viernes, 30 de noviembre de 2018

El amor menos pensado: Ricardo Darín, el amor y la comedia existencialista


Lo que es fascinante acerca del matrimonio es por qué alguien quiere casarse.
-Alain de Botton.

La crítica: Marcos (Ricardo Darín) y Ana (Mercedes Morán) conforman un matrimonio ideal hasta que las dudas entran en la vida de pareja. Esto sucede cuando el hijo de ambos abandona el hogar familiar de Buenos Aires para irse a cursar sus estudios universitarios a España. Es entonces cuando deciden replantearse sus vidas, separarse y comenzar una nueva vida de solteros buscando encontrar en otros brazos una nueva ilusión a la que aferrarse. ¿Será tan ideal como lo habían imaginado? ¿Se echarán de menos? ¿Estaban realmente enamorados?


La crítica: Así como la portada de un libro pueda ejercer como gancho para que los posibles lectores se interesen en al menos leer la contraportada; el cartel o el póster de una película es lo primero que va a ver el espectador. Pienso que ahí puede estar una de las claves para que se decidan a ver o no una película en la sala de cine. En el caso de la película reseñada hoy y aunque pueda atraer a cierto sector de público creo que el diseño del mismo puede resultar engañoso y perjudicial en lo puramente cinéfilo. Y es que se podría entender que nos hallamos ante una comedia insustancial, cuando muy por el contrario, nos encontramos ante una comedia bastante profunda y con el existencialismo como base narrativa. De hecho, la película compitió en la sección oficial del Festival de San Sebastián lo que no es poca cosa para empezar su trayectoria. No me quiero extender mucho más sobre este asunto y probablemente dedique una publicación en exclusiva a hablar sobre los carteles de cine aunque sea de una manera irónica.

El amor menos pensado supone una más que interesante ópera prima del ya veterano guionista y productor argentino Juan Vera al que conocimos en Cine y críticas marcianas gracias a sus trabajos en tareas de producción de las comedias Me casé con un boludo y El fútbol o yo. En esta ocasión, cambia al protagonista masculino y pasa de Adrián Suar a Ricardo Darín que vendría a ser como si en vez de conducir un Seat Ibiza pasará a conducir un Rolls-Royce. Cabe decir que Darín e incluso su hijo Chino Darín se han implicado al máximo en la película llegando incluso a reservarse un lugar en las tareas de producción del largometraje.

La historia comienza la conversación con el espectador hablándole sobre el "síndrome del nido vació", que viene a ser como una sensación de desesperanza, soledad y nostalgia cuando un hijo o todos los hijos abandonan el hogar familiar para independizarse. Con ello dejan a algunos padres descolocados, perplejos o desmotivados ante el cambio de rutinas. Otros muchos padres por el contrario lo celebran intensamente por quitarse de encima a unos adolescentes de entre 30 y 40 años que juegan a ser youtubers, instagramers, o Twitter-adictos como sino hubiera un mañana.

La fuente principal del posterior desarrollo narrativo es una pregunta que quizás nadie debería hacerse en un matrimonio con más de 25 años de duración y en el que ambos miembros parecen felices en un principio. Y es que preguntar en relaciones tan extensas algo así como: ¿estás enamorado/a todavía de mí?, puede llevar a un bucle infinito de preguntas y respuestas que disuelvan la relación.

En el desenlace de la propuesta Vera trata de dar respuestas a todas las preguntas planteadas y lo hace de una manera firme, personal y optimista. Este positivismo y en lo que se refiere a la mirada del espectador deja unas sensaciones positivas que es casi lo mejor que se puede decir de una película incluso por encima de su calidad cinematográfica. Por lo tanto, vamos a salir del cine con una sonrisa en la cara y mucho mejor de lo que habíamos entrado dos horas antes de comenzar la proyección. Es entonces, cuando podemos hablar de un cine de evasión que además conlleva una serie de planteamientos bastante inteligentes.


