martes, 6 de mayo de 2025

Cónclave: magistral radiografía de la elección de un nuevo Papa


Cónclave dirigida por Edward Berger se ha ido estrenando a nivel mundial entre finales de 2024 y principios de 2025 con el curioso dato de que en España se mantiene en cartelera en alrededor de 150 cines desde hace cuatro meses en algo que cada vez se convierte en algo más insólito. La muerte del Papa Francisco la ha vuelto a poner en el candelero y se reestrenará de nuevo en muchos países. 

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La historia: El filme sigue muy de cerca uno de los rituales más secretos del mundo: la elección del Papa. Tras la inesperada muerte del Sumo Pontífice, el cardenal Lawrence (Ralph Fiennes) es designado como responsable de dirigir el cónclave. Cuando los líderes más poderosos de la Iglesia Católica se reúnen en los salones del Vaticano, Lawrence se ve atrapado dentro de una compleja conspiración a la vez que descubre un secreto que podría sacudir los cimientos de la Iglesia.

La crítica: Con aromas al gran filme Las sandalias del pescador, Cónclave está basada en el bestseller homónimo de Robert Harris. La novela ha sido tildada de "Versión eclesiástica de House of Cards" por The Times. Su adaptación a la gran pantalla corre a cargo del guionista nominado al Oscar Peter Straughan (El topo) que ahora sí ha ganado el Oscar a mejor guion adaptado por la cinta hoy reseñada. Merecido.

Cónclave trata sobre la inesperada muerte del Papa y como los miembros del Sacro Colegio Cardenalicio se reúnen en el Vaticano para elegir a su sucesor, una decisión que inaugurará una nueva era para la Iglesia católica. Aislados dentro de la Capilla Sixtina, cardenales de todo el mundo compiten por convertirse en el nuevo sumo pontífice. El cardenal Lawrence (Ralph Fiennes), decano del Colegio Cardenalicio, ejercerá el deber sagrado de presidir este ritual secreto celebrado desde hace siglos.

Los cardenales papables que empiezan a posicionarse como favoritos son el cardenal Bellini del Vaticano (Stanley Tucci), Trembley de Montreal (John Lithgow), Tedesco de Venecia (Sergio Castellitto) y Adeyemi de Nigeria (Lucian Msamati), que de ser elegido se convertiría en el primer papa africano de la historia. A mi juicio las mejores interpretaciones son las de Fiennes, Tucci y el personaje de la monja, encargada de la Casa Santa Marta, interpretada por Isabella Rossellini. 

La cinta empieza con un duelo de guante blanco en la que parece que nadie quiere el papado. Pero pronto, el cineasta convierte al filme en un intenso thriller en el que no faltan conspiraciones y "puñaladas por la espalda" entre cardenales para conseguir los votos necesarios. Cada uno opera por interés propio y oculta secretos comprometedores que podrían cerrarle las puertas al cargo más importante de la Iglesia católica. A las revelaciones inesperadas y los complots maquiavélicos que amenazan con desbaratar el proceso se suma la lucha interna a la que se enfrenta Lawrence, sumido en crecientes dudas sobre su vocación. Al descubrir que el anterior pontífice también tenía secretos, su sentido de la responsabilidad le lleva a investigar a fondo el asunto. Jamás hubiera podido imaginarse el insospechado giro final que en mi caso me ha parecido estrambótico restándole al menos un punto para que el resultado completo hubiera sido un sobresaliente cerrado. 

El difunto papa tenía una última sorpresa para el Cónclave: el nombramiento reciente y secreto del cardenal Benítez de Kabul. El encargado de interpretar a este recién llegado es Carlos Diehz, en su primer papel importante en cine. Tiene un estilo muy fresco y una gran capacidad para transmitir todos los valores cristianos. Benítez se convierte en la inesperada voz de la razón y la conciencia, apoyando a su candidato que es Lawrence sin ambages. Un atentado islamista que rompe los cristales de la Capilla Sixtina enardece el debate y será clave en la elección del nuevo Papa. Otros se descartan al conocer sus escándalos. 

La técnica de la película es brillante y nos mete de lleno con un realismo lírico en las alcobas, comedores o rincones predilectos del Vaticano donde los papables ya no esconden sus cartas. La luz a veces tenue y otras luminosa es una metáfora del bien y del mal que encierra la Iglesia. Una institución que es uno de los patriarcados más antiguos del mundo. Marginan a las mujeres, que no tienen voz ni voto. La mayoría de los personajes, incluido Lawrence, acepta que el sistema sea así. Pero hacia el final de la película empezamos a preguntarnos por qué la Iglesia no puede abrirse a escuchar a otras voces sobre todo por su supervivencia. Es inexplicable que las mujeres no puedan ejercer y subir en la escala del sacerdocio y por tanto no cuentan con derecho al voto en la elección del Papa.

Cónclave es un drama político que explora las tensiones entre el idealismo, la espiritualidad y la realpolitik. Habla de cómo las negociaciones y el poder corrompen, porque hacen peligrar la integridad y el altruismo. Todo ello ambientado en un mundo fascinante al que no solemos tener acceso y en la que cineasta, novelista y guionista han realizado un magistral trabajo radiografiando lo que es la máxima asamblea de Cardenales. En breve se anunciará con la fumata blanca el rumbo que tomará la Iglesia en los próximos años. En conclusión, tensión y tradición se dan la mano en un apasionante thriller que nos adentra en el funcionamiento interno de la Iglesia católica, mostrando un proceso plagado de misterio y suspense.

Nota: 9/10. 


Nacionalidad: Reino Unido

Género: Drama, Religión

Dirección: Edward Berger

Guion: Peter Straughan

Música: Volker Bertelmann

Fotografía: Stéphane Fontaine

Duración: 115 minutos

Reparto: Ralph Fiennes,
Stanley Tucci, John Lithgow,
Sergio Castellitto ...

martes, 28 de enero de 2025

El brutalista: Cine con Mayúsculas


El brutalista dirigida por Brady Corbert se ha estrenado el 24 de enero de 2024 en cines españoles. Con Adrien Brody de protagonista la cinta es una de las favoritas para los Premios Oscar. 

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La historia: Huyendo de la Europa de la posguerra, el visionario arquitecto László Toth llega a Estados Unidos para reconstruir su vida, su obra y su matrimonio con su esposa Erzsébet tras verse obligados a separarse durante la guerra a causa de los cambios de fronteras y regímenes. Solo y en un nuevo país totalmente desconocido para él, László se establece en Pensilvania, donde el adinerado y prominente empresario industrial Harrison Lee Van Buren reconoce su talento para la arquitectura. Pero amasar poder y forjarse un legado tiene su precio...(A24).


