martes, 3 de septiembre de 2024

Estación Rocafort: ¿Estación maldita, mito o leyenda urbana?


¡Bienvenidos a la temporada 2024-2025 de Cine y críticas marcianas! En ella seguiremos repasando los estrenos de cine que se produzcan en las carteleras. No nos olvidaremos de las curiosidades cinematográficas, de los cortometrajes y por supuesto recordaremos algunas joyas del inolvidable cine clásico. Muchas gracias por vuestra presencia y comenzamos.

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Estación Rocafort dirigida por Luis Prieto se estrena en cines españoles el próximo día 6 de septiembre de 2024. Protagonizada por Natalia Azahara junto a Javier Gutiérrez y Valèria Sorolla, la película nos sumerge en las entrañas del metro de Barcelona adentrándonos en el corazón de las inquietantes leyendas urbanas que rodean la estación de Rocafort. 


La historia: Un misterio que durante años ha sacudido a la estación de Metro de Rocafort en Barcelona entra de lleno en la vida de Laura (Natalia Azahara) cuando empieza a trabajar en esta vieja y tranquila parada. No tardará en descubrir una leyenda que la empezará a perseguir: allí ha muerto mucha gente en extrañas circunstancias. Laura, decidida a descubrir la verdad, pedirá ayuda a Román (Javier Gutiérrez), un curtido ex policía que alberga sus propios demonios relacionados con el caso. Lo que sea que ocurre en la estación maldita sigue sucediendo a día de hoy. Irá a por ella, y a por todos los que la rodean.


La crítica: Hace 100 años exactos, y esto no sale en la cinta, se construía el Metro de Barcelona. De manera funesta y muy cerca de la que sería la Estación Rocafort se produjo un derrumbe en el que murieron una decena de obreros. Las cosas no empezaban bien. De manera posterior ya en los años setenta la estación fue conocida por una oleada de suicidios con efecto contagio. En las últimas décadas el lugar ha supuesto todo un nido para las leyendas urbanas que han acabado por forjar una película que mantiene el suspense durante sus bien pensados 90 minutos. El mayor problema del filme es que está hilado -mas bien partido- sobre una interesante trama de cine negro que queda en segundo plano para dar centrase en el cine de terror con una sobredosis de fantasmas con perro poseído incluido. En fin, tras 100 años la Estación de Metro de Rocafort sigue con problemas, pero ya tiene película. 

Iván Ledesma, guionista de la película, se documenta bien a través de diferentes trabajadores del Metro, tanto antiguos como nuevos, y ellos, le abrieron las puertas de los lugares que normalmente están vetados a los viajeros comunes. Allí descubrió un sinfín de historias increíbles: sitios escondidos dentro del metro, almacenes llenos de historia de la ciudad, estaciones nunca acabadas con leyendas propias, vías muertas, relatos de fantasmas, viajeros que salen en las pantallas de seguridad pero no están allí, puntos negros de la red donde los suicidios son frecuentes y que se ocultan o no se tratan de publicitar para evitar el "efecto llamada". Ocurre en muchas vías ferroviarias de Cercanías o en otras ciudades como París o Madrid donde se han planteado vallados transparentes para evitar accidentes o suicidios. Esta parte, bienintencionada o sugerente, se lleva al maximalismo por parte del cineasta y lo que podría ser una buena historia de suspense se va deshilvanando en una trama en la que hay más fantasmas metropolitanos que turistas en Benidorm. Laura, la joven que entra a trabajar como novata a Rocafort, se puede ir preparando -también el espectador- para fantasmas de todo rango -no podía faltar el perro- e incluso tendrá tiempo para ser poseída aunque dejaremos este verbo para la imaginación morbosa del espectador. 

