lunes, 28 de septiembre de 2020

Akelarre: las brujitas del juez Rostegui


El próximo día 2 de octubre se estrena en cines españoles Akelarre dirigida por Pablo Agüero. Tras su buena recepción en el Festival de San Sebastián, el filme cuenta con un buen reparto encabezado por Àlex Brendemühl y con la presencia de la sorprendente actriz Amaia Aberasturi.

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La historia: Ambientada en el País Vasco del año 1609 la historia narra la llegada a la región del juez Rostegui. Éste ha sido encomendado por el Rey de España para purificar la región. Los hombres de las poblaciones se han ido a la mar para conseguir su sustento. Mientras tanto, la joven Ana  participa en una fiesta en el bosque con otras chicas de la aldea. El juez Rostegui molesto con este tipo de fiestas las arresta y las acusa de brujería. Además, decide hacer lo necesario para que confiesen lo que saben sobre el akelarre, ceremonia mágica durante la cual supuestamente el Diablo inicia a sus servidoras y se aparea con ellas.


La crítica: La mayoría de las cosas de las que eran acusadas las brujas, al final eran delitos comunes, envenenamientos o cuestiones que nada tienen que ver con la magia. Algo parecido sucedía en los ajustes de cuentas que se produjeron en la Guerra Civil. Allí, tanto el bando franquista como el republicano, aprovecharon la guerra para dirimir asuntos particulares. De esta manera es como en Akelarre se hace un gran retrato de como la inteligencia femenina intentó vencer a los inquisidores en su caza de brujas. 

Cuando se estudia la caza de brujas, la inquisición, los juicios y demás temáticas que afectaron especialmente al Norte de España, nos hallamos ante un claro desenfoque del folklore tradicional. En Akelarre, lo único que hacían las muchachas era ir al bosque para cantar, danzar o contarse sus intimidades. Por cosas así, muchas chicas fueron acusadas de brujería. La Iglesia, en su paronia, no podía permitir conductas "impuras", "lascivas" o "impropias" de jóvenes que debían someterse al hombre en exclusividad. 

La cinta nos transporta de manera ágil a principios del siglo XVII para narrar un truculento episodio recogido a su vez en el libro “La Bruja” de Jules Michelet. Nos situamos en el País Vasco, donde Pierre De Lancre -en el filme representado por el juez Rostegui-, fue el más barroco y literario de los inquisidores desarrollando su akelarre fantasmagórico. Llegó a hacer cantar y danzar a supuestas brujas que lo perturbaban por su juventud, libertad y belleza. Así es como Pablo Agüero se inspiró para fundir en Akelarre lo que fue una primera visión feminista del mundo y que costó a muchas mujeres la vida al ser acusadas de brujas. 

De hecho, la película es una certera sátira contra la monarquía clerical y sobre los fantasmas del hombre representados en un juez que dictaba las sentencias de antemano. Es entonces cuando las muchachas se percatan de que van a ser sentenciadas a muerte. Para evitar el plan del juez inquisidor urden entre ellas un plan para dar la vuelta a la tortilla. Deciden asumir los cargos de brujería e inventan una historia de como se hicieron brujas con el objetivo de ganar tiempo. En la próxima luna llena está previsto que sus padres, novios o hermanos regresen del mar y con su llegada tienen la esperanza de que puedan ser salvadas de la quema.  


La narrativa es un juego entre el ratón y el gato a cuenta del cuento inventado por las muchachas. La líder del grupo es interpretada de manera sensacional por la joven actriz Amaia Aberasturi. Ella, en el papel de Ana, además de involucrar al grupo, es la que se auto-acusa de bruja y de haber bailado con el Diablo. Ante tal confesión, el juez inquisidor se queda perplejo y decide alargar los interrogatorios para tratar de averiguar la verdad de tal confesión. Un papel interpretado con gran solidez por Àlex Brendemühl. El resto del reparto esta apoyado en cinco muchachas comprendidas entre los 16 y los 23 años. Las actrices son Garazi Urkola, Irati Saez de Urabain, Jone Laspiur, Lorea Ibarra y Yune Nogueiras. Ninguna de estas cinco jóvenes actrices tenía experiencia en el rodaje de una película antes de trabajar en Akelarre. Destacan por su espontaneidad y además se desenvuelven con soltura en euskera y español. Mención especial en el reparto para el veterano actor argentino Daniel Fanego que interpreta de manera majestuosa al consejero particular del juez Rostegui. 


