domingo, 26 de noviembre de 2017

Hacia la luz (Hikari): Aun cuando estamos abrazados, te echo de menos


La historia: Misako es una joven que se dedica a la narración de películas para invidentes y además se encarga de redactar los guiones para las mismas. En general tanto su voz, como su meticulosidad en elegir las palabras adecuadas, tienen una gran aceptación entre los espectadores que escuchan y ven a través de ella las filmaciones en las salas cine. Pero todo cambia cuando en una prueba de voz para una nueva película, el señor Masaya que está perdiendo la vista, es invitado al montaje de la película y no está conforme con lo que la narradora está transmitiendo. A pesar de ello, este será el principio de una amistad y de un viaje hacia la luz.


La crítica: El cine es ante todo emoción, y cuando esta consigue traspasar la pantalla mediante imágenes y sonidos, no hay en las artes escénicas algo con una fuerza arrolladora tan tremenda como lo es para mí, la magia del cine. Y es que ya desde los inicios del cine mudo, el séptimo arte siempre ha estado relacionado con ser algo más que un simple entretenimiento. El cine y a través de por ejemplo, este viaje 'Hacia la luz', es un condensador de emociones y sentimientos que tal vez solo puedan comprender aquellos que sientan un profundo amor por él. Ante la belleza de las imágenes propuestas por esta filmación, incluso los diálogos podrían quedar excluidos. Es la propia música del filme y el propio hipnotismo visual que conllevan las preciosistas vistas pictóricas las que podrían ejercer de sujeto narrador. Y es que incluso no sería necesario escuchar el libreto para comprender que la belleza puede ser comprendida incluso sin la utilización de palabras.

Segunda película japonesa reseñada en Cine y críticas marcianas en 2017, tras la desapercibida y sin embargo estupenda Mientras ellas duermen y segunda gran sorpresa del cine asiático en lo que va de año. En esta ocasión es la directora nipona Naomi Kawase (Una pasteleria en Tokio), la que se encarga de una realización visualmente perfecta, que le ha valido para llevarse el Premio del Jurado Ecuménico del Festival Internacional de Cine de Cannes.

La historia propuesta es un viaje hacia la pérdida en todos los sentidos. En ese duro trayecto representado en la ceguera progresiva del protagonista masculino, es donde encuentra el destino de un amor inesperado e improbable en una paradoja en la que el encuentro y la pérdida se funden un solo camino. Y en esa transición evolutiva es donde por desgracia, la plenitud de la felicidad no es posible. Sin embargo, los prismas de luz reales y metafóricos son un contraste, en una especie de equilibrio funambulista, que encuentra parecido con las experiencias vitales en las que lo amargo se funde con lo dulce en una especie de juego macabro del destino.

Y es que la cinta, desde la preciosidad de su enfoque visual y unos planos de autentico ensueño no se cansa de hablar de la pérdida como conflicto emocional. Es decir, de la pérdida de la visión, de la juventud, de los padres, de los hijos, de la vitalidad, y sin embargo es tan dulce la manera de la que está enfocada, que esa cierta tristeza converge en una emocionalidad que se siente viva y repleta de reflejos de luz. Todo ello actúa entonces como símbolo de la unión de esperanzas y desesperanzas, que conforman la experiencia vital de cada persona en un mundo desasistido de justicia poética.


El reparto en su parte femenina, está encabezado por la bellísima actriz japonesa Ayame Misaki (Girl's blood), que llena absolutamente la pantalla con una interpretación sensible, sensorial y representando a la perfección a un personaje que se mueve entre la candidez, la fragilidad y la cierta asocialidad que conlleva lo que el guión quiere que ella represente en la ficción. Su compañero de trabajo es el también actor nipón Masathosi Nagase (Paterson), que se mete con corrección el papel de un fotógrafo que está perdiendo la vista a pasos agigantados y que encuentra en su relación con Misako la tabla de la salvación en su descenso a la oscuridad de la invidencia. Son dos personajes contrapuestos y complementarios que enriquecen la construcción de la historia en la lúcida visión de la cineasta Naomi Kawase.

La extraordinaria fotografía de Arata Dodo es un personaje más de la película vertebrando y seduciendo con una inmensa gama cromática de colores dorados. Loa utiliza sutilmente en los momentos poéticos y a la vez consigue que sea nítida y transparente en la trama urbana. De hecho, llega hasta el punto de poder ver en pantalla las lentes de contacto de la actriz Ayame Misaki en algún plano a contraluz. Leccion por lo tanto magistral de cinematografía en uso de las lentes de la cámara. El otro punto destacado adicional, y sin el cual no se podría entender la filmación, es la brillante banda sonora compuesta por el músico libanes Ibrahim Maalouf y que pasa directamente a ser objeto preciado para los amantes de la música de cine.


En conclusión, Hacia la luz es una propuesta seductora, y altamente hipnótica de un cine pequeño, y minimalista pero que respira arte en cada fotograma exhibido. Baja algo el tono cuando se enfrasca en la realidad de la trama, pero es tan hermosa en su cadencia expresiva cuando busca la emoción, que hace de sus texturas visuales y narrativas un auténtico viaje embriagador hasta lo más hondo de lo que el cine consigue, cuando va más allá de una mera expresión conceptual. Es en definitiva, una obra abstracta y la vez contemporánea del significado del amor, de la pérdida y del encuentro. Y si de belleza hemos hablado, nada mejor para describir el amor puro con una frase que pronuncia uno de los personajes de una película ficticia para invidentes. En ella un hombre le expresa sus sentimientos a su amada con unas palabras llenas de ternura y que me parecen la mejor guinda para cerrar este texto: "Aun cuando estamos abrazados, te echo de menos".

Nota : 9/10.

Nacionalidad: Japón, Francia.

Dirección: Naomi Kawase.

Reparto: Ayame Misaki, Masathosi Nagase,
Tatsuya Fuji, Kazuko Shirakawa.

Guión: Naomi Kawase.

Música: Ibrahim Maalouf.

Fotografía: Arata Dodo.

Duración: 101 minutos.

Estreno Japón: 27/05/2017.

Estreno España: 17/11/2017.