En pantalla aparecen algunos personajes secundarios correspondientes a amigos comunes de la pareja u otros en roles de nuevos romances post-separación que conllevan pura diversión narrativa. Pero sin duda todo el peso del reparto está sostenido sobre los principales protagonistas del conflicto. Creo que poco puedo añadir sobre Ricardo Darín. Se encuentra en un momento mágico y probablemente pueda considerarse ya el actor más internacional de la historia de Argentina. Por otro lado, nos encontramos con una gran Mercedes Morán (Luna de Avellaneda), que si bien es una actriz de reconocido prestigio en el país del tango, no es tan popular fuera de sus fronteras. Aunque esta apreciación puede cambiar en este año 2018 con este trabajo y con su envolvente papel en la excelente película El Ángel (reseña de Paula Vázquez Prieto), de la que por cierto yo no hice la crítica al ser vetado ridículamente por la distribuidora como si este pequeño espacio marciano tuviera alguna influencia positiva o negativa en el infinito mundo de la crítica de cine.

Respecto a los personajes interpretados y a sus significantes guardan muchísimas características comunes que nos hablan del desgaste en la pareja, de las nuevas formas de relacionarnos virtualmente o del desarrollo de las habilidades sociales.

En conclusión, El amor menos pensado me ha parecido una propuesta sorprendente, fresca e incluso necesaria por tratar desde la sutileza y el buen gusto algo tan complicado como son las relaciones de pareja. En el debe de la producción volvemos a lo de siempre, y más cuando se trata de un director debutante. Esto no es otra cosa que el no querer tirar de "tijeras" en el montaje y llevarnos con ello a unos excesivos 129 minutos que juegan en contra del ritmo de la propia historia. Aun así, y en un género tan complejo como es la comedia, el resultado es más que positivo.

Nota: 7/10.

Nacionalidad: Argentina.

Dirección y guión: Juan Vera.

Reparto: Ricardo Darín, Mercedes Morán,
Claudia Fontán, Luis Rubio, Andrés Gil.

Música: Iván Wyszogrod.

Fotografía: Rodrigo Pulpeiro.

Duración: 129 minutos.

Estreno Argentina: 2/08/2018.

Estreno España: 30/11/2018.

viernes, 21 de septiembre de 2018

Todos lo saben: La España profunda en la versión copia/pega de un irreconocible y desbordado Asghar Farhadi


El paisaje sostiene las huellas del pasado, reconstruye recuerdos y proyecta en las miradas las sombras de otro tiempo. -Julio Llamazares.

La historia: Laura (Penélope Cruz) regresa desde su Buenos Aires de adopcion a un pequeño pueblo del interior de España para asistir a la boda de su hermana. Esta última decidió quedarse en el medio rural, y no emigrar a Argentina por su apego a la tierra natal. Una vez allí, y tras un feliz reencuentro con sus familiares, la hija adolescente de Laura desaparece sin dejar rastro alguno. Es entonces, cuando la recién llegada al pueblo y desesperada por resolver la situación, pide ayuda a Paco (Javier Bardem) con el mantuvo un romance años atrás. A su vez, Alejandro (Ricardo Darín), que es el marido de Laura y que se había quedado en Argentina por motivos laborales, viaja de urgencia a España para tratar de dar con el culpable de dicha situación. A partir de ese momento, se inicia una intensa búsqueda de la joven entre las sospechas de que cualquier miembro del clan familiar pudiera estar involucrado en esta extraña desaparición.


La crítica: En su anterior película traducida en España con el título de El viajante, el cineasta iraní Asghar Farhadi, trataba y conseguía de una manera brillante explorar el sentimiento de culpa a través de una fábula urbana intimista situada en la ciudad de Teherán. En esta ocasión, sitúa el foco de atención en la España rural y profunda explorando de una manera muy irregular las relaciones humanas en una producción costumbrista que se queda a mitad de camino entre el thriller de suspense y el melodrama en una mezcla que no acaba de funcionar en su discurso narrativo.

