viernes, 5 de mayo de 2017

Un italiano en Noruega (Quo vado?)



La historia: Checco es un funcionario italiano que tiene como obsesión y casi como única meta en la vida, conservar su puesto de trabajo fijo en la administración pública. Casi a los 40 años ya, vive a cuerpo de rey en la casa de sus padres que le miman orgullosos del logro conseguido. Pero una reforma en la administración pública italiana, hacen de su vida un continuo traslado de ciudad y de puesto de trabajo. El fin de este trasiego es que deje de "chupar" de las arcas públicas sin dar un palo al agua. Como último recurso para intentar que abandone su puesto de trabajo, la directora de su área le traslada a lo más remoto y aislado de Noruega, en una base científica italiana. Cansado y a punto de abandonar su trabajo, aparece en su vida Valeria y cae rendidamente enamorado de ella. A partir de ese momento, comenzará un debate entre el amor al funcionariado o el amor a una mujer que está descolocando aún más su vida.


La crítica: Una de las escenas que abre la película es toda una declaración de intenciones de la sátira que vamos a presenciar sobre el amor del pueblo italiano a lo que llamamos por estos lares: un puesto de trabajo "fijo". Nos encontramos con Checco en su más tierna infancia y cuando le preguntan qué le gustaría ser de mayor, el niño responde sin ninguna duda: "Yo quiero ser funcionario".

Quo vado? se ha traducido en España con el peculiar título que encabeza esta reseña. A la espera de si es estrenada en otros países europeos, de momento en México se ha titulado como ¡No renuncio! En fin, un capítulo más de la serie de crímenes traductores que tanto gustan a los que se dedican a tan brillante oficio. Como siempre, saludos a estos queridos genios del marketing en el cine.

Pero volviendo a la cinta en cuestión, lo más destacable de esta comedia italiana es que ha conseguido conectar con la población local convirtiéndola en la película más taquillera del cine italiano hasta la fecha. Un hito histórico que recuerda al rotundo éxito que tuvo "Ocho apellidos vascos" en el cine español o 'No se aceptan devoluciones' en el cine mexicano. ¿Es esto indicativo de la calidad de la propuesta? Pues ni mucho menos. Lo que indica es la necesidad de las poblaciones locales por desconectar de alguna manera de la realidad social de sus respectivos países. En todo caso, 'Un italiano en Noruega' es una aceptable propuesta que hace pasar un rato entretenido y que provoca la sonrisa cómplice del espectador.

Sin embargo, lo que busca la película sin descanso es el choque contracultural entre los habitantes de la trabajadora y "civilizada" Europa del norte en contraposición con la "dolce vita" de los países del sur. Para tal fin, el cineasta se vale de unos personajes completamente estereotipados y bordeando en todo momento la caricatura. El objetivo es buscar la complicidad con el espectador que quedará embaucado sintiéndose más inteligente que los protagonistas de la acción. Esto es un viejo pero efectivo truco del cine más populista.


Checco Zalone es un cómico de tremenda popularidad en Italia y básicamente lo que hace es interpretarse a si mismo de manera acertada. Podríamos compararlo en cierta manera con la repercusión en España de Santiago Segura (Torrente), o con la popularidad obtenida por Sacha Baron Cohen (Borat) en el Reino Unido. En cualquier caso, resulta imprescindible verlo actuar en versión original italiana para poder valorar todo su repertorio y situarnos en el contexto correcto. Si ya de por sí, con el doblaje al castellano se pierden muchos matices en las cintas internacionales, con el cine italiano y dado su especial carácter histriónico, cualquier cosa distinta a visionar la versión original carece prácticamente de sentido. Como compañera principal de reparto y en el papel de Valeria aparece Eleonora Giovanardi en un papel cálido y bastante acertado. Ella representa todo lo contrario a Checco. Es decir, es aventurera, madre soltera de tres hijos de distintos padres, feminista, liberal y defensora de distintas causas perdidas. El choque cultural entre los enamorados es la génesis de los distintos gags que se producen en la parte noruega de la historia.

En conclusión, nos encontramos ante una propuesta divertida, pero que en su parte técnica deja mucho que desear por su aire de telefilme. Los decorados, además, hacen daño a la vista siendo estos  muy desiguales en contraposición con algunas buenas localizaciones en Noruega e Italia. En todo caso, Un italiano en Noruega es un espectáculo bastante flojito que sin embargo funciona bien como sátira hacia la función pública.

Nota: 6/10.

Nacionalidad: Italia.

Dirección: Gennaro Nunziante.

Reparto: Checco Zalone, Lino Banfi,
Eleonora Giovanardi, Sonia Bergamasco.

Música: Checco Zalone.

Fotografía: Francesco Di Giacomo.

Duración: 85 minutos.

Estreno Italia: 1/1/16.

Estreno Argentina: 28/7/16.

Estreno México: 5/8/16.

Estreno España: 28/4/17.