martes, 21 de enero de 2025

Babygirl: Nicole Kidman brilla en una mediocre cinta sobre el impulso sexual


Babygirl dirigida por Halina Reijn se ha estrenado en cines españoles el día 17 de enero de 2025. Nikole Kidman ganó la Copa Volpi en Venecia a la Mejor Actriz por su arriesgado y valiente papel. 

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La historia: Sensual thriller erótico que narra la historia de Romy (Nicole Kidman), una alta ejecutiva que inicia una ardiente aventura de sexo extremo con su joven becario, Samuel (Harris Dickinson) a espaldas de su marido Jacob (Antonio Banderas). Romy invertirá su rol habitual en el trabajo, pasando de ser quien da las órdenes a disfrutar siendo sometida en la cama. Esta tórrida relación le permitirá encontrar el camino hacia su libertad sexual, a pesar del riesgo y los prejuicios.


La critica: Sin mucha novedad que cualquier adulto ya no sepa en lo erótico, quizás lo mejor del filme es que refleja los tabúes a los que se ha de enfrentar una mujer, sus deseos sexuales y, sobre todo, la jerarquía de poder en el mundo de los negocios. En realidad, con algo más de fetichismo, nos hallamos ante un intercambio de papeles en los que miles de jefes hacían con sus secretarias lo que no se atrevían a pedirles a sus esposas. Sin la gran Nicole Kidman esto se hubiera caído. Derrumbado. 

Babygirl trata de manera episódica como el deseo es capaz de llevar a una persona con una vida feliz a ir traspasando límites sin valorar los efectos laborales, familiares o personales. Entendemos la frustración del personaje cuando le espeta a su marido que en toda una vida de convivencia jamás ha tenido un orgasmo con él. Pobre hombre. Puntería cero. Pero digo yo, ¿le podría haber dicho algo, no?

Total, que cuando en el trabajo de la señora Romy entra un becario buenorro (¿se dice así?), comienza un tórrido romance con consecuencias inesperadas muy esperadas y de las que poco puedo contar más. La narrativa es tan lineal -dentro de la supuesta transgresión- que se vuelve monótona por momentos y sobre todo muy previsible en su conjunto. 


En Babygirl, Romy, interpretada de manera genial por Nicole Kidman, es el resultado de indagar en la cuestión de las mujeres poderosas. Como una CEO educada, madre y esposa que vive en la ciudad de Nueva York, habita en un mundo de control extremo, agendas estrictas y una aguda conciencia de cómo es percibida en un campo dominado por hombres. En su propio matrimonio tampoco ha encontrado placer con su dulce y cariñoso marido artista, Jacob en un papel plano de Antonio Banderas. Mientras Romy intenta mantener su fachada, se derrumba tras conocer a Samuel (Harris Dickinson). Él percibe su deseo de perder el control, y comienza a penetrar más allá del armazón que ella ha construido con tanto cuidado. Ella se desata y supongo que el espectador empatiza con la situación que vive la mujer. 

La técnica de la película es impecable: fotografía, música, dirección de arte, vestuario o espacios escenográficos hacen que la digestión de la cinta sea óptima. En el debe toca señalar a un guion muy plano. 

Babygirl es un filme entretenido, rítmico, pero muy presumible en su desarrollo. Hablamos de un juego del gato y el ratón, en el que el eje del poder se desplaza de manera constante, y que a primera vista recuerda la época dorada de los thrillers eróticos de los años 90. A "segunda vista" la historia se cae aunque nos deja una gran actuación de Kidman

Nota: 6/10. 


Nacionalidad: Estados Unidos

Género: Thriller erótico 

Dirección: Halina Reijn

Guion: Halina Reijn

Fotografía: Jasper Wolf

Música: Cristobal Tapia 

Duración: 114 minutos

Reparto: Nicole Kidman, 
Antonio Banderas, Sophie Wilde,
Harris Dickinson.

lunes, 29 de marzo de 2021

Nomadland: Chloé Zao llega a la cumbre con su apabullante lirismo cinematográfico


Nomadland dirigida por Chloé Zao se ha estrenado en cines españoles el día 26 de marzo. La cinta fue galardonada con el León de Oro en la última edición del Festival de Venecia y se perfila como una de las favoritas en la carrera por los Oscars de la Academia de Cine. 