Akelarre sabe conjugar la ironía, el humor y la sensualidad para lograr una historia luminosa en un mundo lúgubre. Así es como Pablo Agüero consigue retratar con realismo la historia de un juez que recorrió el País Vasco interrogando a centenares de personas y condenando a decenas de mujeres a la hoguera por supuestos actos de brujería. Un filme, en definitiva, que está marcado por una mirada feminista y una aproximación diferente al relato de la caza de brujas.

Nota: 7/10.

Este artículo, con distinto formato, también lo puedes leer en Cinemagavia.


Nacionalidad: España-Argentina

Director: Pablo Agüero

Guion: Pablo Agüero, Katell Guillou

Música: Maite Arrotajauregi, A. Calleja

Fotografía: Javier Agirre Erauso

Duración: 100 minutos

Reparto: Amaia Aberasturi,
Àlex Brendemühl, Daniel Fanego,
Iñigo de la Iglesia, Yune Nogueiras,
Asier Oruesagasti, Elena Uriz

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Greenland, El Último Refugio: equilibrado espectáculo made in Hollywood


Greenland, El Último Refugio se estrena en cines españoles el próximo 25 de septiembre. Tras la infausta Tenet nos hallamos ante un blockbuster de mediano presupuesto que deja mejores sensaciones con una narrativa clásica, sincera y trepidante en sus 120 minutos de duración.

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La historia: Jeff (Gerard Butler) es un ingeniero que se dedica a construir edificios a la vez que lidia con su separación matrimonial tras una aventura amorosa. Es entonces cuando recibe una llamada del gobierno de los Estados Unidos en la que se le comunica que un asteroide del espacio está a punto de colisionar con la Tierra. Su familia ha sido escogida para entrar en un búnker subterráneo por lo que tendrá que convencer a su todavía esposa (Morena Baccarin) e hijo para emprender un peligroso viaje donde se enfrentarán a los más imponentes peligros de la naturaleza.


La crítica: El año 2020 parece una película distópica de ciencia-ficción sin haber concluido aún. La pandemia que arrasa La Tierra está ya próxima a llevarse por delante a un millón de víctimas e incontables millones de contagiados. La crisis económica mundial que se nos avecina puede superar a los peores momentos de la Gran Depresión o de la Segunda Guerra Mundial. ¿Quién se hubiera atrevido a vaticinar una catástrofe semejante en las Navidades pasadas? El mundo ha cambiado y no tiene pinta de que los besos o los abrazos puedan volver pronto. Si a esto le añadimos los tremendos disturbios raciales vividos en Estados Unidos, la explosión del puerto de Beirut, la guerra comercial China-Estados Unidos, los desoladores incendios de la costa Oeste de EE UU y la segunda oleada de coronavirus que comienza ya en Europa, parece que el dicho de "Año bisiesto, año siniestro" se está cumpliendo con creces. Estamos ante la tormenta perfecta. ¿Pero puede pasar algo más? Medio en broma, medio en serio suelo comentar que solo nos falta que nos caiga el meteorito o el asteroide para acabar de arreglar el año. ¿Podría pasar? Pues me temo que sí, aunque espero que no. Cabe recordar que el 15 de febrero del año 2013 más de 1.000 personas resultaron heridas cuando un meteorito de 17 metros y una masa de 10.000 toneladas explotó sobre Rusia. Las imágenes se hicieron virales y no hubo misil que desviara la órbita del objeto espacial. Eso solo pasa en las películas. 

Esta introducción viene a explicar que lo narrado en Greenland, El Último Refugio ha cobrado realismo y descubierto la vulnerabilidad del ser humano ante el medio natural. Ya sea este un virus, los incendios devastadores o la caída de un meteoro que impacte contra La Tierra. 

Y tampoco nos puede sonar muy raro pues la teoría dice que un gran asteroide es el que acabó con la vida de los dinosaurios. Por eso la película hoy reseñada cobra cierto interés que de haber sido estrenada en el año 2019 la hubiéramos tomado como un espectáculo sin visos de que pudiera cobrar realidad en algún momento.

Entrando un poco más a fondo en la trama todo gira en torno a una familia que busca llegar a un aeropuerto canadiense para dirigirse a Groenlandia. El espectador se involucra de inmediato con ellos. El viaje no está de libre de amenazas al verse bombardeados por trozos de roca incandescente.  Durante el peligroso viaje -la cinta toma forma de road movie-, John rememora varios momentos de su vida con Nathan y Allison. Aquí el cineasta nos habla de arrepentimiento y del valor de una familia. El lío de faldas de John se intuye que va a ser superado y perdonado. ¿Habrá final feliz? Habrá que esperar al final para saber si Allison decide volver a confiar en su todavía marido. 

