Sole dirigida por Carlo Sironi se estrena en cines españoles el próximo día 6 de noviembre. La cinta italiana ha sido galardonada con el Premio Fipresci a la Mejor Película en la sección “Rellumes” del Festival de Gijón. Sole, también, acaba de ser nominada a los European Discovery 2020-Prix Fipresci de la European Film Academy.
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La crítica: Sironi hace gala de un estilo elegante y minimalista para crear un relato indeleble. Paternidad, soledad, gestación subrogada, amor o el paso a la madurez son algunos de los temas que aborda el cineasta italiano a través del cine social más comprometido.
Sole es un retrato sobrio e intimista en el marco sentimental de una historia de amor imposible que ahonda en la soledad de sus jóvenes protagonistas. Con ellos y con su inocencia comprometida por la crisis económica, observamos los mecanismos más egoístas de la contraparte adulta. El espejo deformado de la maternidad subrogada es uno de los temas en torno a los que gira esta arrolladora historia que comienza fría como el hielo para evolucionar de manera más cálida hacia el tercio final del ajustado metraje. Es en esta parte donde salta la chispa a través de un suave melodrama en el que se esclarecen los deseos de los personajes.
¿Qué significa ser padre, convertirse en padres? ¿Qué se siente al mirar una criatura recién nacida a la que tienes que cuidar y de la que te sientes responsable? Estas son las preguntas que se hace el cineasta italiano en su más que decorosa ópera prima. Las respuestas a los juicios morales o incluso a la doble moral de una parte de la población encuentran respuestas claras a lo largo de la narrativa. Pero el último propósito de la película no es emitir juicios sobre los vientres de alquiler o sobre el aborto. Más bien hablamos de un explícito retrato de la paternidad especialmente en adolescentes y jóvenes que no encuentran su lugar en el mundo.
En el reparto brilla especialmente el joven Claudio Segaluscio que fue premiado con el Talent Award al Mejor Actor Revelación en la sección Orizzonti del Festival de Venecia. Sobrio y muy sólido en pantalla obtiene buena réplica de la también joven actriz Sandra Drzymalska. Ambos forman una pareja orgánica que consiguen transmitir las emociones al espectador de manera recia pero correcta.
El color azul de la fotografía envuelve a los personajes otorgando una interesante melancolía a la película. Desde luego no hablamos de dorados atardeceres, sino más bien de adaptar los espacios escenográficos a la clase obrera que reflejan los muchachos. La trama se sitúa en Nettuno que es una localidad italiana de la provincia de Roma. Tiene una singular arquitectura actual y atemporal a la vez, que lo hace casi anónimo. Esto refuerza el minimalismo de la película pero también la otorga un aire gélido al que cuesta acostumbrarse.
En conclusión, Sole me ha parecido una más que meritoria ópera prima de Carlo Sironi con la que consigue introducir de manera principal el debate sobre la gestación subrogada y sus consecuencias morales para todas las partes implicadas. Hablamos de una cinta con un cierto aire pedagógico que tal y como está el mundo nunca está demás. Buen cine.
Nota: 8/10.