La historia: En un mundo post-apocalíptico arrasado por unas extrañas y peligrosas criaturas extraterrestres, el matrimonio Abott y sus tres hijos han descubierto que la única forma de sobrevivir es permanecer unidos y en silencio. Los extraños seres invasores son ciegos y solo atacan cuando oyen algún ruido. Para evitar ser escuchados, los Abott se han aislado en una granja rural en el interior de los Estados Unidos y han ideado un sistema para comunicarse y moverse emitiendo el menor ruido posible. Todo se complica aún más, cuando Evelyn (Emily Blunt) se queda embarazada, y tiene que idear junto a su marido Lee (John Krasinski), un sistema para que el parto y el llanto del futuro bebé no ponga en peligro a toda la familia.
La crítica: Un lugar tranquilo (A Quiet Place), nace con vocación de clásico universal en el cine de género y lo hace de forma sobresaliente. Peliculón sin reservas y en mí opinión la mejor cinta de la década dentro de su categoría.
Su marco narrativo es muy amplio y es colindante entre otros, con el cine de terror siendo en su esencia un thriller psicológico con pinceladas del género fantástico. Si el cine tiene algún sentido todavía para ser visto en la gran pantalla, este es el ejemplo perfecto y el camino a seguir en un futuro.
Soy un fiel creyente que en la cinematografía es posible innovar y con ello situar a este arte considerado por muchos como algo menor, en un vehículo que se coloque a la vanguardia de las artes escénicas. En cualquier caso, y aunque resulte una obviedad, cabe recordar que el cine no es más que una visualización de una idea que antes tuvo que ser imaginada y redactada en un libreto con múltiples variantes que van más allá de los diálogos y su posterior puesta en escena.
Y es que todo lo bueno y lo malo que pasa en una película se rige fundamentalmente por una sola cosa: guión, guión y guión. Si este elemento falla, no hay reparto, banda sonora o dirección de fotografía, que pueda salvar a una producción del naufragio.
Y vuelvo a insistir que un guión ya sea adaptado u original, contiene muchísimo más que los diálogos que aparecen en pantalla. Podríamos concluir que es el mapa por el que discurre cada elemento de la puesta en escena de una filmación. En esta ocasión, es el propio Krasinski, el que tras recibir el libreto de Scott Beck y Brian Woods, lo reescribió para darle su toque como director firmante de la película. Es en suma, un trabajo conjunto y escrito a tres manos que les aseguro va a ser estudiado en las escuelas de cine por las siguientes generaciones de futuros hombres y mujeres que se dediquen a este arte. ¿Cuál es la peculiaridad de este guión y con él, de la propuesta presentada hoy? En primer lugar la excelencia en su redacción y en segundo lugar, su plasmación en la gran pantalla. Si a ello le sumamos que durante los 95 minutos de metraje, los diálogos solo ocupan 5 minutos de la producción, nos podemos hacer una idea de la complejidad que conlleva esta vanguardista idea para que funcione como un perfecto reloj sincronizado en la sala de cine.
En cierta manera, es una vuelta al cine mudo sin que el espectador se percate de esta circunstancia por la brutal, asfixiante y perturbadora atmósfera conseguida. En este aspecto, la historia se convierte desde su estreno en un clásico del cine de suspense, que iguala o incluso supera por momentos al cine del maestro Alfred Hitchcock.
Pero que apenas haya diálogos, no quiere decir que los personajes no se comuniquen. Todo lo contrario. Ellos lo hacen a través del lenguaje de signos o de miradas y susurros. Y es que cualquier ruido disonante, puede provocar que los seres que habitan en los exteriores de su granja, y que han aniquilado a buena parte de la humanidad, acudan al reclamo y acaben también con ellos.
Probablemente los Abott sean una de las últimas familias del planeta y si ellos mueren, la humanidad puede que sea extinguida para siempre. ¿Conseguirán salvarse y con ello, obtener la posibilidad de un nuevo comienzo para el ser humano? ¿Son invencibles las criaturas invasoras? ¿Hay otras familias a lo largo del planeta en la misma situación? ¿Se habrán zampado los monstruos a Donald Trump? No pude evitar la última pregunta.
En el reparto, nos encontramos también a John Krasinski en el papel del padre de familia y representando la figura de la protección y de guía para el resto de la familia. Más que correcto papel, aunque algo por debajo de su gran labor en la dirección del conjunto de la producción. La que brilla con luz propia y en una actuación espectacular es Emily Blunt, que de no ser porque la película se ha estrenado fuera de la temporada de premios, merecería un Oscar por un papel impresionante. La escena del parto en la bañera y en silencio, pasa directamente a la historia del cine. Por otra parte, la buena química que se establece con su marido en la ficción, es debido a que ambos son matrimonio en la vida real e incluso la propia Blunt, aportó alguna idea al guión llevado a cabo por su pareja. Los niños Noah Jupe y especialmente la pequeña Millicent Simmonds están extraordinarios. Con Millicent nace una nueva estrella de cine y esperemos que su sordera de nacimiento, no sea ningún impedimento para que se adapten futuros guiones para ella.
Hay tres aspectos adicionales que en una película tan especial como la reseñada hoy cobran vital importancia. Uno es un excelente diseño de sonido que por razones evidentes se convierte en un personaje más de la película. Cualquier ruido, una pisada de más o de menos, el viento, el agua, los crujidos de la casa, los susurros y las comunicaciones, son la clave de la propuesta y mantienen una absoluta tensión en la sala de cine, en un ambiente que por momentos se hace irrespirable. Otro aspecto muy importante es el diseño de producción de la granja, en la que meses antes de la película, se plantaron diez hectáreas de maíz, se construyeron graneros y se diseñaron unos interiores con carácter neo-impresionistas, que nos trasladan a una América profunda y rural, creando mayor sensación de aislamiento si cabe. Y por último, cabe destacar una gran banda sonora compuesta por Marco Beltrani que enfatiza sin opacar, cada momento de tensión de la producción.
Toda la historia retratada en la filmación, comienza en el día 89 después de la invasión, y finaliza alrededor del día 500 post-invasión.Y todo ello, en apenas 90 minutos, que son más que suficientes como tantas veces he repetido, para conseguir un ritmo adecuado y un climax perfecto en la parte final. La conclusión de la historia es espectacular y con el añadido de un gran twist final, que levanta una instintiva y atronadora ovación entre los asistentes y que se repetirá a lo largo de las salas de cine de buena parte del mundo. Es por ello, entre otras muchas cosas ya reseñadas anteriormente, que Un lugar tranquilo, se convierte desde su nacimiento en un clásico del terror y en una magistral lección de suspense de John Krasinski que hacen que el Séptimo Arte se vuelva a escribir con mayúsculas.
Nota: 10/10.
Nacionalidad: Estados Unidos.
Director: John Krasinski.
Reparto: John Krasinski, Emily Blunt,
Millicent Simmonds, Noah Jupe.
Guion: John Krasinski, Scott Beck
y Brian Woods.
Música: Marco Beltrani.
Fotografía: Charlotte B. Christensen.
Duración: 95 minutos.
Estreno EE UU y México: 6/04/2018.
Estreno España: 20/04/2018.