lunes, 30 de abril de 2018

Cómo se hace Cine y críticas marcianas: Mi diario marciano


¿Y esto qué es? Pues muy sencillo; alguna vez me han preguntado como era el proceso desde que veo una película, hasta que su correspondiente crítica es redactada y finalmente publicada. Y en vista de como está la cartelera en los cines esta semana, y para celebrar de alguna manera las 200.000 visitas que se acaban de producir, voy a dedicar una jornada de puertas abiertas en forma de entrada en el blog. En ella voy a intentar explicar un proceso que no empieza en la sala de cine, sino en la selección de la película a reseñar. Así que vamos con ello.

Selección de la película de la sección principal de críticas de cine.

En España, como en muchas partes del mundo, los estrenos de cine llegan a las carteleras los viernes. Concretamente en la ciudad de Madrid, se vienen produciendo alrededor de entre cinco o seis estrenos semanales, aunque esta cifra es variable y si sumamos los estrenos en las salas de cine del circuito minoritario, esta cifra puede aumentar en dos o tres estrenos semanales más. Por lo tanto, la primera decisión es elegir dos de esos estrenos para reseñarlos durante la semana, aunque esta cifra puede ser variable. El criterio es claro, se trata de ir al cine a ver algo que pueda tener interés en primer lugar para mí, pues lo que se dice ir a sufrir para hacer una crítica negativa no va conmigo. En todo caso, en muchas de las ocasiones, la selección no está acorde con mis expectativas y la crítica por lo tanto no puede ser positiva para la cinta reseñada.


¿Pases para la prensa, webs y blogs de cine o sesión para el público en general?

En los comienzos del blog, no existía esta duda. Sencillamente elegía una película y "perpetraba" una especie de escrito por llamarle de alguna manera. Algún tiempo después y cuando la redacción de las reseñas comenzaba a entenderse, e incluso los acentos estaban colocados en el lugar correspondiente, me pregunté como era posible que tanto la prensa en general, como otros blogs de cine pudieran tener las críticas el mismo día del estreno. Pues bien, para eso están los llamados pases de prensa, que por mediación de las distribuidoras te pueden ofrecer la posibilidad de asistir a los pases con bastantes días de antelación y así facilitan la labor de tener en tiempo y forma adecuadas las reseñas preparadas y publicadas. Por resumir, podríamos decir que cuando el blog tenía escasas visitas recibidas y pocos seguidores en las redes sociales, la misión de asistir a estos pases era poco menos que imposible. Poco a poco y cuando el blog se fue posicionando en Google de manera óptima y en competencia clara con otras paginas de cine, es cuando las invitaciones empezaron a llegar y llegan de manera habitual a día de hoy. Es entonces, cuando llega la hora de seleccionar la película candidata a ser reseñada, y los criterios son los mismos que marcaba antes. Es decir, o me produce algún interés la película propuesta o no acudo a los pases de prensa. Es en estas ocasiones, cuando espero al fin de semana y veo por mi cuenta las películas a las que no he sido invitado, pues no todas las distribuidoras hacen preestrenos o no estoy en su agenda por unas cuestiones u otras. Por supuesto, la valoración de la película es independiente y ajena a estas cuestiones técnicas. Al final y después de todo, lo que se trata es de ver una película e intentar disfrutar del cine en toda su intensidad. Solo hay dos vetos a la hora de elegir película (en realidad es uno solo), y son para las películas de súper héroes que me súper superan y las películas (como decía Groucho Marx), en las que el pecho del héroe es superior al de la heroína. Es decir, desde Superman (la de Christopher Reeve) y Batman (la de Jack Nicholson) que si me gustaron, y dada la degradación del género, paso por completo del tema.

Empieza la película: ¿Cómo memorizar? ¿Sólo o acompañado? ¿Primeras filas o últimas? ¿Con o sin palomitas?

En primer lugar, no es lo mismo ir al cine con la intención de hacer una reseña, que ir completamente por libre. De hecho, sigo y voy a seguir viendo películas por mi cuenta sin redactar ninguna crítica. Pero en el caso de ir con la intención de hacer una reseña (que siempre es secundario al mero placer de ver cine), la concentración y la alerta debe ser sino máxima, al menos considerable. Es decir, no vale ir borracho, drogado, o con la intención de hacer "manitas" o demás menesteres que deben quedar para otras ocasiones. Si hacemos las cosas, o las hacemos bien o mejor no hacerlas. La memoria es algo fundamental, pues para hacer un análisis cinematográfico correcto hay que tratar de retener cada detalle que acontece en pantalla. Aún así, a la salida de la proyección escribo unas notas con palabras clave o datos técnicos, que luego son consultadas a la hora de la redacción. Con respecto a ir en compañía o ir solo al cine, no tiene demasiada influencia en la cuestión. El único requisito es que durante la proyección, no me cuenten la biografía personal completa, o lo que es lo mismo, que pueda escuchar lo que pasa en escena. Respecto al lugar elegido en el cine, soy bastante marciano, por lo que no me gusta estar rodeado masivamente de gente. Prefiero en una esquinita, pero tranquilo. En cambio, con respecto a la fila no tengo preferencias excesivas. Según sea la película la puedo ver en la fila 4 o 5 o incluso en la última fila. Palomitas actualmente no, y en todo caso depende de la película. Por ejemplo, no me plantearía estar zampando palomitas en una película sobre los campos de exterminios nazis, pero sin embargo en una comedia insustancial o de cine de evasión, pues pueden caer saladas o incluso dulces. Las demás "delicias" gastronómicas que se venden en los cines, quedan ya como excusa para soportar algún bodrio sin tener impulsos suicidas.


Al empezar una reseña.....


¿Cuándo hacer la crítica, justo a la salida del cine o conviene reposar la película?

Pues en principio, tampoco hay demasiada elección. Se podría esperar un día o dos para reflexionar sobre la película, aún con el peligro de perder detalles o definición sobre la misma. También se puede ir del cine al ordenador directamente, pero o bien la adrenalina en positivo o el cabreo en negativo, pueden hacer demasiado pasional la crítica. Por lo tanto, aunque es bueno guardar un cierto equilibrio en este aspecto, debe haber una cierta rapidez en su redacción y publicación, pues hay que recordar que algunos estrenos sólo están una semana en los cines o a lo sumo dos. Todo esto nos lleva a concluir que una crítica cinematográfica de estreno, no es como una poesía o un relato. Quiero decir que no hay posibilidad de recrearse en el uso del lenguaje por tiempo indefinido o incluso dejar reposar los textos y luego volver a ellos para mejorarlos. En cierta manera se trata de escritura express. 