La crítica: Overture. Así comienza esta grandiosa película. Nominada a 10 Oscars de la Academia en competencia con la ridícula Emilia Pérez (13 nominaciones), veremos si se opta por un premio político o por premiar al Cine. Voy a aclarar varias cosas que no todo el mundo tiene porque conocer. El movimiento brutalista surgió en la década de 1950. Liderado por el arquitecto franco-suizo, Le Corbusier, sus principios básicos eran el uso del hormigón, materiales industriales inacabados, elementos estructurales fuertes, formas rígidas y colores monocromáticos. (El nombre derivaba del término francés para el hormigón en bruto: béton brut). Los edificios brutalistas pretendían proyectar una imagen utilitaria, con ejemplos famosos como el ahora Frick Madison de Nueva York, el Barbican de Londres y la Catedral de Santa María de la Asunción de San Francisco. Nuestro protagonista, que es ficticio, se inspira en este modelo para desarrollar su carrera. 

El brutalista, sin embargo, no es una película sobre arquitectura aunque esté muy presente. Es un filme que nos habla de inmigración, de las paradojas del sueño americano y del derecho a la dignidad. Sus tres horas y media de duración con descanso incluido, sería la parte más polémica del planteamiento. En parte, hablamos de un hueso duro de roer y a su vez de cine para paladares exquisitos -y muy pacientes-. 

Cine en definitiva para ver en pantalla grande y más teniendo en cuenta que está rodada en celuloide. Su director con 36 años da un recital de planos, narra parte de la historia de Estados Unidos y se convierte por derecho propio en un maestro del cine. Incluso a aquellos que la cinta no pueda convencer del todo, reconocerán las grandiosas formas y miradas de un cineasta con muy largo recorrido. 

La película es para verla y menos para leer sobre ella por lo que no me extenderé demasiado. Las claves están dadas: la inmigración, arquitectura, sueño americano a veces invertido y una historia que también nos habla de la familia, de las raíces y de los sueños por lograr. También del miedo, el desdén hacia el que viene de fuera o los apátridas cuyas voces que en el caso judío llegan hasta nuestros días.


Brody da un recital interpretando a László Toth. Un personaje que está basado en una persona que no existió con lo que la cinta gana alejándose del biopic al uso. Lo que encuentra el personaje a su llegada al mundo occidental es una América muy diferente a la que esperaba. La promesa del sueño americano demuestra ser una mera ilusión y su reputación como arquitecto de éxito en Budapest no parecen resonar en el aristocrático entorno de Pensilvania. Su esposa está muy bien interpretada por Felicity Jones. Su personaje Erzsébet, está atrapada en la Europa oriental de posguerra y su mayor deseo es volver a estar con su marido. El otro personaje importante lo hace el genial Guy Pearce interpretado a Lee Van Buren que da trabajo a Tóth para construir un monumento conmemorativo a la difunta madre de este en la enorme propiedad del oligarca, en el estado de Pensilvania. En el transcurso de la película, ese monumento se convierte en todo un símbolo de la genialidad de Tóth, de todo el sufrimiento que le acarrea la guerra y de la épica batalla en la que se enzarza con el capitalista para poder construirlo.

La parte técnica es sobresaliente. La fenomenal banda sonora se acopla al montaje o viceversa. Fotografía, diseño de vestuario y espacios brutalistas son igualmente perfectos. Se recrea con destreza la vida urbana y rural de Estados Unidos en la Pensilvania de mitad de siglo, lo que requiere un diseño de producción específico en cuanto a la época y el enclave. También fue necesario crear la imponente visión arquitectónica del proyecto que László va construyendo en diferentes fases y que comienza sobre una colina de Pensilvania para para luego ir desarrollándolo en el transcurso de muchos años.


El brutalista me ha parecido un film grandioso aunque algo excesivo en el metraje. Hablamos de cine hecho a fuego lento y que quedará en la memoria colectiva de los espectadores. Con unas grandes interpretaciones y una imágenes conmovedoras hablamos de cine de otro tiempo. De cine clásico. Del cine que me habló mi padre y de un arte que aún merece la pena. Un arte con presente y futuro. Un arte que nos enseña, nos emociona, nos cabrea, nos duele y nos hace sentir también mucho más humanos. La cinta, en definitiva, es la celebración del séptimo arte. 

Nota: 9/10.


Nacionalidad: EE UU

Género: Drama

Director: Brady Corbet

Guion: Brady Corbet

Música: Daniel Blumberg

Fotografía: Daniel Blumberg

Duración: 215 minutos

Reparto: Adrien Brody, Felicity Jones, 
Guy Pearce, Joe Alwyn.

martes, 28 de febrero de 2023

The quiet girl: belleza y emoción


 The quiet girl dirigida por Colm Bairéad se ha estrenado en cines españoles el día 24 de febrero de 2023. Este emotivo drama irlandés ha obtenido la nominación al Oscar en la categoría de mejor película internacional. 

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La historia: Cáit, una niña de nueve años, vive retraída entre su familia numerosa y hostil. Sus padres la envían a pasar el verano a casa de unos parientes más adinerados, donde el misterioso silencio de Cáit se encontrará con el calor de un hogar y con idílicos paisajes. Allí, la pequeña se hará eco del secreto que esta familia adoptiva calla.


La crítica: Puede sonar a tópico, pero la sucesos que ocurren en la infancia son los que marcan nuestra vida. Para bien o para mal. The quiet girl es un sutil cuento irlandés sobre cómo el amor o el desamor recibido por una niña puede moldear su personalidad, sus afectos y su futuro. 

The quiet girl es una adaptación en irlandés del aclamado relato Foster, escrito por Claire Keegan. Publicado por primera vez en el New Yorker y declarado "Lo mejor del año" por la revista, el relato fue ampliado y publicado como libro independiente por Faber & Faber en 2010. El guionista y director Colm Bairéad leyó por primera vez Foster en verano de 2018 e inmediatamente le cautivó la idea de adaptarla como película. Hoy en día se ha convertido en la película irlandesa más vista de la historia de Irlanda lo que confirma una vez más la recuperación del cine en la sala de cine. Avatar 2 es ya una de las películas más vistas de la historia del cine y Netflix comienza a dar signos de agotamiento, quizás, por su absurda política con las cuentas y por una producción propia estéril. 