Estación Rocafort, sin embargo, contiene otra parte más interesante narrada a través del cine negro sobre un crimen (ficticio) ocurrido en la parada en 1999. 25 años después el ex inspector de policía, Román, sigue frustrado y dando vueltas a lo ocurrido aquella noche. Se ha vuelto un ser taciturno, bebedor y descreído hasta que llega Laura para pedirle ayuda sobre las visiones y pesadillas que está comenzando a tener en su nuevo trabajo. Él escribió un libro sobre un asesino de una linea de Metro y tras pensarlo decide ayudar a la muchacha y con ello ayudarse a sí mismo sobre el caso que le hizo ser expulsado del cuerpo de policía. El problema del filme surge cuando se intentan fusionar ambas líneas narrativas y se opta por dar todo el peso a la línea paranormal en la que el espectador ya no sabe quien es fantasma, quien perro, quien taquillera de Metro o porque Laura no se va a trabajar a una floristería adonde la vida le parecería mucho más linda, colorida y con buena fragancia. 


La joven actriz Natalia Azahara realiza un trabajo muy sólido interpretando a Laura. Un personaje que representa a una nueva generación con trabajos precarios, soledad sentimental y sobre todo con una enorme dificultad para encontrar una vivienda digna. Ya decíamos que el mejor personaje del filme era Román interpretado por un gran Javier Gutiérrez: ex policía, alcohólico, turbio, incorrecto, pero sabedor del caso Rocafort y de las vertientes que se abren a su paso. Laura tiene una compi-amiga con más peligro que Rambo en Ucrania. Interpretada de manera muy pícara por la nominada al Goya, Valeria Sorolla, veremos que es un personaje con sorpresa incluida. Por último, destacar al gran Celso Bugallo que interpreta al hombre que estuvo implicado en el crimen de 1999 y que permanece ingresado en un psiquiátrico y que tendrá la clave de la estación maldita. 

En la parte técnica tenemos un problema. Un problemón diría yo. La iluminación diurna ya es deficiente, así que imaginaros como será la nocturna en el Metro de Barcelona. Al menos durante 20 minutos de la película se vera una pantalla negra con personajes hablando o matando sin que se vean más que sombras. El filme, por tanto, es oscuro hasta decir basta. Este falso truco no cuela ya. No se crea misterio por iluminar mal la noche. Se crea cabreo. Se puede grabar de noche, grabar en el Metro e incluso grabar en el mismo infierno con una iluminación correcta e incluso vistosa como ha quedado demostrado en decenas de películas desde el cine clásico hasta nuestros días. En la parte buena destaca la música de Nami Melumad que sabe mantener el suspense hasta el final. 

Estación Rocafort me ha parecido un filme fallido aún partiendo de un buen planteamiento. La historia es intensa y el metraje de 90 minutos es muy sabio ya que mantiene el suspense hasta el final. Un final por cierto que se pierde buscando el origen del Mal. Este toma forma de demonio pre-colombino venido desde México, se apoya en la mitología de los perros cancerberos y como no podía ser de otra manera se asienta sobre las personas poseídas. Gente con ganas de dar la monserga a otras personas que bastante tienen ya con su vida normal de ir a Mercadona, pasear al perro a las siete de la mañana o irse una semana en agosto a la playa con suegra, niño, nieta, amigo del niño, mujer o marido, perro, gato, sombrilla y crema para el sol. Con lo bien que se está en casa. 

Nota: 5/10.


Nacionalidad: España

Género: Suspense - Terror

Dirección: Luis Prieto

Guion: Iván Ledesma

Música: Nami Melumad

Fotografía: Marc Miró

Duración: 90 minutos

Reparto

Laura: Natalia Azahara

Román: Javier Gutiérrez

Cris: Valèria Sorolla

Andrés: Xavi Sáez

Albert: Francesc Albiol

Toni: Aimar Vega

Luis: Tatín Revenga

Elías: Celso Bugallo

martes, 27 de septiembre de 2022

Modelo 77: la cárcel como reflejo de un país


Modelo 77, la nueva película de Alberto Rodríguez protagonizada por Miguel Herrán y Javier Gutiérrez, se ha estrenado en cines españoles el día 23 de septiembre. La cinta española ha obtenido muy buena recepción en su paso por el reciente Festival de San Sebastián en la que participó en la Sección Oficial pero fuera de concurso. 

