejor dicho, un mal día, y en mitad de este cuento de hadas, apareció un ogro en forma de capitalismo salvaje conocido en la zona con el extraño nombre del "Señor Subprime". Y fue entonces cuando el sueño americano se hizo trizas de nuevo, y como en la película Las uvas de la ira, dejó una nueva generación de indigentes invisibles. Las niñas ya no soñaban con ser princesas, los maridos ahora se iban con putas baratas, las madres se emborrachaban para olvidar y mientras tanto los políticos y banqueros brindaban con champán. Tristemente esto no es cuento de hadas, ni es una leyenda inventada. Es ni más ni menos, la realidad social que existe en una parte de los Estados Unidos del señor Donald Trump que mira hacia otro lado ante las lamentables bolsas de pobreza que existen en su país. Y colorín, colorado, este cuento solo ha comenzado.

El cineasta Sean Baker (Tangerine), curtido en festivales como Sundance, es uno de los mejores narradores del cine independiente estadounidense y lo vuelve a demostrar en esta producción de fuerte cine social, envuelto en una estética visualmente pop y deslumbrante en colorido. Con ello, parece hacer un un guiño envenenado hacia los jovenes millennials que absortos en lo visualmente atractivo no parecen prestar atención a lo que sucede a su alrededor.

La acción se sitúa en una nueva carretera de los desahuciados conocida en Florida con la denominación de US Highway 192. En ella se acumulan moteles baratos de 35 dolares la noche que son la última salida (antes que la calle), para centenares de personas. Ellos, paradójicamente, pueden ver desde sus ventanas los fuegos artificiales del parque de atracciones más famoso de mundo, pero ni siquiera pueden soñar con entrar en él. La narración está realizada a través de la mirada de la infancia de unos niños que corren sin parar, ya que para ellos la vida es tan solo un juego. Pero los niños imitan, y lo que están observando en mitad de esta desestructuración social, sin duda, les está afectando en su desarrollo personal. Pero ante todo, y por encima de niños o mayores, la historia nos habla a través de la afilada mirada del cineasta de personas, de vidas rotas o de vidas por recomponer.


En el reparto y a través de tres generaciones de actores, conocemos a sus protagonistas. El hilo conductor de la narración es Moonee, interpretada por la niña Brooklynn Prince que nos deja una actuación dulce y con una efectiva transmisión de la inocencia por su parte. Con ella, sus travesuras y sus juegos, vamos conociendo los variopintos pobladores que habitan en los alrededores del motel.

Su madre es la joven Halley, interpretada por la debutante Bria Vinaite, que irrumpe en la gran pantalla con una actuación absolutamente sobresaliente. Actriz revelación del año. Lo tiene todo para convertirse en un referente de una nueva generación de actores. Es talentosa, le acompaña el físico y un descaro ante la cámara que nos recuerda a Scarlett Johansson o a Jennifer Lawrence en sus comienzos. Con este personaje, el cineasta nos habla en profundidad de una realidad social en el cuarto oscuro de América. A través de su mirada, se produce un hilo discursivo en torno al fracaso escolar, la maternidad temprana, la precariedad laboral, la protección de los menores, las ayudas sociales, o los coqueteos con la prostitución, las drogas y el alcohol.

Por último, pero no menos importante, aparece en el reparto William Dafoe (El paciente inglés), que se ha prestado para actuar en esta película independiente. Una apuesta valiente y arriesgada que se ha saldado con la agradable sorpresa de su nominación al Oscar por su brillante papel. Él interpreta a Bobby que es el encargado del motel y con ello, se convierte en una especie de padre protector de niños, madres y de los demás huéspedes del recinto. En algunos momentos, su personaje presenta ciertos rasgos alegóricos a medio camino entre un ángel guardián, y la representación paternal de un cierto orden en un mundo que se viene abajo por momentos. Quizás uno de los pocos errores de la producción consiste en que nos quedamos con las ganas de ver la vida personal de Bobby. Merecería un Spin-off aparte de la película. Y es que es personaje que pareciera ideado por el mismísimo Frank Capra, pero que se queda parcialmente sin desarrollar.