Una de las cosas que más llama la atención de Todos lo saben es cómo un cineasta de Irán ha conseguido captar o copiar la idiosincrasia del cine español. Pero lo que alguien puede considerar como una virtud, pasa a ser un defecto cuando fija su modelo en el universo almodovariano despersonalizando con ello su autoría. Con ello, nos encontramos con una imitación del cine de Pedro Almodóvar que se podría entender como un "homenaje" o como una descarado copia/pega de su filmografía. De hecho, se podría haber hecho el experimento de proyectar esta filmación a un grupo de personas que desconocieran quien ha dirigido la película y estoy convencido que nueve de cada diez de estos individuos hubieran afirmado que la película estaba escrita por el cineasta manchego en una "mala noche" y no por Asghar Farhadi. En cualquier caso, además de una osadía por intentar igualar un cine tan pasional, personal y tan grande como es el de Almodóvar, escribiría exactamente lo mismo si Almodóvar se fuera a Irán e intentará reflejar la sociedad iraní como solo en ese caso Asghar Farhadi sabe hacerlo.

Volviendo a la historia, y tras una presentación de Todos lo saben profundamente estúpida, larga e insustancial, por fin llegamos al nudo narrativo que vuelve a incidir en esta ocasión de manera acertada, en la oleada de secuestros, asesinatos, o desapariciones que vienen asolando a la sociedad española. Y es que casos como el de Marta del Castillo, el de Diana Quer o el de la chica violada en Pamplona por cinco bestias humanas con nocturnidad, superioridad y alevosía (la justicia española llama ahora a las violaciones abusos sexuales, retorciendo el lenguaje de una manera perversa) están encontrado reflejo en el cine con películas como 'La isla mínima', 'Cuando los ángeles duermen' o la reseñada hoy en la que Asghar Farhadi toca este tema inspirado en un recorte de periódico que leyó durante un viaje a España en el que se trataba un suceso criminal semejante a los citados.

Pero el principal problema de la producción reside en que el cineasta aparca de alguna manera el suceso que marca la acción, y lo que debería haber sido un thriller de suspense, lo convierte en un mal melodrama lleno de clichés, y con una mirada muy desenfocada hacia una España negra que ya no existe y que resulta incluso ofensiva para los habitantes del medio rural. Durante la trama se intercalan secuencias como la de un bar donde retrata a unos personajes arquetípicos y frustrados, mientras que por otra parte, y en las secuencias interiores del hogar familiar, dibuja una especie de casa lorquiana de Bernarda Alba como si los habitantes del mundo rural no hubiesen evolucionado desde aquel año 1936.


Con respecto al reparto, el circo que monta Penélope Cruz es tan inaudito como la nominación que seguramente vaya a recibir en los Premios Goya por un papel sobreactuadisimo, lleno de sus habituales grititos chirriantes y mezclando en la misma película??, un suave acento argentino y un español neutro en un hecho sin precedentes. ¿Cómo es posible que el director, cuya función principal es dirigir actores, no se haya percatado de este cambio en el acento? Pues muy sencillo, porque no sabe español y ha tenido que dirigir la película con un interprete. ¿Por qué entonces meterse en el berenjenal de argentinizar el personaje de Pé? Inexplicable.

Para que nadie me tome por loco o más marciano aún de lo habitual, veamos en este pequeño clip de vídeo de menos un minuto, como en el segundo 39 la actriz española pronuncia la frase: "un besito" con un acento extraterrestre, en el segundo 42 la palabra "hermosa" con acento argentino, y remata la escena en el segundo 48 con la frase: "¿y quién te ha dicho a ti que es de Alejandro?" con acento castellano neutro. Después y a lo largo de la película entra en modo Pé, es decir en modo niña del exorcista 3.0, cambiando de acento de manera histérica con el añadido de un registro vocal alucinante pasando de los graves a los agudos a su antojo.