La página en blanco y la mente en blanco.

Esto es independiente a una reseña de cine o a cualquier texto escrito. Hay veces que el escrito sale de un tirón, y otras que cuando la pantalla está en blanco, el miedo escénico entra en juego y no encuentras ni una sola palabra para empezar. En mi caso, utilizo la sinopsis para romper el hielo y contar lo que yo llamo "La historia" de la película. Después en la crítica en si misma, ya hay que improvisar y decir algo más de sí te gustó o no la película. Dentro de la subjetividad que este tipo de textos conllevan por su naturaleza, hay que expresar una serie de razonamientos que vayan más allá de contar la película, pues eso sería un resumen y no una evaluación de lo que ha querido transmitir el cineasta de turno y como lo ha transmitido. A esto yo lo llamo sobrevolar sobre la cinta, sugiriendo pero no enseñando. Es decir, en mi opinión una buena crítica cinematográfica de estreno, sería como la lencería de una mujer o de un hombre. Es decir, sugerente pero no claramente explícita.

Pulsar el botón de publicar, visitas y comentarios.

Después de corregir, tomar un café, volver a corregir, tomar otro café, volver a corregir, escuchar música y volver a corregir, por fin llega el momento de pulsar el botón "nuclear". Y es que después de más de 180 películas reseñadas, aún me pongo nervioso ante ese momento y más aún con las pasadas que suele jugar Blogger en un formato que se está quedando obsoleto. Y ahora queda, la promoción o divulgación en redes sociales de la reseña. Después llega el mejor momento (sin olvidar que el mejor momento, o el peor, pertenece a la sala de cine), que es cuando el texto publicado empieza a recibir cientos de visitas, e incluso en algunas reseñas se cuentan por miles tras unos días o semanas en la red. Desde México, Estados Unidos, Venezuela, Argentina, y por supuesto España, llegan esas visitas (entre otros muchos países) y algunas personas con una humanidad desmedida, incluso me honran con sus comentarios y no me insultan. Millones de gracias a cada una de las personas que interactúa con el blog, ya sea leyendo, compartiendo o comentando en el mismo blog o a través de las redes sociales.


......acabando una reseña al limite de tiempo

Y vuelta a empezar.

Pues efectivamente, cuando un ciclo de una reseña se acaba, otro nuevo empieza con la selección de una nueva crítica marciana. En las publicaciones de ¡Qué maravilloso es el cine! o Películas Curiosas, la selección es más tranquila y obedece a razones que el propio nombre de las secciones indican. En la sección Curiosidades de Cine, pueden entrar noticias destacadas o cosas interesantes como fueron por ejemplo: Autocines o Sesión Teta.


Conclusión.

Este ha sido el primer desnudo integral de Cine y críticas marcianas y si alguien quiere tomar la idea y hacer lo propio con su blog o web, me parecerá una idea estupenda. Si también quieren hacer un desnudo integral del cuerpo en sí mismo, también me parecerá estupendo. Y si además se atreven a publicarlo sería ya el bombazo del año. Por mi parte, me ha quedado por comentar el porqué poner nota a la película, la inclusión de el tráiler o como hago para conseguir que algunas personas relacionadas con el mundo del cine se dejen entrevistar, describir como son esos humanos en el tú a tú y donde se han realizado estás conversaciones. Así que dependiendo del interés demostrado por los marcianos y marcianas, tal vez cuente los detalles más jugosos de esos momentos únicos en el universo de Cine y críticas marcianas. Por hoy, lo dejamos aquí, para no contradecir a los que piensan que los escritos en Internet no pueden ser muy largos. Quizás algún día haga una crítica que solo contenga cuatro palabras: me gustó la película. Aunque pensándolo bien, con dos valdría: "Me gusta". Perdón con una: Like.

P.D: Y ahora, todos a menear las caderas con la nueva sintonía de Cine y críticas marcianas: El baile del marciano.

miércoles, 25 de abril de 2018

Fireworks: ¿Y si pudieras regresar a aquél día?


El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo.
-Gustavo Adolfo Bécquer.

La historia: Nazuna Oikawa es una joven adolescente que va a ser obligada a cambiar de escuela porque su madre se casa por tercera vez y pretende mudarse del lugar. Es entonces, cuando ofuscada y frustrada pide ayuda a su amigo Norimichi Shimada para intentar trazar un plan de fuga de su residencia familiar. Tras intentarlo y fracasar, ambos descubren que mediante una esfera mágica que se encuentran pueden hacer que el día comience de cero a través de un salto en el tiempo hacia atrás. Con ello, pueden mejorar y trazar de nuevo el plan de fuga. Pero alterar el tiempo tendrá unas consecuencias insospechadas para ellos, sus amigos y sus familias.


La crítica: Antes de comenzar a analizar esta producción de animación japonesa, me veo obligado a realizar una aclaración a raíz de un conflicto privado con otra web de cine. Todas las sinopsis realizadas en Cine y críticas marcianas (donde señalo La historia) son realizadas personalmente y nunca copiadas de las notas de producción de las distribuidoras autorizadas. No discuto a otras webs de cine que lo hagan así, pero no es mi caso. Yo trato de explicar la esencia de la historia a mi modo, aunque me ocupe más tiempo que el hecho de colocar un sencillo corta y pega de dichas notas. Tampoco crítico a quien así decida hacerlo; cada uno manda en su tiempo.

Volviendo a la esencia de la historia, creo que la premisa de salida nos recuerda de inmediato al famoso día de la marmota de la excelente película protagonizada por Bill Murray y traducida en España con el peculiar título de 'Atrapado en el tiempo' (Groundhog Day). De hecho, creo que es una película que debería estar en la sección de ¡Qué maravilloso es el cine! del blog marciano.

Ahora bien, con Fireworks, y ya en este 2018, no podemos esperar nada de eso. Cualquier parecido con aquella cinta es pura coincidencia en lo que a la calidad o a las situaciones cómicas se refieren. En esta ocasión, el cineasta nipón Nobuyusi Takeuchi no deja espacio para la comedia y se centra en hacer una especie de melodrama juvenil en el que las imágenes se sitúan por encima de la propia historia. Algo que por otra parte en el cine de animación tiene su cierta lógica.