Volviendo a The quiet girl, es un filme cautivador que toca temas cruciales de nuestra vida: los complejos lazos familiares, la cuestión del crecimiento emocional y psicológico y, de forma crucial, el fenómeno del duelo y su capacidad para moldearnos. Desde un punto de vista formal, la cinta en sí misma es convincente: una narración en primera persona, en tiempo presente y narrada a través de los ojos de una niña. Resulta envolvente, empática e innatamente visual. Gran parte de la historia es lo que la pequeña ve y siente en cada momento. La tensión narrativa del filme se desarrolla por completo desde la experiencia de la niña, más que desde una excesiva dependencia de la trama. De hecho, la única pega que puedo poner al filme es que el conflicto narrativo tarda en estallar.


La interpretación de Catherine Clinch es dulce y asombrosa para su edad. Su personaje es introvertido, asustadizo, pero de una ternura que emociona en cada secuencia. La idea de dar forma a la experiencia de esta niña y que ésta fuera la preocupación principal de la película es brillante. También se exploran las dinámicas de los demás personajes y sus relaciones con la cría. Un padre que no la quiere, una madre superada por su prole de niños y el encuentro del amor por sus "padres adoptivos" durante el verano de 1981 en esa preciosa Irlanda rural. 

La fotografía de Kate McCullough y la bella música de Stephen Rennicks hacen del filme una experiencia única en lo sensorial. En lo personal he sentido de manera plena el olor de la naturaleza, la belleza de las imágenes y las propias localizaciones exteriores como si estuviera dentro del filme. Esto es algo casi onírico y abrumador. 

The quiet girl es un filme único en su especie. El cineasta nos ofrece un relato sugerente, de una gran belleza y una inmensa profundidad. Un relato que gira alrededor de la familia, del desamor y la pérdida. Hablamos de un delicado drama coming-of-age que explora cuestiones como el amor, el abandono y el dolor a través de los ojos de la inocencia.

Nota: 9/10.


Título original: An Cailín Ciúin

Género: Drama

Nacionalidad: Irlanda

Dirección: Colm Bairéad

Guion: Colm Bairéad

Fotografía: Kate McCullough

Música: Stephen Rennicks

Duración: 95 minutos

Reparto: Catherine Clinch,
Carrie Crowley, Andrew Bennett,
Michael Patric, Carolyn Bracken

lunes, 12 de abril de 2021

Otra ronda (Druk): la borrachera como método


Otra ronda dirigida por Thomas Vinterberg se ha estrenado en cines españoles el día 9 de abril. La cinta danesa ha sido nominada a los Oscars en las categorías de mejor película internacional y de mejor dirección. 

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La historia: Cuatro profesores de secundaria se hacen eco de la teoría de que con una pequeña cantidad de alcohol en nuestra sangre, y que una ligera embriaguez abre nuestras mentes al mundo que nos rodea, disminuyendo nuestros problemas y aumentando nuestra creatividad. Animados por esa teoría, Martin y tres de sus amigos se embarcan en un experimento para mantener un nivel constante de intoxicación etílica a lo largo de su jornada laboral. Si Churchill ganó la II Guerra Mundial aturdido por el alcohol, ellos se proponen triunfar en su vida personal y profesional a base a unos niveles medios de alcohol en sangre. 


La crítica: Thomas Vinterberg (Kursk: El submarino que conmocionó al mundo), vuelve a las historias locales con una premisa sorprendente y divertida que le ha valido para dar la vuelta al mundo por distintos festivales hasta llegar como uno de los favoritos a la carrera por la mejor película en habla no inglesa en los premios de la Academia de Cine. 

La cinta se basa en una hipótesis del psicólogo y profesor universitario noruego Finn Skårderud. Éste, teoriza sobre un supuesto déficit de alcohol en sangre (un 0,05 %) en los seres humanos y concluye, según los cuatro protagonistas del filme, que con ese nivel de alcohol el rendimiento social aumenta en gran medida. Así es como Martin, Thommy, Nikolaj y Peter deciden ir a sus clases con unas copas de más y de manera sorprendente todo empieza a mejorar en sus vidas. También a nivel personal y familiar.

Otra ronda va evolucionando de una comedia con moderada diversión hacia un drama social cuando los profesores comienzan a perder el control sobre su consumo diario de alcohol. Pero antes observamos como después de los primeros tragos de alcohol, la conversación de los profesores crece y se hace fluida, los problemas dejan de agobiarlas e incluso sus parejas los comienzan a ver como tipos brillantes sin sospechar a que se debe esa nueva alegría de vivir. Sus alumnos ahora también les adoran e incluso están aumentando su rendimiento escolar. 

En cierta forma, Thomas Vinterberg, rinde un homenaje al consumo moderado de alcohol y en ese lado gamberro es cuando la película gana enteros. Sin embargo, el cineasta danés echa el freno en la segunda parte del filme mostrando un lado moralista que en parte destruye el buen planteamiento inicial del filme. De esta manera y a través de una secuencia entre un alumno y su profesor trata de mostrar el grave problema con el consumo de alcohol que existe en Dinamarca y en buena parte del Norte de Europa. Desconozco si Vinterberg se ha pasado por España, Italia o Grecia pero la gente del Sur del viejo continente ya suele convivir de manera ocasional o total con un cierto nivel etílico en sangre. 


Martin es el protagonista de la historia siendo interpretando por un magnífico Mads Mikkelsen. A través de sus ojos vemos a este póker de profesores que en su vida se han visto en otra igual. Hablamos de cuatro buenos hombres en la crisis de los cuarenta. Los encontramos en un mundo aburrido y mediocre que los va encerrados en la monotonía de sus patrones y hábitos, atrapándolos en una escala de grises nada atractiva. Al mismo tiempo que van bebiendo más y más van recordando la libertad de la juventud, los encaprichamientos amorosos o la ingravidez de una vida sin responsabilidades. Cabe recordar que los cuatro actores protagonistas (Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen, Magnus Millang y Lars Ranthe) se llevaron de manera compartida y muy merecida la Concha de Plata a la mejor interpretación masculina en el pasado Festival de San Sebastián. 

En los aspectos técnicos el filme se siente correcto aunque algo plano en un metraje pasado de frenada. El gran ritmo inicial cae en picado en la segunda parte de la narración. Destacaría, eso sí, como Vinterberg realiza una recopilación de imágenes con políticos contemporáneos en estados asociables a la embriaguez. Observar a Boris Yeltsin en supuesto estado de borrachera se transforma en uno de los momentos épicos de la película. 