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La historia: Fern (Frances McDormand) es una mujer de 60 años que ha perdido su casa y su trabajo tras el colapso económico de una empresa en una zona rural de Nevada. Los hechos narrados sucedieron tras la crisis financiera provocada por la burbuja inmobiliaria de principios de siglo. Tras estos sucesos, Fern decide embarcarse en un viaje a través del Oeste viviendo en una caravana como un nómada en busca de su destino.


La crítica: Nomadland está basada en el libro Nomadland: Surviving America in the Twenty-First Century de Jessica Bruder. El ensayo se editará en castellano con el título “País nómada. Supervivientes del siglo XXI”. Con estos mimbres la cineasta china-estadounidense Chloé Zao, directora de la mágica The Rider, se consolida como una de las más potentes narradoras del cine actual.  

La cinta se presenta como un amplio retrato panorámico del espíritu nómada estadounidense. Para ello, sigue el rastro del trabajo migratorio estacional a través de los ojos de una mujer marcada por la pérdida. Perdió a su esposo, perdió su trabajo y perdió su hogar. Observamos su decadencia en contraposición a la grandeza del Oeste americano: desde las tierras baldías de Dakota del Sur hasta el desierto de Nevada y el noroeste del Pacífico. Pero en este proceso de duelo, Fern va ganando fuerza y encuentra su comunidad en las reuniones de otros nómadas a las que asiste para simplemente sobrevivir a la vida. 

La narrativa se asienta sobre los prejuicios que existen sobre determinadas personas en los Estados Unidos. Hay discriminación por edades, etnias, sexos y un cierto rechazo a contar historias sobre personas mayores o personas que han acabado en la periferia de la sociedad renunciando por completo al sueño americano. La película, en cierta forma, es la negación del significado final de este sueño entroncando de manera maestra con Las uvas de la ira del maestro John Ford. Así es como observamos, a veces entre lágrimas, como nuestra protagonista, Fern, vaga por el Oeste americano trabajando en un centro de distribución de Amazon, en una planta de cosecha de remolacha azucarera, en la cafetería de una atracción turística y como limpiadora de un campamento en un Parque Nacional. Su odisea, que aparece como un lienzo pintado en medio de hermosos parajes, es el retrato perfecto de la decadencia estadounidense. 
 

Frances McDormand, tras su Oscar por Tres anuncios en las afueras, vuelve a realizar una interpretación magistral que bien merecería otro premio de la Academia. Su personaje evoluciona en consonancia a la estructura narrativa propuesta. Al vivir en una camioneta, se ve cada vez más expuesta a la naturaleza: a su belleza pero también a su hostilidad que de manera paradójica aumentan su capacidad para reponerse y sanar de sus heridas vitales. En cierta forma, el espectador que consiga empatizar con Fern y su situación de especial vulnerabilidad, irá sanando con ella las cicatrices de su propio destino. Los demás personajes, también nómadas, buscan como ella su lugar en el mundo a través de un viaje de conocimientos y experiencias puestas en común a lo largo del filme. Fern encuentra su comunidad en las reuniones nómadas a las que asiste, que incluyen a Linda May y Swankie (nómadas de la vida real que se interpretan a sí mismos). Asimismo cabe destacar la semilla de una amistad romántica con Dave (David Strathairn) poniendo con ello un contrapunto emocional a una película cocinada a fuego lento. 

El lirismo en la película también se muestra a través de la magnífica música que nos regala el compositor y pianista italiano Ludovico Einaudi. También cabe destacar la preciosista fotografía de Joshua James Richards que actúa como sujeto narrador fundamental en los enormes espacios abiertos del interior de los Estados Unidos. Un regalo a la vista.


Nomadland, por avatares del destino, llega en el momento perfecto para reivindicar el verdadero sentido que tiene el séptimo arte para ser vivido en su hábitat natural. Hablamos de un filme con amplias panorámicas, profundidad narrativa y con un libreto adaptado con rigurosidad. 