Pero el principal problema de Fireworks, es la falta de la credibilidad de la historia. Y esto no tiene nada que ver con que la película se circunscriba al género fantástico dentro de la animación. De hecho, la mencionada 'Atrapada en el tiempo', no tenía ni pies ni cabeza, pero en la sala de cine ademas de creíble, era divertida. Justo lo contrario que en la producción reseñada hoy. Aún con lo expuesto anteriormente, cabe decir que para los seguidores del anime o incluso para algunos asiduos al cine de animación convencional la película aún siendo muy justita en su calidad, pudiera ser tolerable como espectáculo visual sin mayores pretensiones.


La narración es una especie de parque temático con ese toque japonés y unos fuegos artificiales de presentación y postre. Son el medio vehicular de la producción y sirven como contrapeso a la dramática situación por la que atraviesa Nazuna. Y es que lo que el cineasta trata de expresar es el conflicto vital adolescente cuando se convive en una familia desestructurada.

En los aspectos adicionales, y además del colorido ya mencionado, cabe destacar una preciosista música compuesta por Saturo Kosaki que se convierte en lo mejor de la producción. Además, si cabe hablar de "vestuario" en cine de animación, la producción se recrea en sus personajes femeninos mezclando los kimonos tradicionales con las típicas prendas más sexualizadas de la "zona manga".


En conclusión, Fireworks narra de una forma muy irregular una historia romántica entre adolescentes buscando a través de los loops temporales, una especie de innovación que de mitad de metraje en adelante, se adentra en terrenos bastantes pantanosos y de difícil comprensión para el espectador. En definitiva, es un cuento moderno con cierta dulzura narrativa, pero que finalmente se queda un retrato sobre la adolescencia que en principio solo va a interesar a aquellos que atraviesan esta "dramática situación", que siempre se cura con el tiempo, -la adolescencia digo-. Aunque pensándolo bien, creo que la etapa de la pubertad se ha estirado considerablemente en la era digital. De hecho, yo propongo una nueva clasificación. Niñez: de 0 a 10 años, adolescencia: de 11 a 60 años y cierta madurez: entre 61 años y el hoyo. Es decir, Fireworks es básicamente para todos los públicos. Eso sí, con un par de chupitos de tequila antes de entrar en la sala de cine, la experiencia debe ser mucho más "alucinante" de lo que ya es de por sí.

Nota: 5/10.

Nacionalidad: Japón.

Dirección: Nobuyusi Takeuchi,
Akiyuki Shimbo.

Guión: Shunji Iwai, Hithose One.

Música: Saturo Kosaki.

Duración: 90 minutos.

Estreno Japón: 18/08/2017.

Estreno México: 23/02/2018.

Estreno España: 20/04/2018.

viernes, 20 de abril de 2018

Un lugar tranquilo: Magistral lección de buen suspense de John Krasinski


Hay algo amenazante en un silencio demasiado grande. -Sófocles.

La historia: En un mundo post-apocalíptico arrasado por unas extrañas y peligrosas criaturas extraterrestres, el matrimonio Abott y sus tres hijos han descubierto que la única forma de sobrevivir es permanecer unidos y en silencio. Los extraños seres invasores son ciegos y solo atacan cuando oyen algún ruido. Para evitar ser escuchados, los Abott se han aislado en una granja rural en el interior de los Estados Unidos y han ideado un sistema para comunicarse y moverse emitiendo el menor ruido posible. Todo se complica aún más, cuando Evelyn (Emily Blunt) se queda embarazada, y tiene que idear junto a su marido Lee (John Krasinski), un sistema para que el parto y el llanto del futuro bebé no ponga en peligro a toda la familia.


La crítica: Un lugar tranquilo (A Quiet Place), nace con vocación de clásico universal en el cine de género y lo hace de forma sobresaliente. Peliculón sin reservas y en mí opinión la mejor cinta de la década dentro de su categoría.

Su marco narrativo es muy amplio y es colindante entre otros, con el cine de terror siendo en su esencia un thriller psicológico con pinceladas del género fantástico. Si el cine tiene algún sentido todavía para ser visto en la gran pantalla, este es el ejemplo perfecto y el camino a seguir en un futuro.

Soy un fiel creyente que en la cinematografía es posible innovar y con ello situar a este arte considerado por muchos como algo menor, en un vehículo que se coloque a la vanguardia de las artes escénicas. En cualquier caso, y aunque resulte una obviedad, cabe recordar que el cine no es más que una visualización de una idea que antes tuvo que ser imaginada y redactada en un libreto con múltiples variantes que van más allá de los diálogos y su posterior puesta en escena.

Y es que todo lo bueno y lo malo que pasa en una película se rige fundamentalmente por una sola cosa: guión, guión y guión. Si este elemento falla, no hay reparto, banda sonora o dirección de fotografía, que pueda salvar a una producción del naufragio.

Y vuelvo a insistir que un guión ya sea adaptado u original, contiene muchísimo más que los diálogos que aparecen en pantalla. Podríamos concluir que es el mapa por el que discurre cada elemento de la puesta en escena de una filmación. En esta ocasión, es el propio Krasinski, el que tras recibir el libreto de Scott Beck y Brian Woods, lo reescribió para darle su toque como director firmante de la película. Es en suma, un trabajo conjunto y escrito a tres manos que les aseguro va a ser estudiado en las escuelas de cine por las siguientes generaciones de futuros hombres y mujeres que se dediquen a este arte. ¿Cuál es la peculiaridad de este guión y con él, de la propuesta presentada hoy? En primer lugar la excelencia en su redacción y en segundo lugar, su plasmación en la gran pantalla. Si a ello le sumamos que durante los 95 minutos de metraje, los diálogos solo ocupan 5 minutos de la producción, nos podemos hacer una idea de la complejidad que conlleva esta vanguardista idea para que funcione como un perfecto reloj sincronizado en la sala de cine.

En cierta manera, es una vuelta al cine mudo sin que el espectador se percate de esta circunstancia por la brutal, asfixiante y perturbadora atmósfera conseguida. En este aspecto, la historia se convierte desde su estreno en un clásico del cine de suspense, que iguala o incluso supera por momentos al cine del maestro Alfred Hitchcock.

Pero que apenas haya diálogos, no quiere decir que los personajes no se comuniquen. Todo lo contrario. Ellos lo hacen a través del lenguaje de signos o de miradas y susurros. Y es que cualquier ruido disonante, puede provocar que los seres que habitan en los exteriores de su granja, y que han aniquilado a buena parte de la humanidad, acudan al reclamo y acaben también con ellos. 

