domingo, 11 de diciembre de 2016

¡Qué maravilloso es el cine! Gran Torino


¡Magisterio de cine sin contemplaciones!

El maestro dando una lección de cinematografía que deslumbra en cada secuencia. Dos horas de virtuosismo que vuelan reduciendo el concepto de tiempo a una simple anécdota. Los relojes pierden su valor real para encontrarnos ante un espacio hipnótico de cine donde lo nuevo se hace viejo y lo viejo se hace nuevo. Deslumbrante en lo sencillo.

Walt Kowalski (Clint Eastwood) es un veterano de la guerra de Corea y ya jubilado de su trabajo en la cadena de montaje de la empresa automovilística Ford. Recién enviudado, y con un carácter duro, hosco e impredecible se dedica a cuidar su casa y a su amado Ford Torino del año 1972. Un símbolo de lo que fue su vida. Su lugar de residencia es una deprimida zona a la que llegan multitud de inmigrantes asiáticos en un entorno de cambio. Él se siente a contracorriente y desplazado. Sus ideas racistas se irán moldeando cuando conoce a varios miembros de una familia asiática. En especial a un joven con el que actúa de mentor enseñándole a desenvolverse en su nuevo país y aprendiendo también con él y su familia. Los sucesos que acontecerán marcarán las vidas de Walt con sus nuevos vecinos.

Cine cocinado a fuego lento para paladares exquisitos. Dar importancia y seriedad a una película es el primer paso para tomarse y que te tomen en serio. Ahí la mano del cineasta es la clave al contar una historia.

Si el espectador ya sea más o menos cinéfilo. percibe que le están tratando con respeto este es el primer paso para conseguir la complicidad con la acción desarrollada. Pero lo fundamental en un largometraje es su poder de seducción y de enganche con el receptor del mensaje. Eastwood en eso es el mejor. En su otoño cinematográfico ha logrado ser un gran seductor del lenguaje fílmico y visual. Maestro de maestros. Es decir, todo un catedrático del cine.


¿Pero de que nos habla 'Gran Torino' en realidad? Supongo que de adaptación a lo nuevo sin acabar de morir lo viejo. Esa en mi opinión es la idea principal a transmitir. Entrando más a fondo, el entorno de cambio a nivel mundial con los flujos migratorios, y la incomprensión del fenómeno por parte de la sociedad es lo que retrata la cinta. En su primera parte y con un cierto tono de humor sarcástico el cineasta realiza un ejercicio irónico y autoparódico que no muchos comprendieron.

El filme nos habla de un amor hacía la juventud que ya no volverá. En el fondo, el personaje de Walt, que es un tipo literalmente gruñón y desencantado, lo que echa de menos es el comienzo del despertar a la vida. Para ello, se pone manos a la obra y ayudará a dos jóvenes hermanos asiáticos a luchar por un futuro mejor respetando los valores universales del trabajo, el esfuerzo y el respeto por los mayores. La sorpresa acontecerá cuando sea el propio Walt el que sea depositario de alguna que otra lección por parte de sus jóvenes nuevos amigos. Encontrará en la tolerancia su expiación personal.

La parte redentorista y más emblemática de la cinta llega de mitad del metraje en adelante. Es ahí cuando la comprensión de su propio yo explota en una reacción en cadena emocional en la que sacrificio y purga de su propio interior se expondrá en todo su ser. Estos matices son los que en la cinta 'Sin Perdón' ya explotó. En esta ocasión, utiliza la forma inversa de acción final para conseguir una venganza más pausada pero igual de efectiva que en aquella cinta. 


'Gran Torino' de manera injusta no estuvo en la carrera de los premios Oscars en el año 2008 y esto causó estupor entre crítica y público. Si bien es cierto que la productora no apostó lo suficiente por su propia película. Cabe decir, que los citados premios tienen un fuerte carácter de promoción interna, y los académicos con derecho a voto han de ser seducidos por las productoras, que no comprados. El reparto secundario, un tanto débil tampoco ayudó a estos efectos.

Aun así obtuvo los siguientes galardones: Premio César de la Academia francesa a mejor película extranjera, Premio David di Donatello en la misma categoría citada anteriormente y Clint Eastwood obtuvo el premio al mejor actor en los Critics Choice Awards. El American Film Institute la consideró entre las diez mejores cintas de 2008.

Música y cine: Eastwood tan polifacético como siempre, también ha demostrado su versatilidad atreviéndose a componer parte de los soundtracks de sus películas. En esta ocasión, deja en manos de su hijo Kyle y de Michael Stevens la composición de la banda sonora. Él se reserva un pequeño cameo con su voz rasgada en una de las canciones del film. Sin pasar a la historia del cine esta banda sonora deja momentos muy bellos sobre todo en el tema que cierra la película.

Os dejo con un enlace donde el cantante y pianista Jamie Collum interpreta el tema musical de cierre de la película. En mi opinión, Gran Torino es una de las mejores películas del director en su carrera.

Año: 2008.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Dirección: Clint Eastwood.

Reparto: Clint Eastwood, Christopher Carley,
Bee Vang, Ahney Her, Jhon Carroll Lynch.

Fotagrafía: Tom Stern.

Música: Kyle Eastwood, Michael Stevens.

Duración: 119 minutos.