Centrándonos en la narrativa, la película consigue enganchar de principio a fin y las dos horas de proyección se pasan en un suspiro. No hay miradas al reloj. En el debe del libreto, cabe decir que la cinta es muy previsible pues el espectador adivinará casi paso por paso lo que sucederá en la siguiente secuencia. En todo caso, pienso que es un defecto menor y que Greenland, El Último Refugio consigue un buen equilibrio entre espectáculo visual y narrativa cinematográfica. De hecho, prevalecen en la película los diálogos por encima de los efectos visuales. Cuidado con el tráiler que es engañoso y nos presenta una película que poco tiene que ver con el espectacular avance. Por consiguiente, mejor no verlo.


Gerard Butler carga con todo el peso del reparto implicándose además en las tareas de producción del filme. Un actor que gana peso al visionar sus películas en versión original y que en Greenland, El Último Refugio cumple con creces su cometido. Su personaje vive atormentado por una relación extraconyugal que le encamina a un divorcio irremediable. La vida en forma de catástrofe cósmica le otorga una segunda oportunidad para volver con su mujer e hijo. No solo trata de salvar la vida de su familia, sino que con ello desea ser perdonado por su esposa y reiniciar lo que fue un matrimonio perfecto al estilo del sueño americano. Su esposa es interpretada por una algo inexpresiva Morena Baccarin a la que vimos en Deadpool. Su personaje está lleno de clichés y no aporta demasiado luz a la narrativa del filme. En definitiva, con estos dos personajes protagonistas más la aparición del niño de la pareja (Roger Dale Floyd) y del padre de la mujer (Scott Glenn) el cineasta trata de lanzar un mensaje un poco simplista sobre la unión familiar sobrevenida en tiempos de crisis.


En conclusión, Greenland, El Último Refugio me ha parecido un filme trepidante, moderadamente entretenido y sobre todo sincero en lo que promete. Hablamos, por tanto, de un filme palomitero pero que abunda más en los diálogos que en los efectos especiales. Esto puede suponer un arma de doble filo. Y es que se puede quedar corta para quien solo busque explosiones y por otro lado tampoco va a convencer en exceso al que solo busque una buena narrativa cinematográfica. Sin embargo, y a pesar de estas objeciones, el filme cumple con los principios generales de la cinematografía como espectáculo. Es decir, esta debe ser amplia buscando los equilibrios necesarios entre el cine independiente y las películas de carácter más comercial. En esta ocasión, el objetivo del filme es enganchar al espectador con la intención de buscar en el cine de evasión un respiro para los momentos de crisis de este infausto 2020.

Nota: 6/10.


Nacionalidad: Estados Unidos

Dirección: Ric Roman Waugh

Guion: Mitchell LaFortune

Música: David Buckley

Fotografía: Dana Gonzales

Duración: 120 minutos

Reparto: Gerard Butler, Scott Glenn,
Morena Baccarin, David Denman,
Claire Bronson, Brandon Quinn,
Andrew Bachelor, Hayes Mercure

viernes, 18 de septiembre de 2020

Películas curiosas: El hombre que diseñó España


El hombre que diseñó España dirigida por Andrea G. Bermejo y Miguel Larraya fue estrenada el 28 de febrero de 2020. El filme documental recoge la obra gráfica de José María Cruz Novillo. Disponible en Filmin.

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¿Sabías que el logotipo de Correos, Renfe, el PSOE, la bandera y el escudo de la Comunidad de Madrid, el de la Policía Nacional, los billetes de pesetas de 1979 a 1985, los emblemas de Endesa, Repsol, La Cope, El Mundo y Antena 3 Radio, y los carteles de El Sur, La escopeta nacional y Cría cuervos fueron diseñados por la misma persona? José María Cruz Novillo rediseñó la imagen de España mientras el país se transformaba. 


Quizás el título de la película sea excesivo pero desde luego es la primera curiosidad a señalar de la misma. Lo cierto es que José María Cruz Novillo, desconocido por muchos, tiene tras de sí el logro de haber diseñado las imágenes más icónicas que aún hoy día perduran en muchas empresas o instituciones públicas españolas. 

Por otro lado, se ha dedicado a diseñar carteles de películas. Estas, entre otras fueron: Barrio, Los Lunes al Sol, El Sur, El Espíritu de la colmena, Pascual Duarte, El Año de las luces, Mamá Cumple 100 Años, Hay que matar a B, La escopeta nacional o Familia. 

Jose María Cruz Novillo es miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. También fue premiado con el nacional de diseño en 1997. Su trayectoria profesional ha recibido el reconocimiento en el mundo del arte del diseño siendo sin embargo un gran desconocido para el gran público.