Probablemente los Abott sean una de las últimas familias del planeta y si ellos mueren, la humanidad puede que sea extinguida para siempre. ¿Conseguirán salvarse y con ello, obtener la posibilidad de un nuevo comienzo para el ser humano? ¿Son invencibles las criaturas invasoras? ¿Hay otras familias a lo largo del planeta en la misma situación? ¿Se habrán zampado los monstruos a Donald Trump? No pude evitar la última pregunta.


En el reparto, nos encontramos también a John Krasinski en el papel del padre de familia y representando la figura de la protección y de guía para el resto de la familia. Más que correcto papel, aunque algo por debajo de su gran labor en la dirección del conjunto de la producción. La que brilla con luz propia y en una actuación espectacular es Emily Blunt, que de no ser porque la película se ha estrenado fuera de la temporada de premios, merecería un Oscar por un papel impresionante. La escena del parto en la bañera y en silencio, pasa directamente a la historia del cine. Por otra parte, la buena química que se establece con su marido en la ficción, es debido a que ambos son matrimonio en la vida real e incluso la propia Blunt, aportó alguna idea al guión llevado a cabo por su pareja. Los niños Noah Jupe y especialmente la pequeña Millicent Simmonds están extraordinarios. Con Millicent nace una nueva estrella de cine y esperemos que su sordera de nacimiento, no sea ningún impedimento para que se adapten futuros guiones para ella.

Hay tres aspectos adicionales que en una película tan especial como la reseñada hoy cobran vital importancia. Uno es un excelente diseño de sonido que por razones evidentes se convierte en un personaje más de la película. Cualquier ruido, una pisada de más o de menos, el viento, el agua, los crujidos de la casa, los susurros y las comunicaciones, son la clave de la propuesta y mantienen una absoluta tensión en la sala de cine, en un ambiente que por momentos se hace irrespirable. Otro aspecto muy importante es el diseño de producción de la granja, en la que meses antes de la película, se plantaron diez hectáreas de maíz, se construyeron graneros y se diseñaron unos interiores con carácter neo-impresionistas, que nos trasladan a una América profunda y rural, creando mayor sensación de aislamiento si cabe. Y por último, cabe destacar una gran banda sonora compuesta por Marco Beltrani que enfatiza sin opacar, cada momento de tensión de la producción.


Toda la historia retratada en la filmación, comienza en el día 89 después de la invasión, y finaliza alrededor del día 500 post-invasión.Y todo ello, en apenas 90 minutos, que son más que suficientes como tantas veces he repetido, para conseguir un ritmo adecuado y un climax perfecto en la parte final. La conclusión de la historia es espectacular y con el añadido de un gran twist final, que levanta una instintiva y atronadora ovación entre los asistentes y que se repetirá a lo largo de las salas de cine de buena parte del mundo. Es por ello, entre otras muchas cosas ya reseñadas anteriormente, que Un lugar tranquilo, se convierte desde su nacimiento en un clásico del terror y en una magistral lección de suspense de John Krasinski que hacen que el Séptimo Arte se vuelva a escribir con mayúsculas.

Nota: 10/10.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Director: John Krasinski.

Reparto: John Krasinski, Emily Blunt,
Millicent Simmonds, Noah Jupe.

Guion: John Krasinski, Scott Beck
y Brian Woods.

Música: Marco Beltrani.

Fotografía: Charlotte B. Christensen.

Duración: 95 minutos.

Estreno EE UU y México: 6/04/2018.

Estreno España: 20/04/2018.

domingo, 15 de abril de 2018

Campeones: Inteligente y audaz comedia sobre la discapacidad


En realidad, no existen personas con alguna discapacidad, solo personas con distintos grados de aptitud.
-Henry Viscandi.

La historia: Marco (Javier Gutiérrez) es un entrenador profesional de baloncesto que es despedido de su equipo y además ha sido condenado por la justicia tras un accidente de coche por conducir bajo los efectos del alcohol. Para evitar la pena de cárcel, se le encomienda el trabajo social de entrenar a un equipo de baloncesto de discapacitados intelectuales durante 90 días. Será el comienzo de la mayor aventura de su vida.


La crítica: 20 años después de su fabuloso debut con la auténtica marcianada: El milagro de P. Tinto, el cineasta español Javier Fesser firma su mejor comedia desde aquel entonces. La película recuerda de inicio al cine de los hermanos Peter y Bobby Farrelly que tantas veces han puesto el dedo en la llaga al hacer comedia sobre las personas con discapacidad, sin ningún miedo a ser criticados. En este caso, la mirada es mucho más tierna que gamberra. Esto no no impide que durante el transcurso de la filmación se suceden situaciones hilarantes y muy bien cocinadas que nunca resultan ofensivas para las personas con situaciones personales semejantes.

Otra virtud del cineasta es la consecución de un buen equilibrio en un género cinematográfico tan complicado como es la comedia. Incluso podríamos hablar de virtuosismo técnico, al conseguir que un metraje de 125 minutos -que de por sí es antinatural en el género cómico- se sienta totalmente adecuado. Con Campeones, se demuestra que la comedia inteligente y en este caso española, es más que posible como se demostró en Toc toc o en los Perfectos desconocidos de Álex de la Iglesia. 

La película juega con la evolución del personaje principal que es la base de cualquier narración cinematográfica o incluso literaria. Si en una historia, los personajes no evolucionan solo puede deberse a una mala planificación del guión o a un trabajo des-estructurado en el montaje final. En este caso, el personaje del entrenador de baloncesto, pasa de salvador a ser salvado por sus alumnos. Es decir, Marco partiendo de una personalidad despreciable y engreída, evoluciona y se percata de que la verdadera discapacidad consiste en no empatizar con sus semejantes. La historia es una lección de vida vista desde un humor muy bien estudiado que conecta de inmediato con el espectador. Quizás la parte más floja e incluso sobrante de la filmación es cuando se intercalan secuencias de la relación de pareja de Marco que poco aportan a la intrahistoria narrada. 


