martes, 11 de octubre de 2016

Oleg y las raras artes


Para un artista nada debe ser bello o feo; el artista nada tiene que ver con la realidad del objeto sino sólo con su apariencia, y las apariencias son nada más que cosa de luz o sombra, de oposición y colores. -Oscar Wilde (conferencia Real Academia de Westminster, Junio 1883).


El cineasta hispano-venezolano Andres Duque (Caracas 1972), nos presenta su visión del peculiar y excéntrico pianista ruso Oleg Karavaichuck.

La cinta es una preciosista y experimental película documental del artista que fue un niño prodigio de la música. Él obtuvo su formación en el Conservatorio de Leningrado e interpretó sus piezas musicales para las autoridades de la extinta Unión Soviética. Stalin incluido (no entraré en consideraciones sociopolíticas pues sería alejarse demasiado de lo que el cineasta busca con el documento), fue un gran admirador de este singular compositor.

Lo curioso de la cinta es el propio hecho de poder realizarla. El director tuvo que recurrir a estrategias inverosímiles (y al final una coincidencia en vestir prendas azules fue la clave), para poder convencer al hermético artista del rodaje de la producción. Con ello, el cineasta refleja su legado en el mundo del cine. Una vez seducido, Duque nos traslada a la vieja Rusia en un viaje por el mundo de la música a través de las notas del piano de Oleg. 

Aclarar que estamos ante una propuesta con claras referencias y aromas al cine de arte y ensayo. Por lo tanto, no nos encontramos ante un documental fácil de visionar. Para los amantes de la música clásica o los aficionados al piano será un bocado exquisito. Los aficionados a la historia disfrutarán de algunas referencias verdaderamente curiosas. Sin embargo, para el público en general puede resultar algo plana y aburrida por ser un tipo de cine fuera de casi todos los circuitos del cine comercial actual. 

El director "bregando" con Oleg

El plano secuencia con el que se abre la producción ya es toda una declaración de intenciones. Nos encontramos con el entrañable Oleg, y sus 89 años a cuestas, caminando por un espectacular pasillo del museo Hermitage en San Petersburgo. Él se dirige a la cámara, suelta un soliloquio espectacular y se larga cuando le apetece sin tener en cuenta que se esta rodando su propia película. Golpe de efecto para comenzar y familiarizarnos con el personaje.

A resaltar que él ha sido durante muchos años la única persona autorizada de todo el mundo para tocar sus consonancias y disonancias en el piano imperial del citado museo. El piano es de la época de los zares rusos y es de una belleza extraordinaria. Ádemás, el sonido del instrumento es único por su excelencia. Durante muchísimos años Oleg acudía todos los lunes a su cita con el piano zarista y durante horas y horas tocaba sin parar.

La cinta que sin estar diseñada para el divertimento, si no más bien para la difusión cultural del legado del arte como concepto total, tiene dos anécdotas que nos dejan escapar una sonrisa. La primera, es una carta escrita por el propio músico a la Reina de España (en este país aún andamos con monarquías pretéritas, sonrojantes y ornamentales) explicándole el porqué se había negado a tocar el piano en un acto. Y básicamente le comenta que no le dio la "real" gana.

La otra anécdota, ocurrió durante la celebración del aniversario del museo del Hermitage que por cierto es una de las pinacotecas más importantes del planeta y de una belleza extraordinaria. Pues bien, la ilusión de Oleg era tocar para el presidente ruso Vladimir Putin, no tanto por la notoriedad del personaje, sino más bien como un homenaje a su querido museo. Pero el líder político en vez de quedarse a escuchar el concierto, se fue a las dependencias de la administración del museo a discutir asuntos económicos relacionados con los resultados mercantiles del mismo. Él se lo tomó como una ofensa contra el arte y le marcó tanto que lo señala como una de las mayores decepciones de su vida.

Precioso piano imperial

Oleg Karavaichuck es el único interprete en escena aunque como hace de si mismo podríamos decir que es una película sin reparto. El diseño de sonido es otro de los puntos fuertes de la producción, y tratándose de una historia donde la música es esencial es de agradecer el cuidado meticuloso del mismo.

Otro detalle que llama la atención es la duración del filme. Son solo setenta minutos a medio camino entre el mediometraje y el largometraje. No se entiende muy bien el porqué de quedarse tan corto pues la historia podría haber tenido un desarrollo mayor. Será un alivio para aquel que no esté disfrutando de la película pero se supone que quien haya elegido esta propuesta sabe que no es precisamente una montaña rusa de adrenalina.

Otro de sus defectos consiste en que es una propuesta demasiado aséptica y en pocos momentos consigue emocionar. Por lo tanto, si nos encontramos ante una disquisición sobre el arte y sus conceptos resulta contradictorio la frialdad del retrato ofrecido con el significado de la palabra arte que ante todo debería ir asociado a la palabra emoción.