En conclusión, The Florida Project se presenta como una una propuesta innovadora y descarada en su mirada. Conlleva un fuerte mensaje social que arrolla por momentos al sueño americano dejándolo completamente desnudo. La alucinante y exótica estética visual empleada por Sean Baker lleva implícita también una crítica y a la vez una cierta llamada de atención para que la generación Instagram -que está por encima de edades- tome nota de la realidad social que habita en las entrañas del sistema político. Para finalizar, me quedo con una frase del guión puesta en los labios de una niña de 6 años, Esta frase significa la ruptura de la inocencia en la infancia. Y es que cuando nuestra delicada y traviesa Moonee dice: "Siempre sé cuando los adultos están a punto de llorar", está con ello hablando de una fractura social de dimensiones incalculables. Y esto no es un cuento. Es cine, que además de contar historias, las denuncia. Por ello, sigo y seguiré buscando películas que hagan del cine, además de un espectáculo, un medio de expresión que puedan generar críticas cinematográficas (marcianas), que vayan más allá del mero hecho de decir si nos ha gustado o no nos ha gustado una película. Seguimos.

Nota: 9/10.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Dirección Sean Baker.

Reparto: Brooklynn Prince,
Bria Vinaite, William Dafoe,
Valeria Cotto, Mela Murder.

Guión: Sean Baker y Chris Bergoch.

Fotografía: Alexis Zabé.

Duración: 115 minutos.

Estreno EE UU: 6/10/2017.

Estreno España: 9/02/2018.

Estreno México: marzo 2018.


miércoles, 30 de marzo de 2016

Tribunal(Court)


Nos vamos de viaje a Bombay. ¿Me acompañáis? El destino será una parada en el cine independiente que se hace en la India.

Un veterano profesor y en sus ratos libres cantante de música popular es acusado de incitar al suicidio a un joven trabajador de los saneamientos de la ciudad. La excusa para tal acusación es que sus letras son subversivas y hablan de ciertos tabús en la sociedad hindú. Temas como el suicidio, el sexo o los derechos sociales están presentes en sus canciones. Esto puede provocar en los jóvenes las ganas de acabar con su propia vida según las autoridades...

Ópera prima de Chaitanya Tamhane, cuya principal motivación es denunciar el obsoleto, corrupto y surrealista sistema judicial indio. La cinta es una eficaz crítica al proceloso y desesperante procedimiento que se utiliza en el tribunal. El juicio tiene numerosos aplazamientos por los detalles más pueriles que os podáis imaginar. En cada parada del procedimiento judicial, el cineasta de manera inteligente nos lleva a un lugar distinto de Bombay. Así es como podemos conocer las distintas realidades de la sociedad india. Como en muchos lugares, las diferencias entre las distintas clases sociales son enormes.

En la India nos encontramos con el añadido que la sociedad está dividida en distintas castas según la procedencia y el factor casual de dónde te haya tocado nacer. Mientras en los suburbios apenas llegan para la comida del día, en otras zonas de la ciudad se permiten el lujo de tener fastuosos teatros donde se ríen de lo que ellos llaman castas inferiores.


Pero volviendo a la temática judicial, lo que realmente comprobamos durante las sesiones del juicio es que a Narayan, el músico local, se le está fabricando una acusación del todo absurda por ser un personaje molesto para el gobierno local de la ciudad. Él, a través de su música, lo que busca es denunciar las condiciones de los trabajadores más humildes y sobre todo denunciar las políticas públicas corruptas. Entonces, es cuando vemos cómo la justicia, igual que en otros tantos países, se limita a seguir las instrucciones del poder con los métodos que hagan falta para callar las voces disonantes. La utilización de jueces y fiscales son meras armas políticas al servicio del poder.

En la cinta, destacaría la utilización de la fotografía. Es luminosa y su vez natural. Podrían tomar nota algunos prestigiosos directores internacionales obsesionados con quitarles luz a sus producciones y tomar ejemplo de este debutante director indio. Él da una lección al elegir a un gran director de fotografía a todos aquellos empeñados en desnaturalizar algo tan importante como es la luz en el cine.

Las interpretaciones están en general a buen nivel, destacando las del popular cantante Narayan, encarnado por el veterano actor Vira Sathidar y la de su abogado defensor interpretado por Vivek Gombe.

Pantomima de Juicio

La película es un puñetazo de realidad que no deja espacio para el virtuosismo dramático. Es seca, fría y va directa a "morder el cuello" de la judicatura india. En esto mismo radican sus virtudes y defectos pues nos encontramos con un cine de alto contenido social pero olvidando quizás darle algo más de protagonismo al aspecto artístico y emocional.

Nota: 7/10. 

Dirección: Chaitanya Thamane

Reparto: Vira Shatidar, Vivek Gomber,
Geetanjali Kulkarni, Pradeep Joshi.

Fotografía: Mrinal Desai.

Nacionalidad: India.