Las estrellas fetichizadas son perfectas, como la estatua de una deidad griega; el efecto es asombroso y seductor. -Robert Greene en El arte de la seducción.
La historia: Dominika Egorova (Jennifer Lawrence) es una joven bailarina rusa de ballet clásico que ve truncada su carrera tras lesionarse en una pierna durante una representación artística. Tras el incidente, su situación económica se ve muy deteriorada y las ayudas estatales para cuidar a su madre enferma comienzan a peligrar. Es entonces, cuando su tío Iván Egorov (Matthias Schoenaerts) le propone ser reclutada por los servicios de seguridad rusos en una escuela siniestra y secreta. Allí, la seducción sexual es la principal arma para formar a un grupo de mujeres como futuras espías al servicio del estado. Acosada y sin dinero es la única formula que encuentra para poder seguir ayudando a su madre.
La crítica: Y Dios dijo: "Hágase la luz y la luz se hizo". Poco menos que de milagro menor cinematográfico, pero milagro agnóstico al fin y al cabo, es lo que se produce con Red Sparrow (título original), consiguiendo hacer una película relativamente innovadora con el manido mundo del espionaje como trama argumental. Teniendo en cuenta además que es una producción de los grandes estudios americanos, y que estos hayan dejado total libertad creativa a Francis Lawrence (Agua para elefantes), es algo casi insólito. Si además le añadimos que la fuertes escenas de contenido sexual y violento, conllevaban de antemano que la película iba a ser calificada con la recomendación de no ser visionada por menores de 18 años nos encontramos ante algo bastante insólito en el panorama cinematográfico de actualidad.
Especialmente acertado es el opening de la película que nos recuerda a Cisne Negro, y se desarrolla en una espectacular secuencia de baile clásico en el Teatro Bolshói de Moscú. La música y la composición artística nos congracian con lo que debe ser una presentación en el cine. Además, la trama es virtuosamente circular cerrando de alguna manera por donde comienza en un detalle de muy buen gusto.
La historia parte de la novela homónima del escritor Jason Matthews que fue publicada en el año 2013 y que ya en sí misma es otro milagro literario en este caso. Y no por la calidad de la misma, que eso serán los lectores los que tendrán que juzgarla, sino más bien por la historia del propio escritor. Y es que Matthews fue un ex agente de la CIA, que cuando se jubiló comenzó a dedicarse al mundo de la escritura de modo experimental hasta que un consejo editorial se fijó en él. Fue el principio de una carrera que tras Palace of Trason y la próxima publicación de The Kremlin's Candidate han convertido un sueño efímero, en una realidad literaria y ahora cinematográfica. De hecho, un final abierto y sugerente de la película Gorrión Rojo, y dependiendo del éxito en taquilla, sugiere que podríamos encontrarnos ante una nueva saga de películas con aromas a Ian Fleming o John Le Carré.
Pero para poder entender la génesis de la película nos tenemos que trasladar a Rusia, a su contexto histórico y a lo que significó la Escuela Gorrión para el mundo del espionaje en la antigua Unión Soviética. En la ciudad de Kazan se creo un centro de instrucción secreto en el que se reclutaban a jóvenes y bellas mujeres para entrenarlas en el arte de la seducción y utilizarlas como armas sexuales para conseguir información secreta clasificada de otros países. En definitiva, un centro de creación de mujeres fatales o una escuela de putas como pronuncia en un momento de la filmación Jennifer Lawrence.
De hecho, lo mejor de la película transcurre en este centro totalitario y que a través de una maravillosa dirección de arte comandada por María Djurkovic, nos traslada a un centro de grises aceros, colores helados y desoladores, que son reflejo de la atmósfera asfixiante y opresora que se vivió en la Unión Soviética o ahora en la Federación Rusa. En él, hay escenas de contenido sexual desgarradoras, que no eróticas, y se vive el primer desnudo casi integral de Jennifer Lawrence. Este queda casi en una anécdota ante la fuerza del dialogo contenida en la secuencia que por sí misma es un cortometraje dentro de la filmación. La escena nos habla de la inteligencia, del sexo y del poder de la palabra, para derrumbar y humillar a las almas más duras y violentas. Después ya nos encontramos con una narrativa más convencional y al uso.
Dominika es destinada a una misión en la que vemos un tórrido romance con un agente estadounidense. Este pasaje pone un punto más cálido a la narración, pero también más convencional. Quizás en el último tercio de la cinta y debido al alargamiento hasta los 140 minutos de duración la trama se vuelva algo engorrosa.