Chloé Zao, en definitiva, redibuja la idea del sueño americano y lo ve desde una nueva perspectiva: la perspectiva de una cineasta nacida y criada en una cultura completamente diferente. Aún así, no es un filme que hable solo sobre lo malo o lo bueno que puede ser el sueño americano. La película representa ante todo el poder del cine como perfecto vehículo cultural y emocional. El profundo y a la vez preciosista relato de Nomadland es el sueño en fotogramas con el que Chloé Zao llega a la cumbre con su apabullante lirismo cinematográfico. Hablamos de una película que por sí misma explica el sentido de ver cine en la sala de cine. 

Nota: 10/10.


Nacionalidad: Estados Unidos

Dirección: Chloé Zao

Guion: Chloé Zhao, Jessica Bruder

Fotografía: Joshua James Richards

Música: Ludovico Einaudi

Duración: 108 minutos.

Reparto: Frances McDormand, 
David Strathairn, Linda May,
Charlene Swankie, Bob Wells, 
Gay DeForest, Patricia Grier

viernes, 22 de febrero de 2019

Destroyer: Nicole Kidman, el cine negro y la redención


Quizás el sufrimiento y el amor tienen una capacidad de redención que los hombres han olvidado o, al menos, han descuidado.
-Martin Luther King.

La historia: Erin (Nicole Kidman) es una detective policial que trabaja en el departamento de homicidios de Los Ángeles, y que está marcada por un siniestro pasado. Además de su actividad profesional, debe lidiar con su hija adolescente y con el conflictivo novio de esta última. Pero como todo es posible de empeorar, y más en el cine, reaparece en en este "idílico" panorama el lider de una banda criminal con el que tuvo una tormentosa relación en el pasado.


La crítica: Creo que es la primera vez que voy a comenzar una crítica cinematográfica haciendo referencia al reparto y centrándome específicamente en la actuación de Nicole Kidman que arrasa, apabulla y brilla en la gran pantalla. Su interpretación es absolutamente colosal en un cambio de registro con el que demuestra la excelencia en la composición artística. No sé como hubiera sido Destroyer sin ella, pero lo que si puedo afirmar es que la película, la historia y la narrativa, no tendrían sentido sin ella. En mi opinión, es la mejor actuación de su carrera artística y no son pocas la veces que ya ha brillado con luz propia. En lo personal, siempre he pensado que una actriz o un actor no pueden salvar a una mala película o a un mal argumento, y de hecho lo sigo pensando. Por ello, quiero poner en valor la actuación de Kidman, aunque además nos encontramos ante un impactante thriller de buen cine negro americano.

Destroyer es la quinta película de la cineasta estadounidense Karyn Kusama que tras su paso por la Escuela de Cine de la Universidad de Nueva York, alcanzó cierta popularidad con su peculiar largometraje Jennifer's Body.Este curioso filme, además supuso para Megan Fox el salto definitivo al estrellato mundial. Bueno claro, si entendemos por estrellato las "cosas" cinematográficas que perpetra la citada actriz. Pero volviendo a la directora de la película reseñada hoy, y apoyada en un buen libreto de Phil Hay y Matt Manfredi, se puede concluir que da el salto de calidad definitivo y comienza a jugar en la liga de los grandes realizadores estadounidenses (con realizadores incluyo a todos los géneros, géneras, y géneres, incluidos marcianos, marcianas, y marcianes).

La cinta se desarrolla de una manera inteligente en dos tiempos narrativos en el que predomina la acción situada en el presente, pero retrocediendo mediante logrados e intermitentes flashbacks hacia la juventud de nuestra protagonista. De esta manera, vamos desmadejando los oscuros e inconfesables secretos que esconde y que la han convertido en una mujer presa de sus errores pero dispuesta a resolver de una vez por todas las cuentas con su pasado. Así es como vemos una evolución en su personaje, que transita de una cierta fragilidad hasta llegar a convertirse en una verdadera "tipa dura" que hubiera firmado el mismo Clint Eastwood.

En Destroyer, Karyn Kusama trata y logra dibujar a la perfección la figura del anti héroe -en este caso anti heroína-, que tan buenos resultados a otorgado a la cinematografía y a la literatura estadounidense.