Javier Gutiérrez (La isla miníma, El autor), encabeza el reparto y si se me permite la broma, encabeza el reparto junto a Antonio de la Torre del 90 por ciento de la producción cinematográfica española. Nada que objetar, pues es un excelente actor que sigue evolucionando en franca progresión y en cualquier tipo de registro. En esta ocasión borda su papel y da prestancia al conjunto de la  producción. El resto del reparto y al estar compuesto por un equipo de baloncesto completo harían que esta parte de la crítica se hiciera muy premiosa si analizáramos cada personaje interpretado. Con carácter general hacen un trabajo excelente teniendo en cuenta que no son actores profesionales. Eso si, quisiera hacer una mención especial para un personaje femenino que es un delicia. Se trata de una genial Gloria Ramos que interpreta a la señorita Collantes, que siendo mujer y bajita, se integra en el equipo masculino de baloncesto y deja unas perlas brillantes que retumban en forma de carcajadas por toda la sala de cine.

La mejor, la numero 10 (Gloria Ramos)

La música compuesta por Rafael Arnau es una maravilla. Aunque cabe decir que se utiliza de un forma un tanto tramposa para acentuar las emociones en el público; algo que por otra parte es habitual en casi cualquier producción cinematográfica. 

Por último, no me puedo despedir sin mencionar como referencia tres secuencias para el recuerdo. La primera es la presentación entre equipo y nuevo entrenador que deja momentos que obligan casi a volver al cine para volver a disfrutarlos de nuevo. La segunda es un viaje en transporte público a una ciudad española (Cuenca), de todos los personajes que es realmente descacharrante. Y por último, una escena con un ascensor de por medio, que pone en evidencia quien es normal y quien no en la vida.

En conclusión, con Campeones nos encontramos con una buena comedia que engancha de principio a fin, y que nos transmite un mensaje tan sencillo y a la vez tan complejo, en el cual la linea entre la capacidad y la discapacidad es tan delgada, que consigue dejar en evidencia cualquier prejuicio establecido que tengamos en relación a este asunto. Por ello, cabe destacar la sensibilidad de Javier Fesser para lograr hacer una película que cambia los roles y el discurso sobre la integración. 

Nota: 8/10.

Nacionalidad: España.

Dirección: Javier Fesser.

Reparto: Javier Gutiérrez,
Juan Margallo,Gloria Ramos, 
Athenea Mata, Jesús Vidal.

Guión: David Marqués
y Javier Fesser.

Fotografía: Chechu Graff.

Música: Rafael Arnau.

Duración: 125 minutos.

Estreno España: 6/04/2018.

martes, 10 de abril de 2018

Inmersión: disparatado y esperpéntico drama romántico de Win Wenders


Tu ego se puede convertir en un obstáculo para tu trabajo. Si comienzas creyendo en tu grandeza, es el fin de tu creatividad. -Marina Abramovic.

La historia: En un idílico hotel de la costa francesa coinciden la científica Danielle Flinders (Alicia Vikander) y el espía británico James More (James McAvoy). Tras conocerse en la playa y entablar amistad, se enamoran e inician un romance con consecuencias imprevisibles. Al cabo de un tiempo, James es destinado a una misión secreta anti-yihadista en Somalia, mientras que Danielle se encuentra en Groenlandia en una expedición para investigar el origen de la vida en los fondos marinos. Es entonces, cuando James es secuestrado por un grupo terrorista en África y pierde toda posibilidad de contactar con su amada. A partir de ese momento harán todo lo posible para volver a comunicarse.


La crítica: Analizar la carrera de un cineasta tan especial y con tantas luces y sombras como Win Wenders sería inabordable en una crítica cinematográfica. Así que me voy a centrar en exclusiva en la película reseñada hoy, que por otra parte da que pensar si no ha llegado ya el momento de su retirada. En primer lugar cabe señalar que la presentación y puesta en escena de la filmación es excelente, tanto visualmente, como en relación a la descripción de los personajes presentados.


Pero incluso esto y una vez acabada y reposada la filmación, está lleno de tópicos, cuando no de situaciones que se mueven entre el elitismo y la comedia involuntaria. Y es que James, además de espía e ingeniero hidráulico, es tierno, romántico, apuesto y la comprende perfectamente. ¡Puro realismo! Y ella, además de guapísima, estilosa, es nada más y nada menos que biomatemática marina. ¡Toma ya! Pero lo que no tiene desperdicio, es que se enamoran mediante frases tan sutiles como las que pronuncia Danielle. Ella llama en repetidas veces a su hombre: gallina, gallina, mientras que él, a cuenta de una noticia de prensa, le llama estúpida por supuestamente no comprender dicha información. En fin, a partir de aquí, comienza un disparate que en la segunda parte de la filmación llega a producir tanta perplejidad que dudas de si el cineasta, está con sus facultades mentales integras o directamente ha dirigido la producción bajo los efectos de alguna sustancia alucinógena. Ver para creer o mejor dicho, ver con un buen nivel alcohol en sangre. Quizás ahí está el truco de un nuevo género de cine nacido para ver borracho/a.

Volviendo a la génesis de la historia, la película está basada en la novela Submergence (que es el título original de la película), del escritor británico J.M. Legard y de aquí parte uno de los principales problemas de la producción. No porque la novela sea mala o buena, sino porque en ningún momento el libreto adaptado por Erin Dignam consigue sacarse el lenguaje literario, que en este caso está lleno de metáforas y onirísmos varios, que nunca funcionan al traspasarlos al lenguaje visual. Si además, Wenders juega a ser un genio, el juguete que ha preparado solo puede calificarse como una autodestrucción o una parodia nihilista del absurdo.

Pero el principal problema de la producción radica en que después de la presentación y el romance entre los guapos, la película se parte en dos mitades y en dos tramas paralelas que son imposible de fusionar en ningún momento de su narrativa. De hecho, nacen dos películas distintas. Una con una trama de espionaje y yihadismo en África y otra con la científica tratando de demostrar en Groenlandia, el origen de la vida e incluso si hubo vida en Marte?? Realmente no hay por donde coger esta obscenidad cinematográfica, que además nos trata de soltar un panfleto religioso, transcendental y en su parte final degenera hacia un tono místico que produce la estupefacción total y probablemente un daño neuronal irreparable. 


El reparto hace lo que puede en medio del despropósito para al menos dejar dos buenas actuaciones. La actriz sueca Alicia Vikander, oscarizada por su papel en La chica danesa, tiene un talento innato para meterse en todo tipo de papeles, al igual que su compañero en el film James McAvoy (Múltiple/Split/Fragmentado), aunque ambos comparten en común una mala selección de algunos de sus papeles protagonistas. En cualquier caso, hacen al menos más digerible la propuesta.