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La historia: Barcelona 1977. Manuel (Miguel Herrán), un joven contable, es encarcelado por desfalco en la cárcel Modelo. Se enfrenta a una posible pena de prisión de entre seis y ocho años. Su compañero de celda, Pino (Javier Gutiérrez), se une a un grupo de presos comunes para reclamar una amnistía. A partir de ahí se inicia un conflicto por la libertad que hará tambalear al sistema penitenciario español.


La crítica: Para poder explicar con autoridad una película es importante situarla de manera adecuada en su contexto temporal, social, cultural y geográfico de la época retratada. Tras caer la dictadura franquista en la España de 1977 se aprobó un real decreto-ley mediante que aprobaba el derecho a huelga. El 1 de abril, España derogó el artículo 2 de la Ley de Prensa e Imprenta por el que se puso fin a la censura, las sanciones y los secuestros de los periódicos españoles. Mientras tanto, el 14 de mayo, Juan de Borbón renunció a los derechos dinásticos de la Corona de España en favor de su hijo, Juan Carlos I. Ese mismo año también se aprobaría la ley de la Amnistía y se celebrarían las primeras elecciones tras la dictadura. 

Modelo 77 refleja con crudeza como los avances sociales que se vivían en España no se veían trasladados al sistema penitenciario que vivía una realidad paralela como si el franquismo siguiera existiendo y los presos eran tratados como alimañas. Se amnistió a los presos políticos pero el resto de presos, los autodenominados sociales, seguían en las cárceles sometidos a unas condiciones de vida durísimas, de insalubridad y regidos por un sistema penitenciario donde los derechos humanos brillaban por su ausencia. Hablamos de gente encarcelada por delitos miserables, robos menores o leyes obsoletas. Alberto Rodríguez refleja de manera notable lo que estaba sucediendo en las cárceles españolas y a su vez nos regala una gran historia basada en las protestas en forma de motines y automutilaciones que se produjeron en la cárcel.  

La cinta es poderosa, conecta de inmediato con el espectador y consigue un excelente ritmo narrativo en sus dos horas de duración que transcurren en un suspiro. Modelo 77 es un filme de personajes dentro de un espacio cerrado, de personajes que tienen que creer y hacer un largo viaje interior para conocerse y para conseguir unos objetivos muy complejos. Presos de toda índole trabajarán en un proyecto común, de manera desesperada y sin pensar en las consecuencias. El proyecto era democratizar la prisión creando la asociación COPEL que coordinó las exigencias de los derechos humanos de los presos. Hay una secuencia rodada de manera coral impresionante. Se retrata como en la Modelo de Barcelona 200 personas se cortaron las venas a la vez para llamar la atención sobre su situación. En Carabanchel, otros presos pasaron días enteros subidos a los tejados protestando y pidiendo justicia. Casi todas las cárceles del país terminaron rebelándose contra el sistema e incluso hubo motines coordinados entre distintas prisiones. En la imagen inferior observamos el motín de la Modelo reflejado en el filme y a los presos encaramados a su tejado. 


Como comentaba antes, la película se sustenta en sus personajes, en las historias que les suceden y cómo las enfrentan. Para ello se cuenta con un plantel de actores que repasaremos a través de sus personajes. 