Nicole Kidman, que por cierto está irreconocible gracias al buen trabajo de caracterización de su personaje, eclipsa por completo a sus compañeros de reparto y solo deja lucir buenas maneras a su rebelde hija adolescente en pantalla. Esta es interpretada con picardía y apuntado alto por la joven actriz californiana Jade Pettyjohn que a sus 18 años tiene el descaro suficiente para hacerse un hueco en la industria cinematográfica.


El otro "personaje" secundario, pero muy importante en la producción, es la misma ciudad de Los Ángeles que actúa como paisaje urbano de los conflictos de los personajes. Estos, se mueven en los bajos fondos de la ciudad y en ellos vemos a abogados corrompidos por la mafia, ladrones de poca monta, traficantes de armas, y otras angelicales criaturas que reflejan una parte poco conocida de la ciudad californiana. En contraste, cuando viajamos al pasado mediante flashbacks, aparece el desierto de Mojave. Esta localización exterior, con su luz deslumbrante y maravillosamente fotografiada por Julie Kirkwood, actúa como metáfora de una juventud que pudo ser brillante para Erin. Ahora en su madurez, ya solo busca redimirse como modo de expiación personal y profesional a sus pecados.


En definitiva, Destroyer, es un pequeño tratado sobre la redención, muy bien manejado y narrado por Karyn Kusama. La cinta principalmente nos habla de una manera eficaz de las miserias del pueblo estadounidense y de como no siempre el sueño americano es posible. Pero por encima del mensaje de fondo que todo cineasta trata de transmitir, la cinta consigue envolvernos con una narrativa moderna, eficaz y vanguardista.

Nota: 8/10.

Nacionalidad: EE UU.

Dirección: Karyn Kusama.

Reparto: Nicole Kidman, Sebastian Stan,
Jade Pettyjohn, Tatiana Maslany.

Guión: Phil Hay y Matt Manfredi.

Fotografía: Julie Kirkwood.

Música: Theodore Saphiro.

Duración: 123 minutos.

Estreno EE UU: 25/12/2018.

Estreno México: 1/01/2019.

Estreno España: 22 de febrero de 2019.



lunes, 10 de diciembre de 2018

Roma: El universo mágico de Cuarón y la magia sentimental del buen cine


Lo que el cine necesita es belleza, la belleza del viento moviéndose entre las hojas de los árboles. -David W. Griffith.

La historia: Ciudad de México, año 1970. Cleo (Yalitza Aparicio) es una empleada doméstica que presta sus servicios a un matrimonio de clase media/alta con cuatro hijos en la colonia Roma de la capital azteca. Pero lo que parece una vida tranquila y feliz tanto para Cleo como para el resto de la familia se ve alterada por un viaje del padre de familia que demora en exceso su regreso. Además, un acontecimiento amoroso vivido por la muchacha cambiará su vida para siempre.


La crítica: El ser humano no compra cosas, compra experiencias. El ser humano anhela ante todo sentir y busca en las otras personas, en sus aficiones o en el arte cosas o sensaciones que le hagan sentir, llorar, amar, rabiar, gozar, o si hablamos estrictamente en términos cinematográficos, deleitarse ante la potencia deslumbrante de una película, que como es el caso de Roma, desde la sencillez consigue convertir una historia muy personal e íntima en una gran fábula universal sobre los valores humanos.

Tras obtener el León de Oro a la Mejor Película del Festival de Venecia 2018 llega de manera muy restringida a las salas de cine (Netflix tiene los derechos y la estrena el 14 de diciembre) la nueva producción de Alfonso Cuarón. Roma se convierte en una carta de amor a su infancia, a la mujer en general y al cine clásico en particular. El preciosista blanco y negro utilizado deslumbra tanto o más que los brillantes colores del cien convencional de nuestra época. 