En los aspectos adicionales es una pena que la excelente fotografía de Bonoit Debie y la buena banda sonora compuesta por el músico Fernando Velázquez, se queden en una anécdota y que solo aisladas, podrían tener una validez como expresión artística.

En conclusión, esta coproducción hispano-alemana-francesa rodada en inglés, es un duro artefacto para el equilibrio y la salud mental del espectador. Además de mala, nos obsequia con un intento de mensaje a transmitir sobre los males del terrorismo internacional (gran descubrimiento), e incluso se permite el descaro de presentarse como una epifanía religiosa en un desbarre que de mitad de metraje en adelante, debería pasar a la antología del disparate o como un arma de destrucción masiva contra el intelecto humano. Supongo que no habrá segunda parte. Fin.

Nota: 3/10.

Nacionalidad: Alemania,
España, Francia.

Director: Win Wenders.

Reparto: Alicia Vikander,
James McAvoy, Reda Kateb.

Guión: Erin Dignam.

Música: Fernando Velázquez.

Fotografía: Benoit Debie.

Duración: 111 minutos.

Estreno España: 6/04/18.

Estreno EE UU: 13/04/18.


viernes, 6 de abril de 2018

100 días de soledad: alejarse para volver a amar


Aunque lloré, sufrí, dudé, renegué, fui inmensamente feliz en estos cien días.
-José Díaz.

La historia: El naturalista español José Díaz se propuso pasar aislado y en soledad cien días que abarcaron desde el 12 de septiembre del año 2015 hasta el 19 de diciembre del mismo año. Para ello, eligió una cabaña aislada en el Parque Natural de Redes en la región de Asturias en España. El reto consistía en hacerlo sin electricidad, móvil, ordenador, reloj y siendo autosuficiente en cuestiones alimentarias sin recurrir a la caza. Cien días de soledad, por lo tanto, recoge en forma de película documental esta experiencia que fue grabada y documentada por el propio naturalista.


La crítica: Desde que Cine y críticas marcianas comenzó su andadura, el cine documental siempre tuvo y tendrá un lugar especial para una cinematografía, que bajo mi punto de vista, conserva la mayor pureza de lo que llega a las salas o a los festivales de cine. Ello no significa que todo lo que se haga sea excelente, pero siempre merecerá la pena reseñar, lo que en este caso ha conseguido estrenarse en salas comerciales, aunque haya sido en un circuito de cine minoritarios en España. En todo caso, espero que pronto 100 días de soledad pueda estar a disposición en las plataformas legales habituales.

La película está producida por José María Morales que es un gran amante de la naturaleza como ya demostró en su anterior proyecto Cantábrico (Los dominios de oso pardo). En aquella cinta tuvimos la oportunidad de conocer a su narrador Luis Ignacio González en una entrevista muy especial. En el caso de la cinta reseñada hoy, José Díaz es el hombre orquesta de la producción haciendo las labores de narrador, director de fotografía, guionista, y codirector junto a Gerardo Olivares.

Pero si en Cantábrico, la naturaleza en sí misma era la que ejercía como sujeto narrador, en está ocasión es el hombre y su relación con el entorno natural el que ocupa el leitmotiv de la historia. Rodada de manera más intimista y en un tono a su vez exuberante en lo natural, cabe destacar que existe en la proyección un cierto aire minimalista en lo personal que repercute en cierta desconexión emocional con su protagonista. Podríamos concluir que como "actor" José Díaz no se ganaría el sueldo, pero como documentalista ha nacido con un don para tal labor.


Quizás el momento más emotivo de la película no llegue con el reto en sí mismo y en su lucha contra los elementos naturales como la nieve, el viento o el frío, sino cuando nuestro protagonista comienza a sentir el precio de la incomunicación con su mujer y sus hijos. Precisamente es en este contexto cuando llega el mensaje que más interés me ha generado la propuesta. En un momento dado, es cuando el propio José en un monólogo directo consigo mismo y con el espectador, hace ver que el alejamiento temporal con la pareja es necesario y casi aconsejable, para revitalizar e impulsar el amor. Es decir: alejarse para volver a amar.

La historia también nos habla de un profundo viaje de lo urbano a lo rural con todas las consecuencias que ello implica. Es decir, el hombre y la naturaleza convergiendo sin móviles, redes sociales, nevera o televisión. ¿Es posible la vida sin Facebook? Bueno posible es claro, pero la paradoja es que sin las redes sociales la difusión de este proyecto sería casi imposible. Por lo tanto, supongo que es en la medida y no en su uso, donde el equilibrio debe encontrar su razón de ser. En lo personal, no voy a denostar las nuevas tecnologías. Creo además que en este caso y aplicándolas en la conservación del entorno natural son una herramienta perfecta de divulgación.

De hecho, José para llevar a cabo la filmación ha empleado entre otras: una cámara Sony 4K de última tecnología digital, varias cámaras go-pro (incluso sub-acuaticas), un drón con una cámara instalada para las espectaculares tomas aéreas, y dos cámaras de fotos para comprimir secuencias de larga duración. Eso sí, para poder transportar todo este material tan pesado, el cineasta contó con el gran apoyo del caballo Atila que se convierte en coprotagonista de la filmación.


Cabe señalar que José Díaz contó para está aventura en soledad con los siguientes recursos para alimentarse : 6 gallinas y un gallo, un invernadero y una huerta para obtener verduras y patatas cultivadas por él mismo, colmenas para obtener miel, y la recolección de frutos del bosque como zarzamoras, arándanos, nueces o avellanas. Lo curioso y esto entraría en el debe de la producción es que al protagonista no se le ve en ningún momento preparando o cocinando estos alimentos; solo una vez se le tirando de una lata de comida de las pocas que llevó hasta la cabaña.

Otra de las cosas que me genera alguna duda es por qué elegir 100 días para este reto y no 30 o 200. Desde luego el esfuerzo para sobrevivir 100 días así es enorme y muy meritorio, pero aunque pueda resultar duro escribirlo o pensarlo, lo realmente bonito hubiera sido llevar a cabo este reto durante un año completo para poder disfrutar de las cuatro estaciones del año y de los cambios que se producen en la naturaleza. He de suponer que un invierno en esas condiciones hubieran sido casi insuperable, pero quizás con apoyo externo se hubiera completado un ciclo anual maravilloso en los países que contamos con las cuatro estaciones del año.