Manuel es interpretado por un gran Miguel Herrán. Su personaje es el hijo de una humilde familia de emigrantes andaluces. Es inteligente, obstinado, generoso, contestatario y soberbio. Tiene alma de obrero y gustos de burgués. Un advenedizo. Un desclasado carismático. Sus aspiraciones en la vida son muy altas. Él no es como los que le rodean; ese es el concepto que tiene de sí mismo. Pronto deja su barrio para buscarse la vida en la ciudad. Sabe relacionarse con la gente; es perspicaz. Educado. Con el tiempo consigue un trabajo como administrativo en una importante empresa y una buena posición social. Ha alcanzado su sueño. Y se olvida de sus orígenes. De quién es, de dónde viene. Intentando mantener su nueva vida, roba dinero de la caja de su empresa. En ningún caso piensa que vayan a cogerlo. Es más listo que nadie. O eso piensa. Pero ocurre. Cuando el país celebra el fin de una larga dictadura y Manuel acaricia el sueño de la democracia, lo encarcelan. Sin fecha de juicio y con una condena muy larga para los hechos que se le imputan, observaremos de manera hipnótica como se las apaña en las entrañas de la prisión.

Pino, interpretado con la solvencia habitual de Javier Gutiérrez es seco, poco hablador, lapidario y honesto. Es el compañero de celda de Manuel. Un preso taleguero y de largo historial carcelario. Un lobo estepario. Solitario. Escéptico y descreído. Lleva más tiempo entre rejas que fuera. Ha pasado por el reformatorio y por muchas cárceles del país. Se ha forjado la leyenda de hombre duro y violento, la única forma de sobrevivir en un lugar donde impera la ley de la selva. Hace años que vive de espaldas al mundo, a la cárcel y a los presos. Aislado de todo. En su burbuja. No cree en nada. En nadie. Su futuro no existe. Colecciona camisas de tipo fantasía y alquila novelas de ciencia ficción que se sabe de memoria, un negocio que le sirve como tapadera para vender hachís en la cárcel con la connivencia silenciosa de los funcionarios. Pero la presencia de Manuel le hará cambiar en una acertada evolución de su personaje que acaba conectando con el espectador. 


En el resto del reparto destacan Jesús Carroza y Fernando Tejero que representan a dos veteranos presos que trafican, trapichean y se mueven por la prisión como Pedro por su casa. Una cárcel muy bien recreada en los aspectos técnicos aunque la oscura fotografía resta puntos al conjunto de artes adicionales como son vestuario, maquillaje o dirección artística. Para dar algo de calidez al filme se introduce a un personaje femenino que va a ver a Manuel de manera regular con el que iniciará un romance a través de cartas y visitas. Interpretada de manera correcta por Catalina Sopelana nos hallamos ante un personaje dulce, inteligente y sensible. A veces cándida e ingenua, como la joven que es, representa la luz, la esperanza o el deseo sexual. Una mirada libre de prejuicios. Lucía es moderna y está cargada de futuro. En construcción. Como el país.


Modelo 77 me ha parecido un drama carcelario de primer nivel. Los reclusos de la época pese a no conseguir todos sus objetivos, sí lograron que la visión de lo que debía ser una prisión cambiara. Las diferentes reformas de las leyes han evolucionado de tal forma que ha cambiado el concepto de cárcel como centro de reclusión y castigo permanente a centro de reeducación con el objetivo de la reinserción social. Un cambio de paradigma que nos hace mejores como sociedad y que sin los hechos que acaecieron en la historia narrada hubieran sido imposibles o al menos muy diferentes. La suma de todos los elementos expuestos en la crítica: buenas interpretaciones, buena narrativa, buen reflejo del contexto social y la propia premisa hacen que la cinta sea una experiencia muy potente. Se muestra la cárcel como reflejo de un país y como el espejo de una sociedad que no podía mirar para otro lado en la defensa de los derechos humanos de todos sus ciudadanos. 

Nota: 9/10. 