El filme está cocinado a fuego lento y nos habla de una manera cadenciosa de la familia utilizando el prisma óptico de la niñez para enfocar de manera indirecta como veíamos a nuestros padres, y de que manera nos veían ellos a nosotros. Pero sobre todo el filme nos habla de la pérdida de la inocencia en los distintos ámbitos del transcurrir vital. En Roma el descreimiento se va apoderando de los distintos personajes que se mueven entre la ofuscación, la incredulidad, las distintas frustraciones vividas o las ilusiones que un nuevo comienzo siempre pudiera tener. Es por todo ello, -y aunque la película está situada en un momento muy concreto de la historia de México-, que la narración se siente completamente universal. En cierto modo hablamos de un cuento neorrealista. Es decir, Roma nace ya siendo un clásico del cine que podrá ser vista de dentro de 50 años con los mismos efectos sentimentales que en la actualidad.


Toda la historia la vemos a través de los ojos de la joven Cleo interpretada más que notablemente por Yalitza Aparicio que es de origen mixteco y que apabulla en su debut en la interpretación. Su personaje es la fuente y el origen de la película y de la propia vida de Alfonso Cuarón. Con ella, el cineasta mexicano refleja como fue su niñez y el papel que desempeñó su niñera. Estas segundas madres que hoy en día siguen cumpliendo una función impagable y que posibilitan paradójicamente la independencia de la mujer profesional (mientras ellas se ven relegadas), son utilizadas narrativamente por el cineasta para hablarnos de la emigración de las poblaciones rurales hacia las grandes urbes como modo de ganarse la vida.

Un fenómeno que lógicamente no se dio solo en el México en los años 70. De hecho, el éxodo rural hacia las grandes ciudades fue de alguna manera similar en Italia o en España cuando decenas de miles de mujeres salían desde Galicia, Andalucía o ambas Castillas a "servir" en las casas más acomodadas de Madrid o Barcelona. Es por eso quizás, y por las coincidencias que encontramos también en la agitación política y en los desarrollos urbanísticos desmesurados de aquella época, por lo que Roma está conectando con la crítica europea y lo va a hacer con el público en general. Hablamos de situaciones universales que engarzan también con los movimientos migratorios que se siguen desarrollando a lo largo y ancho del planeta.

En segundo plano aparece en el reparto una estupenda Marina de Tavira (La zona). Este personaje representa a la mujer "blanca", burguesa y profesional que tiene que lidiar con su papel de madre de cuatro niños, esposa y colocar además en este cuadro sus aspiraciones en el desarrollo personal. Y además de la abuela y los niños notablemente interpretados con carácter general, hay dos personajes masculinos que son devastadores para la propia condición del hombre. En ambos se representa la figura del padre ausente. Por un lado está el propio padre de familia (Fernando Grediega) y por otro lado, el joven "enamorado" de Cleo (Jorge Antonio Guerrero). Ellos representan en cierta forma y desde distintas clases sociales, la misma posición. Es decir, la huida cuando son incapaces de asumir sus responsabilidades o las consecuencias de sus actos.


La parte técnica de la película se funde con el arte de una manera muy especial. Alfonso Cuarón además de la dirección y el guión, asume las funciones en la dirección de fotografía y solo hay que ver las imágenes para recrearnos en un sobresaliente trabajo filmado en blanco y negro. Otro aspecto a destacar es la impresionante mezcla de sonido en Dolby 7.1. Esta experiencia sonora vivida en la sala de cine es algo que un servidor jamás había presenciado en pantalla. Es de tal magnitud la vanguardia en el uso del sonido, que por momentos no sabes si los campanilleos sonoros son de la propia sala de cine o si son ruidos provenientes de la calle. Pero el verdadero festival de la película se produce en los maravillosos encuadres de cámara, en la propia y magistral cadencia en los movimientos de las mismas o en unos inmensos planos secuencia apoyados en unos travellings de auténtico ensueño para los más cinéfilos. Y por si faltara algo para rematar la obra, nos encontramos ante una dirección de arte comandada por Eugenio Caballero que no solo nos lleva a los años 70 de la Ciudad de México, sino que la película parece rodada en los propios años setenta del siglo pasado. Un detalle cinematográfico inolvidable es la secuencia que transcurre en el Cine-Teatro Metropólitan que además nos da la clave del desarrollo de la propia historia del largometraje.