Pienso que la mejor manera de retro-reseñar la película es a través de un decálogo de diez imágenes para visualizar la importancia de Cruz Novillo.

1. Correos.


2. PSOE.


3. Policía Nacional.


4. Diario El Mundo.


5. Repsol.


6. Bandera de la Comunidad de Madrid.


7. Televisión Española.


8. Antena 3.


9. Renfe.


10. Los lunes al sol.


Como habéis podido comprobar Jose María Cruz Novillo es el referente principal de una gran parte de la iconografía española.

El hombre que diseñó España es un filme documental imprescindible para conocer la personalidad de un visionario del diseño. La cinta a través de entrevistas al artista gráfico y a distintas personalidades del panorama ibérico, es además de curiosa una buena oportunidad para profundizar en los símbolos y su significado.


Nacionalidad: España

Dirección y guión:
Andrea G. Bermejo, Miguel Larraya

Música: Nus Cuevas

Fotografía: Enrique Santiago Silguero

Reparto (documental):
José María Cruz Novillo,
Alfonso Guerra,  Joaquín Leguina

Duración: 80 minutos

lunes, 14 de septiembre de 2020

Las niñas: la ¿buena? educación


Las niñas dirigida por Pilar Palomero ha sido galardonada con la Biznaga de Oro en el recién concluido Festival de Málaga. De esta manera, la ópera prima de la cineasta aragonesa se coloca como una de las películas favoritas para las próximas nominaciones a los Premios Goya. El filme ha sido estrenado en cines españoles el día 4 de septiembre. 

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La historia: Adela (Natalia de Molina) es una viuda de 30 años que sueña con que su hija tenga todo aquello que se le negó a ella. Su hija Celia (Andrea Fandos), tiene 11 años y está marcada por la rígida educación que está recibiendo en un colegio de monjas en la España de principios de los noventa. Cuando la niña conoce a Brisa, una nueva compañera de colegio, ésta la empuja hacia una nueva etapa en su vida: la adolescencia. Celia se encuentra entre dos mundos: el de su educación en el colegio y en el de un nuevo mundo que le espera fuera.


La crítica: La apuesta de la cineasta debutante Pilar Palomero por rescatar un trocito de la España de los 90 se salda con la mejor ópera prima española de lo que llevamos de 2020. Difícil va a ser superar una filmación tan cadenciosa, profunda y tan bien rodada como es Las niñas

La principal apuesta narrativa de la directora es indagar en la búsqueda de la identidad en un entorno hostil. La identidad de una niña y la de una madre. Hablamos de un país que aún conservaba tics tardo franquistas mientras que por otro lado se mostraba la España de la Expo de Sevilla y de las Olimpiadas del año 92. El filme cuyo mayor defecto es que parece rodado en los 70 -se exageran los modos, los traumas o los ambientes opresivos pre-Transición- sería una paradoja de lo que es una buena educación. Pues si bien una buena educación (pública o privada) asentada en valores civiles o religiosos, pudiera parecer a priori más ventajosa para los niños, se siente equivocada si se invierten los valores de la bondad, la libertad o del derecho al libre pensamiento.

La cinta aborda el universo femenino desde la niñez pasando por la adolescencia hasta llegar a la madurez de una madre. Incluso si desplazamos el contexto histórico en el que sustenta la narrativa nos encontramos con una historia universal en ese mundo femenino en el que se sostiene. Todo es nuevo para las niñas retratadas en el filme: el primer cigarrillo, los primeros impulsos sexuales, celos y competencia entre ellas, las primeras salidas a discotecas, los primeros romances o la caída de los padres/madres del pedestal. El retrato aquí roza la perfección.

La historia utiliza como vehículo narrativo un clásico colegio de monjas. Cada religiosa tiene su personalidad, virtudes y defectos. Su intención es educar a las niñas de acuerdo con sus propias creencias y guiarlas a lo que llaman “el camino correcto”. Siempre las vemos a través del punto de vista de las niñas. Las personas religiosas puede apreciar cierto maniqueísmo en la narrativa por lo que hablamos de un filme ideológico pero no ofensivo. En todo caso, la manera de intentar atar en corto a las niñas en los años 90 tenía poco efecto. La mayoría de las profesoras retratadas en el filme son monjas que en su época hablaban del cielo y del infierno, del pecado o de la castidad. Algo ya impropio en la España del "póntelo, pónselo" (el condón), el Interviú o los 40 Principales.