Recapitulando, 100 días de soledad es una propuesta muy interesante, pero que no enamora a la salida de los cines. Al menos, como reto técnico. Lo que si enamora son las imágenes captadas de la naturaleza en plena ebullición. También los sonidos del bosque, los animales que pueblan el lugar y sobre todo los maravillosos colores del otoño en el Parque Natural de Redes. Es por ello, que la película es un bonito marco estético y una buena puerta de entrada para todo aquel que no conozca Asturias o conociéndola, decida emprender este viaje visual de lo urbano a lo rural.

Nota: 7/10.

Nacionalidad: España.

Dirección, guión, narración y 
fotografía: José Diáz.

Codirector: Gerardo Olivares.

Música: Pablo Díaz Fanjul.

Duración: 93 minutos.

Estreno España: 16/03/2018.


lunes, 2 de abril de 2018

El aviso: Contundente thriller sobrenatural con la firma de Daniel Calparsoro


El destino baraja las cartas, pero nosotros somos los que las jugamos.
-William Shakespeare.

La historia: En abril del año 2008 Jon (Raúl Arevalo) es testigo indirecto del disparo fortuito de un delincuente. Este hecho se produce contra su amigo David (Sergio Mur) cuando ultimaba unas compras en la tienda de una gasolinera abierta 24 horas. Mientras el herido se debate entre la vida y la muerte, Jon se percata que en el lugar del suceso y siguiendo un patrón numérico se han producido diferentes asesinatos con unas características comunes. Diez años después y en abril de 2018, Nico (Hugo Arbués) que es un niño de 10 años, recibe un aviso en forma de carta advirtiéndole que pase lo que pase, el día 12 de abril no pase por la tienda de la gasolinera que frecuenta bajo ningún concepto. ¿Podrá parar el niño el destino a pesar del aviso recibido?


La introducción o el aviso (el mío): Desde hace unos cuantos años la "crítica profesional" en España no soporta al cineasta Daniel Calparsoro y despacha sus películas con unas pocas lineas llenas de desdén y tirando de argumentario populista. Incluso algún medio lo veta y no realiza la reseña correspondiente. Supongo que en esta ocasión será más de lo mismo. No lo certifico, pues no leo nada antes de redactar mi texto, pero estaría encantado de ir a contracorriente de un movimiento que parece ir más en contra de su persona, que de su cine. Así que incluso por encima de la calidad o no de la propuesta presentada, es tal la riqueza de temas expuestos en la misma, que voy a realizar una tesina cinematográfica marciana abordando la película desde los máximos ángulos posibles que quepan en una crítica cinematográfica y razonando cada elemento expuesto en la misma.

La crítica: Aunque parezca una obviedad, es básico que cuando una persona o un marciano acuda a una proyección en una sala de cine, consiga ver lo que está sucediendo en pantalla. Para este fin, tan aparentemente sencillo, existen unos señores o señoras llamados directores de fotografía, también llamados directores de cinematografía en Hispanoamérica, que se encargan de una labor que es la base sobre la que se cimientan los demás elementos de la producción. Pues bien, dicho esto y en parte del cine de actualidad, algunos fotógrafos de cine, confunden la creación de misterio o tensión narrativa, oscureciendo tanto la imagen, que lo único que consiguen es invisibilizar lo que sucede en pantalla. Esta situación ocurre especialmente en las tomas nocturnas. Es por ello y ante la sorpresa de ver una perfecta iluminación tanto diurna, como especialmente nocturna, por lo que he querido empezar esta crítica destacando la labor de Sergi Vilanova que es sobresaliente. Cabe decir también que para poder evaluar y apreciar esta labor correctamente y con justicia, es primordial que el proyector de la sala de cine este actualizado y sea de nueva generación. Y es que algunas salas de cine por motivos económicos, mantienen unos proyectores obsoletos impidiendo mostrar la calidad de la imagen adecuada. Si vemos cine en casa, la definición de nuestra pantalla también puede marcar la diferencia para que esta percepción sea la adecuada.

Tras este preámbulo, vamos al lío. El aviso es una peculiar e interesante propuesta que independientemente de que pueda gustar más o gustar menos, tiene la virtud de no provocar indiferencia y consigue mantener pegado literalmente al espectador a su butaca durante los 90 ajustados minutos de su duración. Sería importante que los cineastas y montadores comprendieran que para el espectador, un metraje ajustado, siempre ayuda a elevar el ritmo narrativo y más en tramas como esta, donde el suspense resalta como punto más destacado. En esta ocasión y en el cine en general, menos es más, como característica general según mi manera de entender la cinematografía. Además, la película es de esas que provocan debate a la salida de los cines, lo cual es un hecho muy de agradecer en el panorama actual.

La película esta basada en la novela homónima de Paul Pen que se saldó con un éxito considerable y cuenta con un guión adaptado de una complejidad manifiesta y que tuvo que ser trabajado en equipo por las múltiples variables que se manejan en el el libro original. Y es que la narrativa de la película cuenta con una estructura paralela en dos tiempos. Es decir, se intercalan las acciones ocurridas en el año 2008, con las que que se están sucediendo en el presente 2018, logrando además que sean de muy sencilla compresión para el espectador. Incluso Daniel Calparsoro consigue introducir un tercer y cuarto tiempo narrativo pasado, con los sucesos ocurridos en la gasolinera"maldita", donde se desarrolla la parte principal de la acción.

Y es que en dicha gasolinera y según un patrón matemático se vienen sucediendo misteriosos asesinatos, y a través de dicho patrón, se podrían presagiar futuros acontecimientos criminales según Jon. Este, se obsesiona con resolver y prevenir un futuro crimen que implica al niño que ese 12 de abril de 2018 cumplirá 10 años. En este aspecto, el thriller se adentra en el género fantástico y aquí es donde puede surgir el único problema de la película. No por dirigirse hacia el género sobrenatural, sino sobre si esta derivada es creíble o no por el espectador. Entonces aquí está la clave de la propuesta. En mi caso y teniendo en cuenta que soy bastante escéptico a cuenta de estos temas, la propuesta me pareció creíble, por lo tanto la doy por buena. Ahora bien, probablemente aquel espectador que no la encuentre fundamentada, puede percibir la producción como absurda o mal guionizada. En cualquier caso, me parece una apuesta arriesgada y que funciona como una perfecta bomba sincronizada y lista para estallar en su resolución.