En conclusión, Otra ronda, me ha parecido mejor por su premisa de salida que por su desarrollo final moralista. No obstante, la película representa de manera aseada como la amistad es un factor tan importante como puede ser la familia o el amor. Thomas Vinterberg apoyado en un buen reparto nos regala en definitiva una historia llamativa llena de luces y sombras. 

 Nota: 7/10.


Nacionalidad: Dinamarca

Dirección: Thomas Vinterberg 

Guion: Thomas Vinterberg 

Fotografía: Sturla Brandth Grøvlen

Duración: 116 minutos

Reparto: Mads Mikkelsen,
Thomas Bo Larsen, Magnus,
Millang, Lars Ranthe, Susse Wold

lunes, 29 de marzo de 2021

Nomadland: Chloé Zao llega a la cumbre con su apabullante lirismo cinematográfico


Nomadland dirigida por Chloé Zao se ha estrenado en cines españoles el día 26 de marzo. La cinta fue galardonada con el León de Oro en la última edición del Festival de Venecia y se perfila como una de las favoritas en la carrera por los Oscars de la Academia de Cine. 

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La historia: Fern (Frances McDormand) es una mujer de 60 años que ha perdido su casa y su trabajo tras el colapso económico de una empresa en una zona rural de Nevada. Los hechos narrados sucedieron tras la crisis financiera provocada por la burbuja inmobiliaria de principios de siglo. Tras estos sucesos, Fern decide embarcarse en un viaje a través del Oeste viviendo en una caravana como un nómada en busca de su destino.


La crítica: Nomadland está basada en el libro Nomadland: Surviving America in the Twenty-First Century de Jessica Bruder. El ensayo se editará en castellano con el título “País nómada. Supervivientes del siglo XXI”. Con estos mimbres la cineasta china-estadounidense Chloé Zao, directora de la mágica The Rider, se consolida como una de las más potentes narradoras del cine actual.  

La cinta se presenta como un amplio retrato panorámico del espíritu nómada estadounidense. Para ello, sigue el rastro del trabajo migratorio estacional a través de los ojos de una mujer marcada por la pérdida. Perdió a su esposo, perdió su trabajo y perdió su hogar. Observamos su decadencia en contraposición a la grandeza del Oeste americano: desde las tierras baldías de Dakota del Sur hasta el desierto de Nevada y el noroeste del Pacífico. Pero en este proceso de duelo, Fern va ganando fuerza y encuentra su comunidad en las reuniones de otros nómadas a las que asiste para simplemente sobrevivir a la vida. 

La narrativa se asienta sobre los prejuicios que existen sobre determinadas personas en los Estados Unidos. Hay discriminación por edades, etnias, sexos y un cierto rechazo a contar historias sobre personas mayores o personas que han acabado en la periferia de la sociedad renunciando por completo al sueño americano. La película, en cierta forma, es la negación del significado final de este sueño entroncando de manera maestra con Las uvas de la ira del maestro John Ford. Así es como observamos, a veces entre lágrimas, como nuestra protagonista, Fern, vaga por el Oeste americano trabajando en un centro de distribución de Amazon, en una planta de cosecha de remolacha azucarera, en la cafetería de una atracción turística y como limpiadora de un campamento en un Parque Nacional. Su odisea, que aparece como un lienzo pintado en medio de hermosos parajes, es el retrato perfecto de la decadencia estadounidense. 
 

Frances McDormand, tras su Oscar por Tres anuncios en las afueras, vuelve a realizar una interpretación magistral que bien merecería otro premio de la Academia. Su personaje evoluciona en consonancia a la estructura narrativa propuesta. Al vivir en una camioneta, se ve cada vez más expuesta a la naturaleza: a su belleza pero también a su hostilidad que de manera paradójica aumentan su capacidad para reponerse y sanar de sus heridas vitales. En cierta forma, el espectador que consiga empatizar con Fern y su situación de especial vulnerabilidad, irá sanando con ella las cicatrices de su propio destino. Los demás personajes, también nómadas, buscan como ella su lugar en el mundo a través de un viaje de conocimientos y experiencias puestas en común a lo largo del filme. Fern encuentra su comunidad en las reuniones nómadas a las que asiste, que incluyen a Linda May y Swankie (nómadas de la vida real que se interpretan a sí mismos). Asimismo cabe destacar la semilla de una amistad romántica con Dave (David Strathairn) poniendo con ello un contrapunto emocional a una película cocinada a fuego lento. 

El lirismo en la película también se muestra a través de la magnífica música que nos regala el compositor y pianista italiano Ludovico Einaudi. También cabe destacar la preciosista fotografía de Joshua James Richards que actúa como sujeto narrador fundamental en los enormes espacios abiertos del interior de los Estados Unidos. Un regalo a la vista.


Nomadland, por avatares del destino, llega en el momento perfecto para reivindicar el verdadero sentido que tiene el séptimo arte para ser vivido en su hábitat natural. Hablamos de un filme con amplias panorámicas, profundidad narrativa y con un libreto adaptado con rigurosidad. 

Chloé Zao, en definitiva, redibuja la idea del sueño americano y lo ve desde una nueva perspectiva: la perspectiva de una cineasta nacida y criada en una cultura completamente diferente. Aún así, no es un filme que hable solo sobre lo malo o lo bueno que puede ser el sueño americano. La película representa ante todo el poder del cine como perfecto vehículo cultural y emocional. El profundo y a la vez preciosista relato de Nomadland es el sueño en fotogramas con el que Chloé Zao llega a la cumbre con su apabullante lirismo cinematográfico. Hablamos de una película que por sí misma explica el sentido de ver cine en la sala de cine. 

Nota: 10/10.


Nacionalidad: Estados Unidos

Dirección: Chloé Zao

Guion: Chloé Zhao, Jessica Bruder

Fotografía: Joshua James Richards

Música: Ludovico Einaudi

Duración: 108 minutos.

Reparto: Frances McDormand, 
David Strathairn, Linda May,
Charlene Swankie, Bob Wells, 
Gay DeForest, Patricia Grier

domingo, 7 de marzo de 2021

Minari. Historia de mi familia: delicado viaje en busca del sueño americano

 
Minari. Historia de mi familia dirigida por Lee Isaac Chung se estrena en cines españoles el próximo día 12 de marzo. La película, producida por Brad Pitt, se convirtió en la gran triunfadora de la pasada edición del Festival de Sundance donde ganó el Gran Premio del Jurado y el Premio del Público.

