viernes, 8 de junio de 2018

El doctor de la felicidad (Knock): descafeinada comedia pseudo-romántica a mayor gloria de Omar Sy


La gente sana son enfermos que se ignoran. -Dr. Knock.

La historia: Después de un turbulento pasado como estafador de poca monta, Knock (Omar Sy), se ha reconvertido en médico y llega al pequeño pueblo francés de Saint-Maurice a ocupar la plaza vacante que ha dejado el anterior doctor. Sus métodos y manera de entender la medicina se mueven por objetivos económicos y para ello ofrece consultas médicas gratuitas una vez a la semana. Esto servirá como cebo para convertir a los habitantes sanos del lugar en posibles enfermos ya sean por dolencias reales o imaginarias. Pero en medio de esta huida hacia adelante, se cruzará en su camino con la joven Adèle (Ana Girardot) y la semilla de un romance le hará replantearse su situación, sus métodos y cómo afrontar la enfermedad real de su amada.


La crítica: ¿Les damos un poco de caña a los traductores de cine o les dejamos en paz? Yo creo que un poquito de lo primero para al menos en unas lineas acordarnos de estos maestros de la improvisación y de su genial sentido del humor. Y es que en España han pasado de convertir el título original de la película de un aséptico 'Knock' a un florido invento llamado: El doctor de la felicidad. No quiero ni pensar lo que puede pasar en México, país en el cual los maestros traductores (dixit Pablo del Moral) son "insuperables" con sus ocurrencias y la cinta puede acabar renombrándose: "El doctor de la felicidad flotando sobre bellos campos de piruletas con unicornios de colores" (dixit María Delgado). Sinceramente yo creo que un poco de marihuana no hace daño a nadie, incluso es recetada como tratamiento médico en algunos casos como coadyuvante. Ahora bien, una cosa es un poquito y otra cosa es ir completamente colocado a la hora de realizar una traducción cinematográfica. Y supongo que alguien pensará que una traducción así es más efectiva y mercantilista, pero claro, es que incluso a mí que suelo escribir o desvariar sobre de cine, me avergüenza decir que he ido una sala a ver al doctor felicidades por ser un título tan hortera, cursi y aberrante como es el aquí mencionado. ¿Realmente atrae o echa para atrás una traducción así? La verdad, tampoco es lo que más me interesa. Son ya tantos los atentados contra el séptimo arte que al menos me queda el recurso del pataleo como protesta ante una práctica insufrible. Lo bueno (supongo), es que creo que jamás será superada la fechoría de cuando en España se tradujo la película 'Eternal Sunshine of the Spotless Mind' con el alucinante título de ¡Olvidate de mí!

En fin, todo este rollo es porque realmente en la sinopsis está todo lo que sucede en la película que vuelve a estar en la órbita del nada de nada monada. No es tan grave el asunto como en el infame bodrio El taller de escritura, pero la película de la cineasta francesa Lorraine Lévy, se queda solo en un producto hecho en exclusiva para el lucimiento de la estrella francesa Omar Sy, hacer unos buenos euros de taquilla, y a otra cosa mariposa con un buen dinerito en la bolsa.

Ahora debería ir ya la parte formal de la crítica, si bien nos encontramos con el problema de que dicen que en Internet no se puede escribir muy largo pues la gente desconecta y se gira a ver si le ha llegado una nueva notificación de WhatsApp. Aunque también dicen que la distancia es el olvido y es mentira. Si lo sabré yo que cuando mi amiga Jennifer Lawrence me dejó tirado y aislado en Marte, largándose a La Tierra sin el menor rubor, aún la recuerdo con su dulces besos con sabor a ajo.

En fin, vayamos con la parte seria. El doctor de la felicidad es la adaptación cinematográfica del libreto escrito para teatro en 1923 por el dramaturgo francés Jules Romains y cuyo titulo original se podría traducir por El Dr. Knock y el triunfo de la medicina. Este texto trata de defender la tesis de la excesiva medicalización de la sociedad e incluso se considera profético en el desarrollo posterior de la industria farmacéutica y la posterior expansión de las empresas biotecnológicas. Pues bien, esta obra que se considera un clásico en Francia y de la que ya se habían realizado adaptaciones cinematográficas, se queda en una comedia raquítica e insustancial, aunque en su defensa cabe decir que se digiere de una forma agradable sin al menos resultar pesada o plomiza en su transcurrir.


Sin duda, lo mejor pasa por un reparto encabezado por un Omar Sy (Intocable, Mañana empieza todo), que continua en estado de gracia y se sitúa como el rey de la comedia en Francia, por no decir en Europa entera. Quizás cabría exigirle mayor implicación buscando papeles con registros diferentes, pues una vez se cae en el encasillamiento es muy complejo salir de él. En la parte femenina y como amada del doctorcito, aparece una estupenda Ana Girardot a la que ya vimos en Un hombre perfecto y que se postula ya seriamente a ser una alternativa a la gran Marion Cotillard. Y aunque ella está bien, su personaje es un puro cliché que se siente como una mezcla de una cenicienta a la francesa y una princesa Disney a la espera de ser rescatada por un príncipe azul más interesado en sacar la pasta a sus conciudadanos que en sacarle un beso a su princesa. De hecho, el romance que se establece entre los protagonistas es tan blandido, tan de la señorita Pepis y tan platónico, que nunca llega a resultar creíble en una especie de pseudo-romanticismo de la revista ¡Hola!. El resto del reparto cumple con creces, incluyendo en el elenco a algunos representantes de la Comédie-Françoise. Son personajes arquetípicos del lugar o fuerzas vivas como se decía en España; incluyendo por lo tanto al sacerdote, al farmacéutico, al maestro de la escuela y a miembros de la alta burguesía del lugar.

En los aspectos adicionales si cabe destacar una luminosa y preciosista dirección de fotografía a los mandos de Emmanuel Soyer, y una excelente ambientación situando la acción en la Francia de los años 50 del siglo pasado con un más que correcto diseño de vestuario. En este orden de cosas si podríamos hablar de una película bonita, que no es lo mismo que hablar de una buena película.

En definitiva y para recapitular ya, El doctor de la felicidad se me antoja como una propuesta blanda, prescindible y descafeinada. Además, acentúa sus defectos con un giro en su desarrollo desde la supuesta comedia inicial al melodrama más lacrimógeno, sin por cierto conseguir ni risas en su primera parte, ni lágrimas en la parte final. En la parte positiva, cabe salvar a un buen reparto y a una buena dirección de arte en las localizaciones exteriores que nos llevaría a la triste conclusión de acabar diciendo: "al menos los paisajes eran bonitos".

Nota: 5/10.

Dirección y guión: Lorraine Levy.

Historia: Jules Romains.

Reparto: Omar Sy, Ana Girardot,
Alex Lutz, Helène Vincent.

Música: Cyrille Aufort.

Fotografía: Emmanuel Soyer.

Duración: 113 minutos.

Estreno Francia: 18/10/2017.

Estreno España: 25/05/2018.