Adela interpretada por una gran Natalia de Molina es la madre de Celia y quiere que sea todo lo que se le negó: que tenga un título universitario, que sea cultivada, formal y atenta. Como suele suceder, Adela proyecta en Celia sus errores y deseos, convencida de que está haciendo lo mejor para ella, sin darse cuenta de que está haciendo todo lo contrario. Celia, la niña, es interpretada con gran solvencia por Andrea Fandos. Ella es una niña inocente de once años que trata de indagar en la vida de su madre sin obtener casi resultados. A su vez tiene que lidiar con los castigos impuestos en el duro colegio y con su paso a la adolescencia. Ambas actrices, al igual que la directora, tienen posibilidades en la temporada de premios en España que culminará con la gala de los Goya ya en 2021. 


Las niñas me ha parecido en primer lugar una preciosidad de filmación. Rodada en tonos pastel y fotografiada a la perfección por Daniela Cajías, la cinta eleva la cinematografía española a unos niveles desconocidos. Encontramos aromas a Pilar Miró, José Luis Garcí o Pedro Almodóvar. Ojalá, Pilar Palomero no sea una cineasta de una sola película y este sea solo el comienzo de una gran amistad con el cine. De momento, nos deja una película deliciosa en su envoltorio y profunda en su narrativa. 

Nota: 9/10.


Nacionalidad: España

Dirección: Pilar Palomero

Guion: Pilar Palomero

Duración: 100 minutos

Música: Juan Carlos Naya

Fotografía: Daniela Cajías

Reparto: Natalia de Molina,
Andrea Fandós, Zoe Arnao,
Julia Sierra, Francesca Piñón

jueves, 10 de septiembre de 2020

En busca de Summerland: Gemma Arterton sostiene la ópera prima de Jessica Swale


En busca de Summerland se estrena en cines españoles el próximo 11 de septiembre. La cinta británica es el primer largometraje de Jessica Swale que también es autora de su guion. Lo escribió después de convertirse en una de las cinco ganadoras de la beca para guionistas otorgadas por la British Academy of Film and Television Arts (BAFTA).

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La historia: En Inglaterra, durante la Segunda Guerra Mundial, muchos niños son evacuados de las ciudades y enviados a pequeños pueblos con familias locales que temporalmente se hacen cargo de ellos. Cuando Frank (Lucas Bond), uno de estos niños que huyen de Londres, llega a casa de Alice (Gemma Arterton), encuentra a una escritora solitaria atormentada por una historia de amor del pasado. Sin embargo, poco a poco, al irse conociendo, la inocencia y curiosidad de Frank, hacen que Alice abra su corazón con recuerdos y sentimientos que creía olvidados.


La crítica: Con En busca de Summerland, Jessica Swale nos regala una preciosista ópera prima utilizando una cadencia narrativa exquisita. Para ello, reúne los mejores elementos del cine británico y los convierte en un cuento de hadas perfecto para ser disfrutado en la gran pantalla. Hablamos, además, de un filme con un cierre circular redondo y con un metraje ajustado a los 100 minutos clásicos de toda la vida. 

Ambientada en las décadas de 1920, 1940 y 1970 y filmada a lo largo de las impresionantes vistas costeras de los pueblos de Sussex, En busca de Summerland utiliza el flashback como medio narrativo para presentar a la protagonista. El tranquilo mundo de Alice se pone patas arriba cuando le encargan cuidar a Frank. Éste es un niño asustadizo e inocente que busca refugio de los bombardeos que el ejercito nazi lanza sobre Londres. 

Durante los días soleados que ambos comparten en el campo de Sussex, la curiosidad y la mentalidad abierta de Frank harán resurgir algunos secretos dolorosos profundamente enterrados del pasado de Alice. Ella le cuenta su secreto: en un pasado no tan lejano, amó con fuerza a otra mujer que la abandonó para poder ser madre. En el fondo de la historia Jessica Swale trata de hablarnos de la pérdida y de los sueños no cumplidos que se encuentran en Sumerland. 

Con una historia de amor entre dos mujeres, Alice y Vera, en su núcleo, la película examina temas profundos como la fe, la espiritualidad, la culpa y la creencia a través del concepto de Summerland. Este, de alguna manera es una conceptualización del más allá que se ha utilizado durante mucho tiempo en el paganismo. Todo esto se explica de una manera sencilla, comprensible y humilde. En el fondo, Jessica Swale retrata el amor en el más amplio sentido de este término. 


Una esplendorosa Gemma Arterton encabeza el reparto con el papel de Alice y se implica en la película en tareas de producción. La excelente actriz británica ya demostró su valía en Su mejor historia o en Melanie, The Girl with all the Gifts. Ahora nos regala una nueva interpretación sabiendo maximizar un personaje cascarrabias pero muy dulce en su fondo. Este personaje tanto al final como al comienzo del filme es interpretado por la valiosa actriz Penélope Wilton. Ella es una de las caras más queridas y familiares de los escenarios en Reino Unido. La veterana actriz se encarga de interpretar el crepúsculo de Alice en la apertura y en el cierre circular al que me he referido ya con anterioridad. 

