La historia: Gabrielle (Marion Cotillard), es una joven con las hormonas en plena ebullición y que además está afectada por una desestabilización emocional. Este trastorno le está causando problemas con los hombres de la población en la que vive y por consiguiente con su familia. Cuando la situación empieza a ser insostenible en opinión de su madre, esta le propone un matrimonio de conveniencia para estabilizar su situación emocional o bien ingresarla en un centro psiquiátrico para que deje de ocasionar problemas. Ante la dramática situación propuesta por su madre, Gabrielle acepta casarse sin estar enamorada. Sin embargo, advierte a su futuro esposo que no piensa mantener relaciones sexuales con él en ningún momento de su convivencia.
La crítica: El sueño de Gabrielle es una preciosista cinta francesa que tiene como principal problema un halo de artificialidad impostada. Este halo hace muy difícil integrarse en la historia sin pensar que estamos viendo una película en todo momento. Podríamos decir que solo se sostiene en pie por una actuación muy importante de Marión Cotillard y que sin ella, el largometraje se caería de un soplido como un castillo de naipes. De hecho, es un souflé galo que aún desinflándose, deja momentos de una belleza indudable pero que se siente como una lastimosa oportunidad perdida.
La cinta está basada en la novela del año 2008, 'Mal de piedras' de la autora italiana Milena Agus que se saldó con un moderado éxito en el país transalpino. El título hace referencia a la enfermedad renal que padece Gabrielle y que le impide engendrar descendencia. En el lenguaje coloquial, a esta enfermedad de cálculos renales se la conoce como piedras en el riñón. Por cierto, no se que puede pasar por la cabeza de un autor, para titular una novela con el horrendo título de Mal de piedras -en francés Mal de pierres- cuando además no es la clave de la historia ni de cerca.
Por una vez y sin que sirva de precedente, comprendo a los traductores en España. Evidentemente, si traducen este título literalmente por 'Piedras en el riñón' no hubiera ido al cine ni el dueño de la sala. Sin embargo, cómo cambia la cosa si la cinta es titulada de una forma tan bella como 'El sueño de Gabrielle'; la verdad no hay color. Y dicho esto, cabe decir que este título es una estafa porque no se corresponde con la realidad ni de la autora italiana, ni con la de la cineasta francésa Nicole Garcia que quiso respetar la opción del título que libremente eligió Milena Agus por mala que esta fuera en mi opinión.
Volviendo a la película en sí, la historia está desarrollada temporalmente a finales de la Segunda Guerra Mundial y geográficamente situada en la espectacular campiña francesa. En este contexto, es donde nos encontramos a Gabrielle con una sexualidad desbordada y en la búsqueda a su vez de un amor romántico al que no consigue ponerle cara. Tras contraer matrimonio, ciertamente se estabiliza pero no es feliz. El marido, además, es un hombre sombrío, callado y que no le aporta calidez. En un momento de la trama, Gabrielle se da cuenta que su marido está frecuentando a prostitutas y pagando 200 francos por cada encuentro. Desesperada por las infidelidades -en principio consentidas- le propone la extravagante formula a su marido de que le pague a ella los 200 francos en vez de a las prostitutas. Aunque Gabrielle está empezando a sentir algo por su marido, esta manera tóxica de relacionarse está empezando a desestabilizara de nuevo.
A partir de ahí, sufre un aborto por sus cálculos renales y decide, o deciden por ella ingresarla en un balneario para curar su enfermedad. Es allí, en soledad, donde conoce a un atractivo soldado herido y cuando se enamora realmente por primera vez. Es entonces, cuando arranca el verdadero conflicto sentimental de la película.
Y la pregunta es: ¿cómo es posible que con una buena historia, una excelente ambientación y una actriz en su mejor momento, la película se aproxime a ser un naufragio triste y desolador?
Pues así es el cine y hay un buen puñado de razones para argumentar el porqué este sueño de Gabrielle se convierte en solo un sueño de lo que pudo haber sido y nunca fue. Uno de los errores es el parsimonioso, lento y desesperante desarrollo que convierten sus 126 minutos de metraje en algo que parecen ser 226 minutos inacabables y profundamente extensos. Otro de los problemas surge cuando la identidad de la cinta se aproxima más a la factura técnica de un telefilme o directamente se entronca con la manera de narrar de las telenovelas más simples. Por último y entre otros problemas, cabe destacar la mala utilización del recurso narrativo de los sueños o de la locura para contar historias que nunca sucedieron en la realidad.
Aún con todo lo expuesto anteriormente, es una brillantísima y seductora Marion Cotillard (Aliados), la que sostiene toda la película y la salva por los pelos del naufragio total. Su actuación es sutil, contenida, suave y con una excelente vocalización de su lengua madre que hace imprescindible el visionado de la película en versión original francesa. La acompaña en el reparto Àlex Brendemühl (Truman) en un papel tan frío y seco como su personaje, lo cual no se ciertamente si es bueno o todo lo contrario. El que no deja dudas es el actor galo Louis Garrel (The Dreamers), en el convincente papel del soldado herido del que se enamora Gabrielle en su estancia en el balneario. Cabe destacar la fuerte química que se establece en pantalla entre Cotillard y Garrel con alguna escena subida de tono en las que ambos saben explotar su magnetismo físico.
En la parte técnica de la cinta sobresale además de su buena música y fotografía, un privilegiado diseño de vestuario que hacen que Marion Cotillard este perfectamente "mal" vestida o bien vestida desde la primera, hasta la última toma de la cinta. El vestuario diseñado para los campesinos o el personal del balneario es también de una elección inmejorable.
Por toda esta parte técnica reseñada, la gran actuación de la actriz francesa y la buena premisa de salida de la historia es una verdadera lástima que la película se convierta en un sucedáneo cinematográfico.El sueño de Gabrielle se aproxima más al cartón-piedra que a una producción profesional y con una narrativa medianamente aceptable. Por lo tanto, el filme francés es una profunda decepción aunque tiene tantos aspectos positivos que extrañamente la convierten en una bonita mala película.
Nota: 5/10.
Nacionalidad: Francia.
Dirección: Nicole Garcia.
Reparto: Marion Cotillard, Louis Garrel,
Àlex Brendemühl, Victoire Du Bois.
Guión: Jacques Fieschi, Nicole Garcia.
Música: Daniel Perbenton.
Fotografía: Christophe Beaucarne.
Duración: 126 minutos.
Estreno Francia: 19/10/16.
Estreno España: 9/6/17.