El reparto está encabezado por el polifacético Raúl Arevalo, que además de un buen actor ya demostró su pericia como director en otro excelente thriller titulado: Tarde para la ira. Su personaje se mueve en la complejidad de tener que lidiar con su esquizofrenia, a la vez que intenta resolver lo que está pasando con el caso de la gasolinera. En otro tiempo narrativo, y en la actualidad, aparece Aura Garrido (La niebla y la doncella), otorgando peso al personaje que hace de la madre del niño que parece ser está en grave peligro. Este chaval es interpretado por Hugo Arbués, llevando una vez más la contraria al maestro Alfred Hitchcock, en eso de que los niños, los animales e incluso Charles Laughton eran enemigos de la cinematografía. Bueno este último, un poco sí. Completan el reparto con serios y trabajados papeles Belen Cuesta y Sergio Mur, como compañeros de Raúl Arevalo en la génesis de la historia en el año 2008. Mención especial para Antonio Dechent en el papel clave de Hector, que es el dueño de la gasolinera 24 horas en ambos tiempos narrativos. Buen trabajo y buena idea cinematográfica ya que este personaje es el nexo de unión entre ambas tramas.

Hay un aspecto en la película, que por el hecho de ser adicional, no es menos importante para el conjunto de la propuesta. Se trata de una muy brillante dirección de arte comandada por la excelente diseñadora de producción Pilar Revuelta. Ella ya ha trabajado con Guillermo del Toro y Pedro Almodóvar entre otros grandes cineastas. Solo este aspecto de la película, ya daría para escribir un libro de esta disciplina. Así que es imprescindible reseñar algunos detalles importantes al respecto. En primer lugar, la elección de los exteriores y sus espacios escenográficos, son claves para fusionar dos narrativas cuando estas están separadas en el tiempo (2008 y 2018). El eje vertebrador utilizado para ello, es el nuevo skyline de la ciudad de Madrid representado en las nuevas 4 torres que acechan como gigantes sobre los personajes representados. Para diferenciar las tramas, en 2008 se muestran en construcción y en 2018, ya acabadas como están en la actualidad. Además la gasolinera, actua como espacio narrativo -otro personaje más- que se muestra en sus distintas etapas históricas. Por otro lado, la escenografía interior -casas, hospitales, colegios- están perfectamente elegidos e integrados en la trama. Lo interesante de todo esto, es que estos espacios no debe ser apreciados por el espectador, sino que deben estar al servicio del argumento y servir para la creación de las emociones de los personajes representados. Ahora bien, si además de disfrutar la película en cuestión, logramos que todos estos elementos se inyecten en nuestra mirada como espectadores, como críticos o como cinéfilos, la experiencia cinematográfica se multiplica de una manera exponencial con cada elemento o gremio cinematográfico (dirección de arte, fotografía, montaje), que consigamos interiorizar de un modo natural.


Esta crítica-río, además de lógicamente reseñar la película en cuestión, pretende demostrar humildemente que la nueva ola de crítica cinematográfica que está surgiendo en los últimos años y denominada "crítica con spoilers" no tiene demasiado sentido. Es completamente innecesario contar el final de una película o explicarlo, ya que la crítica cinematográfica debe aspirar y tiene la obligación además, de poder ser leída antes o después de un visionado, cobrando sentido para el lector en cualquiera de las posiciones temporales en las que se encuentre. Se puede entonces y se debe, sobrevolar sobre la filmación, explicar sus significantes, o valorar algunas escenas, pero sobre todo, se trata de emitir un juicio crítico con lo que el cineasta ha querido transmitir y en que órbita se mueve la narrativa acometida. Hacer un resumen de la película puede estar muy bien, explicar un final confuso hacernos más inteligentes y acometerlo con spoilers puede ser una opción, pero eso no es crítica cinematográfica, es querer sencillamente tomar el camino más sencillo y no trabajar adecuadamente un texto o una vídeo-crítica.

Volviendo y para recapitular ya, El aviso y a pesar de contar con algún agujero en el guión a cuenta de incluir elementos sobrenaturales respecto a posibles reencarnaciones, es una excelente y muy arriesgada apuesta de Daniel Calparsoro. Ha conseguido rodearse de los mejores de cada gremio cinematográfico para crear 90 minutos de un impactante thriller con un suspense sostenido de principio a fin de la cinta. Además, la historia no solo trata de ser un entretenimiento al uso, sino que aborda durante el argumento, temas tan variopintos como el acoso escolar, las enfermedades mentales o el miedo como desencadenante de nuestros propios sucesos. Pero si por algo destaca la película es por afrontar un tema tan peliagudo, controvertido y a la vez tan fascinante como es el destino y si este es inevitable o por el contrario modificable por nuestros comportamientos. A partir de ahí, se establece un dialogo indirecto con el espectador sobre los patrones matemáticos aplicados al crimen, el azar, la serendipia, la sincronicidad de hechos. En cualquier caso, lo importante cinematográficamente hablando, es si durante la proyección estos elementos que se podrían aproximar al género fantástico son creíbles o no para el espectador. Un buen ejemplo de ello, es como en La forma del agua, nadie se preguntó si el hombre-pez pudo ser real, pues se daba por descontado que es un monstruo ficticio y solo se valoró la calidad de la propuesta. En cambio, con El aviso y al introducir elementos no científicos, sobre una trama aparentemente real, se puede generar el debate de la verosimilitud o no de la propuesta. En definitiva, son tantos y tan diversos los elementos narrativos de la película que para abordarlos en su totalidad se podría escribir un ensayo sobre la misma. Esto de por sí es ya una gran noticia, pues no son pocas las ocasiones que tras salir de la sala de cine, nuestro cerebro y en un gran mecanismo de auto defensa para nuestra salud mental, tiende a olvidar de inmediato lo vivido en la gran pantalla y vuelve a centrar su atención en temas tan recurrentes como la comida, el sexo o cual será la próxima foto en subir a Instagram. Con El Aviso, no sucederá esto. Para bien o para mal, saldremos de la proyección pensando en cine y solo en cine.

Nota: 9/10.

Nacionalidad: España.

Director: Daniel Calparsoro.

Reparto: Raúl Arevalo, Aura Garrido,
Hugo Arbués, Belén Cuesta.

Guión: Jorge Guerricaechevarría,
Chris Sparling, Patxi Amezcua.

Música: Julio de la Rosa.

Fotografía: Sergi Vilanova.

Duración: 92 minutos.

Estreno en España: 23/03/2018.