miércoles, 9 de junio de 2021

Shorta. El peso de la ley: el thriller como elemento para el debate social


Shorta. El peso de la ley dirigida por Frederik Louis Hviid y Anders Ølholm se ha estrenado en España el día 4 de junio. La película danesa tras su exitoso paso por los festivales internacionales de Venecia y Toronto también se ha estrenado en los cines de Francia y Estados Unidos. 

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La historia: Dinamarca, 2020. Talib es un joven inmigrante que estando bajo custodia policial entra en estado de coma tras la fuerza empleada en su arresto. La detención del joven comienza a generar disturbios en el gueto de Svalegarden que se ven incrementados exponencialmente cuando se anuncia el fallecimiento del muchacho. En este dramático contexto, los agentes de policía Høyer y Andersen se quedan atrapados en el suburbio mientras estaban haciendo una patrulla rutinaria. Sus vidas corren peligro y ni sus propios compañeros se atreven a entrar para poder rescatarlos. Es así como comienza el juego del ratón y el gato con consecuencias imprevisibles para vecinos, policías y para el propio país. 


La crítica: El cine danés, a la cabeza del cine nórdico europeo, está atravesando un momento muy dulce con producciones como The GuiltyWildland (Kød & Blod) u Otra ronda (Druk). Esta última, en fechas recientes, se hacía con el Oscar a la mejor película en habla no inglesa. 

Shorta. El peso de la ley es una trepidante película que generó una gran controversia en su país con motivo de su estreno en cines, cuando fue relacionada con las protestas antipoliciales sucedidas en EEUU el pasado verano. El caso narrado, y escrito antes de la muerte de George Floyd, pone los pelos de punta por las semejanzas con lo sucedido en Estados Unidos. 

En árabe, "shorta" significa "policía" y queda demostrada la mala relación que existe entre el mundo musulmán llegado a Dinamarca y las fuerzas policiales acostumbradas a vivir en un país tranquilo que se siente acosado por los nuevos flujos migratorios. Pero la cinta es por encima de todo una película de género. Está en deuda con directores como William Friedkin, Sydney Lumet y Walter Hill y sus thrillers descarnados de los años 70 y 80 poblados de antihéores muy complejos. Pero también con realizadores como Spike Lee y Matthieu Kassowitz, cuyo trabajo rezuma ira, indignación y rebeldía y ofrece un componente social muy potente.

Shorta. El peso de la ley no es una película política, sino que habla sobre la gente. El objetivo no es defender ni criticar a policías o inmigrantes, sino intentar comprender qué hay detrás de los actos y de la visión del mundo que tienen las personas. Hablamos de unos jóvenes desfavorecidos y enfurecidos, privados de su derecho de acceso a la vivienda, jóvenes que se sienten demonizados e incomprendidos, así como de policías con exceso de trabajo y mal pagados que también viven una situación difícil.

De hecho, la película de manera inteligente y valiente va tomando partido por unos agentes de policía que se ven sobrepasados por la falta de recursos humanos. Los cineastas no defienden las torturas o los excesos policiales que pueden acabar en la muerte de algún detenido, sino más bien tratan de mostrar el punto de vista policial de cómo y porqué pueden llegar a suceder casos que a priori pueden parecer incomprensibles. 


El núcleo del reparto pasa por los integrantes de la patrulla policial que son sometidos a una tremenda emboscada en un día que se presentaba dentro de lo cotidiano para ellos. Jacob Hauberg Lohmann, actor que antes de en Shorta, pudimos verlo en el thriller "Darkland, cumple con rigor la asignación del personaje de poli malo. En el papel de poli bueno nos encontramos a Simon Sears conocido por su interpretación sofisticada y potente de personajes complejos. Completa el reparto principal Özlem Saglanmak encarnando a la madre de Tarek Zayat que interpreta a uno de esos jóvenes inmigrantes de segunda generación que no acaban de encontrar su sitio en la vieja Europa. 

Shorta. El peso de la ley me ha parecido un filme que apuesta por el poder del cine como una invitación a reflexionar y a propiciar cambios. El objetivo de la cinematografía debe pasar por emocionar y entretener, pero también por provocar debates sólidos sobre un tema tan complejo como es la inmigración. La película convierte al espectador en un participante activo dentro de un conflicto entre policía e inmigrantes que va a más y que le obliga a no apartar la mirada de la cruda realidad. En definitiva, y parafraseando a Ester Expósito en su entrevista para Cine y críticas marcianas: "Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos"

Nota: 6/10.