Javier Bardem por otra parte, siendo en mi opinión, el mejor actor español de la historia con tremendas actuaciones en 'Días contados', 'Mar adentro', o 'No es un país para viejos', parece no estar atravesando su mejor mejor momento, y probablemente sea debido a una mala selección de papeles con personajes apagados.

Sin embargo, el que se roba la película como dicen en México y con un papel secundario es un inconmensurable Ricardo Darín que se come en pantalla a los actores españoles mencionados antes. Sencillamente magistral, al igual que la actriz española Elvira Minguez en un pequeño pero importante papel secundario.

Si hablamos de la significación de los personajes en la historia, habría que señalar que forman un extraño triangulo amoroso en dos tiempos narrativos en la que las necesidades económicas, afectivas y emocionales juegan un papel muy importante para la resolución del conflicto planteado. Esta parte de libreto puede gustar más o menos pero al menos mantiene cierta tensión en un guión que quizás ambientado de otra manera hubiera funcionado mejor y de forma mucho más natural.

Respecto a los aspectos técnicos de la película cabe decir que son absolutamente sobresalientes pero quedando dilapidados, escupidos y ninguneados por la narrativa expuesta anteriormente. Cabe destacar un excelente sonido directo, una magnífica dirección de arte y una fotografía de ensueño dirigida por el maestro José Luis Alcaine y acompañada eso sí, de una bellísima composición de planos de Asghar Farhadi al que hay que reconocer un estilo visual de gran factura estética. Todo ello le valdrá a la película para obtener al menos 10 nominaciones a los Goya que si estarían justificadas en los aspectos mencionados con anterioridad.

En conclusión, Todos lo saben viene envuelta en un espectacular marco estético que no sirve para adentrarnos en una historia que se siente impostada, artificial y por supuesto nada creíble. Es por ello que las sensaciones durante la proyección son como las de estar presenciado una obra de teatro, sin olvidar en ningún momento, ese aire peliculero que paradójicamente una película nunca debe contener. Así que al menos en mi visión crítica, subjetiva, e irrelevante considero que la cinta es una propuesta fallida que deforma la realidad de una manera considerable con el añadido de ver a un cineasta irreconocible y desbordado.

Nota: 4/10.

Nacionalidad: España.

Dirección y guion: Asghar Farhadi.

Reparto: Javier Bardem, Penélope Cruz,
Ricardo Darín, Elvira Minguez, Eduard
Fernández, Bárbara Lennie, Elvira Minguez.

Música: Alberto Iglesias.

Fotografía: José Luis Alcaine.

Duración: 130 minutos.

Estreno Argentina: 6/09/2018.

Estreno España: 14/09/2018.

miércoles, 12 de abril de 2017

Nieve Negra


Las inclemencias del tiempo pueden destruir una casa, pero solo el hombre puede destruir un hogar. - René O. Galarza.

La historia: Marcos (Leonardo Sbaraglia) regresa a Argentina junto a su esposa Laura (Laia Costa) para despedir a su padre y gestionar la herencia que ha dejado para sus tres hijos. El mismo Marcos y su hermana Sabrina (Dolores Fonzi) están de acuerdo en aceptar una oferta de 9 millones de dólares por un aserradero y una cabaña donde reside su hermano Salvador (Ricardo Darín). Este último, no está a dispuesto a vender el que ahora es su hogar y que a la vez fue la residencia familiar. Los fantasmas del pasado reaparecerán cuando el recién llegado le pida a su hermano que venda su parte de la propiedad. Es entonces, cuando el conflicto estallará.

Darín casi irreconocible

La crítica: El cineasta argentino Martín Hodara (La señal) se pone al mando de este irregular thriller que vuelve a unir al cine hispano argentino en una colaboración cada vez más intensa entre ambos países. Si bien es cierto que durante los últimos años esta colaboración internacional está dando unos resultados más que notables, el peligro de la sobreexplotación de esta fórmula puede llevar a resultados disparejos como en esta ocasión. Y es que Nieve Negra resultando entretenida, no llega a la altura de otras coproducciones como la muy intrigante Al final del túnel o la brillante El ciudadano ilustre seleccionada por Argentina para ser nominada al Oscar de la Academia.