Gugu Mbatha-Raw interpreta al que fue el amor de Alice. Un personaje que viene con sorpresas inesperadas que por lógica no desvelaré. La actriz recientemente, ha completado la filmación de Rompiendo las normas película que coprotagoniza junto a Kiera Knightly y Jessie Buckley. El niño que cumple en su papel de muchacho exiliado de su ciudad es interpretado con moderado acierto por Lucas Bond. El resto del reparto están al servicio de los demás personajes interpretando a los cínicos vecinos del pueblo en el que reside Alice. 


La luminosa fotografía retrata a la perfección las localizaciones elegidas para la filmación. Al planificar el diseño de producción, la decoradora de escenarios Philippa Hart admite que la localización y la época le sirvieron como fuente de inspiración. "Es todo muy casero. Una Inglaterra muy antigua, es un elogio al paisaje. Todo ello es muy inspirador”, dice. Por otro lado, el vestuario cobra vital importancia con diferentes paletas de colores según los personajes situados en tres épocas diferentes. La banda sonora que se convierte en un autentico lujo para coleccionistas está firmada por el compositor Volker Bertelmann. 


En busca de Summerland me ha parecido un filme dulce, elegante y evocador. Con una narrativa sencilla acompañada de una interpretaciones muy cuidadas, hoy descubrimos a una nueva cineasta que lleva la narrativa cinematográfica en la sangre. Jessica Swale, por consiguiente, logra un debut más que prometedor con los patrones clásicos con los que el cine siempre tendrá un futuro esperanzador.

Nota: 7/10. 



Título original: Summerland

Año: 2020

Duración: 100 minuntos

País: Reino Unido

Dirección: Jessica Swale

Guion: Jessica Swale

Música: Volker Bertelmann

Fotografía: Laurie Rose

Reparto: Gemma Arterton,
Gugu Mbatha-Raw, Lucas Bond
Penelope Wilton, Tom Courtenay,
Bernardo Santos, Dixie Egerickx

domingo, 6 de septiembre de 2020

Películas curiosas: En busca del Óscar


En busca del Óscar estrenada en España el 29 de marzo de 2019 es un filme documental que narra la historia del crítico de cine más excéntrico que jamás haya existido. Dirigida por Octavio Guerra nos hallamos ante un personaje tan fascinante como imprevisible. 

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La cinta retrata la vida de Óscar Peyrou que es un escritor argentino afincado en España. Tras la muerte de su esposa ahora vive solo en un pequeño apartamento de Madrid. También es periodista, crítico de cine y presidente de la Asociación Española de la Prensa Cinematográfica. Los festivales de cine son el motor de su vida. Sin embargo, lo que hace famoso al crítico es su peculiar método para escribir sus críticas: no hace falta ver la película en sí, basta con analizar su cartel.


En parte, En busca del Óscar nace como una cinta tarada pues de manera más que probable aquel que la vea sin haber leído antes la sinopsis no sepa con certezas que es lo que está sucediendo en pantalla. De este modo, la crítica tiene que cumplir una función informativa alejándose de su cometido principal. Voy a tratar de poner en orden las ideas principales pues el personaje retratado supera con creces al retrato ofrecido por el cineasta. Esta es la historia de Óscar Peyrou.

Se atribuye a Oscar Wilde la siguiente frase: “Nunca leo los libros que debo criticar para no sufrir su influencia”. Este es el lema que sigue Peyrou en su oficio como crítico de cine. Es decir, no ve las películas para realizar sus críticas y solo basa su análisis en el póster de la producción. Así al menos lo ha hecho para la revista Canibaal, donde la premisa fundamental es hablar sobre películas que no ha visto.

La idea puede parecer muy loca pero tiene su explicación. También es cierto que solo cabe confiar en su palabra pues es imposible de probar si esto es cierto. Según él, esta es la única manera de ser objetivo con el análisis de una película. Pero de nuevo tengo que matizar algo a esta idea. El cometido de una crítica de cine nunca debe seguir parámetros objetivos. Es además, imposible. 

Por eso el ejercicio que hace Peyrou consiste sobre todo en hacer escritura creativa, satírica y con el objeto, en mi opinión, de hacer una crítica al propio mundo de la crítica de cine. Y lo mejor de todo es que es algo muy divertido. Sobre todo para él que se dedica a visitar los festivales de cine de todo el mundo para visitar las ciudades, disfrutar de los hoteles y hablar con los amigos. Todo, menos ir al cine que es por lo que le pagan. Hablamos de un genio y también de un caradura. 