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La historia: A mediados de los 80, una familia coreano-estadounidense se muda a una pequeña granja de Arkansas en busca del sueño americano. Vista a través de los ojos de un niño de siete años la historia profundiza en las relaciones familiares y en los conflictos emocionales que todo cambio de vida conlleva. El viaje en busca de la prosperidad será la piedra de toque para un matrimonio en plena crisis existencial. 


La crítica: Titulada con el nombre de una hierba coreana para cocinar, Minari, es una oda tierna, divertida y evocativa sobre cómo una generación de una familia lo arriesga todo para establecer los sueños de la siguiente generación. La cinta se despliega con toda la intensidad de una memoria vívida. Aunque en una primera impresión la película parezca una historia conocida —la historia de unos inmigrantes que intentan su propio Sueño Americano—, el director Lee Isaac Chung aplica un enfoque nuevo y revelador. En la médula del film cohabitan detallados recuerdos de familia a un tiempo potentes, alegres y cándidos que contribuyen a un relato más grande: el impacto del viaje de una generación nueva de jóvenes americanos que se preguntan cuál es su lugar en el mundo.

La historia es sencilla al igual que su delicada narrativa. Todo empieza cuando en la América de la década de los ochenta Jacob, un coreano recientemente llegado, se lleva su familia de California a Arkansas, decidido a forjarse una sólida independencia como granjero, aunque el terreno sufra de falta de agua. Si bien Jacob contempla Arkansas como tierra de oportunidades, el resto de su familia está agobiada por este movimiento tan inesperado hacia una nueva vida en un pedazo de tierra perdido en mitad de la nada. El espectador contempla de manera hipnótica un viaje que se tambalea en el hilo de la derrota. 

Sin embargo, serán dos miembros impensados de la familia, cada uno a un extremo distinto del espectro, quienes comenzarán a forjar el nuevo sendero del clan: el indisciplinado David, de ojos bien abiertos y siete años de edad, y su abuela Soonja, igualmente desafiante, que acaba de llegar de Corea en avión. En medio de tamaño cambio, al principio chocan, pero pronto descubren los lazos imperfectos aunque mágicos que enraízan la familia con su pasado a medida que afrontan el futuro. La cadencia en la narración nos mece como espectadores integrándonos en la trama como un miembro más de la familia. Poco a poco deseamos conocer, estar, vivir o viajar hasta Arkansas con lo que el cine vuelve a cumplir su misión de ser un transportador de sueños a través de fotogramas en movimiento.


Protagonizada por Steven Yeun ("Burning", "The walking dead"), Yeri Han ("Niebla"), y el joven actor Alan Kim, junto a Will Patton ("Armageddon", "Mensajero del futuro") no podría destacar ninguna interpretación memorable. El reparto se muestra hierático sin mostrar demasiadas emociones con una contención exagerada y contrapuesta a las reglas de un buen melodrama como demuestra ser Minari

Toda esa calidez que falta por momentos, está contrarrestada con una preciosista puesta en escena en la que destacan los tonos pastel que actúan también como sujeto narrador. Toda esta paleta de colores nos acerca a una familia que se va reconvirtiendo en sureños de campo enfrentados a la fe, a la intolerancia, a la salvación y a sus propios defectos como familia. El cineasta que creció en Lincoln, Arkansas, en una pequeña granja de los montes Ozark, usa la experiencia vivida para dar calor a una película con matices autobiográficos a la vez que universales. 

En conclusión, Minari. Historia de mi familia me ha parecido una reconciliación con el buen cine de autor. La historia narrada posee una gran mezcla de tonos: divertidos, dulces, tristes, y esperanzadores en su génesis. En definitiva, la cinta explora cómo una familia atraviesa no sólo los muy específicos dilemas en el proceso de asimilación a la América rural, sino también cómo afronta cuestiones más amplias de humanidad básica: los vacíos que combatimos todos entre los vínculos familiares y la independencia, la fe y el escepticismo, a caballo entre el sentimiento de outsider y el anhelo de pertenencia. 

Nota: 8/10


Nacionalidad: Estados Unidos

Dirección: Lee Isaac Chung 

Guion: Lee Isaac Chung 

Música: Emile Mosseri

Fotografía: Lachlan Milne

Duración: 115 minutos

Reparto: Steven Yeun, 
Han Ye-ri, Youn Yuh-jung, 
Alan S. Kim, Noel Cho,
Will Patton, Scott Haze

jueves, 12 de septiembre de 2019

Los años más bellos de una vida: un amor para la eternidad


Los años más bellos de una vida dirigida por Claude Lelouch se estrena en cines españoles el próximo día 13 de septiembre. La cinta francesa presentada fuera de concurso en el Festival de Cannes 2019 supone la película número 49 del cineasta galo. 

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La historia: Jean-Louis es un antiguo piloto de carreras que pasa los últimos años de su vida en una residencia para mayores. Y aunque él está perdiendo parte de su memoria no hay un solo día de su vida que no recuerde a Anne. Ella fue la mujer que marcó su vida en un breve pero intenso romance que mantuvieron cincuenta años atrás. Una mañana Anne aparece en el geriátrico para conversar con Jean-Louis. ¿Cerrarán las heridas que tenían pendientes? ¿Prenderá de nuevo la llama del amor?


La crítica: En el año 1966 se estrenaba la icónica película francesa Un hombre y una mujer. El film dirigido por Claude Lelouch está considerado como uno de los filmes europeos más románticos de esa década. Obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes y dos Oscars de la Academia. Uno fue para el gran guión firmado por el propio cineasta y por Pierre Uytterhoeven. La otra estatuilla fue la de Mejor Película en Habla no Inglesa. La película hoy reseñada supone la continuación de aquella historia con los mismos protagonistas en el reparto principal. 

Para situarnos de manera adecuada en el contexto histórico del filme de 1966, y con ello en este de 2019, quiero recordar la génesis de la historia con brevedad. Anne, por aquel entonces, era una joven que después de enviudar conoce a Jean-Louis y este hecho supone un revulsivo en su vida. Pero el doloroso recuerdo de su marido, más el carácter mujeriego de su nuevo amor, impiden el avance de la relación. Un emotivo abrazo en una estación de tren dejó un final abierto en el film originario. Ahora, en Los años más bellos de una vida, aquella escena final encuentra una bellísima resolución. 

La presentación de la película es una maravilla tanto en la parte sentimental como en la parte técnica. Hablamos de una secuencia de veinte minutos de duración, sin cortes y por lo tanto rodada en tiempo real. En ella, se produce el rencuentro de los antiguos amantes con una conversación que se siente como un testimonio vital del cineasta y de los protagonistas. Se funden personajes y actores. El buen cinéfilo solo puede permanecer absorto y embelesado ante la potencia de los diálogos. 