Narrada mediante recurrentes y reiterativos flashbacks hacia la infancia de los tres hermanos, el cineasta aprovecha este recurso para retratar la pérdida de un cuarto hermano en un supuesto accidente de caza. El sentimiento de culpa, los tortuosos recuerdos familiares y los secretos más oscuros e inconfesables se apoderan de la trama en su trepidante media hora final. El problema de Nieve Negra surge entonces cuando en la primera parte de la historia, la narración se hace densa, premiosa y lúgubre hasta llegar al verdadero conflicto narrativo que surge en el hábil desarrollo de su tercio final.

Y es que es una cinta de presentación larga y en cambio de fulminante final. Por lo tanto, se presta a la paciencia que el espectador pueda tener hacia este tipo de desarrollo argumental. Por otro lado, el clima hostil del invierno en la Patagonia argentina (aunque la película esté rodada en Andorra), refuerza el carácter hosco que el cineasta quiere impregnar a los oriundos del lugar. Éste mediante la metáfora de convertir algo blanco y puro como la nieve en algo negro como el retorcido comportamiento de algunos seres humanos juega con el espectador. 

Tensión entre hermanos

¿Es Ricardo Darín el mejor actor argentino de la historia o tal vez sea exagerada esta pregunta? Desde luego en mi opinión sino el mejor, de los mejores. Dicho esto, no entiendo a qué obedece su más que mejorable dicción en el personaje de Salvador representado en esta ocasión. Se podría achacar de alguna manera al querer dar a su trabajo un comportamiento huraño, violento y feroz como es el caso del casi ermitaño Salvador. En cualquier caso, con su profunda mirada consigue transmitir las sensaciones habituales en su buen hacer.

Su contraparte en la filmación es un buen Leonardo Sbaraglia, en el papel de su hermano Marcos, que representa la ambición, el miedo y el regreso al lugar del que huyo para olvidar la tragedia que sucedió con el hermano fallecido. Su esposa en la cinta es la española Laia Costa (Tengo ganas de ti), y podríamos decir que es el personaje observador de la cinta. No obstante, ella deja ver que la herencia a cobrar es un estímulo muy importante. ¿La juzgamos por ello? ¿Nadie es así? ¿Tres millones de dólares es un buen motivo para intentar convencer a su cuñado de que venda la propiedad?

Laia Costa es Laura, la ambición sutil

En el apartado técnico hoy solo voy a destacar el potente sonido directo de la producción que impregna casi todas las secuencias. El simple hecho de pasar las hojas de un libro o el golpeteo de los tenedores en una de las comidas familiares llega con tal nitidez y claridad que incluso puede parecer exagerado. Me gustaría hablar con un sonidista para ver si el sonido es tan espectacular como parece o está subido de vueltas. Desde luego es un aspecto sumamente llamativo.

Para concluir ya, diré que al ser una película de secretos es en la trama donde deben ser revelados y nunca en una crítica de cine. No obstante y recapitulando podríamos decir que la premiosidad en llegar hasta el conflicto narrativo puede resultar exasperante. Por lo tanto, Nieve Negra baja la nota respecto a otras producciones hispano argentinas y queda para los incondicionales de Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia que no es poca cosa.

Nota: 5/10.

Nacionalidad: Argentina, España.

Director: Martín Hodara.

Reparto: Leonardo Sbaraglia,
Ricardo Darín, Laia Costa,
Federico Luppi, Dolores Fonzi.

Guión: Martín Hodara,
Leonel D'Agostino.

Música: Zacarías de la Riva.

Fotografía: Arnau Valls Colomer.

Duración: 90 minutos.

Estreno Argentina: 19/01/17.

Estreno España: 12/01/17.