En todo caso y para concluir es importante señalar que las virtudes son mayores que sus defectos. La propuesta es atractiva por la personalidad única y muy egocéntrica del personaje presentado. Oleg es un pianista desconocido en el mundo y en su propia tierra natal exceptuando a los melómanos empedernidos. La propuesta se siente como un tratado sobre los artistas y sobre su capacidad creativa. En definitiva, gracias al cineasta Andres Duque hemos conocido a un personaje único y posiblemente irrepetible.

Nota: 7/10.

P.D. El pasado día 13 de Junio de 2016 nos dejó Oleg legando la composición de la banda sonora de decenas de películas de la cinematografía rusa. Pudo asistir al pase de la película en el Festival de cine 'Punto de Vista de Pamplona' (donde además la película obtuvo el gran premio del jurado). Un homenaje en vida que rara vez sucede.

Descanse en paz.

Nacionalidad: España.

Director: Andres Duque.

Reparto: Oleg Karavaichuck. 

Guión: Andres Duque.

Fotografía: Jimmy Gimferrer.

Sonido directo: Boris Alekseev.

Estreno Rusia: 27 de mayo.

Estreno España: 7 de Octubre.

Festivales: Rotterdam, Pamplona, Riviera May.


12 comentarios

  1. "No se m da la real gana"😄muy directo,se ve q es interesante y mucho mas a como usted lo redacta Miguel mucho mejor q la dl audio en verdad.

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    1. Hola Mary, Oleg siempre fue un personaje de mucho carácter, incluso de muy joven se atrevió a contradecir al mismísimo Stalin, así que imagínate de que personaje estamos hablando.
      Gracias por tu presencia, un abrazo.

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  2. Interesante documental,supongo que fuera de los cines mas comerciales.
    Te felicito por la crítica y por los apuntes históricos que nos muestras.
    Gracias Miguel.











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    1. Si claro, es una película pensada para el circuito de los festivales, no obstante se ha estrenado en varios cines en Madrid y Barcelona, grata sorpresa. Gracias por tus palabras y por tu fidelidad a mis publicaciones

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  3. Está bien que traigas a tu blog películas como ésta. Ya no sólo por la crítica cinematográfica que realizas, sino porque nos documentas y cultivas con tus aportaciones personales. por supuesto que no tenía ni idea de la existencia de esta excéntrico personaje que tengo el placer de haber conocido de tu mano, pues me parece más que interesante, sobre todo por el hecho de que fuera el único músico autorizado en el Museo de San Petesburgo... sería por algo.
    Aún así... no sé. No es mi estilo. Aunque me ha encantado conocerlo.
    Un saludo

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    1. Hola Macarena, yo tampoco tenía ni idea de la existencia del pianista, hasta que la cinta empezó a exhibirse en los festivales de cine, ahí está el verdadero valor de estos certámenes.
      Por cierto San Petersburgo invita para viajar, ciudad histórica dende las haya, me gustaría conocerlo.
      Un gran saludo y gracias por estar.

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  4. Uma película que ainda me aguarda por conhecer.

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    1. Hola amigo Eugenio, bueno como he comentado ya antes es una cinta difícil de encontrar fuera de los festivales o filmotecas.
      Supongo que irá pronto a vídeo.
      Un abrazo y gracias por la gran generosidad de compartir mis escritos.

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  5. Me gusta escuchar música clásica, sin embargo no me veo viendo este documental película. Eso sí, ya por lo bien que narras sus anécdotas y la corta duración de la cinta, podría verla empezar.

    Todo un experto, Miguel, en profundizar en la cinematografía. Gracias por darme a conocer a este "excéntrico pianista ruso" Un personaje tan peculiar.

    ¡un abrazo, Miguel!

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  6. Sin duda no es película que esperas con la máxima ilusión, pero después de visionarla y sin que hayas pasado unos momentos cumbres, te das cuenta de que te vas con la mochila llena de conocimiento y en eso ando yo liado en la búsqueda del conocimiento y el aprendizaje en distintas materias. Porqué el día que no tenga ganas de aprender mal iríamos.
    Ya veo que como buena observadora has pillado rápido que las anécdotas trataban de hacer más amena la crónica, pero bueno al final el cine son historias y ya conocemos la de Oleg y su virtuosismo.
    Por cierto la música que me gusta es la de cine, Memorias de África, El paciente inglés, La vida es bella por citar las más conocidas.

    Un gran abrazo Mila y en poco tiempo te haces querer, me transmites serenidad y bondad, muchas gracias por estar conmigo aquí y sobre todo allí donde escribes, bueno en los dos sitios, hay conexión!!
    Un beso.

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  7. La búsqueda cuando uno comienza parece que ya no puedas parar. Es como una droga jaja, pero si se quiere encontrar, antes hay que buscar.

    Bonitas, las músicas de las pelis que mencionas.

    Gracias por tus palabras, Miguel.

    Buen fin de semana.

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  8. Pues nada Mila, seguiré buscando y aprendiendo.
    Gracias de nuevo y muy feliz fin de semana.

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