El largometraje, por consiguiente, se siente más como una fusión de ambas películas que como una secuela. De hecho, el cineasta recurre de manera muy acertada a intercalar flashbacks por lo que no será necesario haber visto la cinta de 1966 para disfrutar de la actual. De esta manera, la película funciona de manera independiente conjugando dos épocas de una manera maestra. Cabe recordar que el director galo ya realizó en el año 1986 una película que sirve de nexo de unión entre la primigenia de 1966 y la actual de 2019. La misma se tituló: "Un hombre y una mujer, 20 años después". Sin embargo, aquella producción no acabó de funcionar de la manera esperada. Claude Lelouch, ahora sí, ha dado con la tecla exacta para fundir la trilogía en una sola película.

Para el recuerdo quedan secuencias en las que la pareja pasea en coche por la bella campiña francesa. También hay encuentros con los hijos de ambos, e incluso retazos humorísticos a cuenta del deterioro cognitivo y la sexualidad en la tercera edad. 


En la imagen superior en blanco y negro vemos a los protagonistas en una escena del filme de 1966. En ella, observamos la pasión, la atracción física y el nacimiento del amor. En contraposición, y en la imagen inferior, podemos observar la complicidad, la ternura e incluso el sosiego que produce la llegada del otoño a la vida de las personas. Todo en el preciosista filme francés pasa por un debate en torno a la juventud, a la vejez, y a los errores o aciertos que se cometen en la vida. También está muy presente la sombra del Alzheimer y sus consecuencias para el conjunto de la sociedad. 


En 1966 la excelente actriz francesa Anouk Aimée fue nominada al Oscar por su sutil interpretación en la precuela de Los años más bellos de una vida. Tal vez, en la próxima gala de los Premios Cesar de la Academia de Francia, vuelva a estar nominada por este regalazo de interpretación. Por cierto, y aunque cinematográficamente sea irrelevante, sigue siendo una mujer tan bella como ya lo era en Un hombre y una mujer. 

Sin embargo, al actor galo Jean-Louis Trintignant el transcurso del tiempo parece que le ha hecho más daño. De hecho, en una escena de la película en la que se mezclan realidad y ficción, él le pregunta a Anne qué porque él está tan viejo, y ella tan guapa. La respuesta que da ella es graciosa y sencilla: "Será por el maquillaje". En cualquier caso, gran interpretación también para el veterano actor francés. 

Una breve, pero intensa, aparición de Mónica Bellucci interpretando a una hija fruto de los avatares amorosos de nuestro protagonista completan un reparto bien balanceado. 

Además de la preciosa fotografía en tonos pastel de Robert Alazraki, cabe destacar una banda sonora que es un lujo para coleccionistas y/o melómanos en general. Compuesta por Francis Lai & Calogero también cuenta con canciones interpretadas por Nicole Croiselle. La música consigue que la emoción sea una constante en la filmación. El tema central de ambas películas se sigue interpretando con asiduidad en los conciertos de música de cine. 


Los años más bellos de una vida es un lujo tanto por su forma como por su mensaje. Con este filme el cineasta galo Claude Lelouch nos regala una lección de como hacer cine de manera muy sencilla. Además, nos deja con enormes ganas de ver su próximo filme que será el número cincuenta de su longeva carrera. Disfruten del cine y de este amor para la eternidad. 

Nota: 8/10. 

Nacionalidad: Francia.

Título original: Les plus belles années d'une vie.

Dirección: Claude Lelouch

Reparto: Jean-Louis Trintignant,
AnoukAimée, Tess Lauvergne,
Mónica Bellucci.

Guión: Claude Lelouch, Valérie Perrin.

Música: Calogero, Francis Lai.

Fotografía: Robert Alazraki.

Duración: 90 minutos.

Estreno Francia: 22/05/2019.

Estreno España: 13 de septiembre de 2019.



miércoles, 10 de julio de 2019

¡Qué maravilloso es el cine! Vacaciones en Roma (Roman Holiday)


Por María Delgado & Miguel Pina

La elegancia, y la delicadeza con la que Audrey Hepburn interpretaba a sus personajes hacen que recordar esta película sea un verdadero placer para todos los cinéfilos. En este caso, y acompañada de un no menos elegante, y atractivo Gregory Peck, nos hallamos ante una de las parejas cinematográficas que más influencia han tenido en la historia del cine.

Vacaciones En Roma, o La princesa que quería vivir que es como se tradujo en Hispanoamérica, es uno de los grandes clásicos de la comedia romántica. Es un cuento de hadas moderno y urbano que conectó de inmediato con amplios sectores de la sociedad. Si algo significativo consiguió la película de William Wyler (además de una gran recaudación y premios Oscar, Bafta y Globos de Oro), fue catapultar a una jovencísima Audrey Hepburn a lo más alto de la industria del cine, y al corazón de los espectadores. 

El film es como una gran receta. Posee todos esos ingredientes de calidad que, unidos, jamás podrían fracasar: una princesa agotada de su agenda encorsetada, un periodista en busca de una noticia sensacionalista, la relación romántica entre ambos y la ciudad eterna como telón de fondo. En cierta forma, Vacaciones en Roma supuso una fuente de inspiración para la película Las sandalias del Pescador en la que Anthony Quinn, que interpretaba al Papa de Roma, hacia una escapada nocturna por la ciudad como hizo la princesa Anna para escapar por una noche de su jaula de oro.


Y así es como llegamos hasta la historia de la princesa Anna (Audrey Hepburn) que, tras un ataque de ansiedad debido a la poca libertad que le deja su responsabilidad monárquica, decide escaparse durante una de sus visitas oficiales a la capital italiana. Enseguida conoce a Joe Bradley (Gregory Peck), un periodista aparentemente sin escrúpulos.

Aunque al principio ella le oculta su verdadera identidad, él consigue reconocerla y, por consiguiente, planea ganarse su confianza con el fin de escribir la noticia más sensacionalista de su carrera. A partir de entonces, se va generando entre ellos una relación de afinidad que provocará que ambos se enamoren.

La película nos deja imágenes míticas en lugares con encanto, como el paseo en Vespa por las calles de Roma, el momento en el que ambos admiten ser mentirosos en La Boca de la Verdad, la divertida escena del embarcadero, o el reencuentro entre Anna y Joe en la Plaza de España después de que ella haya decidido deshacerse de su melena aniñada y parecer así una mujer más moderna.