Veamos un ejemplo de una crítica suya para comprender su trabajo. Este es el análisis que realiza de Dolor y Gloria con solo con ver su cartel. 


Extracto de la crítica de Óscar Peyrou: "Dolor y gloria, cinta que merecería llamarse Molestia y popularidad, es una película escrita y dirigida por Pedro Almodóvar. El director manchego se caracteriza por sobrevalorarse. Por ello, «dolor» y «gloria» nos parecen sustantivos exagerados referidos a su persona, especialmente el segundo. En cuanto al presunto vacío que impide rodar al protagonista, creemos que no es más que un coqueteo mediante el cual el director pretende, sin éxito, teñir de trascendencia su último trabajo. En el centro del cartel destaca, con grandes letras azules, el nombre de la película. Sobre un fondo blanco, el título está rodeado de fotos de los personajes en diversas situaciones independientes, lo que imprime un carácter fragmentario y un poco caótico al afiche, que no destaca por su originalidad ni su belleza. Más bien sugiere una obra plana, sin profundidad ni excesivo interés sobre un director algo ególatra, hiperbólico y presumido".

Ahora voy a extraer un fragmento de mi propia crítica de Dolor y Gloria para ver si por un casual concuerdo en algo con Peyrou. Por Miguel Pina: "Pedro Almodóvar se hace un autorretrato plano, seco, y doloroso. La narrativa se convierte en mecánica y academicista girando en torno a los diversos problemas de salud del cineasta que parece querer transmitir de forma metáforica y/o hipocondríaca, el dolor que lleva por las críticas personales recibidas en los últimos años. Quizás de ahí el título de la película que define a la perfección su última etapa como cineasta. La cinta pierde intensidad y sobre todo emoción, cuando transita ese camino de lo rural a lo urbano, y de la niñez a la madurez. Ahí es donde los traumas personales o de salud de Salvador Mallo, dejan de interesar al volverse una trama mundana, espesa y medicalizada".

¿Extraemos algo de estos dos textos? Yo lo tengo claro. Óscar Peyrou es un genio si creemos en su palabra, tiene una creatividad única y además le pagan por ello. En su debe, cabe concluir que no le gusta demasiado el cine o le ha dejado de gustar. Y es que al menos yo entiendo la crítica de cine como una extensión de la propia pasión vivida en una sala de cine. 


Recapitulando, nos encontramos ante una propuesta que acompaña al crítico en su deambular por los festivales de Chicago, Buenos Aires, Donosti o Santo Domingo. En conclusión, En busca del Óscar me ha parecido una película más que curiosa sobre todo teniendo en cuenta que no la he visto siguiendo el modelo propuesto por Óscar Peyrou


Título original: En busca del Óscar

Año: 2018

Duración: 75 minutos

País: España

Dirección: Octavio Guerra

Guion: Octavio Guerra

Fotografía: Víctor Montoya Casaña

Reparto documental: Óscar Peyrou

martes, 1 de septiembre de 2020

Tenet: Christopher Nolan llega al pico de su narcismo con una de "espionaje existencial"


Bienvenidos de nuevo a Cine y críticas marcianas. Hoy comenzamos la temporada cinematográfica 2020/2021 que nos debería de llevar hasta finales de julio del próximo año si la autoridad competente y la pandemia lo permite. Ha sido un mes de agosto atípico por razones obvias pero al menos el cine en España ha salvado los muebles con buenas taquillas. Las salas de cine se han mostrado como recintos seguros sin ningún rebrote de coronavirus de los más de 1000 detectados a nivel nacional. En este contexto Warner Bros se ha decido por estrenar el primer blockbuster desde el inicio de la crisis de salud pública. El 26 de agosto Tenet ha llegado a los cines españoles. El esperado filme de Christopher Nolan llegará a Estados Unidos el 3 de septiembre y al conjunto de Hispanoamérica en torno al 11 del mes en curso. Sin más preámbulos y sin anestesia general voy a tratar de escribir algo sobre lo que ha hecho Nolan con los más de 200 millones de dólares que Warner ha puesto a su disposición.