Roma es en definitiva el sueño del cine hecho realidad y un clásico ya imperecedero en la historia de la cinematografía universal. Y lo meritorio de esta obra es que consigue ser grande desde una historia pequeña, sencilla, armónica, sin estridencias y buscando en las raíces del cine independiente -se podría hablar casi de cine de arte y ensayo- la pureza narrativa que convierte a una película en lo que un día fue denominado Séptimo Arte. En lo personal, esta mágica filmación supone para mí lo que busco en la cinematografía.Es decir, un vehículo sentimental en el que podemos ver reflejados nuestros deseos, nuestras carencias, nuestros anhelos, nuestras vivencias o nuestros sueños reflejados en esa pantalla de cine que atesora nuestra propia biografía en forma de películas.



Nota/calificación: Fuera de categoría, sencillamente una obra de arte.

Nacionalidad: México.

Dirección y guión: Alfonso Cuarón.

Reparto: Yalitza Aparicio, Marina de
Tavira, Jorge Guerrero, F. Grediaga.

Fotografía: Alfonso Cuarón.

Duración: 135 minutos.

Estreno México: 21/11/2018.

Estreno España: 5/12/2018.

Estreno Netflix: 14/12/2018.

domingo, 14 de enero de 2018

Tres anuncios en las afueras: la ira en la América profunda


"A mí me parece que la policía está muy ocupada torturando a negros como para resolver un crimen de verdad, así que pensaba que estos anuncios podrían ponerles las pilas". -Mildred Hayes.

La historia: Mildred (Frances McDormand) es una madre coraje dispuesta a todo para encontrar al violador y asesino de su joven hija. Después de pasados siete meses del crimen en un pequeño pueblo de Missouri en el Medio Oeste estadounidense, aún no se han encontrado pistas del crimen. Es entonces y ante el parón en la investigación policial, cuando Mildred decide alquilar tres grandes vallas publicitarias. Con ello, reclama al jefe de policía William Willoughby (Woody Harrelson) más diligencia e interés en buscar al culpable. Los anuncios suscitan mucha polémica entre los habitantes del lugar y encienden la mecha de una situación límite para la población.


La crítica: El 18'3 por ciento de las mujeres en Estados Unidos ha sufrido a lo largo de su vida algún tipo de agresión sexual. En España, cada 8 horas de media es violada una mujer. El cine y sus historias son en definitiva espejos que reflejan los dilemas, contradicciones, y en este caso, las consecuencias que suceden cada día en cualquier parte del mundo contra la libertad sexual de las personas, y especialmente contra las mujeres. Y es entonces y con el debate que abre esta película con la visita de un párroco a la casa de la madre doliente, cuando nos preguntamos: ¿si Dios existe, porqué permite estas tragedias? ¿Libre albedrío? En todo caso, y mientras Dios hace mejor su trabajo (de nuevo excomulgado, gracias), como dice en la película Mildred Hayes: "O nos ponemos las pilas" o se seguirán haciendo películas que solo son reflejo de una muy dolorosa realidad social.

La cinta y partiendo del género negropolicial, se mueve en el terreno del melodrama con la emoción como constante y la comicidad en forma de sus patéticos personajes como variable. La presentación de la misma es soberbia. En ella se juega con música de ópera con las nieblas iniciales, dando paso a los sonidos country en los días soleados. Por lo tanto, la banda sonora actúa como un personaje más sin apenas apreciarse en la sala de cine. Esa es la verdadera función de la música en la cinematografía.

Tres anuncios en las afueras (Three billboards outside Ebbing, Missouri) llega a las carteleras de cine con el aval de haber sido galardonada con cuatro Globos de Oro y se perfila como una de las favoritas en la carrera de los Oscars de la Academia de este año. Su director y guionista es Martin McDonagh, recordado por su 'Escondidos en Brujas'. La película encuentra claro reflejo y referencia en el cine de los hermanos Coen. Así que nos encontramos a medio camino entre Fargo y No es un país para viejos, pero con sello y autoría propia.

Si hablamos de cine, aquí lo hay, del grande y del que me gusta en lo personal. Es una pena que todo el descaro, atrevimiento y buen hacer de su director desemboque en un final un tanto conservador y contradictorio. Pero vayamos por partes. La cinta y recordándonos de alguna manera al estilo gótico sureño americano, parte del sentimiento de culpa y a la vez de venganza de un personaje como Mildred Hayes. Ésta se asemeja a una antiheroína que el western tantas veces reflejó en sus personajes masculinos. Unos personajes a veces malditos, a veces triunfantes que luchan contra un pueblo en solitario, pero manteniendo sus ideales hasta las últimas consecuencias.