Nacionalidad: España

Dirección: Alberto Rodríguez

Guion: Alberto Rodríguez

Música: Julio de la Rosa

Fotografía: Alex Catalán

Duración: 120 minutos

Reparto: Miguel Herrán,
Javier Gutiérrez, Jesús Carroza,
Fernando Tejero, Catalina Sopelana,
Xavi Sáez, Alfonso Lara, Javier Lago

martes, 23 de noviembre de 2021

La hija: potente thriller de Manuel Martín Cuenca con un reparto brillante

La hija dirigida por Manuel Martín Cuenca se estrena en cines españoles el próximo día 26 de noviembre. Tras el éxito de 'El autor', el cineasta español y Javier Gutiérrez vuelven a trabajar juntos y se une a ellos la reciente Premio Goya® a la Mejor Actriz Patricia López Arnaiz, junto a la presentación de un nuevo talento: la joven Irene Virgüez Filippidis.

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La historia: Irene (Irene Virgüez Filippidis) es una muchacha tutelada en un centro de menores del que decide escaparse. La joven está embarazada y busca una salida a su compleja situación. Es entonces cuando Javier (Javier Gutiérrez), un educador del centro, le ofrece vivir con él y su mujer Adela (Patricia López Arnaiz). Pero no es oro todo lo que reluce. Irene, a cambio de ser acogida, deberá entregarles el bebé cuando el parto sea llevado a término. ¿Cumplirá la joven con este acuerdo tóxico?

La crítica: El cineasta español Manuel Martín Cuenca es uno de mis directores españoles preferidos y sin embargo hasta el día de hoy no había surgido hacer la crítica de un estreno suyo. Hablamos de uno de los autores más personales y reconocidos del cine actual. Sus películas han participado en festivales internacionales obteniendo importantes premios. Tras varios cortometrajes y documentales, debutó en la ficción con 'La flaqueza del bolchevique', a la que seguirían 'Malas temporadas' y 'La mitad de Óscar'. Luego llegaron 'Caníbal' y 'El autor', por la que recibió el gran premio FIPRESCI de la crítica en el Festival de Toronto y dos Goya®. 

La hija se centra en cómo algunas personas están dispuestas a traspasar todos los límites morales para lograr sus objetivos. En este caso el de ser padres a cualquier precio. Observamos como la infertilidad y la fertilidad temprana se entrecruzan en un juego perverso propuesto por el cineasta. Se confronta el mundo de una mujer marcada por la infertilidad con el de una chica joven que tiene la facultad para dar vida aunque para ella sea un problema por su edad y por su situación de precariedad social. 

El cineasta se pregunta y nos pregunta a lo largo del filme varias cuestiones morales: ¿Cuándo se cruza la línea que desvanece la moralidad? ¿Cuándo nos damos cuenta de que lo moral, y por tanto lo espiritual existen? ¿Cómo las personas pueden convivir con su sentimiento de culpa? ¿El mal es patrimonio de los psicópatas? ¿Hasta dónde podríamos llegar para conseguir nuestros objetivos? La hija también plantea temas polémicos y en constante debate como pueden ser la maternidad subrogada y los vientres de alquiler que en muchos países siguen con un vacío legal gracias a la ineptitud de los legisladores.

La película gira sobre sí misma con tres personajes muy bien escritos y mejor interpretados. Javier Gutiérrez, actor del momento con Campeones, Bajo Cero, El Autor o Estoy vivo en su bagaje, interpreta a Javier. Su personaje es un hombre querido en la comunidad, que se ha pasado la vida ayudando a los demás. Trabaja como educador en un centro de menores. Los años de experiencia y su carácter ecuánime le han permitido granjearse la confianza de los problemáticos adolescentes con los que trata a diario. Sin embargo, su vida privada es muy diferente. La relación con su mujer se hunde en el dolor a causa de una herida que llevan arrastrando durante largo tiempo. Esa herida les ha hecho distanciarse y socavar su amor. Para Javier, recuperar a Adela es lo más importante y por ello tendrá que poner a prueba hasta dónde es capaz de llegar.

Patricia López Arnaiz interpreta de manera óptima a Adela. Reservada y silenciosa, la pena que arrastra desde hace años le ha convertido en una persona solitaria y apartada del mundo. A pesar de ello, es alguien que sabe muy bien lo que quiere. Decidida y resuelta hasta el punto de la obsesión, Adela estará dispuesta a cualquier cosa con tal de alcanzar aquello que considera su derecho: ser madre.