Además de los protagonistas principales, hay otros personajes entrañables como Irving Radovich (Eddie Albert) el compañero periodista de Joe, obsesionado con captar una fotografía de la princesa que pueda resultar mínimamente interesante para la prensa.

Aunque la idea original fue del guionista Dalton Trumbo, éste quedó alejado del proyecto al encontrarse en la lista negra del Comité de Actividades Antiestadounidenses, debido a su inscripción en el partido comunista de los Estados Unidos. La película se rodó en 1953, con Willy Wyler como director y ganó tres estatuillas en los premios Óscar: mejor actriz, mejor argumento (premio que a partir de 1956 pasaría a llamarse mejor guion original) y mejor vestuario. Como Dalton Trumbo no fue reconocido por este guion hasta 1993, el premio recayó sobre Ian McLellan Hunter.

Respecto a los actores principales, Cary Grant rechazó el papel como protagonista cuando se lo propusieron. Según se comenta, se consideraba demasiado viejo para aparecer junto a Audrey Hepburn, pero la razón principal es que creyó que todo el protagonismo de la cinta iba a ser para la joven Audrey, y su papel como imponente princesa. Sin embargo, años más tarde, ambos coincidieron en Charada. Del mismo modo, Audrey Hepburn no fue considerada como la primera opción. Antes, pensaron en Elizabeth Taylor y Jean Simmons, actrices mucho más consagradas en Hollywood. Desde el principio, Willy Wyler se mostró encantado con la interpretación de la actriz por el enorme carisma que logró transmitir.


De hecho, en el casting para Vacaciones en Roma la joven, y timida Audrey enamoró a las cámaras con su expresividad, su pelo corto, y su dulzura infinita que siempre estará presente en la memoria colectiva de todos los amantes del cine.

Con su entrada triunfal en el cine, Audrey Hepburn, rompió con el canon de belleza femenino que hasta ese momento prevalecía en Hollywood, en el que las protagonistas solían ser mujeres voluptuosas que vestían vestidos ajustados y tacones altos. Audrey Hepburn representaba todo lo contrario, tenía el cuerpo delgado de bailarina y caminaba sobre zapatos planos.

Vacaciones en Roma es una producción Hollywoodiense, aunque está rodada en su totalidad en Italia. Paramount Pictures accedió a filmar en los estudios Cinecittà y utilizar escenarios reales de la ciudad. Por consiguiente, Vacaciones en Roma y Quo Vadis fueron el inicio de Hollywood sobre el Tíber, el nombre con el que se conocía a una serie de películas americanas de éxito rodadas en Italia durante los años 50 y 60. A estos dos films le siguieron Guerra y paz, Ben-Hur, Cleopatra y Jasón y los argonautas.


En conclusión, Vacaciones en Roma es un gran clásico en el que es difícil distinguir que brilla más: los actores, el argumento o las calles de una de las ciudades más espléndidas del mundo. La película retrata de manera muy acertada la inocencia y la magia de una época. También nos remite al cuento de La Cenicienta pero de manera inversa, y sobre todo, nos regala una historia inolvidable en ese glorioso blanco y negro que hace brillar, más si cabe, la mirada de una verdadera estrella de cine con mayúsculas como fue, es, y será la inolvidable Audrey Hepburn. 


Nota final: Este texto ha sido elaborado en conjunto con la escritora, y bloguera María Delgado que nos acompaña en redes sociales con su estupendo blog literario, y a veces cinefilo: Lo que el viento se dejó

María Delgado (Barcelona, 1982), es Diplomada en Estadística y licenciada en Ciencias Actuariales y Financieras en la Universidad de Barcelona. En 2009 publicó su primera novela, La tragedia de Pompeya, con la editorial Éride.

Durante este año 2019 la editorial Caligrama ha publicado su segunda novela llamada Esperando a René de la que podéis encontrar un extracto o adquirirla en el siguiente enlace.


lunes, 25 de febrero de 2019

Oscars 2019: Green Book y Roma triunfadoras de la gala en una elección salomónica


“Quiero agradecer a la Academia que haya premiado una película sobre una de las 70 millones de empleadas domésticas en el mundo sin derechos laborales, un personaje históricamente relegado en la historia del cine” -Alfonso Cuarón.

Tres Oscars para Green Book, y otros tres para Roma convierten a ambas películas en las triunfadoras en las categorías más importantes de los Premios de la Academia.

El 16 de mayo de 1929 en el Hotel Roosevelt de Los Ángeles se entregaron los primeros Premios Oscar de la Academia dedicados al mundo del cine en 12 categorías diferentes. Hoy en día se han duplicado hasta las 24. Por lo tanto, nos encontramos ante el 91 aniversario de los galardones cinematográficos más importantes del planeta a pesar de sus reiteradas injusticias y polémicas que van de la mano de cualquier galardón con carácter general.

Aunque esta información se puede consultar en cualquier medio de comunicación para aquellos que no hayan visto la gala en directo, supongo que Cine y críticas marcianas no podía faltar en este día de análisis, decepciones y alegrías aportando los enlaces de algunas de las películas premiadas.

En cualquier caso, la fiesta del cine es una ceremonia bonita cuya finalidad principal es promocionar el cine a través de sus nominaciones y premios, pero no otorgan a los académicos la razón universal en la cuestión cinematográfica. Por eso, sugiero que estos galardones se tomen con cierta distancia y sobre todo que no causen disgustos entre los aficionados más radicales al cine al no ver premiadas sus películas o actores preferidos. Esto no es un partido de fútbol, ni debe haber bandos. Como decía el ensayista Elbert Hubbard:

-"No se tome la vida demasiado en serio; nunca saldrá vivo de ella".

Sin más que añadir, pasemos a repasar los premiados en sus categorías más importantes.


En azul se muestran los enlaces a las críticas correspondientes que se han realizado en Cine y críticas marcianas.

Mejor Película: Green Book

"Cuando el cine es maravilloso". Así es como titulaba yo la crítica de la película de Peter Farrely que ha sido la sorpresa de la noche al imponerse en la máxima categoría a la Roma de Alfonso Cuarón. Mi opinión sobre la misma podría resumirse en el siguiente extracto: "Green Book tiene todas las cualidades con las que podríamos definir a una gran película. En primer lugar, cuenta con una excelente presentación que en menos de cinco de minutos, logra convencernos de que vamos a presenciar una obra muy cuidada en los detalles. Su puesta en escena es un verdadero regalo cinéfilo. En segundo lugar, cuenta con desarrollo argumental lúcido, entretenido y coherente, en el que se van planteando una serie de cuestiones vitales, raciales, políticas o sentimentales, que van encontrando respuesta en los momentos subsiguientes. Y en tercer y último lugar, una resolución muy cálida en lo personal, colocando la amistad como pilar fundamental en las relaciones humanas de una manera muy emotiva. De esta manera, con una narración cinematográfica clásica, y bien estructurada, es cuando el cine me parece maravilloso".