El reparto cuenta con un póker de ases que dan el impulso necesario a la producción. A la cabeza nos encontramos a una perfecta Jennifer Lawrence. Interpreta a una de las mejores femme fatal de lo que va de siglo XXI en lo que a la cinematografía se refiere. Con ello parece resarcirse de la tremenda mamarrachada que perpetró el señor Darren Aronofsky con la Mother! que lo parió. Para este papel la actriz estadounidense tuvo que someterse a un fuerte proceso de adelgazamiento para poder enfundarse el traje de bailarina clásica y formarse como tal para interpretar el baile de apertura. Excelente actriz y la mejor de su generación. Realmente se transfigura en pantalla.
Y es que la medida para valorar un a buen actor o a una buena actriz en este caso, es la consecución de una metamorfosis actoral en la que la persona no se coma al personaje. Y es que sin duda, Jennifer Lawrence fuera de la pantalla causa amor y odio a partes casi iguales. Realmente es una showoman como demuestra año tras año en las sucesivas galas de los Oscars, y su medio natural sería la comedia. Es por ello, que cuando actúa en los papeles serios, no hace de ella misma, sino que se transforma en lo que su profesión le demanda; sencillamente en una actriz de una categoría excepcional. A los que la consideren una payasa en el peor sentido de este término, y la han insultado gravemente en redes sociales por su peculiar sentido del humor y el show que montó en la 90 gala de los Premios de la Academia, les recordaría que tiene el récord histórico en conseguir cuatro nominaciones al Oscar, que logró con solo 25 años siendo la actriz más joven en conseguir dichas nominaciones.
Y además de un Oscar, cuenta con los Premios de los Círculos y Asociaciones de Críticos de Nueva York, San Francisco, Kansas, Los Ángeles, Vancouver, Londres, Chicago, Indiana, Detroit, Carolina del Norte, Toronto, Nevada, Dublín, y de la Alianza de Mujeres Periodistas de Cine, entre otros muchos, que completan 100 Premios y 88 nominaciones oficiales, que la convierten en una autentica estrella de cine y no en un producto del marketing cinematográfico. Después de esto, espero que acepte mi propuesta de futura esposa marciana que no se ha dignado en contestar, en un desdén muy de los suyos. Dicho lo cual, y a quien no le guste como actriz, que se abstenga de ver este Gorrión Rojo pues está omnipresente durante toda la filmación y no es cuestión de empacharse.
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El gorrión rojo se tiñe de rubio platino en la segunda parte del film |
Completando el póker del reparto, aparece en escena el buen actor y mejor cineasta Joel Edgerton (Jane got a gun) en el típico papel de espía americano que establece contacto con Dominika para intentar conseguir información enemiga. Por otro lado, es muy destacable aparición del maestro Jeremy Irons en el papel de un sobrio general del ejercito ruso. Y por último destacar a una grandísima y despiadada Charlotte Rampling que es la guardiana y directora de la escuela encargada de formar a las futuras "gorrionas".
Dos son los aspectos técnicos a destacar en la cinta. El primero de ellos sería la excelente ambientación en las ciudades europeas de Bratislava, Londres, Viena y especialmente en Budapest. Y en segundo lugar una banda sonora de lujo dirigida por el compositor James Newton Howard que vuelve a brillar una vez más. La fotografía en cambio deja algo que desear mostrándose sombría y oscura en demasiadas ocasiones.
Recapitulando ya, Gorrión rojo me ha parecido un blockbuster más que aceptable. La cinta sabe conjugar el cine como espectáculo de evasión, sin tomar al espectador como retrasado o tarado mental. Red Sparrow consigue también que en vez de héroe, haya heroína femenina cambiando los roles establecidos en Hollywood en el cine de espionaje. Y lo más curioso es que en segunda lectura se aprecian rasgos del cine expresionista alemán con una primera parte siniestra y mórbida que no obstante desembocan en una parte final más convencional Made in Hollywood. Gorrión rojo corona a Jennifer Lawrence y sola ante el peligro, como la nueva Mata Hari del siglo XXI.
Nota: 8/10.
Nacionalidad: Estados Unidos.
Director: Francis Lawrence.
Reparto: Jennifer Lawrence,
Joel Edgerton, Jeremy Irons,
Charlotte Rampling.
Guión adaptado: Justin Haythe.
Música: James Newton Howard.
Fotografía: Jo Willems.
Duración: 140 minutos.
Estreno mundial: 1/03/2018.