martes, 9 de septiembre de 2025

¡Qué maravilloso es el cine! Manhattan


¡Bienvenidos a la temporada 2025 - 2026 de Cine y críticas marcianas!
Espero que hayáis pasado un buen verano o al menos sin muchos sobresaltos. Hoy quiero empezar con un clásico cinematográfico de alto calado y con la sección de ¡Qué maravilloso es el cine! que es la niña mimada de esta bitácora digital. 

👽👽👽👽👽

Manhattan del maestro Woody Allen estrenada en el año 1979 nació con vocación de clásico universal. Tras más de cuarenta años después de su llegada a los cines, aún se siente como una película que aborda de manera maestra los conflictos personales que surgen en las relaciones amorosas.  En cierta manera, Manhattan también es un musical que siempre será recordado por la magistral música de George Gershwin.

🗽🗽🗽🗽🗽

Capítulo primero: "Él adoraba Nueva York. Para él era una metáfora de la decadencia de la cultura contemporánea.....él era tan duro y romántico como la ciudad que amaba. Tras sus gafas de montura negra se agazapaba el poder sexual de un jaguar". -Woody Allen.

Cuando el cine aparece en tu vida para rescatarte de un mala experiencia y hace que vuelvas a enamorarte de él, es cuando comprendes el porqué de que este arte visual sigue emocionando a las nuevas generaciones de cinéfilos. Las sensaciones percibidas a través del séptimo arte hacen que las mejillas de millones de hombres y mujeres se humedezcan al contemplar una obra de arte como en su momento fue Manhattan. La cinta marca el camino con su narrativa, sus diálogos y su visualidad en blanco y negro de una perfecta transición entre lo fue el cine clásico y lo que ahora es el cine de actualidad.

La película es el guion maestro de Woody Allen y de ella sale lo que posteriormente ha sido su obra artística. En cierta manera, todo lo que ha hecho el cineasta de Nueva York en su carrera es una continuación de Manhattan. En la historia observamos todos los significados geográficos y sentimentales que le llevaron a crear su gran obra maestra.

El cine, el amor o la amistad en muchas ocasiones no se buscan; son ellos las que te encuentran a ti. Así lo hizo Manhattan conmigo. La experiencia fue inolvidable. Hablamos de una noche indeterminada en un cálido y largo verano en la ciudad de Madrid, cuando por una casualidad, me encontré de bruces con una reposición de la película hoy reseñada. En cierta manera cuando entré en ese cine es como si me hubiera trasladado al año 1979 y estuviera viendo su estreno. Y sí, claro, una vez más se produjo ese flechazo cinéfilo que hoy nos reúne aquí a todos los que amamos el cine, sus películas y las historias que se reflejan en ellas. En el fondo las historias que narra el cine son una transposición de lo que nos sucede a las personas en las distintas etapas de nuestra vidas. 

Manhattan es como una bella metáfora de la vida que se divide en tres partes. Su nacimiento con ese magistral opening musical narrado es una carta de amor a la ciudad de Nueva York. También al significado cromático, sensual y sentimental que representa esa ciudad para el cineasta y para todos los amantes del cine. La parte central de la película es en cierta manera como el desarrollo de la vida en su edad adulta. En esta etapa es cuando las decisiones que tomamos nos hacen cambiar las circunstancias vitales de cada uno. Y por último, un brillante final que nos congracia con la vida, con el ser humano y con la fuerza del amor. Woddy Allen con un emocional alegato final pretende volver a hacernos creer en las personas, en el amor o en la amistad desde una dulce inocencia que deslumbra en la mirada final de Mariel Hemingway. El gesto de Allen en la secuencia final habla más que todo el libreto expuesto anteriormente.


Pero no hay que olvidar que Manhattan es ante todo una comedia y guarda entre sus imágenes diálogos para el recuerdo a cual de ellos más graciosos y a la velocidad acostumbrada en el cineasta neoyorquino. Algunas perlas serían las siguientes:

_ Yo soy conservador. No me gustan las relaciones extramaritales. Creo que la gente debería estar junta de por vida. Como las palomas o los católicos.

---------------------------------

_ Finalmente tuve un orgasmo y mi médico me dijo que fue con el tipo equivocado. 

_ ¿Tuviste uno con el tipo equivocado? Yo nunca tuve uno equivocado. Mi peor orgasmo fue perfecto.

--------------------------------

_ Escucha, tengo que ir por mi perro. ¿Me esperas? Voy a sacarlo a caminar.

_ ¿Tienes prisa?

_ No, claro. ¿Qué raza de perro es?

_ La peor, es un perro salchicha. Es el sustituto del pene para mí.

_ Yo hubiera creído que en tu caso, tendrías un gran danés. 

---------------------------------

_ Estoy pensando en que debe pasarme algo malo...porque nunca he tenido una relación con una mujer que durara más que la de Hitler con Eva Braun.

------------------------------

_ ¿Tomaron café descafeinado? No es muy romántico. Tiende al lado geriátrico.

-------------------------------

 _ No me mires con esos ojazos tristes que pareces uno de esos niños hambrientos bolivianos. 


Allen merodea sobre sus obsesiones para desarrollarlas en el resto de su filmografía. Temas como la sexualidad, el psicoanálisis, la cultura, la intelectualidad impostada, la crítica al mundo del arte moderno, la religión, la inseguridad, los afectos y desafectos, la infidelidad, los traumas amorosos, la homosexualidad, la inocencia o la madurez son tratados con un fuerte sarcasmo y una ironía infinita. Hablamos de una parodia de lo que representa su pensamiento y su forma de entender la vida. Manhattan es en sí misma un libro de estilo de lo que es un cine atemporal, universal y la mejor manera para conocer cómo, porqué y para qué se dedicó Woody Allen a estar en el mundo del cine.


Manhattan es una pequeña joya y a la vez una gran película. Una historia que se centra en buscar los extraños designios del amor en las relaciones interpersonales. Con un reparto encabezado por el propio Woody Allen y acompañado por las geniales Meryl Streep, Diane Keaton y Mariel Hemingway, el cineasta estadounidense busca en ellas una forma de moldear el pasado, el presente y el futuro que siempre está por escribir. En definitiva, las películas son la representación de un estado de ánimo, y el cine en sí mismo debe aspirar a ser un encuentro con nuestros sueños pasados, presentes y futuros. Es por ello, que tengo la sensación al escribir estas letras que cuando te encuentras con algo o alguien que te haga ver que la vida es más bonita con ella o con él no deberíamos dejar escapar ese tren. De eso nos habla Manhattan, cuando en la poética escena final, la dulce Mariel Hemingway nos convence de que aún hay esperanza en las personas, en el amor o incluso en la incorruptibilidad del ser humano. 


Nacionalidad: EE UU

Género: Comedia - Romance

Dirección: Woody Allen

Guion: Woody Allen

Fotografía: Gordon Willis (B&W)

Música: George Gershwin

Duración: 95 minutos

Reparto: Woody Allen, Diane Keaton,
Meryl Streep Mariel Hemingway