Basta un instante para hacer un héroe y una vida entera para hacer un hombre de bien. -Paul Brulat.
La sección de ¡Qué maravilloso es el cine! contiene spoilers.
Un arrollador, espectacular y orgiástico comienzo del film hacen que en menos de cinco minutos podamos decir lo maravilloso que es el cine cuando se hace bien y con coraje. Y es que la presentación es puro vicio políticamente incorrecto. Nos introducimos con los personajes en el amanecer de una habitación de un moderno hotel. Allí vemos como tras una noche de frenesí, alcohol, sexo y drogas (todo esto lo suponemos por lo que deja ver la cámara), despiertan el comandante Whip Whitaker (Denzel Whasington) y la azafata de vuelo Katerina Marquez (Nadine Velázquez). Hasta aquí nada fuera de lo corriente; bueno supongo que para las almas más puritanas esto debe ser escandaloso, pero con un par de padres nuestros se puede superar. Pero lo curioso de la situación y volviendo al filme, es que en menos de dos horas el vuelo de los tripulantes está preparado para despegar. El problema es que el comandante Whip está tan colocado que casi no puede coger ni el teléfono. ¿La solución? Un chute de cocaína para desayunar, intentar despertarse y dirigirse junto a su compañera para el aeropuerto. Personajes y trama perfectamente retratados en un opening magistral que Robert Zemeckis nunca ha logrado igualar o superar.
La historia de El vuelo comienza su transición dramática cuando el avión pilotado por Whip empieza a desarrollar problemas de carácter técnico y a caer en picado en una tragedia que parecía irremediable. Pero es precisamente en ese momento cuando el comandante reacciona, y tras una virtuosa maniobra volando invertido (avión al revés en pleno vuelo), consigue aterrizar el vuelo en campo abierto salvando decenas de vidas con ello. El problema surge cuando tras caer herido y pasar el test de drogas, da positivo. Es entonces, cuando las autoridades aeronáuticas deciden abrir una investigación criminal contra él. Todo esto sucede en una vertiginosa y emocionante media hora inicial que queda para los anales del cine en cuanto a ritmo y diversión en pantalla. Aunque luego la trama baja el ritmo, su director Robert Zemeckis (Forrest Gump), consigue que los 132 minutos de metraje pasen en suspiro en la sala de cine. El vuelo fue en cierta manera, una mirada de reojo al alma del maestro Frank Capra en versión mayores de 18 años.
El vuelo paradójicamente no es un filme puramente de aviación, aunque esta esté presente en pantalla. Los aviones, el incidente y la ulterior investigación parecen más una excusa para presentar al personaje principal que un modo de expresión cinematográfico. La cinta nos habla de un padre de familia abandonado por su esposa e hijo, que cae en el infierno del alcohol y las drogas al no poder en principio superar esta ruptura. Pero sobre todo es una historia donde la redención está presente en su aura de expresión como forma totalizadora del mensaje a transmitir. Hay que decir en su debe que este mensaje redentorista no cuadra con las actitudes del comandante Whip y es ahí, donde Robert Zemeckis pierde pulso y fuelle en parte final. En todo caso, la película es un estupendo viaje interior y también en cierta manera iniciático hacia la condición del alma humana. Este viaje metafórico del comandante Whip es acompañado de uno real hasta la granja de sus padres que ya no están para recibirle. Hasta allí se lleva a Nicole. Ella es una especie de alma gemela en forma de mujer a la que conoce en el hospital donde se cura de sus heridas físicas y morales. Esta subtrama, que es preciosista en algunos momentos, nos recuerda por la rotura de sus personajes al binomio entre Forrest Gump y su amada Jennifer que ya sacó a relucir el cineasta en la aclamada cinta que le dio la celebridad.