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La historia: Un hombre sin nombre conocido -cosas de Nolan-  (John David Washington) es un agente de la CIA que se ve envuelto en una misión a lo James Bond. Su cometido: evitar la Tercera Guerra Mundial. Para ello, contará con la ayuda de otro agente secreto (Robert Pattinson) con el que intentará acabar con los malevolos planes de un traficante de armamento ruso (Kenneth Brannagh). También sale una rubia flacucha (Elizabeth Debicki) que hace de chica Bond desganada pero que se va calentando con los bucles temporales insertados en la acción. Por lo demás, mucha gente pegando tiros y saltando del futuro al pasado como el que va al mercado a hacer la compra. En fin...


La crítica: Se ha comentado que estamos ante la película más compleja de Christopher Nolan y sin embargo nos hallamos ante una manida película de espías con la monserga de siempre. Es decir, los rusos son muy malos y los estadounidenses gente de paz que tienen como misión salvar al mundo. A esto le añadimos 150 minutos de explosiones, algún concepto de física cuántica para justificar los bucles temporales y ya tenemos la misma/nueva obra maestra del cineasta británico. Hablamos de una película pedante, pretenciosa y vacua de principio a fin. Pero también nos encontramos ante un espectáculo visual que de tener algún valor es precisamente el de revitalizar el ver cine en el cine. Gracias a películas como Tenet la industria funciona y por eso los grandes estudios permiten a Nolan que se auto-masturbe con su fanatismo espacio-temporal en el rostro del perplejo espectador. 

No hay narrativa, los diálogos son absurdos y se obliga al personal a intentar entender un argumento lioso, ininteligible y frío como el hielo. El tremendo ruido que mete la atronadora banda sonora de Ludwig Göransson aplica como señuelo melodramático para intentar elevar la inane propuesta. Por otro lado, caben destacar las localizaciones exteriores que nos llevan de viaje por el mundo emulando de nuevo a la saga del agente 007. En eso la película es visualmente atractiva hasta que Nolan nos mete en los sótanos, descampados, túneles y demás sitios infectos que actúan como raquítica metáfora de los repetitivos saltos temporales que intentan confundir a toda costa al sufrido espectador.

Tenet demuestra como el narcisismo intelectual de Nolan le aleja cada más del cine de autor y le convierte en un cineasta que se acerca peligrosamente al cine de parodia involuntaria. De hecho, la película reseñada hoy va a ser carne de sátira, parodias variadas y cachondeo cuando los humoristas muerdan con fuerza el regalo presentado de un director al que han hecho creer que es un portento cerebral que deja a Albert Einstein como un analfabeto funcional. 


El reparto está encabezado por el "Protagonista" -sin nombre- que es interpretado con sobriedad por un buen John David Washington. El personaje que comienza muriendo para ser resucitado de inmediato se pasa media película viajando del pasado al futuro y viceversa. La otra media película se la pasa disparando y haciendo cosas de espías. Entre esas cosas no come, no duerme y no tiene sexo. Un asco de vida, vamos. Le acompaña un multimaquillado Robert Pattinson con peluca a lo Donald Trump y que dice ser un cerrajero del tiempo. Otra chifladura de Nolan. La parte femenina del desbarre es interpretada por Elizabeth Debicki que es la esposa del villano ruso interpretado por un buen Kenneth Brannagh. Con estos dos personajes y ya muy al final de la película aparece algo de narrativa cinematográfica sin conseguir salvar los muebles de la paja mental que se ha montado Nolan.

En conclusión, Tenet me ha parecido una vulgar película de espías que solo sirve para elevar el narcisismo de un cineasta sin ideas nuevas y anclado en sus paranoias espacio-temporales. El lema del filme es un retrato maximizado de la egolatría: "No trates de entender la película, solo siéntela". Como dijo en su día la redactora de Cinescopia, Patricia Bañuelos, si una película no se explica por sí misma carece del mínimo sustento cinematográfico para ser tomada en serio. También es cierto que hablamos de un filme que está realizado para ser disfrutado con una buena ingesta de setas alucinógenas sazonadas con cocaína o con una botella de tequila para ir entrando en calor a lo largo de los 150 minutejos que dura la cosa. Por mi parte no tengo nada más que decir. 

Nota: En mi yo presente le doy un 3/10. En mi yo pasado le doy raíz cuadrada de π y en mi yo futuro le pondré un 4.99 que es una calificación que en el presente, en el pasado y en el futuro solo puede definirse como sádica, perturbadora y criminal. 


Nacionalidad: EE UU, Reino Unido

Dirección: Christopher Nolan 

Guion: Christopher Nolan 

Música: Ludwig Göransson

Fotografía: Hoyte van Hoytema

Duración: 150 minutos

Reparto: John David Washington,
Robert Pattinson, Elizabeth Debicki,
Kenneth Branagh, Dimple Kapadia,
Aaron Taylor-Johnson, Michael Caine