Mejor Director: Alfonso Cuarón por Roma

"El universo mágico de Cuarón y la magia sentimental del buen cine". Así titulé yo una película que me pareció desde la sencillez una obra maestra no solo del cine, sino de la cultura contemporánea. Rescato este extracto de mi crítica: "El ser humano no compra cosas, compra experiencias. El ser humano anhela ante todo sentir, y busca en las otras personas, en sus aficiones o en el arte, cosas o sensaciones que le hagan sentir, llorar, amar, rabiar, gozar, o si hablamos estrictamente en términos cinematográficos, deleitarse ante la potencia deslumbrante de una película, que como es el caso de Roma, desde la sencillez e incluso desde el minimalismo narrativo, consigue convertir una historia muy personal e íntima en una gran fábula universal sobre los valores humanos".


Mejor Película en Habla no Inglesa: Roma

Aquí no hubo lugar para la sorpresa, y Roma se impuso a la película polaca Cold War que no obstante tuvo posibilidades para disputarle la victoria a la cinta mexicana de Alfonso Cuarón.


Mejor Pelicula de Animación: Spider-Man: un nuevo universo, de Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothma.


Mejor Película Documental: Free Solo, de Jimmy Chin y Elizabeth Chai Vasarhelyi.


Mejor Actriz Principal: Olivia Colman por La Favorita.

La favorita se salda como la gran perdedora de la noche al obtener solo un Oscar, y ser derrotada en las otras 9 categorías en la que fue seleccionada. Aunque no soy especialmente amigo de esta cinta británica, el castigo me parece a todas luces excesivo sobre todo en sus categorías técnicas y en el segundo Oscar que debió recibir Emma Stone por su importante papel en la película. Respecto al reparto comenté lo siguiente en la crítica correspondiente: "En lo concerniente al reparto, cabe destacar a las tres actrices protagonistas que se encuentran en su mejor momento artístico. Olivia Colman (la reina) y Rachel Weisz (la duquesa), están intachables en los papeles asignados, pero el brillo de Emma Stone (la sirvienta) lo absorbe todo en la producción". Como decía en la entradilla de la publicación, los premios son injustos por definición, y aquí Glenn Close por octava vez en su carrera se quedó sin su ansiado Oscar por su papel en 'La buena esposa' en una injusticia habitual con la citada actriz. En cualquier caso felicidades para Olivia Colman.


Mejor Actor: Rami Malek, por Bohemian Rhapsody.

La broma de la noche y el despropósito llegó al premiar a una imitación que no confundir con una interpretación. Rami Malik por su transmutación en Fredy Mercury se impuso a Christian Bale, Viggo Mortessen, Bradley Cooper o al maestro William Dafoe. Sin comentarios.


Mejor Actriz de Reparto: Regina King, por El blues de Beale Street.

Buena actriz, pero en mi opinión por debajo de las actuaciones de Marina de Tavira en Roma, Enma Stone en La favorita, o Amy Adams en El vicio del poder.


Mejor Actor de Reparto: Mahershala Ali, por Green Book

Segundo y merecido Oscar para el actor afroamericano del que comenté en mi crítica lo siguiente: "En el reparto nos encontramos con un duelo interpretativo de dos colosos en el cenit de sus carreras. Tanto Mahershala Ali, como Viggo Mortensen, han sido nominados al Oscar 2019 por dos actuaciones contrapuestas, enfrentadas, pero de un nivel superior a la media".


Mejor guión original: Green Book escrita por Nick Vallelonga, Brian Currie y Peter Farrelly.


Mejor Guión Adaptado: Infiltrado en el KKKlan (Charlie Wachtel, David Rabinowitz, Kevin Willmott y Spike Lee).


Mejor Director de Fotografía: Alfonso Cuarón por Roma


El resto de premios técnicos se los repartieron entre Black Phanter, Bohemian Rhapsody, y El vicio del poder.

Pueden consultar todos los premiados en el siguiente enlace del periódico El País.

Y ahora vamos con lo "verdaderamente importante" de la noche que es el ranking marciano con los diez vestidos ganadores de la alfombra roja de los Oscars :-). Y es que las pobres actrices han estado dos meses (al menos), comiendo lechuga, y matándose en el gimnasio (ahora le dicen gym), para intentar meterse en los vestidos que les prepararon los modistos y modistas. Y además con tacones. Lo mejor para ellas es cuando llegaron a casa, se pusieron el pijama, y volvieron a ser personas de carne y hueso sin tacones, sin vestidos, y con mucha hambre.

Charlize Theron, Premio Marciano al mejor vestido (Dior Alta Costura).


Emma Stone con un vestido marciano de Louis Vuitton.


Amy Adams contenta y feliz con su vestido de Atelier Versace


Jennifer López que parecía enfadada con la vida, lucía un vestido de Tom Ford


Genial y simpática Yalitza Aparicio vestida de Rodarte.


Glenn Close con su Carolina Herrera


Awkwafina se lleva el Premio marciano al peor vestuario de Dsquared2


Regina King con el precioso vestido blanco de Oscar de la Renta


Lady Gaga con guantes y escote estilo Gilda con un diseño de Alexander McQueen (el collar es de Tiffany & Co y de 128 quilates, con un diamante amarillo y el cual fue usado por última vez por Audrey Hepburn para una sesión de fotos promocional de la película Breakfast at Tiffany’s en 1961. El coste estimado de la joya es de 30 millones de dólares, así que espero que lo entregue en buen estado para que no tenga que desayunar en la cárcel).


Y el circo final lo montó Billy Porter con el incalificable vestuario de Christian Siriano


Y para finalizar, os dejo con la canción vencedora de la 91 edición de los Oscars que fue para Shallow de Lady Gaga y Bradley Cooper y que confirmo mi pronostico efectuado el 9 de octubre de 2018 en mi crítica de Ha nacido una estrella en la que comentaba: "Espero que 'Shalow' reciba el Oscar de la Academia y pueda ser interpretado en directo por sus protagonistas. Disfruten de 'Shalow' y esperen a la noche de los Oscars para confirmar este pronóstico".