A un paso de mí dirigida por Jose Mario Salas se estrenó en cines españoles el día 10 de septiembre de 2021. Tras el abrumador éxito de público, (creo que la vieron 10 o 12 personas y un perro), Amazon Prime osa a exhibirla entre sus estrenos con el reclamo de un póster pseudo-erótico que produce mucho pudor incluso para los que somos amantes de la belleza femenina. Al final del texto podrán verlo.
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La historia: A ver como resumo este engendro. Tatiana (Johanna Solano) es una periodista costarricense a la que su jefe le encarga que escriba un blog de cinco entradas sobre la paz interior. El panfleto debe estar publicado en diez días lo que parece llevar a Tatiana, a los espectadores y al perro que vio la película a una profunda crisis existencial.
La crítica: El "buen" amigo que tuvo la deferencia de enviarme la cosa esa llamada Killer Sofá lo ha vuelto a hacer. Me envía la cinta costarricense A un paso de mí por si quiero decir alguna cosa sobre ella. Y la verdad es que algunas cositas voy a comentar sobre uno de los mayores esperpentos que he visto en mi vida. Decir que la cosa es mala como la sarna es poco. Esto llega ya a un nivel Dios de entre lo peor de lo peor de un cubo de basura.
La salida es de traca. Observamos como la bella Tatiana está reflexionando en una playa sobre la puñetera "paz interior". Esto es un mantra que se repetirá secuencialmente durante los interminables 115 minutos que dura el bodrio. Mientras el cineasta y Tatiana nos tratan de endosar un argumento de autoayuda de quinta división sobre la espiritualidad, la protagonista no deja de lucir modelitos, bikinis y distintos looks totalmente sexualizados en una especie de bipolaridad entre la paz interior y la belleza exterior. Hablamos de un guion que parece firmado por un instagramer borracho de unos 12 años de edad y con las hormonas totalmente desbordadas.
El caso es que la muchacha, Tati para los amigos, ha sorprendido a su novio -el bellísimo Alonso- con otra y ha terminado la relación. Durante 15 o 20 minutos le pega una chapa tremenda a su amiga Raquel. El espectador se tiene que tragar el drama de la infidelidad de Alonso (el príncipe-rana), los consejos de su amiguísima y las diatribas sobre si en la paz interior está la solución para todo. Permanezco absorto y perplejo ante el folletín televisivo que se ha montado el cineasta. Ante la gravedad de la situación para la joven, para mí mismo y para la salud mental en general, prosigo el visionado para comprobar si estamos ante un experimento o lo que veo en pantalla es real.
Durante unos minutos Tatiana se vuelve algo marrana. Es decir, -como en las pelis de Hollywood- se mete en la cama, se pone a comer helado con galletas y a la vez a navegar por Internet con el portátil. Esta cochinería dura una noche y al despertar ya todo luce perfecto. Tati vuelve a lucir bellísima y decide pagarse un viaje por toda Costa Rica para poder relajarse, buscar su paz interior y escribir un blog sobre el encuentro con uno mismo. Tiene cojones la cosa.
Teniendo en cuenta, (y no estoy de broma), que A un paso de mí está patrocinada por una funeraria -con cementerio incluido- llamada La piedad, comienzo a entender que la búsqueda de la paz interior debe ser un mensaje subliminal para comprar una plaza -o sea una tumba- en el citado camposanto. Desde luego, algún espectador habrá captado el mensaje y a mitad de metraje se habrá ido al baño con ideas autolíticas para encontrar la paz interior. Yo me lo tomé con más calma y seguí el metraje hasta el final para ver todos los modelitos lucidos por Tati.
Tatiana está interpretada por la actriz y modelo costarricense Johanna Solano. Hablamos de la nueva Meryl Streep centroamericana por su expresividad y formación pectoral. Actoral quería decir. Me cuentan que abandonó sus estudios para dedicarse al modelaje y al fitness. En fin, cada cual a lo suyo y yo a lo mío que es intentar acabar esta reseña para recobrar de una vez mi paz interior. En la película sale más gente (supuestos actores) que se dedican a reír las gracias del personaje principal. Solo destacar a Esteban Hidalgo y a su personaje de Jason.
El muchacho, igual de bello que Tati, se pasa toda la película persiguiendo a la joven en su recorrido por Costa Rica para intentar conquistarla. La invita a cenar, a ir a la playa y así durante días y días hasta que se percata de que Tatiana no quiere nada con él. No nos engañemos. Jason quiere sexo con ella y supongo que el conjunto de la población mundial también. El tema es que Tati está tan enfrascada en la búsqueda de la puñetera Paz Interior que no tiene tiempo para darse un revolcón con nadie. Así que manda a paseo a Jason y todos lloramos. No podía faltar la escena de Tatiana haciendo yoga para encontrar eso que ya sabéis y ahí la cinta entra ya del todo en la comedia involuntaria y en el desastre consumado.
A un paso de mí es un subproducto cinematográfico que tiene como misión ser un publi-reportaje de Costa Rica y de Miss Solano. De hecho, si la película fuera un documental sobre la inmensa belleza del país centroamericano tendría algún sentido estético. El problema radica en que se pretenda hacer una ficción sobre esto y haya alguien que lo financie. Creo que jamas en mi vida he sentido tanta vergüenza ajena al ver una película. En conclusión, y tras visionar esta obra maestra llena de sutilezas narrativas, he decidido viajar a Costa Rica a ver si encuentro a Johanna Solano y me puede explicar como podría encontrar mi paz interior sin morir en el intento. Fin.
Nota: -1/10.