¿Qué hacer entonces si la ley en el lugar donde está situada la acción no funciona? ¿Cómo es posible que las leyes allí permitan librarse a los hombres del lugar de un simple análisis de su adn para contrastarlo con los restos hallados en la víctima? ¿Y si además el jefe policial tiene cáncer y no da más de sí? ¿Tendrá que buscar Mildred la justicia por su mano? Estas y otras preguntas van encontrando sutilmente respuestas con un cine claramente de autor, que además, y para hacerlo más digerible está plagado de toques de humor negro que se sienten como un respiro ante el desatino policial y vecinal.


En el reparto y más de 20 años después de su merecido Oscar por su papel en la mítica Fargo, Frances McDormand se perfila como favorita para obtener su segunda estatuilla dorada en un papel sobresaliente en el fondo y en la forma. Contenida y a la vez desbordante, aprovecha un papel que en versión femenina no deja de recordamos a una especie de John Wayne en busca de justicia y redención. Quizás sea el personaje más puro y real de la historia. El resto, aunque muy cinematográficos, están claramente caricaturizados cuando no ridiculizados por el autor del libreto.

Nos encontramos con un sheriff desbordado, deprimido y superado por las circunstancias, protagonizado por un buen Woody Harrelson que se encuentra con el dilema de no encontrar pistas sobre el caso. Mientras tanto tiene que resolver su situación médica y familiar debido al cáncer que padece. Otro de los papeles fuertes de la película lo protagoniza Sam Rockwell (Siete psicópatas), y se postula claramente como mínimo para ser nominado al Oscar de la Academia. Hace de un policía borracho, inepto, chulo, racista y protagoniza una de las mejores escenas de la película al arrojar por la ventana al publicista encargado de llevar los anuncios que dan título al filme. Secuencia para el recuerdo. Los demás personajes siguen las directrices (demasiado) caricaturescas antes mencionadas. Un enano que trata de enamorar a Mildred. El patético exmarido de nuestra protagonista femenina, y que ahora sale con una niña de 19 años con dos gramos de cerebro, o el propio publicista que parece contar con solo un gramo de materia gris e interpretado por un desigual Caleb Landry Jones visto ya en American Made o Get out.

En conclusión, Tres anuncios en las afueras es una nueva vuelta de tuerca a una América profunda que parece desconectada del mundo y circunspecta ante su propio devenir. La filmación se encuentra entre lo mejor que vamos a ver en este primer trimestre de premios y nominaciones, pero tengo la sensación que pudiendo haber sido una película sobresaliente la resolución final es tan decepcionante y conservadora que baja la nota de manera considerable. Con ello, no desvelo nada fundamental del filme, pero quiero hacer hincapié en que una cinta que es un constante puñetazo de cine en la mesa, no se puede resolver con una arañazo tan tibio que empequeñece su totalidad. Y es que la parte final sitúa a la redención por encima de todo el discurso desarrollado anteriormente. Existe, por tanto, una clara contradicción con el mensaje expuesto durante toda la filmación. Pero aún con esta fallida última parte de la historia probablemente en estos 'Tres anuncios en las afueras' haya más cine que en cien películas elegidas al azar de la cartelera actual. Es por eso que su guionista y cineasta Martin McDonah, con esta historia de antiheroes americanos, se coloca en una excelente posición para estar entre los directores más destacados en los próximos años. Veremos ahora que puede elegir con total libertad creativa cual es el rumbo que toma para su próximo proyecto.

Nota: 8/10.

Nacionalidad: Estados Unidos.

Dirección y guión: Martin McDonagh.

Reparto: Frances McDormannd, Woody
Harrelson, Sam Rockwell, Caleb L, Jones.
Fotografía: Ben Davis.

Música: Carter Burwell.

Duración: 112 minutos.

Estreno EE UU: 10/10/2017.

Estreno España: 12/01/2018.

Estreno Argentina: 25/ 01/2018.