Denzel Whasington (Fences) realiza un trabajo extraordinario por el que fue nominado al Oscar de la Academia y que finalmente se llevó Daniel Day Lewis por Lincoln. Pero decir que es un trabajo extraordinario el de este poderoso actor sabe a poco. Realmente borda la excelencia en cada papel que interpreta en el cine. Un actor de actores. Del resto del reparto, cabe destacar a un genial John Goddman (Calle Cloverfield 10) que hace de "camello" del piloto y a una muy interesante actriz británica llamada Kelly Reilly (True Detective) que interpreta a la chica que Whip conoce en el hospital y que representa con acierto la autodestrucción humana.
Cabe decir que el argumento de la película está construido parcialmente por dos historias reales. En primer lugar, hay que retrotraernos al año 2000 cuando un avión de la compañía Alaska Airlines sufrió una avería semejante a la que se relata en la cinta reseñada hoy. Fue entonces cuando el piloto de aquel vuelo intentó salvar la situación volando al revés. Por desgracia no lo consiguió y el avión se derrumbó en el océano. Por otra parte, la cuestión de tomar tierra fuera de un aeródromo se basó en el aterrizaje de emergencia que realizo el comandante canadiense Robert Piche en el que logró salvar la vida de 306 personas. Hay que recordar también, que el maestro Clint Eastwood, abordó en el año 2016 el conocido como "milagro en el Hudson" a través de la película (Sully), que en cierta manera bebe de la narrativa que Robert Zemeckis utilizó en El vuelo y que pudo servirle de inspiración.
En conclusión, El vuelo es gran retrato sobre el heroísmo y la responsabilidad final que recae en algunos profesionales a lo largo del mundo. Una cinta que en cierta manera cuenta con un metraje invertido -como el mismo vuelo- y que comienza donde otras acaban. Pero sobre todo lo que tratar de hacer Robert Zemeckis con la historia es lograr una semblanza sobre la redención, como en parte ya acostumbra este cineasta. A él, se le espera con urgencia para que pueda retomar el pulso inicial que tuvo y así pueda poner aún un broche de oro a su carrera artística.
P.D. Durante muchos años de mi vida, mi actividad profesional se desarrolló en la aerolínea de aviación española Iberia. Por ello quiero narrar una anécdota personal que ocupó muy pequeño espacio en las páginas de los periódicos y que en parte tiene que ver con lo sucedido en la película reseñada hoy. Vamos a ello: una noche indeterminada pero aproximadamente en la fecha de estreno de El vuelo, un compañero y yo estábamos a pie de pista del Aeropuerto de Barajas en Madrid inspeccionando una aeronave de KLM que estaba a punto para el despegue. Pues bien, en esos momentos nos sorprendió una fuerte explosión proveniente de las alturas. El motor de un avión Boeing 757 de Iberia en fase de despegue había sufrido un estallido y estaba incendiado. Fue entonces cuando el aparato comenzó a perder altura de una manera alarmante y a caer casi en picado. Realmente tanto mi compañero, como yo, veíamos ya la tragedia como irremediable. Estábamos a punto de ver como iban a perder la vida cientos de personas y el horror que sentimos creo que nunca lo olvidaremos. Pero entonces, vimos una maravillosa maniobra del comandante del aquel avión que consistió en el apagado de las llamas de manera automatizada mediante extintores activados desde cabina. Tras ello, ese motor quedó inutilizado y el avión perdió más altura aún. Pero prodigiosamente el piloto puso máxima potencia en el otro motor y cuando la aeronave estaba aproximadamente a 300 metros del suelo consiguió levantar la nave, estabilizarla y lograr un aterrizaje de emergencia que salvó a decenas de personas de una muerte segura pues los tanques iban llenos de queroseno y el impacto hubiera sido mortal de necesidad. Es por ello, que historias como la de la película recordada hoy cobran sentido y dan al cine un plus que va más allá del puro espectáculo. Por último y como esta reseña quedará posicionada en Google en el área de cine de aviación, si por casualidades del destino la llegara a leer el comandante de aquel Boeing 757 (creo recordar era una vuelo Madrid-Lisboa), queda invitado a relatar como vivió esa experiencia y a explicar los detalles técnicos en una entrevista que sería publicada aquí y en Noroeste Madrid.