Nacionalidad: Dinamarca

Dirección: Frederik Louis Hviid
y Anders Ølholm 

Guion: Anders Ølholm,
Frederik Louis Hviid

Música: Martin Dirkov

Fotografía: Jacob Møller

Duración: 95 minutos

Reparto: Jakob Ulrik Lohmann, 
Simon Sears, Tarek Zayat,
Issa Khattab, Özlem Saglanmak,
Arian Kashef, Josephine Park

lunes, 19 de abril de 2021

Wildland (Kød & Blod): la familia que asesina unida permanece unida


Wildland dirigida por Jeanette Nordahl se estrena en cines españoles el próximo día 23 de abril. El thriller danés tuvo su premiere mundial en el Festival de Berlín y compitió en Sección Oficial en el Festival de Gijón. Tras su paso por los cines la cinta se podrá ver en la plataforma digital Filmin. 

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La historia: Después de la trágica muerte de su madre en un accidente de coche, la joven Ida se muda a vivir con su tía Bodil y sus tres primos mayores. Ha encontrado un refugio de protección en el que es querida y respetada. Pero Ida no tardará en descubrir que la violencia, el crimen y la crueldad no son para nada ajenos a su "angelical" familia.

La crítica: Wildland nos habla de manera principal sobre la familia aunque la retratada no sea para nada ejemplar ya que se mantiene a flote gracias al dinero de la droga y el crimen. La cinta se presenta con un flashback en el cual la joven Ida, de 17 años, pierde a su madre. La acogida en casa de su tía y de sus tres primos sustenta el primer tercio de la narrativa que se presenta alejada del melodrama apostando por el minimalismo tanto en lo escénico como en lo sentimental. No obstante, el filme atrapa desde el primer momento con un cierto magnetismo por conocer a los extraños seres que habitan en el nuevo hogar de Ida. Nada es lo que parece. 

La ópera prima de la directora Jeanette Nordahl muestra cómo el amor familiar y la violencia pueden entrelazarse peligrosamente. En el segundo tercio del filme se produce un crimen accidental en el que se ven involucrados los tres primos varones y la joven Ida. La respuesta de la matriarca ante los acontecimientos es clara: la familia que asesina unida permanece unida. A partir de ese momento la narración se adentra en el noir nórdico con cierta frialdad pero despertando la curiosidad en ver como se resuelve la trama y se atan los hilos. Ahora es todo lo que parece.

En el último tercio del filme se afronta un cierto sprint final que contrasta con la pausa en la presentación y en el desarrollo dramático. De hecho, durante muchos momentos del ajustado metraje la directora debutante se recrea en la vida cotidiana de esta singular familia. Con ecos de títulos como “Animal Kingdom” o incluso al filme italiano Sole, podríamos hablar de un nuevo movimiento que se acercaría al Neorrealismo y que si se cuida puede tener cierto recorrido al menos en Europa. 

En el reparto nos encontramos con una sólida Sidse Babett Knudsen (“Borgen”) que interpreta a la matriarca de la familia. Se trata de una mujer que mueve como marionetas a sus hijos pero no sabe muy bien que hacer con la joven huérfana llegada al hogar. La muchacha es interpretada de manera notable por la joven actriz danesa Sandra Guldberg Kampp. Ida, su personaje, es el círculo concéntrico del filme apareciendo en casi todos los planos de la película. Ella es la representación de la soledad y de la pérdida en un mundo hostil para una joven en plena transformación personal. El resto del reparto, compuesto por los personajes de los primos de Ida, cumplen con corrección con los roles de tres jóvenes marginales dedicados a los encargos mafiosos que les encomienda su madre. 

En la parte técnica la filmación es bastante plana y solo sería reseñable la correcta dirección de arte en interiores. Por otro lado, los exteriores que no aportan nada significativo a la narración han sido rodados en Særslev, Bogense, Otterup y Søndersø en la isla danesa de Fyn.

En conclusión, Wildland me ha parecido un aseado thriller en el que destacaría la buena construcción del personaje de Ida. A través de sus ojos observamos la pérdida de la inocencia de una joven que no encuentra su lugar en el mundo. Jeanette Nordahl se recrea en su ópera prima en el funcionamiento de las dinámicas familiares y juega con el subgénero de los clanes mafiosos integrándolos en la trama. No se trata, por tanto, de reinventar o subvertir la mezcla de géneros, sino más bien de adaptarlos a lo que realmente quiere contar la directora apoyada en un irregular libreto de la escritora Ingeborg Topsøe. En definitiva, hablamos de una cinta poliédrica que sin ser brillante deja buenas sensaciones y con ganas de ver como se desarrollan los próximos proyectos de la cineasta danesa.

Nota: 6/10.

 

Nacionalidad: Dinamarca

Dirección: Jeanette Nordahl

Guion: Ingeborg Topsøe

Música: Puce Mary

Fotografía: David Gallego

Duración: 88 minutos

Reparto: Sandra Guldberg Kampp,
Sidse Babett Knudsen, Joachim Fjelstrup