En la imagen superior vemos a la actriz debutante Irene Virgüez Filippidis. Excelente interpretación que la convierte en la actriz revelación del año 2021. La semana que viene publicaré una entrevista con ella para que nos cuente sus impresiones. Su personaje es rebelde e independiente. Irene va por libre en la vida y no acepta tutelas de nadie. Sólo se aviene a escuchar a Javier, su ‘maestro’ en el centro de menores, y el único que parece preocuparse de verdad por su bienestar. La joven no contempla ningún otro plan a largo plazo que el de tirar para adelante sin saber muy bien a dónde se dirige. Sin embargo, los acontecimientos que le esperan le obligarán a enfrentarse a decisiones que marcarán su vida.

En la parte técnica destaca la banda sonora compuesta por Vetusta MorlaDesde la presentación de su álbum debut en 2008, el grupo musical no ha dejado de recibir el reconocimiento de público y crítica hasta convertirse en el referente del auge de la música en directo en España. La aclamada banda, cuya trayectoria ha estado siempre vinculada al séptimo arte, da ahora el salto a la gran pantalla componiendo su primera banda sonora para La hija, incluido su tema principal.

Asimismo destacan las localizaciones exteriores en la provincia de Jaén. Un territorio que fue frontera entre los reinos cristianos y árabes durante más de 200 años y que luego fue olvidada. El cineasta utiliza los espacios naturales a lo largo de los meses en los que dura el embarazo. El espectador transita por la primavera, otoño e invierno, y ve cambiar el paisaje y la luz en cada estación en una bella metáfora del significado de los cambios que se producen durante el embarazo de una mujer. 


La hija es un sólido thriller psicológico con elementos de terror, de crítica social y hasta de película de secuestros. Asimismo hablamos de un coming of age (en lo que se refiere al personaje de Irene). Por otro lado, se introducen elementos sociales de fuerte calado como la maternidad temprana, el robo de bebés o la infertilidad en las parejas. En definitiva, La hija es una película con sabor rural y cocinada a fuego lento. El cierre final, con un giro realmente sorprendente, compensa la parsimonia con la que arranca la historia. El círculo se cierra e Irene pasará de niña a mujer con todas las consecuencias. 

Nota: 8/10.


Nacionalidad: España

Dirección: Manuel Martín Cuenca

Guion: Manuel Martín Cuenca, 
Alejandro Hernández

Música: Vetusta Morla

Fotografía: Marc Gómez del Moral

Duración: 120 minutos

Reparto: Javier Gutiérrez, 
Patricia López Arnaiz, Irene Virgüez,
Darien Asian, Sofian El Benaissati

domingo, 15 de abril de 2018

Campeones: Inteligente y audaz comedia sobre la discapacidad


En realidad, no existen personas con alguna discapacidad, solo personas con distintos grados de aptitud.
-Henry Viscandi.

La historia: Marco (Javier Gutiérrez) es un entrenador profesional de baloncesto que es despedido de su equipo y además ha sido condenado por la justicia tras un accidente de coche por conducir bajo los efectos del alcohol. Para evitar la pena de cárcel, se le encomienda el trabajo social de entrenar a un equipo de baloncesto de discapacitados intelectuales durante 90 días. Será el comienzo de la mayor aventura de su vida.


La crítica: 20 años después de su fabuloso debut con la auténtica marcianada: El milagro de P. Tinto, el cineasta español Javier Fesser firma su mejor comedia desde aquel entonces. La película recuerda de inicio al cine de los hermanos Peter y Bobby Farrelly que tantas veces han puesto el dedo en la llaga al hacer comedia sobre las personas con discapacidad, sin ningún miedo a ser criticados. En este caso, la mirada es mucho más tierna que gamberra. Esto no no impide que durante el transcurso de la filmación se suceden situaciones hilarantes y muy bien cocinadas que nunca resultan ofensivas para las personas con situaciones personales semejantes.

Otra virtud del cineasta es la consecución de un buen equilibrio en un género cinematográfico tan complicado como es la comedia. Incluso podríamos hablar de virtuosismo técnico, al conseguir que un metraje de 125 minutos -que de por sí es antinatural en el género cómico- se sienta totalmente adecuado. Con Campeones, se demuestra que la comedia inteligente y en este caso española, es más que posible como se demostró en Toc toc o en los Perfectos desconocidos de Álex de la Iglesia. 

La película juega con la evolución del personaje principal que es la base de cualquier narración cinematográfica o incluso literaria. Si en una historia, los personajes no evolucionan solo puede deberse a una mala planificación del guión o a un trabajo des-estructurado en el montaje final. En este caso, el personaje del entrenador de baloncesto, pasa de salvador a ser salvado por sus alumnos. Es decir, Marco partiendo de una personalidad despreciable y engreída, evoluciona y se percata de que la verdadera discapacidad consiste en no empatizar con sus semejantes. La historia es una lección de vida vista desde un humor muy bien estudiado que conecta de inmediato con el espectador. Quizás la parte más floja e incluso sobrante de la filmación es cuando se intercalan secuencias de la relación de pareja de Marco que poco aportan a la intrahistoria narrada. 


Javier Gutiérrez (La isla miníma, El autor), encabeza el reparto y si se me permite la broma, encabeza el reparto junto a Antonio de la Torre del 90 por ciento de la producción cinematográfica española. Nada que objetar, pues es un excelente actor que sigue evolucionando en franca progresión y en cualquier tipo de registro. En esta ocasión borda su papel y da prestancia al conjunto de la  producción. El resto del reparto y al estar compuesto por un equipo de baloncesto completo harían que esta parte de la crítica se hiciera muy premiosa si analizáramos cada personaje interpretado. Con carácter general hacen un trabajo excelente teniendo en cuenta que no son actores profesionales. Eso si, quisiera hacer una mención especial para un personaje femenino que es un delicia. Se trata de una genial Gloria Ramos que interpreta a la señorita Collantes, que siendo mujer y bajita, se integra en el equipo masculino de baloncesto y deja unas perlas brillantes que retumban en forma de carcajadas por toda la sala de cine.

La mejor, la numero 10 (Gloria Ramos)

La música compuesta por Rafael Arnau es una maravilla. Aunque cabe decir que se utiliza de un forma un tanto tramposa para acentuar las emociones en el público; algo que por otra parte es habitual en casi cualquier producción cinematográfica. 

Por último, no me puedo despedir sin mencionar como referencia tres secuencias para el recuerdo. La primera es la presentación entre equipo y nuevo entrenador que deja momentos que obligan casi a volver al cine para volver a disfrutarlos de nuevo. La segunda es un viaje en transporte público a una ciudad española (Cuenca), de todos los personajes que es realmente descacharrante. Y por último, una escena con un ascensor de por medio, que pone en evidencia quien es normal y quien no en la vida.

En conclusión, con Campeones nos encontramos con una buena comedia que engancha de principio a fin, y que nos transmite un mensaje tan sencillo y a la vez tan complejo, en el cual la linea entre la capacidad y la discapacidad es tan delgada, que consigue dejar en evidencia cualquier prejuicio establecido que tengamos en relación a este asunto. Por ello, cabe destacar la sensibilidad de Javier Fesser para lograr hacer una película que cambia los roles y el discurso sobre la integración. 

Nota: 8/10.

Nacionalidad: España.

Dirección: Javier Fesser.

Reparto: Javier Gutiérrez,
Juan Margallo,Gloria Ramos, 
Athenea Mata, Jesús Vidal.

Guión: David Marqués
y Javier Fesser.

Fotografía: Chechu Graff.

Música: Rafael Arnau.

Duración: 125 minutos.

Estreno España: 6/04/2018.